Disclaimer: Desgraciadamente Twiligth y su saga, le pertenecen a alguien más creativo. De esta historia, solo el argumento es mío, así que no se sorprendan.
Dudas y aclaraciones sobre el sumary, ya saben como.
^^ Gracias por elegir mi historia y darme una oportunidad.
Capitulo I.- Alucinando
Jasper PoV
Apenas amanecía cuando regrese a casa, el sol despuntaba sobre el antiguo edificio en el que estaba mi departamento, seguía siendo tal y como la noche anterior, antiguo y lúgubre. Detuve la motocicleta en el lugar de siempre, seguramente mas tarde Alistair, el viejo y refunfuñon dueño del edificio, me recordaría, por enésima vez, que debía quitarla de ahí.
Abrí la puerta usando mis propias llaves e inmediatamente fui al elevador, eran apenas 4 pisos, pocos comparados con los departamentos de Paris o de Nueva York, o hasta el de México, pero me sentía fatal, me dolía la cabeza, los ojos me ardían y no recordaba donde había pasado las ultimas horas de la noche, solo recordaba haber salido de ahí cuando aun no amanecía en un acto de pura inercia. Me quite las gafas en el ascensor y me apreté el puente de mi nariz, necesitaba dormir y dormir, mucho. Verifique mi reloj y en efecto apenas eran las 6 am, dentro de tres horas a lo mucho, debía estar de camino al colegio.
Como odiaba que no fuera fin de semana, en realidad era molesto tener que hablar frente a un montón de mocosos en un salón de clases con una resaca tan fuerte como la que tenía. Pero tenia que trabajar, así que apenas tomar una siesta, debía embarcarme hacia la escuela.
El ascensor se detuvo en la última planta, esa era mi señal para dirigirme a mi casa, mi tan anhelada y solitaria casa.
—Menos mal que aparece —apreté los ojos con fuerza mientras ponía la llave en la chapa.
—Buenos días Alistair —salude al hombre de cabello cano que estaba al otro lado del pasillo, pero sin mirarlo.
Alistair era el único vecino que yo tenía en el último piso, su apartamento era tan grande como el mío, pero también vivía solo. Nos hacíamos compañía el uno al otro, una compañía solitaria y hasta molesta, pero en fin, eso era mejor que la deprimente soledad.
Me extrañe mucho cuando note que mis esfuerzos por abrir la puerta eran en vano, ya estaba abierta, entonces me quede helado, no había nadie mas que tuviera llaves mas que el y yo, así que me volví a verlo con una expresión que imagine denotaba mi asombro.
—Recibió un "paquete" así que abrí la puerta para que pudieran dejarlo dentro —explico el hombre para luego desaparecer tras su puerta.
Eso si que era extraño, mi correspondencia había pasado de escasa a nula, cuando compre mi teléfono celular nuevo, el cual no sabia exactamente donde estaba ahora. Empuje la puerta suavemente y entre en mi casa, me sentía curioso, pero extraño, quien me había enviado aquel "paquete"?
Cuando entre todo parecía normal, de hecho estaba demasiado tranquilo, así que avance más. El departamento era pequeño, comparado con los que había llegado a poseer alguna vez años atrás, así que no había muchos lugares en los que buscar.
No había señales del paquete.
Unos extraños sonidos llamaron mi atención y me quede petrificado al ver la sala de mi casa, invadida por dos enormes maletas. Sobre una de ellas, había una caja para sombreros, al menos la parte de abajo. Deje las llaves, las gafas y la chaqueta de motociclista en el lugar de siempre y me acerqué cauteloso.
Me extraño ver una piel peluda moverse irregularmente, era color negro y en definitiva era el sombrero más peludo que había visto en toda mi vida. El sombrero se movió y aparecieron dos orejas y un par de ojos verdes. Mi asombro fue tal que hasta lancé un gritito, cuando bajo aquel animal, aparecieron varias bolas de pelo de distintos tonos y colores.
Esto era lo último que me faltaba, no necesitaba una caja llena de gatos.
Tome la sombrerera y camine con ella hasta la puerta que había dejado abierta.
—Alistair! —grite furioso, como había permitido que alguien abandonara a esos animales en mi casa.
—Mina! —una vocecilla aguda y ligeramente familiar grito tras de mi.
Casi solté a los gatos, cuando una figura pequeña y delgada apareció frente a mí y me quito la sombrerera de las manos. Aun estaba en shock cuando ella desapareció.
—Alice... —susurré para mi mismo, aquello había sido como una visión borrosa de algún episodio de mi infancia.
Eso me pasaba, pero nunca con Alice.
Alice PoVMi primera impresión había sido la misma que había tenido la última vez que había visto a Jasper, era un lobo solitario.
El señor Alistair no era una mala persona, era amargado y desdeñoso, como cualquier persona mayor que vivía sola, pero no era malo, había bastado una básica explicación de mi incierto parentesco con Jasper para que me dejara entrar en aquélla habitación, porque eso era en realidad, solo una habitación.
Recorrí el departamento con la mirada mientras depositaba a Mina sobre una de las maletas, sus crías eran aun muy pequeñas para estar solas y por supuesto, no iba a abandonarlas en Vancouver.
—Esta segura que al señor Jasper no le molestara? —pregunto Alistair algo inquieto y desconfiado.
—Claro que no —conteste yo minimizando sus preocupaciones —Prácticamente somos hermanos —dije intentando creérmelo yo misma, ya encontraría la manera de que Jasper no me echara.
El hombre se había retirado dejándome sola con Mina, comencé mi expedición, en busca de algo que indicara la presencia de una mujer, porque eso complicaría las cosas. Pero al parecer no había nadie mas viviendo ahí, en fin, tal vez el tendría una novia o algo así. Jasper nunca fue apegado a la familia, siempre estaba viviendo solo por ahí y solo lo veían en ocasiones, en raras ocasiones, como la boda de Rose y Emmett o el cumpleaños de Esme.
De las dos habitaciones, solo una parecía habitada. Era más grande que la otra y tenía una cama grande, estaba hecha un desastre, igual que el resto del departamento. Había ropa tirada por todas partes y era lúgubre, esa habitación tenía un balcón, pero estaba cerrado.
Ansiaba el aire fresco, así que abrí las puertas de madera dejando pasar el aire, de inmediato me arrepentí, el desastre era peor con luz. Era como entrar a una casa abandonada.
Estaba examinando detenidamente la ropa del armario, cuando escuche voces, me quede estática en el piso. Mi corazón golpeaba contra mi pecho, amenazando con salir de el sin previo aviso, era Jasper, había regresado ya.
Intente arreglar un poco mi cabello, no debía de verme tan mal. Salí de la habitación y ahí estaba el, dándome la espalda y con algo en sus manos, caminaba con decisión a la puerta y llevaba a Mina con sus crías.
Me apresure hacia el y se las quite sin siquiera verlo.
—Alice... —su voz fue como un murmullo, como eco en una montaña.
La piel de mis brazos se erizo y camine con mas cuidado, volví a colocar a Mina sobre la maleta y tras respirar profundo, me volví para encararlo.
Ahí estaba el, alto y fornido como siempre, su cabello era un poco mas largo de lo que siempre lo había llevado, al menos que yo recordase, tenia los ojos rojos y parecía no haber dormido en siglos.
—Alice? —pregunto de nuevo mirándome con algo de incredulidad.
—Hola Jasper —intente que mi voz sonara normal, una cosa era que mi atolondrado estomago estuviera repentinamente invadido por mariposas y otra muy diferente que estuviera bien sentir aquello o que a el le importara, porque esa era la realidad.
Nos quedamos muy quietos largo rato, su rostro no mostraba una expresión en especifico, pero yo sabia de antemano que no le iba a agradar la idea de tenerme ahí.
—Su hermanita me dijo que estaba bien si la dejaba entrar —Alistair apareció en la puerta.
Jasper se llevo una mano a la frente, echándose el cabello para atrás, tenia los ojos muy rojos y había unas profundas y marcadas ojeras bajo ellos, pero aun así, seguían siendo preciosos.
—Ella no es... —freno su declaración y tomo otro rumbo —Muchas gracias Alistair, yo me encargo ahora.
Fue hacia el hombre que se quedo atónito y prácticamente lo saco del departamento, me senté en el sofá, contemplando como Mina bañaba a sus crías. Metí un dedo dentro de la sombrerera y le acaricie una de sus orejas, de inmediato, comenzó a ronronear.
Jasper regreso y se puso frente a mí, no me miraba, tenia los ojos cerrados y parecía muy pensativo.
—Bien —me puse de pie en un salto —Donde voy a dormir?
Jasper PoVComo que donde iba a dormir?
Casi se me cayó la cara al escuchar aquello, pretendía quedarse en mi casa?
Abrí la boca en un intento de protesta, pero nada salió.
—Disculpa la descortesía... —le dije yo haciendo alusión a su decisión de quedarse —Pero que haces aquí? —le pregunté yo.
Según tenia entendida, Alice estaba en Vancouver, en el internado...
Ya se había graduado?
Cuantos años tenia?
No podía tener más de... 15?
—Pues... vine a quedarme contigo —dijo ella con aire de autosuficiencia.
Se paraba de una forma poco usual, como si su cuerpo no pesara un gramo, en realidad parecía ser una verdad objetiva, más que un parecer. Era bajita y muy delgada, justo como cuando era niña, seguía siendo un duendecillo travieso, además estaba ese uniforme que la hacía verse aun más pequeña.
—Y porque tendrías que quedarte conmigo? —le pregunte yo algo dudoso.
Como había llegado a esto.
No la veía desde lo de Rose y Emmett, jamás habíamos sido los mejores amigos, no me agradaban los niños ni el barullo que causaban y ella en definitiva, era una niña escandalosa.
—Como que porque tendría que quedarme contigo? —me pregunto con autosuficiencia, como si fuera lo mas común del mundo —Te he llamado... te envié correos...
Me lleve las manos al cabello, echándolo para atrás, ella no me había enviado nada... o si?
En realidad podía ser cierto, ya que yo no había revisado mi correo electrónico desde hacia un año... o algo así...
—... entonces pensé que tu estabas de acuerdo, así que tome el avión y llegue hace apenas unos minutos, tu vecino me dejo entrar y ahora agradecería que me dijeras donde voy a dormir porque Mina necesita un lugar para... —Estaba hablando demasiado y muy rápido, era como avanzar una película, los diálogos sonaban atropellados y no podía entender nada —... y ahora que tiene a sus crías, debo ponerlas en un lugar donde pueda encontrarlas...
—Basta —le dije tajante, cubriendo su pequeña boca con mi mano —Quien es Mina? Y...Crías? —le pregunte sintiendo mi estomago aun mas revuelto y el dolor de mi cabeza era mas intenso.
Tomo mi mano entre las suyas y la aparto de su boca, tomo aire y estaba apunto de comenzar a hablar de nuevo, cuando le volví a tapar la boca.
—Olvídalo —le dije yo —No se de que diablos estas hablando, la ultima vez que te vi medias un metro y medio... sigues midiéndolo... —le dije evaluando su estatura —bueno tenias 8... 10 años?
—14 —dijo muy seria —tengo 17.
—Como sea... —le dije pensando que hacer.
Busque por mi departamento, preguntándome donde había dejado mi teléfono celular, comencé a buscarlo, lo mejor de los niños ajenos, era cuando podías regresarlos a su mamá.
—Que estas haciendo? —me pregunto ella siguiéndome.
—Busco el teléfono —le dije levantando cada cojín del sofá.
—Vas... vas a llamar a mamá? —se había quedado quieta, mirándome como si fuera el peor criminal del mundo.
—Si —le dije yo.
—No quieres que este aquí? —me pregunto haciendo un puchero, iba a ponerse a llorar?
—No puedes! —le dije algo molesto, como se atrevía a disponer de mi casa como si fuera de su propiedad? —Yo... yo vivo solo, no hay sirvientas ni nadie que pueda atenderte o cuidarte mientras yo no estoy, además Carlisle y Esme deben estar preocupados —finalice con ese argumento, sabiendo que tal vez eso la haría reaccionar.
Seguí buscando mi teléfono, yo recordaba haberlo dejado sobre el sofá la noche anterior.
—No hay nadie en casa —dijo —Mamá y Papá están de viaje —anuncio ella –un crucero... Grecia... creo.
—Edward? Emmett? —pregunte yo, sus hermanos eran la mejor opción, ese par la sobreprotegían, así que ellos irían inmediatamente por ella.
No quería volver a ver a Emmett, pero en fin... podría soportarlo todo con tal de deshacerme de ella.
—Edward esta en Dubai, según el en un viaje de negocios, pero en realidad se oculta de Tanya —dijo dejándose caer en el otro sofá —Y Emmett... pues básicamente... no se donde esta, pensé que estaría en... Florida, pero no esta ahí. Rosalie tampoco esta —me dijo antes de que pudiera decir algo.
—Tu... tu tienes amigas... —señale como medida desesperada —la chica del ballet... la hija de... —intente recordar.
No me acordaba cual era el nombre de ese hombre, pero era socio de Air CORP, Alice y esa chica habían ido a la misma escuela de ballet.
—Ella! (Pronunciándolo como Ela, alusión a Bella u.ú) —dije al fin, recordando a esa chica torpe de la que Rosalie y Edward no dejaron de burlarse el día del recital.
—Bella! —me corrigió —Ella esta con su madre en Tailandia. Además hace más de 5 años que no la veo, no puedo llegar a su casa sin ser invitada.
—Tienes razón —irónicamente la tenia —Es muy descortés llegar sin ser invitado —seguí buscando mi teléfono.
^^ Gracias por leer!
