Hola a todos. Se puede decir que no soy totalmente nuevo en Facfiction; la verdad ya tengo una historia anteriormente publicada en la página; sin embargo, es un Crossover entre Naruto y High School DxD llamado Incipiet, ¿quizás alguno la conozca o haya leído? Bueno de ser el caso sé que la historia aún está incompleta y, no teman, no la he abandonado ni pienso abandonarla por esta historia. He estado muy ocupado con muchos aspectos de mi vida por lo que me ha sido complicado escribir, no obstante pronto poder publicar el próximo capítulo.
Bien, para los que no conozcan o hayan leído Incipiet, pues obvien todo lo escrito arriba por favor, y para todos les mando un gran primer saludo. Esta historia la verdad ya la había escrito hace mucho tiempo, aunque solo dos capítulos y en otro foro. Hace tiempo he querido volver a publicarlo por lo que aquí estoy. Espero les pueda gustar y que le den una oportunidad y, por supuesto, de ser posible espero que me puedan dejar un comentario, sea bueno o malo, mientras sea constructivo será bien recibido y apreciado.
Sin más empecemos.
Fox Tail
Capitulo — 1
—Jajajaja —Reía con gran burla —¿Esa es tu razón?
La burla era palpable en cada palabra, mas nadie se atrevería a decir nada, no, nadie que conociera al ser que hablaba se atrevería siquiera a moverse ante aquella fuerte y tenebrosa voz, sin embargo la persona frente a la criatura no era un personaje normal tampoco, y sin importarle la identidad de su interlocutor, soltó un grito en respuesta.
—¿¡de qué te ríes!? —Exclamo desafiante —No importa lo que pienses. He venido a hacerte esta petición por aquel motivo, por mi amigo… ¡Por ella!
El chico se paró firme frente a la entidad quizás más peligrosa en el mundo. Su mirada mostraba valentía y determinación, y sus ojos brillaban con disposición a luchar si era necesario.
Sabía muy bien lo peligroso que era desafiar a aquel ser, lo sabía muy bien, no era tan estúpido a pesar de lo que la mayoría pensara de él, con el tiempo había empezado a utilizar más la cabeza, comprendiendo el peligro pero manteniendo el valor para enfrentarlo, si, incluso con todo el poder que poseía posiblemente hubiera muerto en la guerra si no hubiera aprendido lo importante que era utilizar la cabeza antes de actuar.
—Jeje —Emitió una pequeña risa.
Una sonrisa se formó en el rostro blanco grisáceo de aquella entidad, causando un leve escalofrío en la espalda del joven frente a él.
—Te conozco bien —Hablo suavemente —Y sé cómo terminaras.
Entrecerró los ojos con malicia. Una nueva sonrisa apareció en su rostro mientras levantaba su mano señalando a la insignificante persona frente a él.
—Conozco tu poder, y aunque fuerte, tanto incluso como para poder darme algo de pelea, sigues siendo un humano; y aun así te atreves a desafiarme pidiéndome semejante tontería —Hablo con calma —Bien, muy bien, que así sea, cumpliré tu deseo pero no será gratis. Sufrirás el castigo por desafiar a un dios…
El joven frente al tenebroso dios abrió los ojos ante las palabras inaudibles para el resto que pronuncio a continuación el ser frente a él, y repentinamente un miedo inexplicable lleno su cuerpo, no, no era inexplicable, de hecho él sabía muy bien la razón de aquel medio, lo comprendía a la perfección pero aun así, aun así… apretó sus puños con fuerza. Levanto la mirada mostrando sus ojos brillantes con una gran determinación; lo lograría, el confiaría en aquella persona.
Lanzo un grito y palabras mudas salieron de su boca, palabras que marcarían un final para aquel chico, aquel héroe de la humanidad.
Abrió los ojos lentamente. Su cuerpo sentado en posición de loto se sentía extrañamente más tenso de lo normal, llevo su mano hacia su rubia y larga cabellera, la cual le llegaba hasta la cintura. Levanto la cabeza dirigiendo sus azules ojos hacia el cielo estrellado.
—¿Cuánto tiempo ha pasado ya? —Susurro con cansancio.
Sacudió su cabeza y se puso de pie. Su cuerpo era cubierto por un pantalón de tela negro algo maltratado y una polera azul de manga larga un poco rasgada y desgastada. Sus pies se encontraban descalzos y en su rostro, apenas visible debido a su lago cabello, se hallaban tres marcas como bigotes en cada mejilla.
Volvió a ver al cielo, y sus ojos se opacaron mostrando una expresión fría, cansada y triste.
—Por la eternidad —Susurro.
Sin decir más empezó a caminar adentrándose más en el pequeño bosque en el que se encontraba, justo al mismo tiempo en el que el cielo empezaba a aclararse ante un sol naciente
Un par de horas habían transcurrido y un hombre se encontraba caminando por las cercanías de un bosque a las afueras de la ciudad en la que había pasado la noche. Su cabellera corta era rojiza igual que sus ojos y se hallaba peinada hacia atrás. Su cuerpo era cubierto por un pantalón negro mientras que su torso vendado era tapado tan solo por una túnica oscura.
Siguió avanzando hasta llegar a la entra de aquel bosque. Cerró los ojos mientras recordaba el motivo por el que estaba aquí.
Aquel hombre pelirrojo se encontraba bebiendo en una pequeña taberna dentro de una pequeña ciudad. A su lado le acompañaban tres bellas mujeres quienes se pegaban descaradamente a él.
—Jajajajaja —Reía fuertemente —Entonces, quien de ustedes tres lindas demás quiere acompañarme esta noche.
—Vamos, señor mago, no bromee así con nosotras —Le respondió una de las mujeres de forma animada.
—Oh, pero quien dice que bromeo —Le respondió el hombre.
—Jajaja, señor mago, eres muy atrevido —Le dijo otra de sus acompañantes.
—Vamos, beba más, beba más —Le decía la última chica.
—Jajajaja, muy bien —dijo animado — ¡Mesero, cuatro tarros más de cerveza! —Exclamo con una sonrisa.
En aquel momento la puerta de la taberna se abrió dejando entras a un grupo de tres hombres que se veían animados. Los tres caminaron sin preocupación alguna y tomaron asiento en una mesa continua en la que se encontraba el pelirrojo. Pidieron un tarro de cerveza cada uno y se pusieron a conversar con tranquilidad y ánimo.
El pelirrojo les observo por un momento y al instante supo que eran magos. Desvió un poco su atención de los tarros que acababan de poner en su mesa para enfocarse más en aquellos hombres. No era que fuera raro ver a otros magos, a decir verdad era de lo más normal, sin embargo llamo un poco su atención el tema de conversación que tenían estos.
—Escuchaste aquel rumor —Comento uno.
—¿Hablas de ese bosque? —Le respondió otro —Creo que todo el mundo dentro del reino la conoce, después de toda es muy famoso.
—El bosque sagrado —Se unió a la conversación el ultimo integrante del grupo —Se dice que existe un gran tesoro dentro de él, un tesoro que daría el poder suficiente para hacer lo que quisieras en el mundo.
Aquel hombre cogió su tarro y le dio un gran sorbo a su cerveza, para después bajar el tarro mostrando una gran sonrisa.
—Pero es solo un viejo mito —Siguió hablando —Hace décadas que se esparció dicho rumor pero nadie jamás ha encontrado aquel bosque.
—Es verdad —Colaboro su amigo —Es una pérdida de tiempo siquiera hablar de eso.
—De hecho —Hablo el aquel que había escuchado desmentir el rumor del bosque sagrado —Escuche que lo han encontrado, ya saben, el bosque.
Los dos hombres que escucharon aquello casi se atragantan con la cerveza que estaban bebiendo mientras escuchaban a su amigo.
—¿¡Que!? —Exclamo fuertemente uno de ellos —Pero…
Se calló al darse cuenta que su grito había llamado la atención de algunos en la taberna.
—E… ¿es enserio? —Pregunto el otro hombre con una vos un poco más baja.
—Si —Le respondió —En un bosque en las afueras de una ciudad a unos kilómetros de aquí.
—Entonces… ¿encontraron el tesoro?
El hombre negó con la cabeza para después beber también de su tarro.
—Al parecer toda persona que entra no vuelve a salir —Respondió —Escuche que hasta el momento han ido varios cazadores de tesoros e incluso algunos miembros de gremios oscuros, pero ninguno volvió a salir del bosque. Supuestamente dentro habitan peligrosas criaturas que resguardan el tesoro.
Ambos hombres que escucharon tragaron saliva ante aquellas palabras.
—Debe… deber ser tan solo un rumor —Articulo un poco nervioso.
—Sí, un rumor… debe ser solo eso.
—Jajaja —rio algo nervioso el mismo que les conto la historia —Yo también pienso eso, después de todo es ridículo que existiera algo así como un poder que te diera el mundo.
Ambos tomaron de sus tarros, sin que ninguno notara que el hombre pelirrojo de la mesa de alado les estaba observando algo pensativo.
—¿Señor mago? —Pregunto una de las chicas —¿Se encuentra bien?
El hombre regreso a verlas con una gran sonrisa. Cogió uno de los tarros y se lo tomo de golpe.
—Ahhh —Exclamo dando entender lo refrescante de la bebida —Por supuesto, tan solo estaba pensando en algo.
A decir verdad él también conocía la historia del bosque sagrado, es decir, quien no la conocería, era una absurdamente famosa historia antigua, pero nunca había escuchado que hubiesen encontrado el bosque. Puso una media sonrisa; acaba de completar la misión de los 100 años que había aceptado, de hecho la completo un poco más rápido de lo que había pensado, aunque en el proceso se topó con una criatura que en realidad quisiese olvidar. Se suponía que ahora debería regresar al gremio, pero al parecer se acaba de encontrar con algo que sonaba bastante divertido.
Cogió los tres tarros restantes y se los tomo de golpe ante los aplausos de las mujeres a su lado.
—Bien, discúlpenme señoritas —Dijo con una sonrisa.
—Eh, ¿ya se va señor mago? —Pregunta algo desanimada una de las chicas.
—Si —Le respondió sin quietar su sonrisa —al parecer he encontrado algo interesante.
Sin decir más se levantó y camino con calma hacia la mesa de los tres magos, quienes habían pedido otra ronda de bebidas. Toco con calma el hombro de dos de ellos llamando así la atención del grupo.
—Disculpen amigos —Dijo con calma y una sonrisa —¿Podrían decirme donde esta aquel bosque del que hablaban?
—¿Eh? —Exclamaron los tres al mismo tiempo
Esbozo una media sonrisa mientras abría los ojos para observar nuevamente la que debía ser la entrada al bosque.
—Veamos qué tan divertido será esto —Susurro.
Sin perder más tiempo empezó a caminar adentrándose en el bosque.
En medio de un claro que había en el centro del bosque, se encontraba un rubio de larga cabellera sentado en posición de loto. Sus ojos se hallaban cerrados mientras sentía todo a su alrededor. Animales, flores, arboles, ríos y lagunas; podía sentir cada cosa, animal o planta dentro del bosque, de hecho si se concentraba lo suficiente podría sentir a través del senjutsu cada presencia incluso más allá del bosque y de la misma ciudad; tantos años meditando en solitario con la naturaleza le había fortalecido en ese sentido.
—¿Quién eres? —Pregunto el rubio —¿y qué es lo que deseas?
—Vaya sorpresa —Comento una vos masculina —De todas las cosas, nunca pensé encontrarme con una persona.
Un hombre pelirrojo había aparecido caminando con tranquilidad. En su rostro se apreciaba una media sonrisa.
—Había escuchado que peligrosas bestias habitaban en este bosque, pero hasta ahora no me he encontrado con ninguna.
Vio con detenimiento al rubio frente suyo. Por su aspecto parecía ser joven, quizás unos 19 o 20 años. Su vestimenta y nivel de concentración en la meditación le decían que había pasado varios años solo en el bosque dedicándose únicamente a la meditación, algo admirable considerando su aparente edad.
—¿Quién eres? —Volvió a preguntar con calma.
—Ups, perdón, perdón —Le respondió —Aun no me he presentado. Mi nombre es Gildarts Clive, un mago clase S de Fairy tail.
—¿Fairy tail? —Pregunto aun con los ojos cerrados.
—Así es, ¿nunca has oído hablar de mi gremio? —Pregunto con una sonrisa —Somos bastante famosos sabes, aunque quizás sea más por los destrozos que siempre terminamos causando —Culmino riendo un poco.
—Hace mucho tiempo que me desligue del mundo —Le respondió —Me canse de ver a la humanidad cometer siempre los mismo errores mientras se llenaban cada vez más de oscuridad.
—Esas son palabras que no suenan muy bien viniendo de un mocoso —Le respondió Gildarts con una sonrisa.
—¿Mocoso? —Pregunto —No importa —Hablo con serenidad —Gildarts, ¿has venido también por el supuesto tesoro que se encuentra en este bosque al igual que todos los que han entrado aquí?
—¿Qué pasaría si dijera que si?
—Pues lo siento —Le respondió sin inmutarse —Ese tesoro no existe, es tan solo un mito que las personas crearon por su mente corrupta y codiciosa.
Gildarts observo por unos segundos al joven rubio antes de sonreír.
—Eres malo mintiendo mocoso —Le respondió de forma animada —Si te vas a inventar una historia al menos trata de ocultar aquel poder que se siente desde atrás tuyo.
El rostro del rubio pareció perturbarse por unos segundos antes de volver a la normalidad, sin embargo ese lapso menor al de un segundo fue claramente captado por Gildarts, quien agrando su sonrisa.
—¿Puedes sentir aquella energía? —Pregunto un poco sorprendido.
—Así es — le respondió —No es magia, estoy seguro de ello, sin embargo se siente algo extraño y poderoso. No sé qué sea pero parece algo divertido —Dijo con una gran sonrisa —Así que si no te importa seguiré adelante en mi camino.
Sin decir más empezó a caminar hacia adelante, sin embargo cuando estaba cerca del rubio pudo sentir una extraña sensación y justo antes de que algo lo golpeara, apenas sintió el contacto se cubrió con rapidez bloqueando el golpe, mas la fuerza era tal que lo hiso arrastrar los pies hasta regresar a su posición inicial.
—Lo siento, pero no te dejare pasar de aquí.
Gildarts observo nuevamente al rubio; seguía ahí sentado con los ojos cerrados, ni siquiera parecía haberse movido un centímetro.
—Lo sabía, no eres alguien normal.
Bajo los brazos que aún se encontraban en forma de bloqueo de equis, para luego poner una media sonrisa.
—Vete de aquí, Gildarts —Hablo con calma —te he podido sentir, y no capto maldad en tu interior como en todas las anteriores personas que vinieron. Es raro ver personas como tú en el mundo, así que tan solo da vuelta y sal de este bosque.
—Así que tú eres en realidad la bestia que dicen que protege el tesoro del bosque. Dime, ¿tú mataste a todas las personas que vinieron anteriormente?
Su expresión era repentinamente más seria y su vos más gruesa. Si ese chico era realmente el que cuidaba el tesoro del bosque y por ello había asesinado a los caza tesoros y magos que habían venido a buscar el tesoro no podía dejarlo así nada más; puede que hubiesen sido magos de gremios oscuros o caza tesoros codiciosos con un corazón corrupto, pero seguían siendo personas, seres humanos.
—Te equivocas —Le respondió sin alteración alguna —Yo tan solo no los deje pasar, sin embargo eran demasiado tercas y se quedaron en el bosque. Tal vez no lo parezca pero este bosque es más grande de lo que crees, y ciertamente habitan bestias peligrosas en él, sin embargo estas solo salen durante la noche. Si aquellas personas no volvieron a salir, debieron haber sido presas de aquellas bestias.
Pasaron unos segundos, pero una nueva sonrisa se formó en el rostro de Gildarts.
—Si lo has entendido entonces vete de una vez —Volvió a hablar —No podrás pasar de aquí, y si no te vas pronto también podrías sucumbir ante las criaturas que habitan este bosque.
—Jajajaja —Rio con emoción —Lo siento. Me alegra saber que no fuiste tú el que asesino a esos hombres, el que murieran no deja de ser algo trágico, sin embargo fue por su propia responsabilidad, así que no se puede hacer nada —Explico manteniendo su sonrisa —Sin embargo aun así no puedo simplemente marcharme. No me importa realmente el tesoro que proteges, pero siento que algo realmente increíble se encuentra más allá de donde estas y de verdad no quiero perder la oportunidad de verlo.
Dio dos pasos hacia adelante mientras que de un tirón se sacó su túnica quedando únicamente con sus pantalones, zapatos y su torso vendado.
—Debo admitir que no eres alguien normal. A decir verdad no me había encontrado con alguien que pudiera darme algo de pelea en un buen tiempo —Su sonrisa creció.
Empezó a correr a gran velocidad en contra del rubio mientras su puño era cubierto con una leve capa de magia naranja.
—No soy bueno conteniéndome, así que discúlpame si acabas con unos cuantos huesos rotos —Exclamo animado.
El rubio tan solo suspiro mientras el puño de Gildarts se acercaba a él.
—Tonto —Susurro.
Gildarts abrió los ojos algo sorprendido al darse cuenta que su puño había sido detenido en el aire por una fuerza invisible, no, más bien lo correcto sería decir que su puño había golpeado una especia de muro invisible frente al rubio.
—Lo diré una vez más —Comento con voz calmada pero sería —Vete de aquí.
El rostro sorprendido de Gildarts pasó de sorpresa a mostrar una sonrisa.
—No lo hare —Le respondió con calma —Esto se está volviendo interesante.
El puño aun extendido de Gildarts brillo con más intensidad mientras presionaba con mucha más fuerza.
—Entonces tendré que obligarte.
El rubio tenso levemente su cuerpo por un segundo, y entonces una fuerza invisible repelió el puño de Gildarts mandándolo disparado hacia atrás, sin embargo este logro estabilizarse rápidamente para tan solo terminar arrastrando los pies nuevamente, mas esta vez no tuvo tiempo para relajarse pues al instante sintió el peligro y se impulsó hacia un lado solo para ver como el suelo en donde estaba parado anteriormente se hundía hasta formar un pequeño cráter.
—¿Qué es…
No pudo terminar la pregunta pues sus instintos volvieron a advertirle para así lograr levantar el brazo a la altura de su rostro solo para sentir un fuerte golpe en él, sin embargo al instante sintió otro golpe en su espalda solo para salir disparado para chocar contra un árbol cercano.
—Demonios.
Se levantó sin mostrar daño alguno. Suspiro calmándose para seguidamente cerrar los ojos y concentrarse.
—Muy bien, puedo sentirlo.
Abrió los ojos y empezó a moverse rápidamente bloqueando múltiples golpes invisibles que venían de todas direcciones.
—Jajajaja —rio emocionado —Esto es interesante, nunca había enfrentado a alguien como tú —Exclamo con una emoción palpable —Pero lo siento, no sé qué magia estas utilizando, pero ya no te servirá más.
Bloqueo un golpe más para seguidamente salir corriendo a gran velocidad en contra del rubio que aun permanecía sentado con los ojos cerrados. Levanto el puño para que este se iluminara con intensidad.
—No importa que magia utilices, no te servirá —Exclama con una sonrisa —Crash —Susurro.
Esta era una de las técnicas de Gildarts, con ella podía romper cualquier cosa, incluso la magia, por lo que no importaba que magia estuviera utilizando el rubio, estaba seguro de poder eliminarla y golpearlo, sin embargo… sus ojos mostraban gran sorpresa al ver su puño detenido nuevamente.
—¿Magia? Si te refieres a aquella nueva energía que descubrió la humanidad, te equivocas, en ningún momento la he utilizado.
—¿Qué?
Fue todo lo que pudo decir antes de salir disparado hacia atrás ante varios golpes consecutivos en todo su cuerpo. Cayó pesadamente en el suelo levantando una pequeña cortina de polvo.
—¿Ahora lo entiendes? No podrás vencerme. Tan solo vete.
—Jajajajaja.
El rostro del rubio se mostró algo confundido al escuchar las carcajadas que salían desde la cortina de polvo.
—Interesante, esto es bastante interesante.
Repentinamente una fuerte corriente de viento disipo el polvo revelando a Gildarts sin ninguna daño.
—Lo siento mucho mocoso, pero soy un mago de Fairy Tail, nosotros nunca nos rendimos.
Se levantó tranquilamente para seguidamente caminar con calma hasta estar al frente del rubio.
—Hace mucho tiempo que no me ponía serio —Su sonrisa creció —Eres realmente interesante mocoso.
Abrió los ojos levemente y una gran cantidad de energía mágica rodeo su cuerpo.
La presión del ambiente aumento súbitamente y la tierra empezó a temblar ante el nivel de poder que no hacía más que seguir creciendo hasta transformarse en una gran llamara de poder mágico que rodeaba el cuerpo de Gildarts. Incluso aquel chico rubio podía sentir una gran presión proviniendo del pelirrojo.
—¡Sigamos! ¡Crash!
Lanzo un golpe en contra del rubio quien ni se inmuto ante el acto. Una leve explosión se llevó a acabo y una honda de choque arraso con algunos árboles cercanos mientras que el cuerpo de ambos contrincantes era rodeado por una cortina de polvo.
—Increíble —Se escuchó una vos calmada.
El polvo se disipo mostrando la imagen de Gildarts con su puño atendido haciendo contacto con la frente del rubio quien se mantenía en la misma posición, sin mostrar algún daño.
Rápidamente Gildarst dio un salto hacia atrás para observar con una sonrisa al rubio.
—Eso debería decirlo yo —comento Gildarts —salir ileso de aquel golpe, ¿eres una especia de monstruo con forma humana?
—No —Fue su respuesta —Te equivocas nuevamente si piensas que salí ileso de tu ataque.
En ese instante una fina línea de sangre se desprende de la frente del rubio recorriendo su rostro hasta su boca.
—Hmp, a eso le llamas daño —comento con una sonrisa.
—Así es. Pensar que existen personas tan fuertes hoy en día.
Gildarst vio algo sorprendido al rubio frente a él. Era extraño, durante todo el combate lo había visto con la misma expresión, sin embargo ahora…
—Jajaja — rio levemente —al parecer también puedes emocionarte.
—¿Emocionarme? Hace tiempo que me separe de las personas, soy incapaz de tener dicho sentimiento.
—Te lo dije antes, eres malo mintiendo mocoso. No hay otra explicación para la sonrisa que tienes en tu rostro ahora mismo.
Por primera vez los ojos del rubio se abrieron y su rostro mostro verdadera sorpresa.
Efectivamente estaba sonriendo, pero… ¿por qué? Hace tiempo que era incapaz de tener emociones tales como la emoción, sin embargo ahora mismo él…
—Ja…jaja —Emitió una pequeña risa.
Múltiples imágenes vinieron a su mente de golpe. Su niñez, su entrenamiento, todos los combates que había tenido. Lo había olvidado, había olvidado como se sentía cuando entrenaba arduamente cada día para volverse más fuerte y poder proteger a sus seres queridos; la emoción que sentía cuando alguno de sus maestros le decía que le enseñaría un técnica nueva.
—Jajajaja —Rio.
No recordaba cuando fue la última vez que había reído de aquella forma. Se detuvo después de un minuto para observar sus manos. Cerró los ojos unos segundos mientras apretaba sus puños y una sonrisa aprecia en su rostro.
Gildarts vio algo confundido como actuaba el rubio. No sabía que estaba pasando, pero por alguna razón sentía que había causado que algo empezar a girar nuevamente, como si fuera el responsable de que el mundo fuera a cambiar. No sabía por qué, pero no pudo evitar emocionar y sonreír.
El rubio abrió los ojos nuevamente y vio a Gildarts. Ante la sorpresa de este, empezó a mover su cuerpo hasta ponerse de pie.
—Me has hecho recordar algo bueno —Le dijo con una sonrisa —En agradecimiento me pondré algo serio en nuestra pelea.
Su sonrisa cambio de golpe, de una alegre, paso a una más afilada pero que sin embargo revelaba emoción, pero Gildarts no tuvo tiempo de sorprenderse con esto, pues una increíble presión amenazo con aplastar su cuerpo contra el suelo, la tierra empezó a temblar y los arboles a agitarse violentamente mientras fisuras empezaban a aparecer en sus troncos.
—Esto no es magia —Pensó sorprendido.
Vio directamente al rubio y no pudo evitar quedar algo asombrado al ver sus ojos, pues estos brillaban con emoción pura.
—Es algo tarde —Comento con calma —Pero sería una descortesía pelear contra ti sin presentarme adecuadamente. Hace tiempo que no pronuncio mi nombre así que presta atención. Soy Uzumaki Naruto, el segundo sabio de los seis caminos. Ahora te mostrare un poco de mi poder en honor a que eres un digno rival.
Gildarst vio asombrado como los ojos azules de Naruto se tornaron grises y seis aros aparecían ellos, sin embargo lo más sorprendente era como una sombra se formaba sobre naruto, la sombra de un gigante humanoide, pero tan rápido como se formó desapareció de la vista del pelirrojo, mas la presión que provenía del cuerpo del rubio tan solo aumento y Gildarts sintió un tremendo poder que nunca antes había sentido, pero no era magia, era algo diferente, algo que jamás había sentido antes.
—Hey, hey, ¿y dices que este no es todo tu poder? —Comento algo sorprendido pero al mismo tiempo con una sonrisa —¿de verdad no eres un monstruo disfrazado? —Su sonrisa creció —Bueno que más da, esto es realmente divertido.
Nuevamente una llamara de poder mágico rodeo el cuerpo de Gildarts para que la tierra tan solo temblara más ante un segundo poder tan grande.
—¡Vamos, ven Uzumaki Naruto!
Naruto desapareció y apareció frente a Gildarts y en un instante lanzo un golpe, sin embargo Gildarts reaccionando a tiempo respondió al puño de Naruto con el suyo provocando un choque entre ambos golpes. Una fuerte explosión se generó y una inmensa onda de choque arraso con la zona.
Tanto Naruto como Gildarts salieron repelidos hacia atrás sin embargo ninguno cayo.
— Katon: Goukakyuu no Jutsu —Exclamo Naruto.
Gildarts vio sorprendido como una gigantesca bola de fuego salía disparada desde la boca de Naruto.
—¿Magia de Fuego? En ese caso
Estiro su mano con la palma abierta hacia la bola de fuego.
—Crash —Exclamo.
Sus ojos mostraron sorpresa al ver como su técnica no funcionaba y no lograba destruir la bola de fuego.
—Maldición, como lo pensé, esto no es magia, por eso mi técnica no fusiona.
Al instante puso su otra mano el suelo.
—Punkai —Susurro.
En menos de un segundo el suelo a sus pies se dividió en varios cubos permitiendo que Gildarts se hundiera y así esquivar la gran bola de fuego; seguidamente este cancelo su magia y el suelo volvió a la anormalidad.
—Aun no termino.
Gildarts levanto la vista solo para ver como Naruto se encontraba sobre él con una espera azul en su mano.
Chasqueo la lengua. A simple vista podía notar el poder que irradia aquella esfera y obviamente podía sentir que tampoco estaba hecha de magia, sin embargo… una sonrisa aprecio en su rostro
—¡Rasengan! —Exclamo con ánimo.
Estiro el brazo impactando el rasengan en Gildarts pero grande fue su sorpresa al ver como este había detenido fácilmente su ataque con la palma de su mano, la cual de alguna forma había logrado cancela el rasengan.
—Lastima, con el ataque anterior finalmente pude analizar bien la energía de las que están hechas tus técnicas, así que ahora puedo ajustar mi Crash —Dijo con una sonrisa— ahora, toma esto.
Su mano libre brillo con intensidad y lanzo un poderoso golpe en contra de Naruto, sin embargo este tan solo exploto en una pequeña nube de humo al recibir el golpe.
—¿Qué? —Exclamo confundido —Una especia de clon.
—Eres bastante hábil Gildarts, sin embargo ya me esperaba algo asi.
El pelirrojo vio hacia un lado solo para ver como Naruto se acercaba a una absurda velocidad.
Logro reaccionar a tiempo y bloquear el golpe del puño de Naruto, pero este reacciono en menos de un segundo acertando una patada en las costillas de Gildarts quien después de tiempo sintió dolor por un golpe lanzado por otra persona.
—¡Maldito!
Se repuso rápidamente y lanzo un golpe directo pero Naruto lo bloqueo con habilidad solo para estrellar su puño en el estómago de Gildarts el cual salió disparado hacia atrás.
—Lo siento por ti, pero como shinobi también soy especialista en combate cuerpo a cuerpo.
Terminando de decir aquello Naruto empezó a correr hacia la dirección en la que había salido volando Gildarts, no obstante fue recibido por el tronco de un árbol que había sido lanzado hacia él. Naruto golpeo el tronco partiéndolo con facilidad, pero se topó con Gildarts quien se había camuflado con el tronco.
—Eres predecible —Le responde Naruto.
Esquivo fácilmente el puño de Gildarts el cual paso al lado de su cabeza.
—Rasengan.
En menos de una centésima un rasengan se forma en la mano de Naruto, quien rápidamente lo lanza contra el abdomen de Gildarts.
—Je, no está ves.
Líneas aparecen en el rasengan de Naruto y este observa como su técnica desaparece al ser partida en varios cubos.
—¡Haja Kensho: Itten!
Gildarts lanza su puño en forma ascendente impactando el mentón de Naruto. La tierra tiembla por un segundo antes de que un cráter se forme por la onda de choque generado por el golpe y el cuerpo de Naruto salga como una bala hacia el cielo.
—Fue un buen combate, pero aquí termina —Comento Gildarts.
—Lo mismo digo.
Gildarts abre los ojos con asombro al ver como cuatro Narutos aparecen a su alrededor impactando cada uno un rasengan a quema ropa antes de desaparecer.
Gildarts emite un fuerte grito antes de que se genere una nueva explosión, justo al instante en el que el cuerpo del Naruto original cae pesadamente creando un nuevo cráter con su cuerpo.
—Jajajajajaja —Se escucha la vos de Gildars.
—Jajajaja —Igualmente suenan las carcajadas de Naruto.
Ambos se levantan. Naruto sangraba levemente por la boca, mientras que Gildarts sangraba de un brazo y una pierna al mismo tiempo que su cuerpo mostraba signos de quemaduras.
—Un brazo roto y una pierna herida —Comenta Naruto —Después de recibir cuatro rasengan, ¿de qué se supone que está hecho tu cuerpo? —Pregunta con una sonrisa.
—¿Y el tuyo? —Le devuelve la pregunta con una sonrisa —Recibiste directamente mi golpe más fuerte, y apenas muestras daño.
—Sé que no usaste realmente toda tu fuerza —Le responde con tranquilidad.
—Jajaja, y sin embargo tú dices que ni siquiera te has puesto por completo serio —Su sonrisa crece ante la emoción —¿Qué dices, peleamos de verdad?
Una tremenda aura empieza a rodear el cuerpo de Gildarts sin embargo esta vez el poder naranja se torna de un color blanco.
—¿Estás seguro de querer eso?
La tierra empieza a sacudirse mientras Gildarts observa como el cuerpo de Naruto empieza a emitir leven tintes dorados y seis magatanas empiezan a querer formarse a su alrededor.
Un leve escalofrió recorre la espalda de Gildarts al sentir levemente el poder que estaba empezando a desprender el cuerpo de Naruto. ¿Qué demonios era esto? Nunca había sentido algo así, excepto quizás… por su mente paso la imagen fugaz de una gigantesca bestia oscura cuya presencia haría temblar de miedo al mago más poderoso; no, esto era diferente, no sabía explicarlo, pero no era lo mismo que con esa criatura que deseaba olvidar, esto de alguna forma, sin saber porque, solo hacía que se emocionara cada vez más.
Repentinamente el cuerpo de Naruto dejo de emitir tintes naranjas y las magatanas que empezaban a formarse desaparecieron.
—¿Que sucede? —Pregunto confundido.
—Creo que ya está bien —Comento tranquilo —Ha sido bastante divertido, pero de seguir así terminaremos destruyendo todo el bosque y la naturaleza dentro del mismo.
En ese momento Gildarts se da cuenta de la condición en la que se encontraba la zona del bosque en la que habían estado peleando.
—Ahhh —suspiro algo cansado —Supongo que tienes razón.
Lanzo un suspiro más antes de poner una sonrisa y que su aura desapareciera.
Naruto sonrió ante esto. Estaba en lo correcto cuando sentido con el senjutsu la bondad en Gildarts. Habían pasado ya siglos desde que la guerra en la cual batallo contra Kaguya junto a Sasuke. Después de ello pasaron muchas cosas y tras siglos la humanidad termino creando su propia destrucción, claro está debido a su maldición no envejecía, por lo que no le quedo de otra que vagar por el mundo hasta que la humanidad empezó a nacer de nuevo, sin embargo cada vez el corazón de los seres humanos se hacía más oscuro corrompiendo así el mundo.
Estaba harto de eso y por ello se separó de la humanidad, sin embargo ahora conoció a una persona que milagrosamente le hiso sentir una pequeña esperanza, sentimiento que no sentía hace siglos atrás.
Naruto camino tranquilamente hasta llegar al centro del claro en el que había iniciado la pelea. Extendió ambos brazos ante la confundida mirada de Gildarts.
—Banbutsu souzou —Susurro.
Gildarts no pudo quedar más que fascina ante lo que se desarrollaba ante él. Cada parte del claro, cada árbol de bosque era restaurado y regresado a lo que era antes. Como si la pelea nunca hubiera pasado, el bosque se encontraba en este momento en perfecto estado.
—Magia de regresión de tiempo —Pensó por un segundo —no, esto se siente diferente.
Vio nuevamente hacia Naruto y una extraña sensación lleno su cuerpo, no sabía que era, pero sabía que al encontrarse con Naruto, algo había empezado a moverse en el mundo, ese era la sensación que tenía.
—Ahhh, pero pensar que un niño podría darme pelea —Comento con un suspiro —No luche realmente enserio pero… bueno, supongo que este mundo es grande.
—¿Niño? —Exclamo Gildarst —¿No debería ser yo el que dijera eso? —Comento algo fastidiado —te debo doblar la edad y sin embargo no logre que mostraras siquiera toda tu fuerza.
—¿Eh?
Naruto camino para acercarse a Gildarst. Lo vio por unos segundos y no pudo contener una pequeña risa burlona.
—No sé por qué pero esa risa me fastidia —Comento algo irritado.
—Jajaja, disculpa, disculpa —Paro de reír —¿Cuántos años tienes Gildarst?
—45
—Ya veo, supongo que no abra problema si te lo digo —Puso una media sonrisa —no recuerdo bien cuantos años han pasado exactamente desde que nací, pero creo que deben ser aproximadamente poco menos de dos mil años.
Nadie jamás creería si alguien contase la expresión que tenía Gildarts en este momento, bueno, en realidad ni siquiera podrían contarlo pues si existe alguna forma en la que se pudiera describir, aún no han inventado las palabras.
—¿¡Estas bromeando!? —Exclamo en un grito —Nadie puede vivir tanto, y aunque fuera verdad, según las investigaciones el mundo apenas tiene cerca de 600 años.
—700 en realidad si no me equivoco —Le responde con calma —En realidad esta era es joven comparada a la que tenía la mía cuando nací.
—¡Sabia que no eras humano!
—Si lo soy —responde de inmediato — Mmm digamos que soy una especia de humano trascendental. Ah, pero no pienses mal, en realidad mi fuerza actual la conseguí cuando tenía cerca de 19 años.
—No creo que eso importe realmente.
Gildarts bajo la cabeza mientras una ligera aura negra aparecía a su alrededor.
—Bueno eso no importa realmente, sin embargo debo darte las gracias, Gildars Clive.
Gildarts levanto la vista para ver con confundió a Naruto.
—¿Por qué me agradeces?
Naruto vio al cielo unos segundos ante la pregunta de Gildarts. Sería algo muy complicado, de hecho ni siquiera el sabría como explicarlo bien. Dejo de pensar y empezó a caminar.
—Sígueme —Le dijo —Te mostrare lo que querías ver.
—¿Eh? Espera —Le llamo.
Era tarde, Naruto ya había empezado a caminar sin escucharlo, era algo gracioso, sin importar cuanto tiempo haya pasado y que tanto haya cambiado, Naruto aún conservaba algunas cosas que le hacían ser él mismo de antes, aunque estas estuvieran muy escondidas dentro de su ser.
Rápidamente Gildarts corrió tras Naruto hasta finalmente alcanzarlo, sin embargo no alcanzo a decir nada, pues lo que encontró no era un tesoro, ni una fuente de poder ilimitado ni nada de lo que decía el mito, lo que había frente a él eran simplemente tumbas, varias tumbas en medio de lo que parecía ser las ruinas de una especia de aldea.
—Esta es la aldea en la que nací.
Gildarts giro para ver sorprendido a Naruto. Sus ojos se volvieron algo serios al verlo, pues la expresión que tenía en ese instante el Uzumaki era la más triste que jamás había visto en su vida. Podía sentir claramente el dolor, la rabia, el cansancio, la tristeza y finalmente la resignación que se hallaban reflejados en aquellos ojos azules que se habían vuelto opacos perdiendo su brillo, aquel brillo que logro ver durante su pelea. Parecía un niño abandonado.
—Me recuerda un poco a Natsu —fue lo que pensó
Natsu era aquel chico hiperactivo del gremio al cual quería como un hijo.
—Han pasado milenios enteros desde que mi aldea pereció, desde que la era en la que nací pereció. Cada tumba que ves es de uno de mis amigos, y de mis maestros, miembros de mi aldea, y al mismo tiempo compañeros de armas en varias batallas. Eran mi familia, y yo tan solo podía ver como ellos envejecían y morían sin que pudiera unirme a ellos.
—Y tampoco pu…
—No, el suicidio no es un opción y tampoco podría dejarme matar por alguien, después de todo ellos jamás hubieran querido que yo hiciera algo así —Puso una tenue sonrisa.
—Ya veo —Fue lo único que pudo decir.
—Después de que la era en la que nací pereciera vague por el mundo, y observe como poco a poco después de siglos la humanidad volvía a nacer y empezaba a crecer hasta ser lo que es en la actualidad, sin embargo a lo largo del trayecto sus corazones se manchaban cada vez más de oscuridad corrompiendo el mundo. Me había cansado de ello y por eso decidí separarme de la humanidad, y desde entonces me quede permanentemente en este bosque en el cual había conservado las ruinas de mi aldea y las tumbas de mi familia. El poder que sentías era el mío, el cual mantiene este lugar en este estado.
Gildarts se quedó en silencio.
—Con el pasar del tiempo fui perdiendo mis emociones, sin embargo al luchar hoy contra ti, recordé lo emocionante que era la batalla y lo divertido que eran los entrenamientos que realizaba para volverme más fuerte. Hiciste que recordara buenos momentos.
Gildarts tan solo sonrió ante esto. Realmente, este chico podría ser la persona con mayor edad el mundo, pero ahora mismo lo estaba viendo tan solo como un mocoso.
—Te doy las gracias nuevamente, pero es hora de que te marches, debo…
No pudo continuar pues recibió un golpe en la cabeza de forma inesperada terminando estampado contra el suelo. Y pensar que aun con la fuerza que tiene Naruto aun podía seguir bajando la guardia.
—Idiota, ¿realmente piensas quedarte aquí por el resto de la eternidad? No sé cómo era en tu época pero ahora mismo el mundo es muy grande, hay varios lugares por explorar y un sinfín de aventuras que vivir.
—¿A qué viene todo esto? —Pregunto algo enojado.
Se levantó del suelo un poco irritado, sin embargo las ganas de golpear a Gildarts se fueron de él cuando vio como este le extendía la mano.
—Ven conmigo —Dijo con una sonrisa —Es hora de que le des otra oportunidad al mundo. Sal, conoce personas, crea lazos y después de ello decide nuevamente si quieres separarte de la humanidad… ven y únete a Fairy Tail.
Naruto se le quedo viendo por unos segundos en desconcierto. ¿Lazos? Formar lazos nuevamente, ¿para qué? ¿Para ver como estos envejecen y mueres mientras el sigue vivo? Por supuesto que no lo haría, sin embargo algo dentro de él se estaba empezando a mover, lo sentía claramente, ¿Por qué? Él sabía muy bien que todo sería en vano, pero…
Desvió la vista hacia los restos de lo que una vez fue Konoha y vio la lápida de todos. Abrió los ojos ante lo que vio. Ahí estaban ellos, todos sus amigos, todos sus compañeros y al frente de todos se hallaban dos figuras. Un hombre rubio y una mujer pelirroja.
Ambos se acercaron, abrazaron a Naruto y la mujer le susurro:
—El destino sigue, es hora de empezar de nuevo, Naru-Chan ahí afuera hay alguien que te espera.
Lagrimas empezaron a caer sin que Naruto se diera cuenta, y al mismo tiempo todas las figuras desaparecía. ¿Una ilusión? ¿Una proyección de su subconsciente? ¿O caso simplemente estaba volviéndose loco? No importaba la razón, todo rastro de duda dentro de él se disipo.
Cogió la mano aun extendía de Gildarts y se levantó.
—Entiendo. Pero debo hacer algo antes de irme.
Camino un poco pasando al lado de un nuevamente confundido Gildarts. Se paró frente a los restos de Konoha.
—Muchas gracias por todo —Hablo con melancolía —He decidió salir al mundo nuevamente. Ya es hora de que los deje descansar en paz. Adiós.
Estiro la mano hacia el frente e hiso un simple sello.
—Kai —Susurro.
Aquel poder que sentía Gildars desapareció repentinamente y las ruinas de Konoha empezaron a desintegrarse, al igual que las lapidas de sus amigos y familia.
Gildarts tan solo vio todo en silencio, de alguna forma entendía porque lo hiso. Todo no duro más de 5 segundos, y Naruto permaneció quieto por unos 5 minutos más, para finalmente dar media vuelta y dirigirse hacia Gildarts.
—Fairy Tail, ¿verdad? —Pregunto con una sonrisa
