» Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto. Sin embargo, Estaciones para enamorarse me pertenece, y se prohíbe su reproducción total o parcial. La imagen de portada fue encontrada en internet y su uso es sin fines lucrativos. Ha sido modificada para la historia.

» Clasificación: +18 años. Menage a trois. Si no te gusta éste tipo de historia NO sigas.

» Pareja: Hyuga Hinata, Kiba Inuzuka y Shino Aburame

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Primera estación

» Te queremos para… Nuestros bonitos otoños «

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Las hojas secas de los árboles caían suavemente sobre el césped, se mecían con delicadeza y tranquilidad en el aire hasta caer, y ella las observó como si fueran lo más fascinante del mundo en aquel banco del parque.

Dos años. Dos largos años para que él simplemente le contestara un… Gracias, soy afortunado. Pero yo sigo amando a otra persona… Y no iba a detenerse a pensar que era lo que tenía Sakura que ella no. Porque, obviamente, eran muchas las respuestas. No obstante, estaba segura que la pelirosa era carente de otras que ella sí poseía, y que él era quien no sabía apreciar eso.

Suspiró. Un largo y profundo suspiro se escapó de entre sus labios.

—¿Qué voy hacer? —se cuestionó a sí misma ocultando su rostro entre sus manos.

No podía ir a encontrarse con sus amigos. No podía verlos a los ojos y decirles que finalmente había sido rechazada. Que Uzumaki Naruto, por fin, le había dicho que no. Que, aunque ellos le aseguraron que tenía que ser un idiota para no apreciarla, él le había dado su rotundo no, con otras palabras, un poco menos dolorosas quizás, pero al fin y al cabo seguía siendo definitivamente una negativa.

—A casa…—murmuró aún con la cara oculta—. Iré a casa y comeré esa caja de chocolates que me regaló Kiba-kun…

—¿Ahogarás penas?

Ante aquellas palabras Hinata alzó su rostro perpleja y observó fijamente a la recién llegada.

—Ino-chan…

La rubia tomó asiento junto a la Hyuga y sonrió con tristeza y compresión reflejada en su mirada. Hinata comprendió que la Yamanaka podía ser alguien quien entendiera como se sentía.

—Sé cómo te sientes, Hinata-chan.

Hacía un par de meses atrás su amiga había sido rechazada también. El joven Nara le había pedido disculpas, pero que su corazón pertenecía a alguien más. Entonces, Ino le había contestado a Shikamaru que se diera prisa, porque por perezoso perdería a su persona especial, y se alejó con la cabeza en alto de regreso a la florería.

Hinata había sentido una gran admiración de como la rubia, al día siguiente, estaba como si nada hubiera ocurrido. Con su sonrisa normal y sus ánimos hasta por lo alto.

—Yo no soy fuerte…—declaró la primogénita del líder Hyuga—. No soy como tú, Ino-chan… ¡Ni siquiera me animo a ver a la cara a Kiba-kun y Shino-kun!

Ino sonrió. Una sonrisa de picardía surcó su rostro entonces.

—Ellos darían todo por ti. No sé qué estás esperando para ir a refugiarte en sus brazos.

—No.—El rostro de Hinata se tornó carmín—. No puedo simplemente utilizarlos de pañuelo. Ellos confiaban en que Naruto-kun me…

—¡Por Kami, Hinata-chan! —Ino protestó. Se puso de pie y encaró a la peliazul—. ¡En el fondo ellos rogaban porque Naruto te rechazara!

—¿Qué?

Ino pudo jurar que su amiga casi tartamudeaba de la impresión. Su cara era una máscara de incredulidad. ¿Podía ser tan ingenua? Casi todos en la aldea se habían dado cuenta de lo que ambos chicos sentían por ella. Y no era un amor de hermandad. Claro que no…

—No digo que deseen verte mal. Estoy segura que su prioridad es que seas feliz. —Ino aguardó unos segundos en silencio. Buscaba las palabras adecuadas—. Lo que quiero decir es que, tanto Shino como Kiba, te quieren.

Listo. Se lo había dicho. Alguien tenía que abrirle los ojos, ¿no?

—Yo también a ellos—aseguró enseguida Hinata—. Así que, sigo sin entender que…

—¡Hinata-chan! —La joven Yamanaka casi gritó—. No hablo de ese tipo de sentimiento.

Los ojos luna la observaron con sorpresa. Pestañó una, dos y tres veces hasta que algo hizo click.

—No puede ser…—Ahora si la cara de Hinata era rojo vivo—. Yo…

—¿Por qué no puede ser?

—Porque ellos dos…—La mayor de las hermanas Hyuga agitó las manos en el aire como intentando dar una explicación—. Somos un equipo. Nosotros… Son mi familia y yo…

Ino alzó una ceja.

—¿Si tuvieras esposo no sería tu familia?

Hinata se mordió los labios con nerviosismo.

—Estamos hablando de Shino-kun y Kiba-kun, Ino-chan… Los dos no pueden…

La integrante del Equipo Asuma estaba dispuesta a refutar eso cuando una voz a sus espaldas se lo impidió.

—¿Qué no podemos?

Ino sonrió y Hinata deseó preferir estar en un genjutsu que allí. Sería menos doloroso.

—Chicos, yo me retiro. —Ino palmeó las manos de Hinata—. Te dejo en buenas manos.

Le guiñó un ojo y se marchó en menos de un latido.

Hinata corrió la mirada y se frotó las manos con nerviosismo. ¿Cómo haría para verlos si las palabras de Ino sonaban en su mente una y otra vez? No podía creer que ambos tuvieran ese tipo de sentimiento para con ella. Tantos años teniendo ese cariño de sentirles como hermanos mayores y de un instante a otro parecía que nada era verdadero…

—¿Nos dirás que no podemos? —Kiba estaba frente suyo con los brazos cruzados.

—Yo…—Hinata lo observó de reojo. Raro que Akamaru no estuviera con él.

—¿Te parece extraño que tengamos sentimientos por ti?

Claro y directo. Como solo Kiba podía ser.

—No es eso…—Tenía unas enormes ganas de llorar. Pero de frustración. No comprendía como habían terminado en esa situación de una confusa declaración—. O si, en parte… Es solo que…

—¿Te sorprende? —Shino interrumpió aquello que su amigo fuera a decir y tomó asiento junto a ella. Hinata asintió—. Ambos tomamos la decisión de dejarlo para nosotros. Solo queremos verte feliz.

—¿Por qué… nunca hablaron conmigo?

—Tú quieres a Naruto—sentenció Shino.

Ellos darían todo por ti.

Las palabras de Ino aparecieron de lleno en sus alocados pensamientos.

—Pero él ama a otra…—murmuró más para sí que para ellos.

La primera lágrima cayó.

—Ese idiota.—Kiba gruñó. Se puso de rodillas frente a Hinata y, con una delicadeza que muy pocos apreciaban de él, rodeó el cuerpo femenino en un abrazo—. Estamos aquí. Llora todo lo que quieras, hime

Entonces, Hinata lloró. Las lágrimas surcaron sus mejillas y se perdieron en su mentón, empapando el abrigo de Kiba. Su corazón dolía y al mismo tiempo se sentía lleno de calidez. ¡Qué sentimientos más contradictorios tenía! Quería gritar de tristeza y al mismo tiempo reír de felicidad.

¿Cuánto tiempo se mantuvieron en esa posición? Ella llorando y ellos consolando en silencio. No lo sabía. Pero estaba segura que no le importaba permanecer así para siempre.

—Hinata…—La voz de Shino llegó hasta ella al mismo tiempo que la mano masculina del Aburame tomaba la suya y entrelazaba sus dedos—. Te amamos. Desde hace años.

Kiba sonrió.

—No pensé que serías el primero en decirlo.

Shino se encogió de hombros e ignoró el comentario de su amigo.

—Y aunque aún albergas sentimientos por Naruto. ¿Estaría mal que te pidiéramos una oportunidad?

—¿Oportunidad? —Hinata se enderezó y se limpió el rastro de lágrimas de sus mejillas. Los brazos de Kiba aún la rodeaban. El Inuzuka permaneció serio con un brillo especial en sus ojos—. No podría tener q elegir a alguno de los dos… Los quiero a ambos por igual y yo…

Fue el turno de Shino en sonreír. Ella los quería, a los dos, y aún no se daba cuenta. Inconscientemente Hinata albergaba sentimientos por ambos y siempre habían estado ocultos tras el sol.

Irónico. Muy irónico utilizar esa comparación.

—No tendrías que elegir.—El joven Aburame habló con seguridad en sus palabras—. Cuando dije que te amamos no lo decía como si hablara por separado.

Hinata lo observó con asombro y contuvo la respiración.

—Lo que Shino quiere decir es que te queremos juntos. —Alzó ambas cejas con diversión—. Como un equipo.

Las mejillas de la joven se tornaron rosadas. Separó los labios como para hablar, empero ni una sola palabra salió.

—Te queremos para compartir los bonitos otoños en Konoha.

La voz de Shino se mezcló con la brisa y se fundió con las hojas anaranjadas que se balanceaban entre ellos. Su voz se convirtió en un suave arrullo para el corazón de Hinata.

Y solo una pregunta rondó en su cabeza entonces.

¿Compartiría más otoños con ellos, los tres juntos?

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» Notas de la autora: ¡Hola! Mientras escribía la cuarta parte de Nuestro lugar soleado, me vino la inspiración para armar ésta mini historia ubicada en las estaciones. La historia se centrará en el Team 8 y su relación como pareja. No será un triángulo amoroso para ver quién se queda con la chica, sino de la relación de los 3 como una sola pareja. Por eso mismo el aviso en clasificación de Menage a trois.

Por otro lado los capítulos serán cortitos y no muy extensos.

» Extra: Para el título de cada historia utilicé una frase que encontré en una imagen de internet. Me encantó y pareció perfecto para la historia. El encabezado decía Te quiero para… y describía cada estación. Obviamente la adecué a la historia.

Espero sus comentarios de que les ha parecido ésta locura.

¡Nos vemos en la próxima actualización!

Gracias por leer.

Hatake Mary