Diclaimer: Los personajes y todo lo reconocido al mundo de H.P son de J.K Rowling y la Warner, lo que se desconozca, puede ser fruto de mi imaginación.

Notas: Les pido disculpas si soy algo torpe, si hago algo mal, me gustaría que me corrigieran porque la verdad soy nueva qui en Fanfiction, pero desde hace rato que escribo fics en Potterfics, soy sararags para si les interesan mis historias, a decir verdad solo he estado enfrascandome en la familia Malfoy, de verdad amoooo con locura a esta familia.


La noche en que lo hicieron.

Casi se iba el mes de Septiembre y estaba llegando el otoño, cumplían su quinto aniversario de bodas, y para festejarlo el señor Malfoy quiso llevar a modo sorpresa a su señora a pasear a parís, que era hermoso, si pero lleno de muggles, bueno no le importo con tal de ver a su esposa feliz, paseando de aquí haya, con bolsas llenas de zapatos, abrigos, vestidos, joyas y a Lucius de burrito de carga.

Estaban en un lujoso restaurante, con la mejor vista de parís a fuera en una terraza, viendo hacia la torre Eiffel, con una hermosa puesta de sol, con el menú en mano para ordenar

-Cariño, ¿que se te antoja cenar?-dijo Narcissa mirando el menú-.

-No lo sé, aun no tengo tanta hambre.

-¿Te parece si pido alguna entrada?

-Como gustes, ¿y qué pedirás?

-Me gustaría la tabla de quesos, y caracoles.

-¡Caracoles!-dijo asombrado-.

-Si mira el menú, ahí dice caracoles, probare el estilo raro de los muggles.

-Solo espero que no te hagan daño, no debemos confiar mucho en los muggles, no sabemos cómo cocinan.

-Vamos cariño, es solo una entrada, ¿si los simples muggles los comen porque nosotros no? ¿Y tú no pedirás nada?

-Tal vez una ratatouille, y vino tinto, ¿vas a tomar vino?

-Sí, pide dos copas por favor.

Les tomo la orden un mesero medio calvo, que los miraba muy atentamente, pidieron del mejor y más caro vino y que su orden estuviera de inmediato, no importaba si pagaban algo extra, porque aparte Lucius pidió que cerraran la terraza solamente para ellos, no le gustaría estar rodeado por muggles a la hora de su cena.

Pronto les llevaron su orden, la ratatouille para Lucius y la tabla de quesos junto con un plato de caracoles para Narcissa, Lucius se quedó viendo asqueado el platillo de caracoles

-Agh estos muggles y sus rarezas

-mmm, veamos que tal saben estas cosas.

-Creo que no deberías de comer eso, se ve asqueroso, mira esos caracoles todos verdes y babosos, parecen mocos.

-Lucius por favor, ya voy a comer-dijo en forma de chillido-.

-Y mira ese queso, está lleno de hongos, tiene un olor horrible, ¿de verdad te vas a comer eso?

-Si-dijo metiéndose un pedacillo de queso a la boca-.

-Agh como sea, pero luego no quiero que te estés quejando de que te hicieron mal esas cosas.

-Deberías de probar el queso, de verdad esta exquisito.

-No sé, ve y huele mal, yo si me quiero cuidar.

-Vamos mira un trocito nada mas-le dijo tendiéndole un trozo de queso-.

-Bueno es solo probar.-acepto el trozo de queso, que su esposa le dio en la boca-

-Ves, solo probar, no es tan malo.

-¿Qué? Esta asquerosísimo, sabe a tierra con orines de dragón, que asco, no sé cómo te pudo haber gustado esa cosa-Dijo mientras escupía el queso-.

-No lo creo, ¿y tú cuando has probado la tierra con orines de dragón?-dijo entrecerrando los ojos-.

-Nunca, pero….

-Ah verdad.

-Pero el queso tiene un olor similar a los orines de dragón, y si he olido los orines de dragón.

Luego Narcissa se dedicó a probar sus caracoles, haciendo un ruido extraño por la consistencia de estos, y Lucius estaba muy entretenido con su platillo.

-Narcissa, ¡por Salazar!, qué asco, deja de hacer ese ruido por favor.

-¿Qué?-dijo saliéndose un poco de la baba del caracol-

-Qué asco, si te enfermas no te cuidare.

-¿No?-dijo con una cara de niña triste-.

-No, porque no me haces caso, es más pide otra cosa-la regaño-

-Pero están deliciosos, deberías de probarlos.

-Si han de estar igual de deliciosos que el queso de orines de dragón.

-No, de veras prueba uno.

-Pide otra cosa-dijo mientras le hacía señas a un mesero-. La señora va a pedir otra cosa, y pide que se le retiren estos platillos.

-¿que desea Madam?-pregunta el mesero-.

-¡Que aguafiestas!, bueno me podría traer un soufflé, unas crepas dulces, unos biscochos borrachos a y un champan extra espumoso.

-¿No vas a comer algo que no sea postre?

-Querido, el postre lo reservo para más noche-le lanzo una mirada seductora-

Terminaron su cena, al fin Lucius comió tranquilo, y Narcissa destapo el champan luego de que se acabara el vino. Se acabó el champan y la señora pidió otra botella de vino, a ella le encantaba el vino tinto

-Cariño ¿no crees que estas bebiendo demasiado rápido?-pregunta preocupado Lucius-

-Para nada, a parte solo es vino.

Siguió tomando, hasta que Lucius ya no le permitió que tomara más

-Amorcito, Lu, no seas aguafiestas, nos estamos divirtiendo -Decía Narcissa algo borracha-

-Sera mejor que nos vallamos, creo que ya estas algo tomada.

-No Lucyphoo.

-¿Lucyphoo?, estas empezándote a poner grave, vámonos ya-se levantó de la mesa-

Lucius se fue a pagar la cuenta, mientras Narcissa como pudo se levantó y se fue hacia el barandal, para ver las lucecitas de la ciudad, como estaba tan mareada se tambaleo, a punto de caerse pues el barandal le llegaba poco más debajo de las caderas, para suerte que Lucius alcanzo a llegar y la tomo por la cintura

-¿Qué estás haciendo?

-Vine a ver las Lucecitas

-Pudiste haber caído-dijo preocupado-.

-Pero solo quería ver las lucecitas.

-Ya vámonos.

-¿A dónde vamos?

-He rentado una suite, hoy no iremos a casa y menos contigo en este estado.

-NO, No me quiero ir-dijo aferrándose al barandal-

-Cissy, vámonos, no hagas un escándalo, debes de reposar.

-No, yo quiero gritar a los cuatro vientos, ¡TE AMO LUCIUS MALFOY!-Grito levantándose y alzando los brazos hacia la gran vista-.

-Lindo detalle de tu parte, pero es hora de partir.

-¡QUE NO!

-Pero mírate en que esta….-Narcissa hizo que se callara porque lo empezó a besuquear-.

-¿Me amas?, ¿Tú me amas?

-Si, si te amo.

-No es cierto, no me amas-y casi empezaba a llorar.

-Si no te amara no estuviéramos aquí.

-Si me amas grítalo.

-¿Qué?

-Que grites alto como yo.

-No lo hare.

-Entonces no me amas.

Luego Lucius se acercó y abrazo por atrás a Narcissa, le beso lentamente el cuello, hasta llegar a su oído y decirle casi en susurro

-Narcissa Malfoy, yo te amo, te amo más que a nada en el mundo, eres la mujer más bella y maravillosa de todo el mundo, gracias por este otro año más de estar conmigo soportándome, te amo mi amor.

Narcissa se giró sorprendida, llorando de la emoción, Lucius solo se quedó mirándola y antes que dijera algo, la tomo en sus brazos para salir de aquel lujoso restaurante.

Llegaron a la suite, Lucius bajo de sus brazos a Narcissa, esta se quedó viendo todo a su alrededor, su marido se había esmerado bastante para sorprenderla.

En todo el lugar había velas aromáticas, un camino de pétalos de rosas con velas, en la cama había un corazón grande formado con pétalos rojos, había un mini bar que estaba lleno de champan, vino y whisky, en otro lado estaba una mesita larga con unos contenedores, unos con fresas cubiertas de chocolate, otros con cerezas, en otro lado había crema batida y un frasco con chocolate líquido.

Mientras su esposa se quedaba anonadada, él se fue a servir un whisky, y a ella no le quiso servir nada, Narcissa empezó a llorar, Lucius no comprendió la reacción de su esposa

-¿No te gusta?, quieres que cambie algo, o si quieres nos podemos ir, pero no llores-se acercó y la abrazo-

-No, así deja todo, es que me encanta, todo los detalles que hiciste para mí.

-Para mi niña mimada todo lo que sea.-le dio un beso en la frente-.

Luego Narcissa tomo una fresa y se la dio en la boca a su esposo, este la tomo sexymente y le chupo el dedo, la empezó a besar muy apasionadamente, llevándola hacia la cama. La dejo caer y se puso encima de ella, besándole el cuello, entonces Narcissa lo aparto, luego se levantó de la cama y el rubio se quedó extrañado.

-Tengo una idea.-Tomo el recipiente con chocolate líquido-.

Lucius estaba que no se la creía, luego lentamente Narcissa fue caminando hacia él, llego a la cama y aventó a su esposo contra el colchón, y se montó en él.

Le quito la túnica, el saco que traía y la camisa se la desabrocho bruscamente, eso se le hizo tan sexy a su marido.

Dejo caer un poco de chocolate sobre el fornido pecho de su hombre, para luego empezar a lamerlo sensualmente, Lucius se volvió loco, y comenzó desesperado a quitarle la ropa a Narcissa, para encontrarse con una lencería de encaje negro muy sexy, aun mas lo prendió, Se quitaron lo poco que les quedaba de ropa y comenzó el juego con el chocolate, aquella noche Narcissa estuvo muy juguetona e insaciable, que terminaron cansados casi al amanecer.

Veía a su esposa que dormía tan placenteramente que no la quiso despertar, así que mejor se fue al baño para relajarse y tomar una ducha el jacuzzi, que también estaba lleno de pétalos, velas e incienso.

Narcissa se despertó, todo le daba vueltas y su cabeza le dolía, no recordaba mucho de lo que había pasado la noche anterior, no sabía bien donde estaba, se sintió el cuerpo pegajoso, y se dio cuenta que estaba llena de chocolate, mejor se quiso levantar a buscar a su marido

-Lucius, Lucius ¿Dónde estás?

-Amor, estoy en el baño.

Se fue al baño enredada en una sábana que también estaba llena de chocolate, se paró en el marco de la puerta agarrándose la cabeza

-¿Cómo amaneciste?-Pregunto su esposo desde el jacuzzi-

-Bien, solo que mi cabeza me duele un poco.

-Es normal, después de todo el vino que bebiste ayer.

-¿Qué paso?-dijo mientras se cepillaba los dientes-

-Te emborrachaste, te pusiste muy coqueta y juguetona anoche, que ni siquiera me dejaste dormir, parecías fiera, no me dejaste descansar

-¿En serio?-se rio-.

-De verdad, estuviste como nuca-dijo su marido mordiéndose coquetamente el labio-.

Narcissa se sentó en el suelo todavía enredada en la sabana, viendo a su marido, no podía recordar nada.

-¿Vienes?-pregunto su esposo- No te caería mal el agua tibia.

-Me parece que no, al contrario, estoy llena de chocolate, tal vez y me puedas enjabonar la espalada-contesto pícaramente-.

Se quitó la sabana, la dejo caer lentamente, para ponerse encima de su marido, cara a cara. Se empezaron a besar, Lucius le acariciaba la espalda y besaba su cuello, Narcissa masajeaba el cabello de su esposo, para pronto comenzar con las travesuras de la noche anterior.