espero que les guste este fic tanto como me gustó a mi escribir el primer capitulo, no me juzguen, cada uno tenemos un poquito de retorcido o perverso en nuestras mentes, acepto criticas constructivas y consejos de quienes deseen aportar un poquito a esta historia.

¿Qué cómo llegué a esto? Ni yo misma lo sé, es más, ni quiera sé que estaba pasando por mi pervertida y retorcida mente en ese momento, pero aquí me tienen, de rodillas, vestida con un pequeño traje de colegiala hecho en su totalidad de látex y cuero negro que consiste en un corsé que ella misma ajustó a mi abdomen haciendo que mi pecho se realzara, haciendo que se viera más grande de lo que es y aplanando mi estómago, acompañado por una mini falda que no alcanza a llegar a la mitad de mis muslos, un portaligas negro que sujeta un par de medias de lycra tres cuarto del mismo color terminando con unos zapatos de tacón aguja de quince centímetros de alto que hace horas que ya están atormentando mis pies. Podrán decir que tengo un pequeño retraso mental o que estoy loca por mi aspecto aniñado con mi cabello rubio y largo, recogido en una coleta de caballo alta, mi rostro mínimamente maquilado, mis ojos verdes aguamarina con una línea de delineador, una pasada de rímel a mis pestañas, y un toque suave de rubor en mis mejillas. La falda casi no cubre mi trasero marcado por algunos surcos en rojo y rosa fuerte, hechos por una regla de madera que sostiene en una de sus manos, mientras permanece de pie a mi lado con esa sonrisa de autosuficiencia que a veces me saca de quicio y los brazos cruzados.

Mi mano ya acalambrada por tanto escribir la misma frase de "no volver a llegar tarde" mientras ella no me quita la mirada de encima mientras me corrige o me recrimina mi baja calidad caligráfica, podrían preguntarse de que va todo este numerito, es bastante sencillo, no le gustan las desobediencias, la altanería y las llegadas tarde, como toda británica de disciplina firme y constante, sigue esas normas a raja tabla, y espera que los de su entorno puedan cumplirlas también. Como por ejemplo, la cena se sirve a las ocho, ni un minuto más, ni un minuto menos y el que llega tarde se queda sin comer, el despertar es a las siete de la mañana y el desayuno a las ocho, bueno, en eso no tengo problemas, soy una madrugadora bastante nata, o no dejar la toalla mojada en la puerta, no querrán ver a una mujer británica molesta por eso, es un basilisco cuando eso ocurre, y ni les cuento de la comida "basura", las hamburguesas en la casa, completamente prohibidas nada frito o pasado en "una excesiva cantidad de aceite o grasa", esta mujer es el amor de mi vida, lo acepto, pero con eso, no hay discusión alguna, definitivamente es un robot o no tuvo una buena infancia.

Ella se encuentra a mi lado parada en esos finos tacones de charol negros de quince centímetros que la hace más fina si es posible, su caro y fino conjunto de sastre ejecutivo que le da un aire de superioridad, consiste en una camisa blanca de mangas largas y puños abotonados con los primeros botones desprendidos dejando ver una generosa parte de su sostén de encaje color rosa suave, unos pantalones de cintura estrecha y tobillos holgados grises con rayas verticales en blanco que le hacen más largas sus estilizadas y torneadas piernas, para terminar el atuendo con una chaqueta del mismo diseño que el pantalón, tiene hombreras gruesas y anchas que le hacen la espalda más grande de lo que es, de cintura entallada, y abierta, su cabello negro azabache, tan oscuro como el ébano más puro de la tierra, corto en diferentes capas hacia afuera, hasta los hombros está prolijamente despeinado, con un aire sutil y a la vez correcto con una raya al costado, dejando ver un medio flequillo que le cubre la frente, su rostro de piel pálida está pulcramente maquillado, sus ojos cafés oscuros delineados con una fina y felina línea de delineador líquido que hace resaltar su mirada desafiante, sus largas y delgadas pestañas voluminosas, realzadas también en negro, sus mejillas sonrosadas a causa de un suave rubor color cobre que resalta sus pómulos, sus labios carnosos y suaves están pintados de un rojo carmín haciéndole resaltar una sexy cicatriz que sobre sale de su labio superior de forma vertical del lado derecho, su rostro en si resalta por esa cicatriz, una perfecta nariz de puente recto y perfil griego y unas pequeñas orejas adornadas por eso aretes de perla que tanto me gustan.

Ahora que lo pienso hemos recorrido un largo camino juntas, desde que nos conocimos ya sabíamos que era imposible estar mucho tiempo separadas, también sabíamos quién de las dos tenia los pantalones bien puestos, ella siempre fue la que llevaba las riendas y yo la que seguía sus pasos. Somos una parea común y corriente para cualquiera de nuestros amigos pero…en la soledad, en el refugio de nuestro hogar sin que nadie nos vea, somos ama y sumisa, nuestros pasos son llevados al son de pautas acordadas por las dos, un mutuo acuerdo como el baile del tango una conversación entre nosotras sin la necesidad de utilizar vanas e inútiles palabras.

Aún recuerdo cuando la conocí, ¿conocen el dicho "la curiosidad mato al gato"? pues bien, en este caso el gato soy yo, y la curiosidad, fue una hermosa foto de perfil en una página de amigos y ligues por internet. No diré que estaba desesperada, pero, luego de mi quinta cita a ciegas programada por mi madre, fallida, debo agregar, ya estaba perdiendo un poco las esperanzas, y es que, ya sé que no era una modelo a toda caña, pero tampoco voy a decir que soy fea, gracias al cielo saqué lo mejor de mis padres, y a los veinticinco años, ya había roto varios corazones, a parte del mío con las múltiples decepciones que me había llevado con los hombres que había salido, el primero parecía prometedor, un hombre dedicado a la arquería profesional un competidor nato, había participado en las olimpiadas, ganando la medalla de oro en su rango, alto, fornido, de cabello medio largo, medio corto, castaño claro, casi rubio, de ojos profundos, azules, todo un caballero, y se preguntarán "¿y que hubo de malo si decías que era perfecto?", le diré, divorciado con un pequeño hijo de seis años, el cual interrumpió nuestra cita a cada cinco minutos con sus constantes llamadas telefónicas a su padre, no me malinterpreten, me encantan los niños, es más, tengo uno que es el sol de mi vida, además de su madre. Pero esa noche, tuve que escuchar al hombre hacer voces de pequeño y cantando canciones infantiles en el teléfono, fue tierno al principio, pero luego de la hora y media, ya era exasperante, la cita terminó en buen término, para él, para mí, fue mejor cuando no lo volví a ver. El segundo con el que salí fue un chico realmente mono, tímido, atento, caballeroso, pero les diré que no soy de aceptar salir con alguien cuando me entero que no tiene más de veinte años, no soy una depredadora que acecha a menores. El tercero, creo que fue la peor idea que se le pudo ocurrir a mi madre, todo comenzó bien, la cena estuvo grandiosa, nos reímos, conversamos de nuestras vidas, hasta que, descubrí que su mirada estaba más debajo de mi cuello, clavada en el escote de mi vestido, les digo que si hubiese sido por mí, el pobre no se podría procrear jamás en su vida, pero, bueno, otra cita que terminó mal, el cuarto fue un vecino que conocía de años, Leroy, un hombre gruñón, casi ermitaño, de estatura más baja que la mía, algo barrigón, tenía buenos modales, pero una boca bastante irónica, sarcástica y mordaz, algo que resulto bastante vergonzoso, ya que no dejaba de soltar impropiedades a cada cinco minutos. Por ultimo como última cita fallida, no soy homofóbica es más, siempre sentí más atracción por las mujeres que por los hombres, mi última cita de ese desastroso mes, fue una joven camarera de Granni´s, bastante bonita, delgada, media cabeza más alta que yo, de preciosos ojos verdes, cabello lacio de color caoba, pero tenía un pequeño problema, ninfomanía, no tengo nada en contra del sexo, es más, lo disfruto si es con una buena compañía, pero no soy de las que habla todo el tiempo del tema, aunque tampoco soy pudorosa, la velada acabó bien, para ella, porque para mí fue un auténtico calvario, créanme, no querrán saber lo que es estar comiendo con una adicta a las relaciones sexuales.

Una noche, luego de pasar dos semanas luego de mi última cita a ciegas me decidí a buscar algún ligue en internet, había muchas páginas de chateo y ligues de una noche, pero yo buscaba algo más fuerte que eso, quería sentar cabeza con alguien que supiera corresponderme debidamente, que fuese tierno, amable, pero a la vez dominante, el alfa que me dominara tanto en la cama como en la relación, no me juzguen, siempre he tenido ese pequeño morbo de tener una relación amorosa con una dominante, solo que nunca se me dio la oportunidad.

Ya era casi las dos de la mañana, ya había buscado en infinidades de salas de chat a mujeres que, a mi parecer, eran mucho más viejas que yo al descubrir su edad, hasta que di con una página de amigas y ligues homosexuales, había muchas muchachas bastante bonitas y simpáticas, muchas eran de mí mismo país, pero lo malo es que no tenía dinero para visitarlas a la ciudad donde estaban, hasta que, en un recorrido de las posibles mujeres con quien podía hablar cara a cara, la encontré, una hermosa mujer de ojos chocolate, penetrantes de mirada fría y calculadora, de cabello negro azabache, corto hasta los hombros, contrastaba perfectamente con su nieva piel, de nariz recta y puente fino, dándole, seguramente, un perfil espléndidamente bello, sus labios eran finos y carnosos como los de una doncella, en su fotografía de perfil estaba sentada en un precioso sillón de dos cuerpos, de una madera que parecía roble o pino de lo escura que era, forrado con terciopelo rojo borgoña, detrás de ella se podía apreciar un hermoso ventanal doble, con las cortinas de color café gastado, abiertas, dándole un aire más altivo, estaba vestida con un clásico traje de etiqueta negro de rayas blancas verticales, que estaba conformado por un chaleco de cuello en v y unos pantalones de cintura alta y estrecha y tobillos holgados y por ultimo unas botas de caña corta y tacón aguja, estaba con los brazos extendidos en toda su extensión sobre el respaldo y con l apierna izquierda doblada y apoyando el tobillo sobre su pierna derecha su cabello estaba engominado y peinado pulcramente hacia atrás pegándolo a su cráneo, estaba ligeramente maquillada con una línea de delineador negro en sus ojos, un toque de sombras grises oscuras en sus parpados y un labial rojo intenso que le hacía resaltar una sexy cicatriz vertical que sobresalía verticalmente de su labio superior del lado derecho, lo que más me atrajo de ella además de su increíble belleza, fue su Nick de usuario GinnaQueen, tenía unas increíbles ganas de hablar con ella, pero ¿y si me rechazaba o esa de esas que se veían superior a cualquier persona?, en ese momento estaba desconectada, con ansias de que estuviese en línea, guardé su perfil en mis favoritos y me fui a dormir pensando en ella. Lo que no sabía, era que al otro lado de la pantalla, alguien había visto que su casilla de usuario había sido elegida como favorita de alguien.

Nuestra historia, recién estaba por comenzar.