IMPORTANTE
Hola a mis fieles lectores, tengo que advertirles que este es un fic YAOI, hay violación, sangre, desastre y tentáculos, muchos tentáculos, junto a varios mal entendidos. Bueno una vez advertidos sigamos.
La historia se desarrolla en el contexto del Fast Forward, capitulo 7 por si gustan ver cómo son los personajes XD No olviden que las Tortugas Ninja no me pertenecen y que espero sus comentarios.
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"El día del comienzo"
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Shokanabo tenía todo resuelto, sólo esperaba el día en que las larvas salieran de los huevecillos para que absorbieran la energía vital de la tierra y de esa manera hacerse de un poder inimaginable, sólo que había alguien que se interponía, o más bien, algunos.
Por los constantes enfrentamientos que tenía con las tortugas había el temor que ellos supieran sobre "El día del comienzo" nombre que le había dado al plan de invasión terrestre y temía que fuera frustrado por dicho grupo defensor, entonces, debía saber qué tanto sabían al respecto y la manera más directa era, siempre, la que resultaba mejor, preguntar de viva voz y eso es lo que haría, interrogarlos hasta que le dijeran todo lo que sabían.
El plan lo tenía trazado. Debido a su intrusión a O'Neal Tec supo que los hermanos tortugas se encontraban en un cine antiguo viendo películas clásicas de terror.
-Es perfecto- Una vez en el lugar solo tuvo que esperar, se llevaría a cualquiera del grupo y la primera tortuga en separarse del equipo fue Leonardo, había ido a surtirse de palomitas y desafortunadamente fue a quien Shokanabo atacó cobardemente por la espalda. Un zarpazo usando sus garras y se evidenció que había rasguñado la piel del quelonio – Con eso bastará- dijo al ver un par de gotas de sangre caer de su pecho y brazo – Ahora vámonos y me dirás todo lo que sabes sobre "El día del comienzo" si lo haces te prometo que tu muerte será rápida - Leonardo haciendo caso omiso de la herida combatió al extraterrestre que ahora era amorfo, una masa desplazándose a través de tentáculos, sin darse cuenta, uno de ellos llegó hasta su pie y envolviéndolo fue arrastrado hacia el extraterrestre.
-¡¿Pero qué ...aaggrrr?!- El quelonio azul ya no pudo dar ni un grito de advertencia ni sonido de auxilio, uno de los tentáculos obstruía su boca, se había introducido hasta la garganta y le dificultaba respirar, cuando trató de sacarlo con ayuda de sus manos se percató que éstas ya habían sido atrapadas por más tentáculos, comenzó a asfixiarse y luchaba con todas las partes de su cuerpo pero a cada momento los tentáculos de Shokanabo lo aprisionaban más y más hasta inmovilizarlo completamente.
Leonardo ya no pudo más, debía concentrarse y ahorrar energía para procurar respirar lo suficiente, alcanzó a percatarse que su hermano Rafael salía de la sala de cine buscándolo
-Oye Leo ¿Dónde estás? – Rafael se dirigía a examinar donde Leonardo había dejado las palomitas tiradas.
-Mira nada más, tu hermanito será el siguiente ¿Y si me lo llevo para interrogarlo a él también? – El temor de Leonardo por el bienestar de Rafael le hizo desconcentrarse de su respiración, sus palpitaciones aumentaron y la adrenalina se incrementaba - Pero ¿Qué es ésto? -El olor que desprendía Leonardo se intensificaba al tener heridas abiertas y ese sutil aroma le extasiaba al extraterrestre – Mira nada más, no me esperaba que pudieras ser uno de mis alimentos favoritos – Esto tensó al quelonio que para ese momento la falta de aire le hacía perder la conciencia. Leonardo sintió cómo el extraterrestre lamía su herida sutilmente sangrante – Creo que por el momento me serás más útil vivo- Y tras ésto todo fue oscuridad.
Al despertar en lo parecido a la habitación de una nave espacial, Leonardo comenzó a ubicarse y recordar lo último que había vivido.
-Ah sí, ahí está, ese es el aroma - Leonardo no se había percatado de que Shokanabo se encontraba en esa misma habitación. Lo miraba con una siniestra sonrisa, recargado contra la pared, trataba de encontrar algo con qué defenderse, se levantó de su camilla y caminaba torpemente hacia la puerta tratando de salir pero sus fuerzas no se lo permitían - ¿A dónde vas tortuga? No te dejaré salir de aquí - Y transformándose nuevamente en tentáculos cerró la puerta y lo golpeó tirándolo al suelo - Ahora experimentaré contigo, descubriré qué es lo que te provoca tener ese dulce aroma - Decía mientras uno de los tentáculos atrapaba su brazo y lo arrastraba.
-Déjanos ir, no sabemos nada de tu famoso día - Leonardo hablaba pausado.
-Es el día del comienzo y eso ya lo sé, tu hermano ya me lo dijo, me dijo todo lo que necesitaba- Decía el monstruo con una sonrisa.
-¿Rafa?- Leonardo sintió un hueco en el estómago, ¿Acaso Rafael estaría en peligro? -¿Qué le hiciste? ¿Dónde está? - El valor que reflejaba Leonardo se sentía en la decisión de sus palabras.
-OH mira, con que tu aroma ha cambiado, entonces está relacionada con tus emociones - "Esta molesto, ese aroma no me gusta, haré que cambie su humor hasta encontrar el correcto" pensaba Shokonabo. Durante su inconsciencia no dejaba de pronunciar ese nombre y no fue hasta que lo vio a su hermano en la salida del cine que sintió ese aroma, tal vez ese chico ere la clave para controlar a Leonardo. Decidió intentarlo - Ese chico está bien, por ahora, y de tí depende que siga así –
-No te permitiré lastimarlo- Con mayor control de su cuerpo Leonardo se levantó para atacar a Shokanabo.
-"Ese aroma no me gusta" – Se repitió el villano - Leonardo, ese chico que mencionas está en la otra habitación y hasta el momento está a salvo porque debo probar contigo un par de cosas, si no cooperas iré con él y veré si está más dispuesto que tú - Leonardo sintió miedo y dejo de luchar.
-¿Qué quieres?-
-"Miedo, se trata de miedo, pero no uno cualquiera, es miedo de perder a su hermano, esto será muy interesante"- Pensó - Quiero que me obedezcas en todo, porque el pobre hermano tuyo no creo que resista mucho tiempo después de toda la sangre que ha perdido.
-¡¿Qué?!- El miedo de Leonardo se incrementaba - ¡Eso no es verdad!
-Claro que lo es, él no me decía lo que quería saber y tuve que cortar dedo a dedo hasta que habló- Ahora Leonardo comenzaba a sentir terror, ante esta situación Shokanabo estaba extasiado, enloquecería si no lograba su cometido, pero resistía para saber qué más podía conseguir de su experimento - ¿Sabes que es lo triste? - Leonardo lo vio temeroso - Él gritaba tu nombre desesperadamente, tal vez trataba de pedir tu ayuda, pero tú no pudiste hacerlo, lástima que no lo viste, tan desvalido y llamándote, suplicándote que despertaras y lo ayudaras.
-No, Rafa - El azul de sus ojos comenzaron a nublarse por gruesas lágrimas, no soportaba imaginar a su hermano en esa situación - Rafa...- El aroma que desprendía ligado al rostro indefenso del quelonio fue la gota que derramo el vaso, Sokanabo lo comenzó a envolver ferozmente de sus cuatro extremidades. Al extraterrestre le costaba controlarse, pero quería saborear cada dulce momento. Al sentir que Leonardo comenzaba a forcejear levantó su rostro con uno de sus múltiples brazos.
-Si te resistes iré con tu hermano y haré que él sí obedezca, ¿No crees que ya ha sufrido lo suficiente? - Leonardo desvió su mirada en forma de aceptación, pudo sentir cómo ese tentáculo acariciaba su rostro, labios y se introducía en su boca jugueteando con su lengua, más tentáculos comenzaron a rodearlo solo para juguetear con su cuerpo, recorrían cada parte de su ser y él había perdido la capacidad del habla para cambiarlo por sutiles quejidos, producto del tentáculo que lo comenzaba a estimular. Sintió uno de ellos acariciar sus muslos acercándose peligrosamente a sus partes íntimas.
-OOGGG- Negaba con la cabeza y tratando de defenderse con sus manos pero fue inútil.
-¡Quédate quieto! o iré con él y no seré tan amable- Leonardo sabía certeramente lo que estaba por suceder, sin importar la negativa su cuerpo comenzaba a responder ante tal atención, sus brazos fueron sujetados fuertemente sobre su cabeza por un par de tentáculos que lo obligaban a estirarse, otro de ellos sujetó su pierna levantándola y el masajeo por otros tantos continuaba con mayor frenesí, su boca tuvo un ligero descanso pues ese tentáculo salió dejando un hilo de saliva como camino, respiró con mayor facilidad sin embargo su aliento fue absorbido por el rostro del extraterrestre quien ya se encontraba frente a él.
-¿Qué ...? - Sin oportunidad de decir más lo parecido a la lengua de Shokanabo se introdujo en su boca de forma tan ruda que lo lastimaba, su áspera sensación y la profundidad a la que llegaban lo hacían sofocarse, involuntariamente lo rechazaba, molesto, el extraterrestre se separó de él.
-¡Maldita sea, obedece! - Su frenesí era muy notorio, al ver que el cuerpo de Leonardo reaccionaba a todos los estímulos que le hacía desprendía un aroma enloquecedor, su sed solo se saciaría hasta tomar la última gota de su sangre, pero no quería hacerlo hasta que esa sensación estuviera en total plenitud, necesitaba hacer que Leonardo estuviera en éxtasis para hacerlo. Debía lograrlo, Necesitaba lograrlo. Sus húmedos tentáculos comenzaron a estimularlo a espera de su miembro.
-¡No! - Leonardo comenzaba a resistirse. Shokanabo entendía que no podría lograr su cometido sin algo de ayuda y esto lo frustraba. Sin perder más tiempo mordió su pecho consumiendo su sangre hasta que el quelonio perdió las fuerzas, tuvo que hacer un gran esfuerzo para detenerse.
-"No puedo matarlo antes de tiempo, quiero devorarlo cuando sea el momento preciso" - Y con ese pensamiento en mente lo dejó descansar, debía recuperarse y más adelante se alimentaria nuevamente de él, aunque necesitaría algo de ayuda, tal vez un químico especial para doblegarlo.
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Era una noche fría y lluviosa, Leonardo regresaba cabizbajo de una ronda nocturna a la que había insistido ir solo, lucia maltrecho y algo sonrojado, había estado a la intemperie durante toda la noche hasta momentos antes del amanecer y por lo visto había llorado.
Entró sigiloso a la guarida y cuando se dirigía a su habitación una luz se encendió, Rafael estaba esperando su regreso sentado en la sala envuelto en una cálida cobija.
-Leonardo ¿Qué demonios te pasó? ¡Es demasiado tarde! ¿Dónde caparazones te metiste? ¿Acaso solo esperas a que Sensei y los demás se vayan de campamento para llegar a la hora que quieras? - Se levantó aún envuelto en la frazada, Leonardo al verlo no pudo sostener su mirada y rápido la desvió tras derramar una lagrima la cual trató de ocultar inmediatamente - ¿Leo? ¿Qué tienes? - preguntaba ahora más preocupado.
-Nada Rafa, vayamos a dormir - Al girarse para seguir su camino fue detenido por su hermano violentamente al tomar su muñeca.
-¡Dime qué demonios te pasó! Tú no sueles hacer estas cosas - Pero al ver con detenimiento la mano de Leonardo pudo ver lo que quedaba de una destrozada revista, una que él conocía muy bien - ¿Qué es esto? - Preguntó al arrebatársela - Con esto... completaría mi colección, ¿Qué significa esto Leonardo? - Al de azul no le quedó más que decir la verdad.
-Salí a comprar esa revista, quería obsequiártela después de saber que llevabas mucho tiempo buscándola, después de conseguirla me encontré con Hun y el clan del pie, durante la pelea se estropeó, la tiraron al fondo de un barranco y tuve que ir a buscarla, pero comenzó a llover y terminó por arruinarse, perdóname.
-Demonios Leo ¿Por qué lo hiciste? ¿Valió la pena?- El de azul negó con la cabeza.
-No, lo único que quería... - Al dar un paso trastabillo, Rafael rápidamente lo recibió en un abrazo para que no cayera -... queria verte sonreír - Terminó escondiendo su rostro en el cuello del temperamental, Rafael tuvo una oleada de emociones, enojo porque su hermano había sufrido, furia con el clan del pie al atacarlo de forma tan cobarde, angustia de ver a su hermano mayor tan estropeado, desesperación de verlo tan indefenso.
-Leo... no debiste.
-Te necesito... - Leonardo le decía casi inaudible. Rafael estaba sorprendido, desde hace tiempo había dejado de ver a su hermano como tal y al parecer era correspondido - Mis brazos te necesitan, mis labios te necesitan… mi alma te necesita... ya no puedo negarlo, Rafael, perdóname porque te amo, por tener ese sentimiento por ti, me callaría por siempre pero ya no puedo más, tengo que decirte esta verdad, hermano yo... - Pero fue callado por el tierno beso de Rafael, Leonardo aunque sorprendido respondió esa dulce acción intensificándolo con los brazos al rededor del cuello del temperamental, Rafael lo abrazó al mismo tiempo que lo cubría con la frazada secándolo, recorría su cuerpo cambiando las frías gotas de lluvia por suaves caricias, un momento se separaron para recuperar el aliento y el susurro del nombre del ser amado en sus labios no se hizo esperar.
-Rafael...- El de rojo acaricio su rostro solo para descubrir que Leonardo ardía en fiebre.
- Te amo, te amo demasiado, por favor nunca me abandones - Pero el de rojo no perdió el tiempo, cargó a su hermano y lo llevó de inmediato a la bañera, era necesario bajar la temperatura. Al contacto con el agua el cuerpo de Leonardo se asustó.
-¿Que pasa Leo?
-Esssta frriiaa-
-Lo sé hermano, la sientes así porque tu temperatura es muy alta, solo necesitas un poco de medicamento y estarás bien, ahora regreso - Cuando se iba Leonardo lo tomó de la mano.
-No me dejes, nunca me dejes - Le insistía, Rafael sonrió.
-Lo prometo. No tardaré - Y nuevamente lo beso para tranquilizarlo.
Tras darle el medicamento que Donatello comúnmente daba para el resfriado pasaron un día algo complicado, para la noche Leonardo ya estaba mejor, ahora estaba en habitación atendido a cuerpo de rey por el temperamental, al despertar lo primero que vio fue a Rafael pendiente de su mirada.
-Rafa, hermano - Esto casi le rompe el corazón al de rojo ¿Todo había sido producto del delirio, de la alta temperatura? ¿Leonardo negaría la declaración de la madrugada pasada? sus ojos se ensombrecieron - ¿Me estuviste cuidando todo el día ¿verdad? - Rafael asintió sin poder hablar, debido al nudo que se había hecho en su garganta - Gracias, cumpliste tu promesa, no me dejaste, sé que nunca me fallarás. Te amo Rafa - Y con ambas manos dirigió el rostro del temperamental hacia él para premiarlo con un ansioso beso.
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-Rafa, Rafa, lo prometiste... estas bien, debes estar bien - Leonardo despertaba a la pesadilla que representaba estar en ese lugar, escuchaba gritos a lo lejos - No, no puede ser, no puede ser Rafael - De pronto dejó de escuchar tan aterradores gritos - Se levantaba muy lentamente de la camilla donde estaba.
-Todo lo que le sucede es culpa tuya, por no obedecer - La horrible voz de Shokanabo entraba desde la puerta, caminando llegó hasta él y con una mano movía la cabeza de Leonardo para que lo mirara - Mira lo que tengo para ti - Le mostró una substancia violeta - Esto ayudará a que te relajes - Decía colocando ese líquido en una jeringa.
-Rafael, ¿Qué hiciste con él? - El extraterrestre sonrió, Los movimientos de Leonardo eran torpes.
-Por el momento sigue vivo, aunque lo castigue un poco por tu falta de cooperación, sí quieres que no sufra ven aquí y dame tu brazo - Le dijo mostrando la jeringa.
-¿Que es eso? –
-¿Vas a obedecer o no? - Leonardo no vio otra opción, con lento caminar se acercó y ofreció su brazo, el extraterrestre introdujo la aguja en su vena vaciando el contenido de la inyección.
-Promete que lo dejarás ir – Shokanabo dejaba la jeringa sobre la mesa, solo tenía que esperar.
-Tanta preocupación por él… bien podría pensar que… - Shokanabo sonrió, se daba cuenta de que el interés por su hermano iba más haya que un amor fraterno, por ello lo llamaba en sueños, por él había sido capturado y gracia a él lo tenía a su merced – Solo dependerá de ti – Entre manos tenía un recurso infalible y no pensaba desaprovecharlo – Ya has hecho que sufra, pero puedes ahorrarle más tormento y asegurar su bienestar, ya sabes qué hacer -Leonardo comenzaba a sentirse mareado, trato de apoyarse de la pared pero se resbaló cayendo y golpeándose contra una mesa, directo en las costillas, sintió que algo trono.
-Agghhh- Se levantaba, sentía su respiración agitada, así como los latidos de su corazón se incrementaban y poco a poco un calor comenzó a recorrer su cuerpo, por raro que parecía su cuerpo se sentía torpe, se percataba cómo cada musculo de su cuerpo se relajaba. Cada terminación nerviosa se hizo más sensible. El calor lo hacía sonrojar y se acoplaba perfecto con el intenso palpitar.
-No te esfuerces, su efecto es muy rápido y satisfactorio.
-¿Veneno?
-¡Claro que no!- Más la siniestra sonrisa de Shokanabo le hacía pensar que el veneno hubiera sido mejor - Tú eres un manjar que comeré con gran delicia.
-¿Queé… a que te refieres? – Leonardo comenzó a sentir cómo era ayudado a levantarse por los tentáculos de Shokanabo -¿Qué haces?
-Tú no te preocupes de nada, solo déjate llevar – Decía el monstruo mientras lentamente hacia que los tentáculos pasaran por todo su cuerpo.
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Estimados lectores, la razón por la que ustedes ahora estén leyendo esto es por culpa de dos personas, una de ellas Lilith quien me aportó mucho material para realizar la historia y la otra es Rose que usó sus SUTILES habilidades para hacer que publicara este fic, que sinceramente no pensaba salir a la luz, nunca jamás. Gracias chicas, ahora las espero para que reciban los jitomatazos junto a mi XP, no se detengan público, espero sus comentarios.
