Holaaaaaaaaa.
Pues este es mi primer fic - ya que por alguna extraña razon se me da mejor hacer shot- pero espero no regarla.
Naruto no me pertenece, es del gran Kishimoto, yo solo sueño con que algun dia tendre a Gaara solo para mi
Sin mas los dejo con el primer cap.
Entre el negro y el rojo.
Cap: 1
La decision.
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Konoha, su aldea, el lugar que la vio nacer, crecer, convertirse en shinobi, un lugar que amaba con todo su corazón.
Lugar que iba a abandonar.
No podía seguir en la aldea, la presente situación la estaba matando, sabía que estaba siendo cobarde pero eso ahora no le importaba un comino, entre más alejada estuviera de èl mucho mejor.
Camino en dirección a la torre Hokage, estaba tan distraída que no vio una piedra que había en el camino, por poco y se va de cara al suelo –suspiro- mejor y se concentraba, una Hinata distraída era una Hinata herida.
Al llegar subió las escaleras, toco la puerta y espero el permiso para pasar, que no tardo en llegar a sus oídos.
-Hokage –sama- la oji luna saludo haciendo una reverencia, la rubia mujer asintió.
-Hinata – la peli azul evito mirarla, de hecho sus pies le parecieron lo más interesante en ese momento, la mayor decidió no presionarla, le dolía en el alma verla tan destruida pero no podía hacer nada por ella, no podía hacer nada por ellas.
-Entonces ya está decidido- Hinata asintió, las palabras no le salían de la boca y tenía unas tremendas ganas de llorar, - no quería hacer el ridículo- el sonido de la puerta distrajo a la oji luna de sus emo sentimientos.
-Adelante- aunque la distracción duro poco al ver a una de las personas que ingreso a la oficina, la pelinegra asistente de la Hokage camino hasta posarse a un lado de su jefe, mientras una cabellera rosada se quedaba en la puerta a cerrarla, al hacerlo se hizo a un lado de la peli azul.
-Shizune, Sakura- la rubia las saludo, ambas asintieron, la rosadita miro a Hinata que continuo su inspección al suelo, al verla Sakura sintió unas terribles ganas de abrazarla y llorar, no era justo, para ninguna de las dos.
-Tsunade-sama- Sakura carraspeo para quitarse el nudo que tenía en la garganta – aunque no sirvió de mucho- los papeles están listos, solo falta su firma.
La rubia suspiro, como le dolía hacer aquello, pero eso era mucho mejor que ver como su alumna y una de sus mejores kunoichis se hundían en el dolor y sucumbían lentamente, ¡por un carajo, ellas no se merecían eso! Eran dos mujeres estupendas, y ahora se iban lejos de la aldea, lejos de su familia, lejos de ella.
Levantándose de su sillón la exuberante mujer se puso frente a ambas chicas, Shizune – que se había mantenido ausente del tema- se acerco hasta ella quedando hombro con hombro.
-Hinata, Sakura, yo sé cómo se siente, créanme que lo sé y me duele firmar esos papeles, me duele dejar ir a dos de mis mejores kunoichis- la peli rosa parpadeo para evitar las lagrimas, Hinata se mordió el labio inferior mientras Shizune apartaba la mirada a un costado- pero lo que más me duele es dejar ir a lo que para mí son como mis hijas.
Extraño, sin duda alguna, para Hinata esas palabras fueron un detonante ¿Por qué? Sencillo, nunca pensó que la hermosa mujer frente a ella la viera de esa manera, que sintiera eso por Sakura era normal, pues habían pasado por mucho al convertirse en alumna- maestra, pero ¿por ella? Que la llevaba – o movía- a sentir eso por ella, por alguien tan patética y débil.
Por alguien de la que todo el mundo se burlaba.
Sintiéndose una cobarde de primera, la oji luna se soltó a llorar, al escucharla Sakura no pudo más y la imito, al verlas Tsunade no pudo más que desearles a los culpables de su estado la peor de las suertes, alargando sus manos la rubia encerró a las jóvenes en un fuerte abrazo y dejo que hicieran lo que de seguro no habían hecho desde que se enteraron.
Desahogarse.
Shizune miraba toda la escena como si no tuviera cabida en ella – hasta ganas de llorar le habían dado- tiempo después ambas chicas se separaron del calor de la Hokage, limpiaron los rastros de lagrimas que aun habían en sus rostros, Sakura sonrió agradecida, mientras avergonzada por su muestra de debilidad, la Hyuga realizo una reverencia y soltó en un susurro.
-G-gomen- la oji miel le revolvió los cabellos como si fuera un gatito y sonrió, ambas se pararon bien derechitas mientras la rubia volvía a su asiento, poniendo sus manos con las palmas abiertas sobre el escritorio, tragando saliva y con voz solemne pero triste dijo.
-Hyuga Hinata, Haruno Sakura a partir de hoy y hasta nuevas órdenes, serán ninjas al servicio de Sunagakure.
Bueno eso fue todo por el momento.
Me gustaria mucho recibir sus comentarios, con lo que quieran aportarme (menos amenasas de muerte jajajajaja) ya en serio de antemano les agradesco que lo lean.
Se despide HinataKazami.
