Esta historia pertenece al usuario Pink Bunny Ears y ha sido traducida con su consentimiento por la23trenzas.

Si alguien está interesado en leer el fanfic original, podrá encontrarlo bajo el mismo nombre o bien buscando el nombre del autor.


Debería haberlo pensado mejor antes que dejar que Sonic deambulara por La Isla Flotante por su cuenta. No sabía cómo el erizo azul había obtenido la información o que fuerza le había llevado a atar cabos, y probablemente nunca lo sabría ahora. Todo lo que sabía es no sabía… bueno, nada, antes de su pequeño paseo, por lo que el paseo había tenido que ser la causa.

Se había vuelto descuidado, demasiado acostumbrado a las visitas de Shadow. Shadow acostumbraba a traer sus propios recursos. Shadow era bueno en atar cabos, pero sabía captar las indirectas. Shadow sabía cuándo dejar las cosas como estaban.

Pero Sonic no era Shadow. Y ahora era demasiado tarde.

"¿Pensabas contárnoslo alguna vez?"

No fue la pregunta en sí, sino el tono serio lo que pilló a Knuckles con la guardia baja. Dio media vuelta antes de siquiera darse cuenta, y se encontró con una ceja arqueada y un pie golpeando el suelo inquietamente.

"¿Qué…?"

"He dicho," Repitió Sonic, su voz paciente contrastando con su lenguaje corporal. "¿Pensabas contárnoslo alguna vez?"

"No tengo ni idea de lo que…"

"Eggman" Dijo simple y sucintamente antes de detenerse y esperar. Claro, su cuerpo seguía irradiando impaciencia y parecía incapaz de detenerse por un momento siquiera, pero el movimiento, o más bien la falta de él, era tan poco típico de él que Knuckles no pudo evitar que su mandíbula cayera un poco. ¿Qué demonios?

"Cuando dijiste que se había estrellado en tu isla." Aclaró con voz extrañamente controlada y algo de molestia al fondo. "¿Hay otra cosa que se te olvidara mencionar?"

El desconcierto pasó a la irritación en cuestión de segundos.

"No veo porque esto es asunto tuyo." Dijo mientras giraba sobre sus talones para alejarse de él.

"¡Eso es precisamente de lo que te estoy hablando!" Le gritó a su espalda con clara molestia.

No se dio la vuelta. Y nadie le siguió. Sabía que no conseguiría nada.