Declamo: Robando la cita de uno de mis autores favoritos en la sección de Harry Potter y Naruto (ingles) (Partially Kissed Hero, Exam Chuunin Day) "Curioso que recuerdo los nombres de sus historias mas no su NICK o nombre en si"

Cito…

El mundo de Harry Potter me ofende tanto, que generalmente procedo a destazarlo con mis fics.

McGonagall es una mujer férrea pero justa, nunca titubeando ante la oportunidad de ayudar, mas al mismo tiempo, lo suficientemente recta como para corregir a alguien testarudo en reingresar por el camino correcto.

El hombre a quien estaba confrontado era el más testarudo en su vida, (quizás el más obstinado del planeta si eso era posible.) Hacia más de dos trágicas horas que su mundo había cambiado radicalmente, y dos de sus mejores alumnos y amigos, habían pasado a la siguiente gran aventura, aun cuando según su opinión, su partida fue demasiado pronta para su gusto.

No pudo evitar el que de sus ojos fluyesen lágrimas ante la tristeza que le embargaba, ¿como no hacerlo? Suspiró resignada de lo que ya no podía cambiarse, por más que su corazón desease lo contrario. Y se dedicó a culminar el papeleo que tan necesario seria para ayudar una última vez a Lily y James Potter.

Era lo único que podía hacer por los momentos...

Nuevamente suspiró resignada al ver que aparentemente James era el último heredero de su familia, titulo que ahora pendía de su reciente retoño Harry. Con serenidad calmó sus agotados nervios con tal de que su juicio no fuese nublado por sus ideales. Hacia no mucho había tenido una férrea discusión con el director de la escuela.

¡Qué hombre más necio! Arrojar a un niño sin supervisión alguna como lo tenía planeado era, Merlín perdone su indiscreción. ¡Estúpido cuando más! Por tanto, en un intento de ganar mas tiempo para conseguir una respuesta mas favorable a los problemas del joven Potter.

Primero era verificar sus líneas familiares con tal de colocar el niño bajo la mejor tutela disponible, se lo debía a Lily cuando menos. Frunció el ceño ante el nombre de su hermana, quien si mal no recuerda, en varias de sus visitas o pláticas con Lily Evans (posteriormente apellidada Potter al contraer matrimonio) en aquel entonces, le traían horribles posibilidades ante las señales de celos y odio (Siendo la única fuente de las mismas su hermana menor) que su alumna en varias oportunidades no faltó en recalcar en algunas de sus conversaciones.

Si tales afirmaciones eran ciertas, entonces Petunia debía ser excluida con obviedad, pero a medida que el tiempo transcurría, las posibilidades de que Harry terminase con su tía eran inmensas y McGonagall en un intento por darle una segunda oportunidad a la mujer, decidió tener una entrevista en privado con la misma.

Dumbledore desaprobaría con obviedad, pero ella necesitaba asegurarse del futuro del chico… Nada era más importante que ello, y nada ni nadie (especialmente cierta cabra/humana le convencerían de lo contrario.)

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No necesitó entrar en contacto con la familia de Petunia (ahora apellidada Dursley) para saber que estaba ante la peor calaña que pueda existir. De hecho todos los síntomas que Lily había comentado en sus pláticas, eran más que obvios hoy en día, de hecho las ansias de la mujer por todo aquello que aparentaba normalidad; Llegaba hasta el punto de la obsesión, ¿Fobia quizás?

Frunció el ceño en desaprobación, al escuchar la conversación entre la ballena de hombre que acababa de llegar a la pequeña casa en número cuatro en Privet Drive. A pesar de la escena sacarina de lo que podría ser una familia normal, ella podía escuchar, prácticamente sentir la ansiedad de la mujer por que el niño que sostenían en sus manos, fruto de piel, huesos y sangre de si misma y su marido. Fuese normal en lo absoluto.

El leve destello de locura y desesperación en sus ojos no pasó para nada desapercibido para la anciana ahora convertida en gato. Decidida a marcharse, alzó su felino trasero de la ventana donde estaba postrada, completamente inadvertida por los habitantes de la casa en la que espiaba. Decidida a marcharse a intentar convencer al director de lo horrible que podría ser el entregarle a Harry a una persona como Petunia Dursley.

O al menos eso intentó hasta que escucho algo que obviamente llamó su atención.

"¡Tu madre volvió a llamar esta mañana a mi trabajo! Es la tercera vez que tengo que pedir una transferencia de mi número telefónico con tal de conservar un poco de mi cordura sobre su insufrible ruego y lloriqueos. ¡Conocer a mi Dudley, HA... ya quisieran esos ama fenómenos!" Espetó con obvio desdén la ballena humana que hasta hoy tuvo la desgracia de conocer era el tío político de Harry James Potter.

La mujer de complexión delgada, casi anoréxica no tardó en fruncir el ceño, arrugando su demacrado y malhumorado rostro ante la mención de sus padres. Aparentemente su madre aun no entendía por ningún medio que ni ella ni su maravillosa familia deseaban tener algo en común con los adoradores de lo innatural. "Yo me encargaré de ello querido, mañana visitaré al abogado con tal de conseguir una solución legal para nuestro pequeño problema." Respondió Petunia.

McGonagall por su parte no pudo evitar el esbozar una sonrisa en su rostro (asustando a la vecina al ver a un gato sonreír a duras penas mientras caminaba lentamente por la acera frente de su casa), los cielos y Merlín habían escuchado sus plegarias, finalmente después de vislumbrar lo que sería un futuro oscuro e impredecible para el niño – que – vivió, acababa de entregarle una bifurcación mas brillante hacia lo que quizás seria un futuro prometedor.

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Tragó grandes sorbos de agua al intentar apaciguar el dolor en su garganta, aparentemente Albus (cuya amplia selección de títulos debería incluir entre ellos, "Mas obstinado del mundo.") encontraba su razonamiento, pobre, y por ende decidió bajo todas sus advertencias y regaños, el dejar a la criatura con esos despreciables Muggle.

No pudo evitar estar frustrada, más cuando dicho infante estaba ahora bajo el cuidado del enorme pero amable Hagrid, cuidador de las llaves de Hogwarts. ¿Cómo convencer a semejante… obstinado, de que su solución de dejarle con sus abuelos maternos, era la decisión más apropiada?

Se resignó a lo que podría ser el movimiento mas arriesgado que jamás halla hecho en su vida. De hecho literalmente, estaba poniendo su forma DE VIDA en riesgo con tal de salvar al niño de tan nefasto futuro.

"¡Si planeas llevar esto a cabo aun en contra de mi juicio! Considera mi renuncia en el acto Sr. Director." Como esperaba (e internamente rogaba sucediera.) Esto detuvo en el acto a su estimado jefe. El año escolar estaba en pleno curso, por lo que sus labores de Sub-Directora estaban al máximo de su desempeño, cumpliendo con todas aquellas faenas que el ocupado líder no podía desempeñar al estar colmado de papeleo legal y reestructuración del año escolar. De hecho para su alegría, Dumbledore, (quien había caído algunas escalas en su nivel de respeto en lo que a ella le concernía.) había perdido todo el color de su rostro ante la posibilidad que se le presentaba en este momento.

"Minnie, ¡No puedes estar hablando en serio!" Por un momento la mera expresión de angustia en su rostro le tomó por sorpresa, aparentemente el trabajo era, mucho, MUCHO mas extenuante sin la ayuda inmediata del Sub-director. Quizás más aún cuando no tenía el tiempo suficiente como para contratar un reemplazo tan eficaz y dedicado como lo es ella. "Muy en serio Director, los padres de Lily son excelentes opciones a considerar, tomando en cuenta la fabulosa forma en que su hija resultó a la larga, yo misma puedo confirmar que no existe otra opción mejor que ellos, a pesar de su edad…"

Con un atisbo de tristeza la venerable anciana decidió dejar escapar sus emociones. "Albus… aun cuando Petunia obviamente les odia a muerte, ellos siguen intentando reconstruir los lazos rotos… hasta hace pocos días pude presenciar incluso como sus corazones se despedazaban ante la demanda que su propia hija, su propia sangre posó sobre ellos, con tal de mantenerlos alejados…."

El anciano de enorme barba suspiró en frustración, "Entiendo tus sentimientos Minnie, pero debes entender que en tan frágil estado emocional, ellos se aferrarían a Harry hasta el punto de jamás dejarlo ir con tal de no perderlo. Incluso negarían su acceso al mundo mágico al saber que es lo que le aguarda."

"En cambio es preferible ubicar a la criatura al lado de Muggles que obviamente odian todo lo relacionado con Magia, y que cuyos usuarios tienen como titulo en sus haberes "Fenómenos"; Si Albus, que idea tan perfecta, ubica al niño al lado de quien no solo odiaba a su hermana por sus dotes, sino todo aquello que la identificaba, con suerte el niño crecerá con suficiente rencor como para ser el siguiente señor oscuro." Espetó la mujer obviamente agotada de tener esta discusión.

No le importó el remordimiento de conciencia que le azotó ante la mirada de derrota que sufrió el hombre al que hasta hace poco admiraba ciegamente, mucho menos tomó a consideración el que ahora parecía mucho mas viejo de lo que realmente era. Ni que su movimiento había golpeado duro al centenario al rememorarle sin desearlo a cierto señor oscuro que se había alzado en su contra.

Resignado, pero obstinado en que su juicio estaba en lo acertado, decidió insistir en su elección. Su vieja amiga, cansada en lo absoluto de todo esto, no tardó en comentar entre lágrimas de furia y desconcierto. "¿Acaso miras tanto hacia el mañana, que en el presente, cuando más te precisamos, decides ignorar las plegarias de quienes te necesitan?"

Dumbledore abrió sus ojos como platos, herido en lo más profundo ante la realidad de ese estatuto. Minerva pudo captar esto y en desesperación decidió ignorar a su corazón implorante, y torció la proverbial navaja mucho mas adentro. "Si fijas tu vista eternamente en el horizonte, a menudo terminas por tropezar con las piedras que están justo ante tus narices, Albus."

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Cinco años después.

Harry Potter de seis años de edad es un niño triste, sin duda, allí estaba él, sus ojos vacíos de lagrimas ya secas de tanto derramarse, sus manos dolían, su estómago gruñía en protesta y su boca sabía a los mil diablos (De hecho su sabor exacto era al de barra de jabón.)

Por primera vez en su vida sus adorables y muy malignos (según su infantil opinión) abuelos, le habían castigado injustamente, el tan solo había dicho unas cuantas palabras que tenían un cierto borde chistoso. ¿Y que gano con eso? ¡Que lavaran su boca con jabón! Y lo que es peor aún, había tenido que limpiar su cuarto sin derecho a cenar esta noche.

"No es justo," replicó de nuevo, ignorante de que su abuela le observaba atenta desde el marco de su puerta.

Dicha mujer estaba consternada, sabía que debía disciplinarlo, pero su corazón maltrecho con tantas pérdidas no podía soportar la idea de verlo tan decaído y cabizbajo, aun cuando sus instintos de madre le informaban que el niño necesitaba aprender respeto, y por sobretodo buenos modales.

Las obscenidades que recitó en la sala para el horror de la anciana pareja, no debían ser pronunciadas por una boca tan inocente como la suya, por más graciosas que le pareciesen las palabras.

Suspiró resignada de no poder acudir y abrazarlo en su regazo como siempre lo ha hecho cada vez que llora o se encuentra deprimido. Sus manos ansiaban con desesperación acariciar ese cabello incontrolable tan característico de su fallecido Padre. Intentó retirarse, pero una mano sobre su hombro impidió lo contrario, asustándola enormemente y logrando con ello acelerar su pulso cardíaco ante la sorpresa inesperada que su marido le había propinado.

A punto de arrojarle un regaño que haría sonrojar a un marino, (Aun a conciencia de que eso le convertiría en una hipócrita ante los ojos de su nieto,) se volteó con una mirada de consternación en su rostro, solo para que esta desapareciera ante la sonrisa de su marido, en sus manos portaba un pequeño plato con un emparedado de jamón y queso, acompañado por un enorme vaso con leche fría.

Olvidando su trasgresión, Rose "Rachel" Evans, de sesenta y ocho años de edad, procedió a tomar la ofrenda de paz que su compañero de toda la vida le ofrecía, con tal de enmendarse ante los ojos de su nieto. Comprendiendo que al menos el niño necesitaba comprender el porque se le había castigado. Y claro, establecer que a pesar de su indulgencia, una segunda infracción seria castigada de igual forma. No porque ellos le odiasen como tan vocalmente había expresado hace unos minutos, sino porque le amaban con toda su alma y deseaban lo mejor para él.

Richard Evans, de sesenta y nueve años de edad, sonrió satisfecho mientras observaba desde el marco de la puerta como su mujer y mejor amiga remendaba lo que hasta hace poco habían roto según el punto de vista del niño; Su confianza.

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Harry Potter, de ahora ocho años de edad, era un niño en lo absoluto entusiasmado, debido a su insistencia hacia sus abuelos, (Y motivado principalmente por las caricaturas del sábado por la mañana) había entrado en su primera clase de artes marciales. En un intento por emular las acciones de sus héroes.

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Un tiempo transcurrido después, el chico para su decepción (como la gran mayoría de los niños) había descubierto que las verdaderas artes marciales, no son como sus series de televisión las pintan. No se le enseñaba a como pelear, sino a como evitarlo. Por lo que aburrido de no aprender lo que deseaba, imploró a su abuela que le llevase a un lugar más interesante.

Su abuela, intentando enseñarle una lección en responsabilidad (Y para su horror y aburrimiento.) Decidió inscribirle por tres años consecutivos en la escuela.

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Richard es un hombre que goza ampliamente de la literatura, de hecho a pesar de jamás haber culminado su educación secundaria, y de no estar al mismo nivel académico que muchos de sus amigos (los que aún están con vida claro esta) Se mantiene culturizado gracias al don de la lectura. Es un Padre recio, obstinado, pero bastante cariñoso cuando lo desea.

Se le podría considerar como un hombre de éxito, ya que con el tiempo había podido montar su propio negocio hasta ser alguien independiente. Y hoy en día había dejado el mando de su empresa en manos de alguien confiable (Y bajo varias medidas legales claro esta, solo por si acaso.) Con tal de vivir sus últimos años junto a la mujer que ama y a su nieto.

Comprendiendo que en cierta forma se lo debía a Lily, enseñó al niño a leer lo mas pronto posible con tal de hacerlo independiente de esa maquina del demonio (mejor conocida como Televisión) Que si bien el igual disfrutaba, deseaba que Harry pudiese ser completamente libre de las garras del dichoso aparato.

Fue por eso que a pesar de ser la figura "estricta" en su familia, le enseñó al niño fábulas infantiles, introduciéndolo lentamente y sin que se percatase al mundo de la magia sin que el niño siquiera lo sospechase. Rachel (Segundo nombre de su mujer) se opuso enormemente a esta tarea. Negando completamente que Harry fuese al mundo que tan cruelmente les había arrebatado a su querida Lily, además de haber alejado de ellos a su segundo retoño Petunia.

Pero ella comprendía gracias a sus palabras, de que no podían apartar al niño de su futuro, Dumbledore había sido altamente insistente en que Harry al igual que sus padres, tendría que acudir a Hogwarts.

Prioritario, fueron sus palabras exactas…

Quedó por entendido (por debajo de la superficie claro esta) por el hombre que así como pudo entregárselos, podía arrebatárselos si las cosas no iban por el camino que debían ir. Por lo que explicándole a su amada esta situación, ella finalmente concedió de que si el niño desarrollaba las mismas habilidades que Lily, tendrían que permanecer resignados y rogar por que los cielos escuchen sus plegarias por mantenerlo a salvo.

Por ende, poco a poco le presentó libros que hacían alusión al mundo de la magia, por supuesto todos escritos por lo que el "creía" era un Muggle.

Hans Christian Andersen, Los hermanos Grimm, y muchos otros autores infantiles estaban entre los logros académicos del niño.

A medida que crecía, su interés por el deporte incrementó, por lo que le incluyó en varios clubes con tal de saciar el apetito del chico; Fútbol, Béisbol, Jockey sobre hielo, y si es posible Rugby habían llamado la atención de Harry. Por supuesto su abuela tan solo le permitió experimentar los tres primeros, temerosa de que se lastimase ante el "brutal" (según ella lo describe) deporte del Rugby. "Al menos el Jockey tiene protección" alego cuando el chico saco a relucir el tema.

Ella por su parte le enseñaba etiqueta, siendo quien cuidaba de sus modales día a día, bajo la pena de que con cada infracción, su boca recibiría la visita del señor burbujas (i.e. Jabón.)

Poco a poco al igual que su marido, en su tiempo libre ella procedió a enseñarle matemática, (materia que pronto Harry aprendería a odiar, mas al mismo tiempo mantener un amplio respeto por la misma.) Latín, y un par de idiomas que habían llamado su interés tras un par de meses viajando por el extranjero como recompensa por sus excelentes calificaciones en la escuela.

Francés e irlandés eran los que mas había domado, siendo un tercero y algo lejano noruego el cuarto idioma en su ahora impresionante lista.

Tal tanda de aprendizaje fue cuestionada por sus maestros en un par de ocasiones, al considerar que la pareja era demasiado estricta con el chico, al hacerlo solo estudiar y no divertirse como los demás niños de su edad deberían. Ambos algo indignados por las implicaciones del profesor, no tardaron en expresar su molestia y las pruebas de que Harry James Potter era un niño muy feliz, bien alimentado, bien educado y por sobretodo amado con pasión. Muchas gracias.

Richard frunció ligeramente el ceño al recordar tal escena cuando Harry tenía apenas siete años de edad. Ahora con ocho y a punto de cumplir los nueve, el pequeño de la familia había conquistado el cinturón violeta en Karate. Y a pesar de sus quejas tiempo atrás, se encontraba entusiasmado ante la idea de participar en el torneo infantil que se realizará en la escuela este año.

Un par de amigos participarían con él, y para el horror de Harry, mas claro la satisfacción de su abuela, Harry había hecho amistad con una melosa niña que parecía algo prendada de él al ser obviamente la mas insegura del pequeño grupo.

Su abuela le elogiaba constantemente ocasionando los típicos gruñidos y sonidos de repulsión que todo niño de esa edad muestra hacia la mera idea de una relación romántica.

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Rose "Rachel" Evans, es una mujer completamente satisfecha con su vida actual, a pesar de su duro pasado y de que la ausencia de su primogénita aun pesaba en su corazón, no cambiaría nada en el mundo (Bueno excepto su propia vida por la de su hija claro esta) en este instante.

Harry recién cumplidos sus diez años, lloraba a pierna suelta la triste perdida de su primera amiga "chica" como tan elocuentemente mencionaba. La niña que respondía al nombre de "Lily" (razón por la cual tanto Harry como ella se habían apegado a la niña) al esta haberse mudado a rumbo a América al haber su padre conseguido una jugosa propuesta por parte de su compañía.

Le rompía el corazón perder a la chica, que aunque era el opuesto de su hija, había aprendido a amar como si fuese su propia nieta, casi hermana de Harry. La despedida fue triste y obviamente los llantos de ambos niños podían escucharse por toda la procesión. Ninguno de los dos a pesar de que Harry demostraba lo contrario, deseaba separarse al haber vivido tanto tiempo uno junto al otro. Pero esto era una lección necesaria para el retoño, que a pesar de las distancias, las amistades verdaderas aun se conservaban y que claro. No siempre la vida nos la pondría fácil, por lo que había que estar preparados para lo inesperado. (Bien sabía ella cuán real era la última lección.)

Es por eso, que como siempre, Harry James Potter, el niño que odiaba a las niñas (a excepción de "Lily" quien según él no era una niña, al ser distinta a las demás.) Lloraba descorazonado sobre su regazo mientras ella con todo el amor que podía transmitirle, acariciaba su indomable cabello azabache en un intento por consolarle.

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Cinco meses después de la partida de "Lily", el corazón de Harry se había curado y como si nada (aunque de vez en cuando portando una mirada triste al tener quizás una reminiscencia del pasado) había regresado a su conducta habitual y jugaba en el patio trasero junto a sus cuatro amigos.

Eric, Mike, Susan, y por ultimo pero no menos importante, Ashton. Todos ellos jugaban libremente con una pelota mientras ella les vigilaba diligentemente. Conociendo a Harry, este comportamiento no era más que una forma de ocultar sus verdaderas intenciones. Por lo que ella, siendo una madre experimentada (aun cuando realmente es la primera vez que cría a un niño.) No podía evitar tener sospechas de las diabluras que podría estar pensando el pequeño diablillo mientras recordaba lo que había sucedido en todo este tiempo desde la partida de "Lily."

El pequeño grupo al haber comprendido que no estaba en lo absoluto mal en tener a una niña como compañera, no tardó en incluir a la hermana de Ashton, Susan. Quien no pudo evitar sentirse feliz al estar incluida en la vida de su hermano favorito. (El único que tiene claro esta.)

Harry finalmente había aprendido los idiomas que se había propuesto, siendo fluido en cada uno de ellos, más sin evitar el típico acento ingles que delataba su identidad. Para su total sorpresa, hacia poco había acabado de ganarse el merito a portar una cinta negra, y a pesar de lo que esperaba, estudiaba por conseguir mejores posiciones, al no terminar allí las categorías en las que deseaba estar. Su interés por el Fútbol incremento, al igual que el Jockey sobre hielo al tener cierta semejanza. (En la estructura en la que se anotan puntos sobre una red protegida por un arquero) Mas el chico perdió interés en el Béisbol al pasar los años,

Sus notas estaban por encima del promedio, no perfectas pero si lo suficientemente buenas como para ameritar varias condecoraciones y reconocimientos por parte de sus maestros.

Sus modales aunque buenos, aun podían pulirse y ni que hablar de la tragedia de que el chico fuese introducido (para su desespero) en la afición de su esposo por los libros escritos por Ian Fleming… Aunque no podía negar que las adaptaciones al cine de sus libros "James Bond" eran otro caso, ¿Quién podía negarse al bomboncito de Sean Connery? (Aunque el actor actual no esta todo mal, Pierce efectivamente era un galanazo.) Así como Richard podía alzar una ceja en interés por las mujeres que aparecían en las cintas, bien podía ella disfrutar al protagonista.

Sin embargo, a pesar de su preocupación por ello, Harry seguía sintiendo un hambre insaciable por libros de temática medieval, repletos de magia y criaturas míticas, (que en realidad no lo eran tanto.) Los libros de Tolkien eran sus favoritos, El Hobbit, El señor de los Anillos.

Por supuesto que el reparto de libros de esta calaña era amplio en su despensa.

Narnia y sus muchas continuaciones, Las fábulas de Homero, y para su completa frustración y muy en contra de su moral. El chico había tomado uno de los libros "adultos" de su querido esposo, y por desgracia había aprendido de un libro para el cual ella aun creía no estaba preparado. "Las mil y una noches," a pesar de su valor como lectura, poseía tanta violencia, sexo y vulgaridades en el, que de no saber lo antiguo del mismo. Creería que fue escrito en estos últimos años.

Por ende, ambos ancianos tuvieron que darle una explicación a Harry que ellos esperaban o al menos creerían que tendrían que entregarle al chico cuando este estuviera muy por encima de la pubertad.

Suspiró resignada, si algo era seguro en la vida, es que nada saldría como quieres por más que lo planeases detalladamente. Por suerte Harry catalogó tal experiencia (gracias a su edad) como "YUCK asco", y aparentemente la archivó en lo más profundo de su consciente, esperando al momento en que su cuerpo y su mente se desarrollasen mucho más para comprender en su totalidad las implicaciones de lo aprendido.

Los gritos preocupados de los niños ante ella la sacaron de su leve rememorar del pasado. Comprendiendo que algo había pasado para detenerlos de sus juegos. Eric portaba en su mano derecha un guante de plástico de tonalidad anaranjada, que emulaba una garra de león de una popular serie animada que todos veían los sábados por la mañana. Ashton portaba en su mano izquierda la espada que completaba el juego, que si mal no recuerda poseía el nombre "La espada de los Augurios", siendo el único epígrafe que realmente recuerda del show en si.

Sonrió satisfecha de ver que los chicos aparentemente se habían cansado de jugar a la pelota. Al menos hasta que observó que solo Eric y Ashton jugaban a las luchas, mientras que Mike y Susan observaban aterrados hacia el segundo nivel de la casa. Frenética buscó por Harry, hasta que la comprensión golpeó sus puertas.

No Harry + Pelota faltante + Chicos mirando hacia la segunda planta = Harry haciendo algo sumamente estúpido y peligroso.

Salió corriendo a lo mejor que permitían sus músculos, solo para ver y escuchar con horror lo que mas había temido en esos momentos. Su nieto, la luz de su vida, la única razón aparte de su marido por la que desea vivir, había resbalado de la estructura y ante sus ojos, impactaba violentamente contra el suelo, solo para curiosamente… ¿Rebotar?

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Minerva McGonagall, Sub-directora de la prestigiosa escuela de magia y hechicería llamada, Hogwarts. No pudo más que sonreír al ver que su pluma automática había registrado en su oficina (al igual que otra en el ministerio de magia) el nombre de un candidato que muchos esperaban con ansiedad después de tantos años.

Harry James Potter.

10 años

¿¿¿Continuara???

¡Para quien no me conozca! Mucho gusto, SWK a su servicio. Esta no es mi primera historia en esta sección. Al parecer la primera no agrado tanto que digamos. Al solo conseguir 3 reviews por los dos capítulos.

Huuum, quizás la reedite y elimine al "DIOS" que coloque allí, por uno mas cercano a la historia como un Dios Romano o Griego (generalmente los mismos pero con diferente nombre) Aunque la pareja inicial de este se quedaría igual, Hermione (siendo la protagonista) Harry (el mejor amigo que quizás en un futuro cercano sea algo mas) y Luna (Quien se encuentra en el conciente de Hermione y llevara a la chica por caminos que jamás cruzo en el "Canon" de mi historia. (Odie el Canon original, no por sus parejas, sino por lo mal manejado de las relaciones personales y el obvio uso de FANSERVICE)

Para quien me conozca, ¡LO SE! Estoy trabajando en mis otras historias, y algunas de las otras que parecen haber perdido sus lectores, Serán eliminadas. No quiero seguir torturándome en escribir nuevos capítulos en algo que probablemente no tenga recompensa alguna.

Ya tengo bastante presión con los Fans de Naruto y el par de historias que tengo por allí.

Bueno en fin, esta es otra historia de "QUE PASARIA SI" a la que quizás estén ya acostumbrados. Espero les guste como para que dejen su opinión. En si debo terminarlo allí (Y dejar el resto a la libre imaginación del lector) o Continuarlo por cuenta propia en un AU. "No existe nada CANON en un FANFICTION… las libertades de escrituras son muchas y por mas fiel que seas a los libros, toda acción diferente a lo que J.K.R publico, es explícitamente AU."

En lo personal mi opinión de la mujer es pobre, ¡Si creo un mundo fabuloso, Fantástico y por sobretodo creíble! Pero seamos francos, la mujer no sabe un bledo de relaciones humanas, menos las relaciones amorosas.