Les recomiendo mucho ver el vídeo de "Crazy - Gnarls Barkley" ya sea la versión de blues o la original.

https//watch?v=HikUhkwF5JI

Cómo siempre nada me pertenece. Solo ocupo los personajes sin fines de lucro.

Advertencia "Escenas de sexo y temas sensibles"

Capitulo I. Crazy.

Anna y Elsa se conocieron durante la universidad, en la carrera de derecho. Ambas chocaron casi al instante, Elsa siempre fue bastante responsable y aprovecho la oportunidad de estar en la carrera más cotizada de la universidad, en cambio Anna parecía que no le importaba estar en ella, seguido faltaba a clases y tomaba alcohol casi a diario.

Pero un día en una fiesta de fin de semestre en el penúltimo año de carrera, paso algo que cambió sus vidas, poniendo un antes y un después.

Ambas asistieron a la fiesta cada una por su lado, Elsa en realidad no quería asistir pero la insistencia de su grupo de amigos la llevo a ella. Elsa tenía planeado solo ir un par de horas y luego marcharse, un plan bastante simple, pero todo se complico.

Elsa veía como todos sus amigos se empezaron a embrutecer por el alcohol, el hombre que las protegía de los alcohólicos impertinentes, estaba perdido de borracho, y ella sola no podía con sus dos amigas. Así que entre la fiesta empezó a ver si había alguien que la ayudará, casi al instante se topó con Anna, pero no le hablaba lo suficiente como para pedirle el favor. Siguió buscando, sin darse cuenta que un hombre se acercaba a ella, y la tomo del brazo jalandola para que se acercara a el, al tenerlo cerca el olor a alcohol le mareo, pero al tratar de alejarse de el, este la sostuvo con mayor fuerza, empezó a buscar desesperada ayuda, pero parecía que nadie alrededor veía que ella estaba en aprietos, el hombre en cuestión, era bastante grande, ella podía defenderse, pero el miedo hizo mella en ella, y su cerebro se rehusaba a cooperar con ella.

- Oye amigo, que haces con mi novia.

Elsa abrió los ojos, por la voz a su espalda, era Anna, aunque era un par de centímetros más baja que ella, se veía sumamente intimidante, pues había tomado el brazo del hombre, en sus dedos se veían anillos de oro y plata, los cuatro bastante grandes, de la imagen de la santa muerte, Elsa por primera vez le prestó verdadera atención, traía un vestido de tirantes estilo vintage de los años cincuenta, un paliacate en su cabeza pero en sus brazos y lo que se veía de su pecho estaba lleno de tinta de tatuajes.

- ¡Lárgate de aquí, hija de puta!.

Elsa apenas pudo procesar lo que pasó después. Pues la mano izquierda de Anna se deslizó por su propia espalda, mientras la derecha apretaba el brazo que tenía cautiva a Elsa, después vio como el puño de Anna estaba adornado por una línea de un metal dorado, traía un boxer/mancuerna/nudillera, e impacto en contra del codo del hombre, haciendo que la articulación en cuestión se dislocara, en seguida Anna empujo hacia atrás a Elsa, mientras los gritos del hombre empezaron a escucharse como alaridos, con su mano derecha Anna le dió un golpe en el rostro al hombre tumbandolo en el suelo, en el suelo Anna le dió una patada en la quijada noqueadolo, todos alrededor parecía que no les importaba en realidad lo que estaba pasando, a unos cuantos al caer o al estar en el mismo espacio que el hombre tropezaron con su cuerpo, la mayoría hicieron una mueca de repulsión al pensar que se había desmayado por exceso de alcohol, así que entre unos cuantos lo alzaron y lo llevaron a una esquina para que no molestará el paso.

Anna se volteó hacia Elsa, en sus ojos había genuina preocupación.

- ¿Estas bien?

Elsa se perdió un momento en sus ojos azules con pequeños toques de verde. Nunca había visto unos iguales, grandes y llenos de bondad. Solo asintió con la cabeza y vio cómo Anna exhalaba en liberación.

- Me alegro, bueno perdón por la escena. - Anna espero unos segundos a que Elsa hablará pero no parecía querer hacerlo, así que se empezó a poner nerviosa. - Bueno si me necesitas estaré por ahí.

Anna se dió media vuelta, pero antes que pudiera empezar a caminar Elsa tomo su brazo deteniendola, ella misma no sabía porque lo había hecho, solo sabía que no podía dejarla ir.

- Mis amigos.

Anna ladeó la cabeza como si fuera un cachorro y no entendiera lo que Elsa dijo.

Elsa se aclaró la garganta, ella solía ser bastante elocuente a la hora de hablar, pero justo en ese momento le faltaban las palabras.

- Mis amigos están muy borrachos, no creo poder moverlos yo sola.

Anna vio hacia atrás de Elsa y vio a dos chicas y a un hombre apenas sentados en unas butacas, Anna volvió la vista hacia Elsa, como si necesitara más explicación, pero enseguida asintió con la cabeza, y se perdió en el mar de gente que era la fiesta, Elsa por un momento pensó que la había dejado a su suerte.

"Por supuesto, ella no me debe nada, como puede pedirle algo así".

Estaba pensando en como le haría para salir de su problema cuándo la vio llegar nuevamente, detrás suyo venían dos hombres sin camisas mostrando un abdomen ejercitado, pectorales grandes, con espalda de diamante, hombres que llamaban la atención inmediatamente, ella misma se les quedó viendo unos segundos, cuando Anna apunto con su dedo a sus amigos, los dos hombres en un abrir y cerrar de ojos los cargaron sobre sus hombros y caminaron a la salida, Anna la tomo de la mano, y camino detrás de los dos Adonis, al llegar afuera del edificio, los dos la esperaban en la salida, Anna sin soltar la mano de Elsa camino por la calle, los dos hombres la siguieron sin decir nada, llegaron a una camioneta negra Suburban, con un pequeño botón desbloqueo las puertas, y abrió la puerta trasera, los hombres con cuidado pusieron a las tres personas en los asientos de pasajeros.

- Ya mi amor. - dijo uno.

- Muchas gracias. - Dijo Anna sacando un par de billetes de su bolso y dandoselos.

- Como crees. - Dijo empujando la mano de Anna hacia ella misma.

- Ya aceptalos.

- No, me vas a ser sentir mal, mejor a la próxima sacas algo. - dijo guiñando un ojo.

Anna solo sonrió y afirmó con la cabeza.

Los dos hombres regresaron a la fiesta, en todo ese tiempo parecía que a Elsa le habían cortado la lengua, Anna le abrió la puerta del copiloto a Elsa y le hizo un ademán para que subiera, ella sin saber bien porque lo hacia, subió.

Anna subió del lado del piloto.

- ¿Gustas?. - dijo Anna ofreciéndole un cigarro de la cajetilla, ella misma ya tenía uno en la boca.

A Elsa no le gustaba fumar, pero se le hizo de mala educación no aceptarlo, pero no pudo evitar hacer una mueca al tratar de tomarlo.

Anna rio, y guardo la cajetilla antes que Elsa tomara un cigarro. - También tengo mentolados, si te gustan más, no debes hacerles muecas, se sienten mal viniendo de una mujer tan hermosa.

Elsa sintió las orejas arder, cuando asintió con la cabeza.

Anna saco otra cajetilla de la guantera de la camioneta, y le ofreció otro cigarro, esta vez Elsa cuido que no hiciera ningúna mueca al tomarlo, al ponérselo en la boca Anna ya tenía un encendedor en la mano, aspiro y vio la mano de Anna, tenía una ligera mancha de sangre en ella.

- Gracias, por todo. - dijo sañalando la parte de atrás de la camioneta.

- No hay problema. - dijo mientras encendía la camioneta. - ¿A dónde los llevo?

Elsa la vio, y se sorprendió de lo que veía, a lo largo de su vida había conocido muy pocas personas que ayudaban a alguien prácticamente desconocido, no sabía si esperaba recibir algo a cambio, o lo hacía desinteresadamente, pero en ese momento, en realidad poco le importo.

Elsa le dió indicaciones a Anna de las casas de su amigos, en el camino a ellas se sumergieron en una conversación agradable, mayormente sobre las clases y la universidad, con una que otra broma de parte de Anna que hacia reír a Elsa, al punto de faltarle el aire.

En cuanto llegaron a dejar a los tres, Anna volteó a ver a Elsa.

- ¿Quieres ir a tomar algo, o ya quieres que te deje en tu casa?

Elsa vio a Anna, el tiempo que llevaba a pesar de estar prácticamente de taxi, se divirtió mucho, y lo que menos quería era terminarlo.

- ¿A donde planeas llevarme?. - Dijo con una sonrisa.

Y Elsa vio como nació una chispa en los ojos de Anna.

Anna la llevo a un restaurante de comida china, donde al igual que en la camioneta Anna se la paso asiendo bromas y contando chistes malos, pero en un punto Elsa le dolía el estómago de tanto reír.

Al final del día, Anna la llevo a su casa y la dejo en la puerta.

- ¿Te veré pronto? - . Dijo Elsa sin que las palabras pidieran permiso para salir de su boca.

Anna la vio a los ojos, y con una sonrisa enseñando todos su dientes, dijo. - Claro.

- Me llamas cuando llegues a tu casa, para no estar preocupada.

Anna asintió, llendose ella por su lado.

Elsa al estar acostada en su cama, no pudo dejar de imaginar la sonrisa de Anna.