Hola! Este One Shot lo escribí hace un par de semanas.
Lamentablemente no me pertenece ni Supernatural (ni el impala) ni Glee.
Espero que lo disfruten!
Supernatural a la Berry
Rachel Berry miraba el negro brillante del Impala modelo ´68 que sus primos, le habían enviado hacía unos días. Le daba miedo siquiera tocarlo, Dean a veces se comportaba como el amante de ese auto, pero él sabía que ella iba a cuidarlo. Otra vez, se habían hecho pasar por muertos, pero esta vez decidieron dejar de lado el auto que los caracterizaba, enviándoselo a Rachel cuando Bobby pasaba por Ohio.
La diva sabía que iba a tener que comenzar a usarlo, ya que las cosas se estaban complicando en el estado y su moto (una Ducati Diavel) no estaba siendo lo suficientemente grande para llevar todas las armas y libros que generalmente usaba.
Pero, esa noche, tenía un trabajo en Lima y tenía que usarlo. Dean la había obligado a hacerlo en la llamada que le hizo esa misma mañana. Ellos se lo habían regalado, ella tenía que aceptar el regalo como miembro de una familia de cazadores bla, bla, bla.
A decir verdad, aunque a Rachel Berry le fascinaba cantar, sabía que ese no iba a ser su futuro. 17 años y ya sabía demasiadas cosas sobre el mundo sobrenatural como para poder escapar de él, de una vez por todas. Lo único que le molestaba era ser hija única, por lo menos Dean y Sam se tenían uno al otro. A pesar de sus viajes seguidos al infierno. Ella nunca iba a entender esa capacidad de meterse en problemas con ángeles y demonios, para siempre terminar uno de los dos en el infierno y volver a la tierra. No, no lo entendía.
Regresó a la cocina de su casa y se sentó a navegar por internet para ver si había alguna novedad en el caso que estaba investigando. Lamentablemente la encontró. Otra porrista de McKinley había sido encontrada muerta en cirscunstancias misteriosas esa misma mañana. Se lamentaba no tener la edad suficiente para hacerse pasar por agente del FBI, como Dean le había contado varias veces que lo hacía. Pero por lo menos, estaba asistiendo a la escuela en donde estaban ocurriendo esos asesinatos, o de donde salían. Todavía no estaba segura.
Entrenó un rato en su máquina elíptica y se duchó. Al bajar, se puso contenta al ver que la máquina contestadora titilaba indicando un mensaje. Sus padres estaban bien, en Japón ¿Qué rayos estaban haciendo en Japón?...Ahh, cazando un vampiro japonés que estaba matando sin parar en Tokio.
Decidió que lo mejor era comenzar a usar el Impala y probablemente usar un par de jeans y una remera ese día, ya que las polleras eran bastante incómodas si sucedía algo. Y algo tenía que suceder, se dijo. En tres semanas habían muerto "misteriosamente" tres porristas.
"Dicen que la encontraron en los vestuarios, que alguien la había ahorcado con una cuerda"
"Me contaron, que vieron a una porrista correr ensangrentada por los pasillos unos minutos antes de que encuentren a Josie".
"La apuñalaron 27 veces y dejaron el arma homicida al lado del cuerpo. No hay ninguna pista. Pero dicen que fue una porrista."
Para la hora del almuerzo, Rachel estaba segura de algo. Había sido una porrista la que había asesinado a las otras. Eso se comentaba en el pasillo, por lo menos. De lo que no estaba segura, era de la forma en que había muerto.
Así que se dirigió a la biblioteca, a ver si había algún dato en los microfilms que le dijeran contra que estaba luchando esta vez.
Casi 40 min. después descubrió una pista. En el año ´78 una porrista había sido asesinada en el vestuario por una persona desconocida. La investigación quedó estancanda. Pero, no decía nada más.
Miró su reloj, y anotó el nombre de la familia de la chica. Los McGraw y decidió hacerles una visita esa tarde.
Mientras caminaba a la sala del coro, manteniendo sus instintos en alerta ante la posible aparición de un fantasma (si, Rachel estaba segura de que a esta altura se trataba de un fantasma) falló en darse cuenta de que alguien venía caminando detrás de ella.
"Me sorprende que hayas aprendido algo de moda de la noche a la mañana, hobbit" dijo Santana viendo que había sobresaltado a la diva.
"Buenas tardes, Santana. ¿Todo bien?" respondió ella al intentar controlar un poco sus latidos. Por un lado, porque Santana la había asustado al acercarse a ella tan silenciosamente mientras sus sentidos estaban en otro mundo y por el otro, por el pequeño enamoramiento que la diva sentía hacia la agresiva latina.
"Sue me pidió que te dijera que espera verte mañana a las 6 A.M en punto en el entrenamiento de las porristas."
"¿Qué?"
"Yo tampoco lo entiendo Streisand, pero así me lo dijo. Además, dice que tu cuerpo es bastante pequeño para que puedas ser una nosotras. No me pidas que te explique nada más. Y que seas una porrista a partir de mañana no significa que seamos amigas." dijo Santana intentando distanciarse un poco de Rachel. "Debe ser que hoy te vio vestida como una persona normal y no te reconoció."
"Oook." Si el mundo sobrenatural ya era demasiado extraño para la diva, el mundo real era peor, en estos momentos.
"Además, seguramente no vas a durar mucho. Todas las nuevas porristas fueron asesinadas misteriosamente. Así que es mejor que no elijas el casillero que ellas utilizaron. Elige otro." dijo la latina apurando el paso para ingresar antes que ella en el salón del coro.
¿Por qué le había dicho lo del casillero? Si Rachel se daba cuenta de lo que ella le había dicho, seguramente iba a pensar que se preocupaba por ella. Y aunque si lo hacía, muy, muy en el fondo, no quería que la diva lo supiera. Maldita bocota, ¿Por qué no le dió simplemente el mensaje de Sylvester y se alejó de ella lo más rápido posible? Rachel ni siquiera había lanzado uno de esos eternos discursos.
Glee pasó rápidamente ya que Rachel estaba completamente distraída, por un lado, el mensaje de Sue y por el otro, repasaba mentalmente las preguntas que iba a hacerle a la persona con la que se encontrara en la casa de Sandra McGraw, la porrista asesinada. A todo esto...¿Estaba segura de que todavía existía en Lima algún familiar de la chica?. Bueno, iba a tener que buscar la dirección en alguna guía teléfonica.
Cuando llegó a su auto, se quedó mirándolo embelesada. Otra vez, tenía esa sensación de que no era digna de manejar el Impala de los Winchester, aunque ellos la hubieran elegido.
"¡Hola Rachie!" ¿Qué tenía la gente hoy con asustarla? Pensó la diva al escuchar que alguien la saludaba. Al darse vuelta, quedó encerrada entre un par de brazos y lo único que pudo ver fue una ráfaga blanca y roja antes de que su rostro quedara en el pecho de alguien.
"Hola Brittany" respondió la diva cuando pudo respirar.
"¡Brittany! Deja respirar al hobbit, sino toda la comarca te va a acusar de asesinato." dijo Santana desde atrás de la rubia.
"Lo siento Rachie, estoy tan emocionada. San me dijo que mañana vas a estar en la práctica con nosotras y que vas a ser porrista. Por lo menos, así no te van a tirar más granizados. Me pone mal ver cuando te tiran granizados." dijo Brittany pasando de la alegría a la tristeza en cuestión de segundos.
"Gracias Brittany" fue lo único que supo contestar Rachel.
"¿Qué es eso?" preguntó Santana mirando el auto.
"¿Qué cosa?" dijo la diva preguntándose a que venía este acoso de las dos porristas.
"Eso" dijo Santana señalando el auto con el dedo.
"Eso, Santana. Es un auto." dijo Rachel confundida.
"Si, Berry. Sé que es un auto. Pero tenía entendido que no te gusta manejar cosas que arruinen el medio ambiente, etc. etc. y estoy segura de que ese auto si lo hace."
"Bueno, Santana. Para que sepas, entendiste mal. Y ese auto es un regalo de unos familiares."
Santana, miraba a la diva y al auto. No podía creer que estuviera ante la presencia de un Impala en tan buen estado. El padre de Santana, tenía una extraña fascinación por los autos viejos. Y siempre hablaba de los Impala, aunque los pocos que habían visto para comprar, estaban en tal mal estado que no valían la pena. Y ahora, de la nada, estaba al frente de uno que le pertenecía a Rachel Berry.
"¿Puedo manejarlo?" preguntó, no le importaba nada en estos momentos.
"No." respondió cortante la diva.
"¿Qué modelo es?" no la iba a dejar con un montón de preguntas sin contestar.
"Modelo 68. Y antes de que preguntes, no, el motor no es el original. Este auto pasó por muchas manos y muchas situaciones, así que fue reparado muchísimas veces." dijo la diva acercándose al auto.
"¿Por qué es tan importante ese auto, San?" preguntó Brittany que había escuchado la conversación y no entendía el atractivo que su mejor amiga estaba mostrándole al vehículo. Ya que para ese momento, Santana estaba dando vueltas al auto tocándolo con una mano.
"No creo que ningún auto que sea propiedad de Berry sea importante, Britt. Mejor vamos, antes de que nos contagiemos con algo. Además, seguramente mató cantando al familiar que le "regaló" el automóvil" dijo Santana volviendo un poco a la personalidad que mantenía dentro de McKinley. No falló en ver un poco de dolor cruzar por los ojos de la diva y enseguida se arrepintió, pero ya lo había dicho.
"¿Por qué tratas tan mal a Rachel?" preguntó Brittany cuando ya estaban por llegar a su casa.
"Porque es una perdedora, insoportable, sabelotodo, controladora y se viste como una mezcla entre mi abuela y una niña de 4 años." respondió la latina.
"No es tan mala San."
"Si lo es. Todo el tiempo está en Glee dando órdenes, y se pone esas polleras que...ajjj...me dan ganas de vomitar."
"No te creo San. Es más, estoy segura de que te gusta."
"Brittany, que te haya confesado que me gustan las mujeres, no quiere decir que me guste Rachel Berry." dijo Santana, sintiendo un poco de nervios, en realidad si le gustaba Rachel pero era un suicidio social.
"Santana, no es casualidad que siempre estés en el mismo pasillo por el que ella está pasando. O que no puedas sacarle los ojos de encima cada vez que canta en Glee. O...no dejes de mirarle las piernas cuando tiene una de esas polleras que...ajjjj. te dan ganas de vomitar." Dijo Brittany riendo por lo bajo, al notar la cara de terror de su amiga al ser descubierta. "Y no creo que sea un suicidio social, ahora que va a ser porrista". Le dijo como si le hubiera leído la mente.
"Britt." dijo Santana mientras estacionaba al frente de la casa de su amiga. Tenía que decir algo, tenía que negarlo.
"No, San. Tendrías que buscar la forma de ser feliz. Estoy cansada de verte con esa cara larga que te aparece cada vez que le decís algo, o cuando ella te ignora completamente."
"Britt..."
"Quiero que seas feliz San." y diciendo esto bajó del auto y entró en su casa, dejando a una Santana López pensando en lo que le había dicho.
Rachel, mientras tanto, encontró la dirección de los McGraw y se dirigió hacia el lugar. Había movido al fondo de su mente lo que la latina había dicho. Realmente no la había sorprendido aunque si, como siempre, le había dolido.
La casa de los McGraw se encontraba un poco afuera de Lima, al final de un camino rural. Era una casa de estilo victoriano, que inmediatamente le dio a la diva escalofríos. En esas casas siempre pasaba algo, tenían historia y personalidad.
Golpeó la puerta, ante la falta de timbre y una mujer rubia, de unos 50 años, atendió inmediatamente.
"Buenas tardes señora McGraw. Soy Rachel Berry y estoy haciendo un reportaje de ex alumnos de McKinley High. Quería saber si ud. podía responderme una pregunta."
La mujer la estudió con sus ojos azules y giró en sus talones dejando la puerta abierta en señal de que entrara en la casa. Rachel la siguió hasta la sala de estar y se sentó en el sillón enfrentando a la mujer.
"Ahora es Stevens" Dijo la mujer.
"Ah, perdone ud. señora Stevens." Ese apellido le sonaba familiar. ¿Pero de dónde? Igual, Stevens era una apellido un poco común, así que quizás se estaba equivocando.
"Puedes empezar con las preguntas."
"¿Ud. fue alumna de McKinley entre el 78 y el 82?"
"Si."
"¿Es hija única?"
"No, tenía una hermana. Asistíamos las dos a McKinley."
"Disculpe, no pude dejar de notar el uso del pasado al hablar de su hermana." dijo Rachel como si no supiera por fin con quien estaba hablando.
"Mi hermana fue asesinada en el 78, en la escuela."
"Lo siento mucho."
"Esta bien, no ha sido tu culpa. ¿Quieres tomar algo?"
"No, muchas gracias. Espero que hayan atrapado a la persona que lo hizo."
"No, no la atraparon lamentablemente. Ni siquiera hubo pistas. La única sospechosa que tuvieron fui yo."
"¿Ud.?"
"Si, mi hermana y yo éramos miembros de las porristas en aquel entonces. Ella estaba en su último año. Ese día fuimos las últimas en dejar los vestuarios. Estábamos hablando y yo recordé que había dejado unas cosas en mi casillero. Ella me dijo que se terminaba de vestir y me encontraba ahí para volver a la casa. Pasaron unos 10 minutos y ella no llegaba. Yo me quedé hablando con uno de los profesores, que casualmente estaba todavía en la escuela. Vi pasar a alguien y comencé a preocuparme. El profesor me siguió hasta el vestuario, yo entré y la vi ahí, tirada en el piso, cubierta de sangre y ese líquido rojo esparcido por la pared del vestuario." La mujer intentó contener las lágrimas ante el recuerdo. Pero sin lograrlo. Rachel se levantó y se sentó al lado de la mujer para tratar de consolarla.
"Después de eso empezó una pesadilla distinta. Decían que yo la había matado, pero no había forma de probarlo y yo ni siquiera podía hacerle entender a la policía que yo no había sido. El profesor declaró a mi favor y confirmó que habíamos visto una figura pasar y me dejaron libre." Continúo la mujer. La mente de Rachel trabajaba a grandes velocidades. "Y ahora están todos esos asesinatos, y la policía volvió a mi puerta pensando que yo soy la que los está cometiendo."
"¿Cómo era su hermana?" preguntó Rachel tratando de encontrar alguna razón por la cual el fantasma hubiera empezado a atacar ahora. Era tan confuso todo.
"Mi hermana era una buena persona, cuando quería serlo, obviamente. Si no eras popular, no, ahí no era buena. Tenía una reputación bastante complicada, que a mis padres les dolió mucho enterarse."
"¿Reputación complicada?"
"Si, no estaba con un novio fijo más de una semana y se acostaba con todos los que podía hacerlo. Una de las teorías de la policía cuando me dejaron libre, era que había sido alguna de las otras porristas enojadas con ella por haberle robado a los novios." Rachel estaba sorprendida, mucha gente prefería mantener todo esto en silencio o contestar a regañadientes las preguntas. Pero esta mujer sacó todo de sus adentros.
"¿Tiene alguna idea de por qué la policía vino a preguntarle a ud si tenía algo que ver?"
"Resulta que investigaron y los asesinatos son exactamente iguales a los de ella. Y las chicas tenían casi la misma reputación que ella." Este sí que era un fantasma raro.
"¿Dónde está enterrada su hermana? Me gustaría dedicar una parte del artículo a ella y a lo que sucedió." dijo Rachel pensando en que tenía que volver a Lima e investigar un poco más.
"No la enterramos. Mis padres decidieron cremarla." Guau, esto si que era un cambio.
"¿Quiere contarme algo de su hermana ese día, antes de que muriera? ¿De qué hablaron?" Rachel necesitaba tener todos los datos, si el cuerpo había sido cremado, seguramente algo había quedado en McKinley de ella y necesitaba también saber tantas cosas, que su cabeza estaba empezando a doler.
"A pesar de su reputación, ella estaba profundamente enamorada de alguien. Sé que había salido un tiempo con este chico, pero no sé quien era. Una de las chicas no populares había logrado conquistarle y él la dejó por ella. Ese día Sandra estaba feliz porque se había acercado a ella y la había invitado a una cita. Nunca supe quien era esa chica tampoco." Dijo la mujer levantándose. "Voy a lavarme la cara, ya vuelvo."
"De acuerdo" respondió Rachel.
Decidió descansar un poco sus pensamientos, mientras la mujer no estaba en la habitación, y prestar atención a su alrededor. Fue ahí que notó un par de cajas en el pasillo por el que había entrado. ¿Por qué no las había notado antes?. Se acercó a la chimenea y se puso a observar las fotos. Cuando una de la mujer con la que estaba hablando, junto a un hombre apuesto, rubio y de ojos verdes, se dio cuenta de porque el apellido le había sonado familiar.
Cuando volvió la mujer a la habitación, decidió indagar un poco más.
"Su esposo trabaja en McKinley, ¿Verdad?"
"Si, es el profesor de francés." respondió la mujer tomando asiento en el mismo lugar que antes. "A fin de mes dejamos Lima. Él recibió una oferta para trabajar en una Universidad de California y lo comunicó en la escuela hace tres semanas8." Por lo menos ya sé cuando comenzaron y porque, aunque tendría que hablar con él primero para confirmarlo. Pensó Rachel.
"Bueno, comencemos con la entrevista." dijo la diva. Si mentía sobre una entrevista, iba a hacer lo posible para que pareciera lo más real.
Santana estaba sentada afuera del Lima Bean, fumando, cuando vió pasar el Impala de la diva por la calle, reproduciendo a todo volúmen ¿AC/DC?. Estaba segura que alguien le había robado el auto a la diva y ella iba a averiguar quien. Maldita Brittany y sus conocimientos profundos sobre una sola Santana López y el resto del mundo. Las palabras que ella le había dicho un rato antes todavía resonaban en su cabeza.
¿Como puede una persona como Rachel fundirse bajo la piel de Santana? Si, la diva sacaba lo peor de ella pero era por el hecho de que no quería demostrarle lo que sentía. Además, muchos de los insultos, los apodos o los maltratos, eran continuación de su defensa emocional que generalmente aparecían ante Rachel después de haber tenido varias fantasías eróticas sobre ella. Y eso era lo peor, intentar frenar esas fantasías.
El Impala volvió a pasar y se detuvo unos metros más adelante de donde estaba Santana. La latina, se levantó y comenzó a caminar para saber quien se había atrevido a robarle el auto a la diva. AC/DC seguía sonando a todo volumen hasta que el motor se apagó. De él se bajó la misma persona que esa mañana había estado en el colegio, dejando a Santana detenida exactamente unos metros más atrás y en el medio de la calle. ¿Quién era esta Rachel Berry que se vestía normal, se distraía en Glee (porque aunque no lo iba a admitir, había notado que ese día Rachel ni siquiera había abierto la boca cuando estaban ensayando) y escuchaba AC/DC?
"Santana, creo que sería mejor que salgas de la calle. Por más que no nos caigamos bien, no me gustaría que un auto te lleve por delante en mi presencia." dijo la diva pasando por su lado y sin prestarle mayor atención.
Santana pestañeó varias veces y se dió vuelta para ver hacia donde iba la diva. La siguió hasta el interior del Lima Bean, donde la diva pidió un café y se sentó en una mesa apartada de la puerta.
"¿Quién demonios eres y que diablos hiciste con Rachel Berry?" dijo Santana sentándose al frente de ella.
"Santana, no entiendo de que estás hablando. Y creo, además, de que no te invité a sentarte conmigo." dijo Rachel buscando algo en su bolso.
"No juegues conmigo hobbit. Ayer ibas caminando hasta la escuela, te ponías polleras y sweaters con animales, hablabas todo el tiempo en Glee y nos llevabas hasta el límite de la paciencia, y solo hablabas de Streisand. Hoy, te vestis como una persona normal, estas distraída todo el tiempo, escuchás AC/DC, ni siquiera hablaste en Glee ni me diste un discurso del porque no te vas a presentar mañana a la práctica de las Cheerios cuando te aviso que Sylvester te quiere ahí. ¿Qué pasó de ayer a hoy con todo el cambio?". Rachel, había dejado de buscar lo que sea que estaba buscando en su bolso y miraba a Santana.
"Que un día me vista de distinta forma y me comporte de distinta forma, no significa que algo hubiera sucedido Santana." respondió agarrando su café y levantándose de la mesa, dejando a la latina pensando.
Rachel, se encontraba en su casa después del encuentro con la latina. Parecía que el cambio de vestimenta había llamado su atención, pero a la diva no le convenía atraer la atención de la latina en ese momento.
En una agenda, que parecía vieja, anotó todo lo que sabía hasta ahora del fantasma que acosaba a porristas en McKinley. No estaba del todo segura de muchas cosas, pero sabía que algo de Sandra McGraw había quedado en ese vestuario y sabía que la partida del Sr. Stevens habían hecho que ella volviera. Mirando por la ventana, esperó que oscurezca del todo y se dirigió al instituto. Sabía que esa noche no iba a poder entrar, pero tenía que ver si sucedía algo. Y el fantasma no la decepcionó. Cerca de la medianoche, las luces exteriores de McKinley empezaron a titilar. Ese día no había tenido víctimas y estaba segura de que Sandra estaba enojada.
A la mañana siguiente, Rachel se presentó en la práctica de las Cheerios y pasó todas las pruebas a las que Sue la había enfrentado, recibiendo antes del primer turno su uniforme. Aunque a ella no le importaba tanto el uniforme, había conseguido buena información en el vestuario. Ahora sabía que todas esas chicas tenían algo en común. El día de su muerte, todas estaban contentas porque el chico que les gustaba las habían invitado a una cita. Rachel, fue a uno de los baños a ponerse el uniforme, ya que Sue le había dicho que era obligatorio que lo usara. Mientras arreglaba su maquillaje, escuchó que la puerta del baño se abría y cerraba.
"¡Oh, estás bien! Es una lástima. Pensé que estabas vomitando por todo lo que Sue te hizo correr esta mañana." Dijo Santana, sin poder sonreír porque en realidad había estado vigilando a la diva para intentar hablar con ella. No le había gustado que la dejara hablando sola el día anterior y quería intentar ser más amable. Maldita Brittany, repitió durante toda la noche sin poder dormir, porque sabía que su amiga tenía razón.
"Santana." dijo Rachel guardando su maquillaje en una pequeña bolsa y después en su bolso. Y pasando por su lado sin agregar nada más. Le dolía ignorar a la latina, pero más le dolía que cada vez que ella se acercaba era para decir algo, cualquier cosa, para molestarla.
"No, no, no, Berry. Esta vez no." dijo Santana agarrando a la diva del brazo y obligándola a darse vuelta. "No me vas a dejar hablando sola."
"No recuerdo algún momento en que eso haya ocurrido." respondió la diva mirándola fijamente a los ojos.
"Yo si. Ayer, en el Lima Bean. Me dejaste hablando sola."
"No te dejé hablando sola, Santana. Te respondí y me marché. En todo caso, lo único de lo que puedes llegar a criticarme es de que no me haya despedido correctamente. Y por eso, te pido disculpas." dijo la diva, comenzando a molestarse por la actitud de la latina. "Ahora, ¿podrías soltarme, por favor?". Santana, dejó ir su brazo despacio.
"Escucha hobbit, ahora vas a tener que hacerme caso. Soy tu capitán. Así que, te conviene que respondas a mis preguntas, si no, me voy a ver obligada a hacerte correr 100 vueltas esta tarde en la práctica." dijo Santana cruzando los brazos sobre su pecho y mirando a la diva con superioridad.
Rachel, pensó que correr 100 vueltas no era tan malo, y además, ya tenía la enemistad de Santana desde hacía mucho tiempo, así que ni siquiera intento seguir hablando. Volvió a darse vuelta, para salir del baño.
"Te voy a echar de las Cheerios, hobbit" agregó Santana cuando vió que ella ya tenía una mano en el picaporte.
Rachel se giró, para poder ver esa sonrisa triunfante en el rostro de la latina. Se acercó hacia ella, invadiendo su espacio personal y de a poco comenzó a sacarse el uniforme. Cuando sólo estaba en ropa interior, quitó sus ojos de los de Santana y levantó todas las prendas que ahora estaban en el piso. Cuando volvió a mirarla, vio que el rostro de la latina estaba colorado, pero no pensó en nada. Se dirigió hacia el mostrador y sacó de su bolso una muda de ropa limpia para ponérsela. Nuevamente era jeans y una remera. Dobló pristinamente el uniforme y lo guardó en una bolsa.
"No te preocupes Santana. Si estar en las Cheerios significa que voy a tener que seguir soportando tu forma de ser, sin siquiera un poco de respeto, prefiero seguir siendo una perdedora y recibir granizados todos los días." dijo antes de cerrar la puerta del baño mientras salía.
Cuando le entregó el uniforme a Sue, ésta le preguntó el porque estaba desperdiciando una oportunidad dorada de salir del fondo de la escala social. Ella solo le respondió que le preguntara a Santana. Y con eso, se dirigió a su primer clase con la cabeza metida en como entrar ahora en el vestuario de las Cheerios.
Entre el segundo y el tercer período, mientras Rachel cambiaba los libros para la próxima clase, Brittany se acercó a ella con las manos en la espalda.
"¡Hola Rachie!" dijo sonriendo como siempre.
"Buenos días, Brittany. ¿Cómo estás?" respondió Rachel mirando a la rubia.
"Bien. Esto es para vos" dijo ella sacando sus manos de la espalda y entregándole, otra vez, el uniforme.
"Brittany..." dijo Rachel en un suspiro, sin agarrar lo que la rubia le daba.
"Sylvester retó a San, y ella dijo que va a intentar, aunque sea, respetar tus pequeños actos dramáticos." dijo Brittany empujando el uniforme en el pecho de la diva. "Así que, ahora, vas a ir y te vas a volver a poner el uniforme y no te lo vas a sacar más." Cuando Rachel agarró la bolsa que le daba la rubia, está la agarró de la mano y la arrastró hacia el cuarto de baños más cercano. Santana estaba apoyada contra la pared y con los brazos cruzados, las cejas fruncidas y murmurando en español algo que Rachel ni siquiera tenía ganas de saber. Brittany, empujó a la diva dentro de uno de los cúbiculos y le ordenó que se cambie.
"Cuando Sue llamó a Santana y le preguntó que había pasado, la entrenadora quedó sorprendida de que San le dijera la verdad. Dejaste a San bastante frustrada al haberte sacado el uniforme al frente de ella." decía Brittany del otro lado de la puerta.
"¡Brittany!" gritó Santana intentando que su amiga no hablara de más.
"Es que a San, aunque no lo demuestre, le mmpmmm" "Brittany, dejemos a Berry que se ponga el uniforme en silencio." Interrumpió la latina lo que la otra porrista estaba diciendo.
Unos segundos después, la voz de la latina rompió el silencio. "Britt, me dijeron que Sylvester tiene un pato escondido en su oficina, ¿por qué no vas a ver si es cierto?"
"Ok." dijo la rubia "Nos vemos Rachie" gritó antes de salir.
"Nos vemos Brittany." respondió la diva, nerviosa porque sabía que Santana todavía seguía en el baño. Aunque la latina hiciera que surgieran ciertos sentimientos en la diva, hoy la había desafiado más temprano. Y por primera vez, Rachel tenía miedo de lo que Santana podría llegar a hacerle.
Santana, mientras tanto, seguía con la cabeza en el cuerpo que había visto un par de horas atrás. Sabía que la diva entrenaba constantemente, pero no se había imaginado que tuviera cada uno de los músculos de su cuerpo bien marcados. Y esa vista era lo que la había dejado en silencio. Tuvo intenciones de mentirle a Sue en el momento en que le preguntó que había pasado, pero sabía que si decía la verdad, podía mirar más veces ese cuerpo ya que Sylvester iba a obligarla a hacer que Rachel regresara al escuadrón.
Cuando la diva salió del cubículo, otra vez con el uniforme puesto, Santana no pudo quitarle más la vista de encima. El uniforme resaltaba cada curva de su cuerpo.
Rachel, se paró frente al espejo y se ató el pelo en una colita bien tirante (como Sue le exigía) mientras de reojo miraba a la latina que escrutaba cada centímetro de su cuerpo con descaro. Rachel, sonrío mentalmente, pero no decidió no decir nada y salir del baño antes de llegar tarde al próximo período.
Santana se quedó mirando la figura de la diva hasta que está desapareció y cuando volvió a la tierra después de salir de todas las fantasías que se le habían formado en la mente, se dió cuenta de que no le había dicho nada. Pero al salir al pasillo, ella ya no estaba en ningún lado.
"Rachel, ¿por qué tienes puesto un uniforme de las Cheerios?" preguntó Schuester sorprendido cuando entró en el salón del coro y vio a su co-capitán con esos colores.
"¿No es obvio?" respondió Quinn. "Seguramente está intentando conquistar a Finn de nuevo y robó algún uniforme para hacerlo." Siempre la rubia tenía algo que decir con respecto a la diva.
"O quizás, es una Cheerio, pero le cantó durante horas a Sue para que la acepté." agregó Mercedes.
"San, ¿por qué Mercedes dice eso? A mi me encantaría que Rachie me cante durante horas. Mucho más que escuchar a Mercedes una sola vez." preguntó Brittany mirando tristemente a la latina y logrando que todos la miraran sorprendidos por la falta de filtro que la rubia tenía.
"Porque están celosos, Britt. A ellos Sylvester no les pidió, sin hacerles audición, ser parte de las Cheerios." respondió Santana.
Todos siguieron en silencio. Mirando a Rachel, a Santana y a Brittany.
"Rachel, ¿eso es cierto?" preguntó Schuester cuando interpretó lo que Santana había dicho.
"Si, señor Schuester." respondió la diva, sin agregar nada más.
Schuester, se quedó en silencio unos segundos. Para él, ésto era un nuevo plan de Sue de destruir Glee, haciendo de su co capitana una de las Cheerios.
"Bueno, Rachel. Por más que me duela, te relevo del puesto de co-capitana. Quinn, de ahora en más sos la co-capitana de New Directions." Todos, absolutamente todos, contuvieron la respiración ante lo que Schuester acababa de decir, esperando la reacción de la diva.
"De acuerdo Sr. Schuester." respondió Rachel, sorprendiendo más a todos. ¿Acaso no iba a haber drama alguno? "Ahora, que tomó su decisión ¿puedo marcharme?" agregó. Su encuentro con Stevens, no había salido como a ella le hubiera gustado, así que tenía que prepararse para enfrentarse al fantasma esa noche. Mientras la conversación se había llevado a cabo, recordó que tenía poca sal y tenía que rellenar los cartuchos.
Como Schuester ya no sabía que decir, le dijo a Rachel que no se podía ir y que tenían que ensayar para las regionales.
"Si, tenemos que ensayar. Eso lo entiendo señor Schuester. Pero conociéndolo vamos a ensayar canciones que ni siquiera vamos a utilizar. Y todos van a criticarme porque me va a tocar el solo, y entramos en un ciclo que no es saludable para nadie. Además, tengo cosas importantes que hacer, no es que me esté marchando porque quiero hacerlo." dijo Rachel, esperando hacer entrar en razón al profesor.
Pero solo hizo que la mayoría de los miembros se sintieran ofendidos de cierta forma y comenzaran a gritar y a insultarla todos juntos. Mientras Santana seguía con la vista fija y pensaba que en que era lo que la diva tenia que hacer con tanta importancia. Berry estaba realmente extraña.
Cuando el silencio volvió a dominar el aula. Schuester volvió a tomar la palabra.
"Rachel, quiero que cantes la balada en las regionales, así que tenemos que practicarla." dijo intentando convencer a la diva. Aunque era molesta, era quien mantenía el orden en Glee.
"Sr. Schuester" dijo la diva suspirando. ¿Acaso no entendía este hombre qué había un fantasma enojado dando vueltas por McKinley? No, no lo entendía porque no lo sabía. Y aunque lo supiera, no lo creería. "¿Por qué no le da el solo, no sé, a Quinn, a Mercedes o a Tina? Realmente no me interesa. Faltan dos meses para las regionales y ud. va a cambiar de opinión más rápido de lo que cambia de ropa interior." agregó mostrando que ya se estaba enojando. Cuando se dió cuenta de lo que dijo, abrió los ojos sorprendida. ¿Le había salido el lado Winchester por la boca? Estaba segura de que ahora tenía un viaje gratuito a la oficina de Figgins.
"Rachel, quiero que vayas a la oficina de Figgins."
"¿Y después voy a poder retirarme?" preguntó la diva, cada vez más molesta. Maldito Schuester y sus preferencias.
"Si Figgins así lo decide."
"¡Genial! Nos vemos Sr. Schuester." dijo Rachel saliendo rápidamente de la habitación y en dirección a la oficina de Figgins, a la cual no tenía intención de ir, pero quería que así pareciera.
Mientras tanto, en Glee todos se habían quedado, otra vez en silencio.
"San, ¿por qué el Sr. Schue se enojó cuando Rachie entregó los solos? Si siempre anda molesto diciendo que ella no participa en equipo y que egoísta." la voz de Brittany rompió los pensamientos de todos.
"¿Qué estás diciendo, Brittany?" preguntó Schuester, todavía no entendía que había pasado.
"Ud. y todos siempre se quejan de que Rachie canta todas las canciones. Y hoy, que ella dice que la cante una de esas personas que siempre se quejan, ud. se enoja y la envía con Figgins." respondió levantando sus hombros.
"Vamos Britt. Seguramente Berry necesita algún testigo ante Figgins." dijo Santana levantándose y saliendo de la habitación.
"¿Ven? Cuando alguno de nosotros quiere irse porque le da la gana lo hace, y Rachel que parece ser que tenía algo importante para hacer, pide permiso y no la dejan. ¿No le parece injusto, Sr. Schue?" dijo Brittany siguiendo a la latina.
"¿Alguien me puede explicar que acaba de pasar?" preguntó Schuester a sus alumnos.
Santana y Brittany no vieron a Rachel ni con Figgins ni con Sue. Así que dejaron el colegio, para notar que el Impala no estaba en la playa de estacionamiento. Brittany, le pidió a su amiga que la llevara a su casa.
"¿Vas a hablar con ella, San?" preguntó en el camino.
"Si, Britt, mañana voy a hablar con ella."
"No, hoy. Tienes que hablar con ella hoy."
"¿Por qué Britt?"
"No sé. Hoy me pareció que no era la misma Rachel de siempre. Estaba como preocupada por algo. Tienes que hablar con ella hoy."
"Britt, estoy segura de que no es nada. Mañana, a primera hora, hablo con ella. Te lo prometo."
"No, San. Espero que te des cuenta que es hoy que tienes que hablar con ella." Y no volvieron a hablar el resto del camino.
Santana se fue a su casa, y mientras cenaba con sus padres, pensaba en las palabras de Britt. A veces, la rubia sabía como incomodarla. Y desde el día anterior, ante todo los cambios que había visto en la diva, estaba más intrigada. Decidió ir a la casa de Rachel después de cenar.
Cuando Santana dobló en la esquina, vio salir al Impala. Esto le llamó la atención, ya que eran casi las 8 de la noche y la diva generalmente siempre hablaba de sus 8 horas de sueño y de una rutina que le llevaba aproximadamente dos horas antes de acostarse. Decidió entonces seguir al Impala.
El destino, elegido por la diva, sorprendió a Santana. Era McKinley.
La latina, estacionó al lado del Impala, cuando vio a la diva desaparecer tras las puertas del insituto, que deberían haber estado cerradas, después de los asesinatos que habían ocurrido.
Pero Santana no tenía miedo de que algo le sucediera, sino que había comenzado a temer por la seguridad de la diva. Así que entró corriendo detrás de ella a McKinley. Como no la vio en los pasillos, se imaginó que la diva estaba en el vestuario de las Cheerios. Entró silenciosamente y pudo observar que la diva sentada en uno de los bancos que había movido hacia el centro de la habitación y que estaba rodeado por un círculo blanco, dándole la espalda.
"¿Berry?" susurró Santana sin saber muy bien por qué.
Rachel, saltó en el asiento del susto y el arma que sostenía en sus manos se le cayó al piso. Se dio vuelta lentamente, por un momento pensó que su cabeza le estaba haciendo imaginar cosas, estaba bastante cansada.
"¿Santana?" susurró la diva como respuesta. "¿Qué estás haciendo aquí?¿Acaso me estás siguiendo?"
"Si, Berry. Pero la pregunta es, ¿Qué demonios estás haciendo vos en este lugar?"
"Santana..." justo en ese momento, las luces empezaron a titilar. Le tendió una mano a la latina y recogió el arma. "Prometo explicártelo Santana, pero necesito que entres dentro de este círculo. Por favor."
"No, Rachel. ¿Acaso no estás al tanto de los asesinatos que están ocurriendo en McKinley? Todavía no puedo creer que no hayan suspendido las clases, pero que vengas a estas horas a sentarte en el lugar de los asesinatos, es como que estas preparada para que te pase a vos."
"Santana, por favor" dijo la diva suplicandole con su mirada, "ingresa en este círculo". Cuando decía esto comenzó a sentir frío y vio el halo de vapor saliendo de su boca.
"¿Y por qué tengo que hacerlo?" respondió desafiante la latina. ¿Acaso Rachel no se daba cuenta que venir sola a McKinley en la oscuridad de la noche iba a hacer que la asesinaran?
Rachel no contestó, salió del círculo y agarró a Santana con toda la fuerza que tenía, para llevarla hacia adentro del círculo. Cuando entraron en el círculo, como Santana arrastró los pies, rompió la línea. Rachel, suspiró ante esto y volvió a agarrar el tarro con sal y rellenar la línea.
"¿Qué es eso?" susurró la latina ante una figura blanca que se estaba formando al frente de ellas. Abrazó a la diva desde atrás, del miedo que estaba sintiendo.
"Eso, es el asesino." respondió Rachel, respirando profundo por dos razones, las manos de Santana en su cintura, y la fuerza con la que la estaba apretando. "Bueno, técnicamente la asesina." agregó.
"Rachel, si llega a matarme, juro que voy a volver y aunque estés muerta, voy a volver a matarte."
"Acepto tu promesa Santana, pero mientras nos mantengamos en este círculo de sal no nos va a hacer nada."
"¿Círculo de sal? ¿No te parece que estás un poco delusional?¿O que estás leyendo muchas historias de fantasmas?"
"Santana" en ese momento, la figura blanca, tomó la forma perfecta de Sandra McGraw. Santana, apretó más a la diva contra sí misma cuando vio que ahora había una porrista delante de ellas. Estaba rodeada de un aura blanca y sus ojos también eran blancos.
"¿Qué es eso?" preguntó Santana.
"Eso es un fantasma" respondió la diva.
"¡Se va!" gritó Sandra McGraw, con voz una voz que resonó en cada esquina del vestuario. "¡Se va!" Volvió a gritar, haciendo que a Santana se le pusiera piel de gallina en todo su cuerpo y todos sus cabellos se levantaran como agujas.
Rachel, estaba estoica mirando la figura. Necesitaba información, y que a el fantasma se le diera por gritar que Stevens se iba, no le estaba dando ninguna pista.
"Pero se va por una mejor oportunidad laboral, Sandra" dijo la diva, intentando buscar alguna respuesta.
"¡No puede irse!" respondió el fantasma acercándose hasta el círculo, quedando cara a cara con la diva. "No puede irse porque tiene que pagar".
"Berry, estás completamente loca. Estás hablando con un fantasma que mató a tres porristas y vos y yo somos porristas. ¿No te suena a algo?" le decía Santana en el oído a la diva. Quería irse de ahí lo más rápido posible. Acababa de darse cuenta de que los fantasmas eran reales, y no quería estar más dentro de McKinley.
"¿Por eso mataste a las porristas?" preguntó Rachel ignorando a la latina.
"Quiero que se quede. Quiero que lo culpen de lo que me hizo."
"Pero él no dejó el arma con el que te mato al lado del cuerpo." agregó la diva. Sabía que esa era una diferencia entre los asesinatos.
"Él tiene el arma encima" respondió el fantasma, dando vueltas al círculo de sal. "Nunca se deshizo del cuchillo. Le hace recordar mi muerte. Es feliz recordando mi muerte."
Diciendo esto, desapareció.
"Santana, ¿sabes usar un arma?" preguntó rápidamente la diva, sabía que Sandra iba a volver.
"No, ¿por qué tendría que saberlo?"
"¿Me podrías soltar, por favor? Ella va a volver y no está muy contenta con el hecho de que no puede tocarnos."
Santana, quito sus manos de la diva reluctantemente.
"Toma esto" le dijo la diva después de sacar algo del bolso que tenía consigo y colgándoselo en uno de sus hombros. "Si se te acerca, intenta pegarle"
"¿Un atizador, Berry? ¿En serio?"
"Santana, es de hierro. El hierro ahuyenta a los fantasmas por unos momentos. Vamos a tener que correr más rápido que el viento si queremos salir con vida. Y ciertamente, no estaba en mis planes tener que estar cuidando a alguien más."
"No eres mi niñera, Berry"
"No, no lo soy. Pero me seguiste hasta McKinley. Mi idea era quedarme en este círculo toda la noche, si era necesario. Pero no me dejaste esa opción. Así que, ahora, por segunda vez, te pido un favor. Vamos a salir de la escuela lo más rápido posible. Vos vas a ir mirando hacia adelante y yo voy cuidando nuestras espaldas."
"¿Con un arma, Berry?" Santana creía que era la primera vez que tenía, en su vida, una conversación tan extraña. Y eso que era amiga de Brittany.
"Si, con un arma Santana." Rachel se estaba cansando de hablar, realmente. El fantasma iba a volver en cualquier momento e iba a hacer todo lo posible para asesinarlas. "Mira, si quieres después te explico absolutamente todo, pero por favor, salgamos vivas de aquí."
Santana solo asintió.
Rachel, la puso delante de ella y lentamente la empujó hasta estar las dos fuera del círculo. Santana caminaba lentamente, mirando a cada uno de sus costados antes de dar un paso.
"López, sería mejor que camines un poco más rápido" susurró la diva.
Santana apuró el paso y poco tiempo después pudo ver las puertas que las iban a salvar de este fantasma.
Cuando apoyó una de sus manos en la puerta para salir, escuchó un disparo resonar en todos los pasillos de McKinley. Al darse vuelta vio que Rachel corría desde muy atrás, y le hacía señas de que saliera. ¿En que momento se había separado de ella?
Cuando la diva casi llegaba, el fantasma se le apareció por delante. Pero Rachel no podía disparar, unos metros detrás de Sandra y en su línea de tiro estaba Santana. La latina dio un paso hacia la diva e intentó pegarle al fantasma con el atizador, y éste se desvaneció un grito. Rachel dijo gracias y empujó a Santana hacia afuera del edificio y en dirección hacia los autos. Cuando pisaron el asfalto, Rachel se permitió descansar. Tenía una leve sensación de que el fantasma no podía salir de la escuela. Y al darse vuelta, la vio sosteniendo la puerta observándolas, para cerrarla al desaparecer.
"¿Qué diablos fue eso y en que demonios estabas pensando Rachel? Ese fantasma te podría haber matado. Nos podría haber matado. Y vos entraste a lo diva a la boca del lobo. ¿Qué carajos está pasando en tu cabeza?" gritó Santana caminando de un lado al otro y levantando los brazos.
"Te dije que te iba a explicar, pero no en la playa de estacionamiento." dijo la diva caminando hacia su auto. "Te espero en mi casa, cuando quieras."
Santana la vio marcharse mientras intentaba recuperar la respiración y la cordura. Volvió en si cuando escuchó sirenas que se acercaban a McKinley.
"Maldita diva" murmuró subiendo a su auto y saliendo a toda velocidad de la playa de estacionamiento del colegio.
Cinco minutos después, golpeaba con todas sus fuerzas la puerta de la casa de Rachel. Que no contestaba inmediatamente. Un ruido de motor la distrajo y al darse vuelta, vio llegar al Impala que ingresó directamente en el garage.
Cuando la diva se acercó a su lado para abrir la puerta, Santana agarró sus brazos con ambas manos y la besó. La besó para pedirle disculpas por todo lo que le había hecho, por todo el dolor que le había causado. La besó para hacerle entender todo lo que sentía. La besó porque habían estado a punto de morir y no sabía como explicarle que ella se hubiera muerto si le pasaba algo. Rachel, correspondió el beso, pero ella le decía en el mismo lo preocupada que había estado durante el tiempo que pasaron dentro de McKinley.
Cuando se separaron, Santana apoyó su frente en la diva.
"¿Vas a explicarme o no, Berry?"
Rachel solo asintió y logró abrir la puerta.
Esa noche, ninguna de las dos durmió. Rachel, le contó como era su familia y le explicó que se dedicaba a cazar seres sobrenaturales desde que tenía 10 años. Sus padres, hacía dos, se habían ido del país, debido a la falta de cazadores fuera de Estados Unidos, dejándola sola. Pero eso nunca le molestó a Rachel porque sabía que era la vida que le tocaba. Sus sueños no eran Broadway, aunque no estaba mal pensarlo, sino terminar la secundaria y poder salir del estado a seguir con el trabajo que quería. Era la única condición que toda su familia (incluyendo sus primos) le habían impuesto. Le contó de la investigación que había llevado a cabo desde que empezaron los asesinatos y el porque había ido esa noche a intentar hablar con el fantasma. Le dijo que cuando tenía un caso, generalmente lo resolvía los fines de semana, pero que éste era especial porque estaba situado en Lima, lugar en donde pocas cosas sobrenaturales sucedían.
Santana escuchó con atención todo lo que la diva decía y cuando terminó de explicarle todo, la latina comenzó a hablar.
"Ahora, voy a hablar yo, Berry. No me importa si todos los fines de semana de ahora en más, desapareces de Lima. No me importa, si vas a estar por ahí quemando huesos en un cementerio. Porque desde ahora en más, voy a estar a tu lado. En el pasado fui una perra con vos, Berry y no sé como voy a poder compensarte todo el dolor que te causé. Pero ahora, que sé quien eres y que tengo una oportunidad con vos, voy a hacer lo posible para que no viajes sola. ¿Te quedó claro?" dijo sin romper el contacto visual con la diva. No era buena con las palabas y menos con los sentimientos. "Me gustas Berry. Brittany me hizo darme cuenta de eso, aunque muy en el fondo sabía que era por eso que te traté como lo hice. Y no me importa si mañana entras en McKinley sin el uniforme de las Cheerios, dentro de esos pasillos no te va a tocar nadie más."
"Santana, gracias, pero puedo cuidarme sola."
"No Berry, ninguna novia de Santana López va a ser bañada en granizados todos los días."
"¿Novia?"
"Por supuesto Berry. En el momento en que me respondiste el beso, te convertiste en mi novia."
"Realmente romántica tu forma de preguntarme."
"Lo lamento, Berry. Pero yo no hago cosas románticas."
Rachel se río ante esto. Santana López tenía unas formas únicas de hacer las cosas.
"¿Qué va a pasar con Glee? Dejaste a todos sorprendidos a la tarde y ni siquiera apareciste por la oficina de Figgins."
"Schuester puede hacer lo que quiera, realmente no me importa. Por lo menos, ahora Quinn va a tener algo por lo que estar orgullosa. Me estaba cansando de sus constantes quejidos sobre su falta de popularidad, etc., etc."
"Berry, me sorprende que pienses así de Quinn." dijo Santana fingiendo la sorpresa.
"Como si no lo pensaras, López." Adoptando la posición de Quinn cuando era HBIC y levantando la ceja en el mejor estilo Fabray continúo "Yo soy Quinn Fabray, ¿Te quedó claro, Man Hands? Soy la chica más popular de la escuela, presidenta del club del celibato, capitana de las porristas, y como el primer día que te vi estaba con el síndrome premenstrual, vas a pasar toda tu secundaria en lo más bajo de la pirámide social" Imitó a Quinn con tanta perfección, que Santana comenzó a reírse a carcajadas y por un buen rato.
A la mañana siguiente fueron las primeras en la práctica de las Cheerios, a pesar de que no habían dormido nada. Después de la ducha y mientras caminaban con Brittany, vieron pasar a dos policías, llevando esposado al profesor Stevens.
"Una pista anónima fue recibida anoche en la comisaría." dijo Sue a sus espaldas "Decía que él cargaba un cuchillo con el que había cometido un crimen en el año 78." Y con esto, volvió a desaparecer en el mar de gente de los pasillos de McKinley.
Santana, miró a Rachel interrogándola y ella sacudió los hombros en señal de ignorancia.
Ese día, Rachel tenía el tercer período libre. Sacó un pequeño bolso de su casillero y se dirigió al vestuario de las Cheerios.
Abrío el casillero que tenía la banda de escena del crimen y tiró líquido incinerante por toda la superficie del mismo y de la puerta.
"Te dije, que a partir de ahora, cada cosa que hicieras yo tenía que estar a tu lado." dijo Santana parada con sus brazos cruzados sobre el pecho.
"Estás ahora acá, ¿o no?" dijo Rachel encendiendo un fósforo y tirándolo dentro del casillero para así cerrar la puerta y que todo lo que había dentro se quemara. Santana, agarró su mano y al darse vuelta se encontraron con Sandra, que a pesar de que su asesino estaba siendo llevado a la cárcel, gritó del dolor cuando el pedazo de piel que había quedado en el casillero comenzó a consumirse. Su figura etérea fue incendiándose y desapareció.
Santana guío a la diva hacia el pasillo que unos minutos después comenzó a llenarse de gente, y en el momento en que le pareció necesario, se fundió en otro beso eterno con la diva.
Rachel, pensaba que tendría que haber usado el Impala que le regaló su primo, unos días antes.
"Ahora que soy tu novia, me vas a dejar manejar el Impala" dijo Santana al romper el beso.
"No"
"Si"
"No, el Impala no se toca, salvo por un miembro de la familia."
"Berry, si tengo que casarme con vos para manejar ese auto, lo voy a hacer. Y nada de andar escuchando AC/DC cuando yo esté en ese vehículo."
Rachel abrió los ojos y la boca, sorprendida como si le hubieran hablado mal de Streisand.
Cuando salió de la sorpresa, Santana estaba unos metros más adelante y ella trotó para alcanzarla.
"¿Y qué música, oh, mágnanima Santana, sería ud. capaz de escuchar dentro de ese vehículo?
Preguntó al alcanzarla.
"No sé. Quizás Ricky Martin."
"Estás loca Santana. Jamás te voy a dejar manejarlo y mucho menos que pongas un dedo en la radio."
"Berry, no tienes opción."
"Oh, si la tengo Santana. Puedo aparecer por tu casa, diciendo que estás loca y que crees en los fantasmas. Terminarías en un psiquiatrico."
"¡No serías capaz!"
"Si, si lo sería."
Ellas siguieron discutiendo por los pasillos de la escuela, mientras todos miraban sorprendidos el cambio de actitud entre la capitana de la porrista y la diva. Podía llegar a ser el rumor del año, podía llegar a ser muchas cosas. Pero por ahora, era lo más extraño que había pasado.
