Bendy no podía creer lo que Alice le decia, seguro era otro intento del ángel para burlarse de él; no tenía sentido alguno, Henry no podía irse sin mas, no podía abandonarlo ¿verdad?.

Cierto que Joey y Henry habían estado discutiendo mucho últimamente, pero no debería ser tan grave ¿verdad?.

Sin pensarlo mucho Bendy corrió hasta el escritorio del caricaturista sólo para verlo empacar con enojo sus cosas, desocupando la habitación con rapidez pasmosa.

-Henry, es una broma ¿cierto?, una muy mala por cierto; Alice sólo quiere molestarme de nuevo ¿cierto?. Tú no serias capaz de abandonarme, ¡tu no me dejarías aquí verdad! - exclamó la conmocionada caricatura aferrado a la pierna del humano.

-Oh Bendy, no quería te enteraras así, debo irme de este lugar, este ciclo en mi vida ya terminó, pero no deseaba tener que despedirme de ti.. por eso yo..

-¡Entonces si planeas irte sin siquiera decirme adiós! ¡Eres un cobarde Henry! Un cobarde..- gritó Bendy interrumpiendo lo que Henry quería decirle

-No es eso Bendy, no quisiera tener que alejarme de ti por eso yo quiero.. - empezó a hablar el caricaturista, siendo interrumpido nuevamente por el demonio bailarín

-¡Entonces no te vayas Henry!, ¡no te puedes ir, prometiste cuidarme siempre!- gritaba una y otra vez el pequeño demonio hasta que no pudo contener la angustia y el nudo instaurado en su tistesco corazón haciéndolo romper en llanto.

Henry lo miró totalmente anonadado, el demonio habia sido creado con una personalidad juguetona, maliciosa hasta cierto punto egocéntrica y berrinchuda, nunca había llorado por algo en particular ya que las cosas no solían afectarle. En ese momento viendo las lágrimas de tinta correr por los ojos en forma de pacman de Bendy, Henry entendió que sus palabras no estaban siendo escuchadas, peor aún, el demonio no le dejaba terminar de hablar y era muy importante lo que debia decirle.

Tomando firmemente a Bendy entre sus brazos, Henry lo abrazó dulcemente siendo correspondido rápidamente por la caricatura, aferrándose con desesperación al cuello del humano.

-Bendy no me has dejado terminar de hablar, te prometo que todo estará bien- habló el caricaturista mientras acariaba lentamente la cabeza del demonio quien había cesado sus sollozos a la espera de lo que el humano diría.

-Creo no me expliqué correctamente- habló de nuevo Henry rogando a todos los astros que al fin pudiera terminar de hablar- Si me iré de aquí pero tú te vas conmigo Bendy, por eso discutía tanto con Joey, acordamos que sí tu lo deseabas podría llevarte conmigo-.

Bendy se tensó apenas escuchó aquello de labios del humano, separándose rápidamente y fijando su vista en los ojos de Henry.

-¿Que dices compañero? ¿Listo para otra aventura? - finalizó Henry secando con su mano el resto de lágrimas que habia quedado en el rostro del demonio.

En la mente de Henry entendía que Bendy necesitara tiempo para pensar en su oferta, no sería fácil irse dejando de lado lo único que había conocido desde que nació, Boris y Alice incluidos también , por lo que ya estaba preparado para el silencio que vendría después de haber soltado tal bomba. Silencio que no duró ni dos segundos en realidad.

-Si Henry, llévame contigo, quiero irme si tu te vas- respondió Bendy sin pensarlo siquiera un poco, la respuesta le llegó tan rápido que ni se molestó en analizarla.

El demonio quería mucho al estudio que lo vio nacer, Boris y Alice habían sido buenos amigos a su retorcida manera y Joey.. bueno aunque también era su creador, los sentimientos que tenía por él no se asemejaban a los que Henry provocaba en su interior; los extrañaría a todos por lo mucho que los quería pero a dónde fuera que Henry vaya, él siempre le seguiría, después de todo era su amado Creador.