Esta historia forma parte de un universo que tengo planeado escribir y que para diferenciarlo de mis historias (aunque de por si la temática ya es diferente) emplearé los nombre japoneses. Mas concretamente a una serie de historias que publicaré, mas o menos doce en total siendo algunas de capitulo único y otras como este de múltiples, que denominé "Uno por Uno" como pudieron apreciar en el resumen y las cuales se desarrollan de forma independiente durante el mismo año.

Sin embargo "Uno por Uno" es solo el "inicio" de este universo por ser el mas fácil de escribir pero no lo es cronológicamente y todas se basan en una serie de teorías personales sin fundamento alguno. Próximamente daré mayor información.


¡No puede cancelarla!

Si alguien preguntaba cual era la relación de Yumiko Ichijouji con el escritor Takeru Takaishi la respuesta que daría sería una relación de amor y odio. Desde que su madre le regaló uno de sus libros cuando estuvo en segundo grado se sintió atraída por su forma de relatar haciendo que quisiera leer otro y otro hasta haber terminado con todos sus trabajos; algunos obtenidos con ayuda de Mitsuki y su madre incluso antes de que fueran oficialmente publicados. Las personas solían decirle afortunada porque su escritor favorito resultará ser un intimo amigo de su familia, pero si se tomaba en cuenta que vivían en países diferentes resultaba un poco difícil ver ese supuesto privilegio.

La parte del odio dirigido al señor Takaishi inició cuando el esperado libro sobre las aventuras que sus padres y sus amigos fue publicado… como uno de ficción. Entendía que era para evitar que los relacionaran con ellos y poder seguir su vida anónima, pero escuchar a sus compañeras de clase hablar de personas que ella conocía como si se trataran de simples personajes le resultaba incomodo. Sin embargo fue el segundo libro el que hizo que estallara. En mas de una ocasión tuvo una rabieta contra quienes hablaban mal de sus padres por las acciones descritas sin tener en cuenta el contexto o el resto de lo que estaban viviendo. En su mente todo el problema derivaba de que fuera publicado como un libro de ficción y sus compañeras no se dieran cuenta de que esos personajes eran reales, siendo una de ellas quien les regalaba todo tipo de dulces cuando iban a visitarla.

No podía odiarlo por esa decisión porque hasta donde tenía entendido ni siquiera había sido suya; pero eso no evitaba que se molestara. Ahora, mirando la pantalla del computador enfrente de ella, vio ante sí un motivo legítimo para detestarlo al afirmar que no abría tercera parte de la serie de aventuras en el digimundo.

"¡No puede hacer esto cuando se supone que el libro estaría publicado en los próximos días!"

Pensó girando en la silla giratoria de su escritorio y refunfuñando ante la atenta mirada de Poromon que solo suspiraba ante sus acciones desde su pequeña cama que colgaba encima de la suya. Una vez que el enojo disminuyó un poco se preguntó si Mitsuki se había equivocado al afirmar que su padre estaba dedicándose a tiempo completo a ese libro con el objetivo de publicarlo en primavera, meses después de que la segunda parte lo estuvo.

– Quizás simplemente se confió, el plazo no fue suficientemente largo y estará retrasado – Comentó Poromon mirando con ojos cansados a su compañera que seguía girando en su asiento.

– Dice cancelado, no retrasado – Dijo Yumiko deteniéndose e inflando sus mejillas en un intento de calmarse. Quería hacer algo al respecto pero con sus escasos trece años no se le ocurría ninguna idea. – Era lo que mas esperaba de esta temporada. Sé que algo realmente grande sucedió por esa época pero nadie quiere hablarme de ello.

– Lo mejor es que lo dejes de esa manera. No es como si pudiera ir y pedirle que cambie de opinión.

Poromon se dio cuenta de su error al hablar cuando observó la traviesa sonrisa de Yumiko quien no parecía importarle que debiera de ir a clase en menos de una hora.


Takeru se encontraba en su escritorio con la cabeza oculta entre los brazos mientras el teléfono sonaba sin cesar. No hizo ningún esfuerzo por contestar, sabía que debía de ser su editora exigiéndole el motivo por el que había publicado que cancelaba su libro sin consultarle a ella primero. Debía de estar enojada y ciertamente le dio motivos para ello al prometerle que escribiría la tercera parte de la serie en ese plazo ridículamente corto para a la hora de la verdad ni siquiera revelarle la sinopsis. Ciertamente estaba asombrado de como pudo promocionarlo con lo poco que conocía, incluso fue idea de ella el titulo.

Cuando se cansó de escuchar el teléfono se levantó de su silla únicamente para arrojarlo contra una pared arrepintiéndose en el momento que su dolor de cabeza estalló. Había sido incapaz de dormir o comer bien durante los últimos ocho meses haciendo que Patamon se preocupara iniciando peleas entre ellos por ser tan descuidado cuando trabajaba. Peleas que se sumaban a sus continuos alterados con Mitsuki por motivos que siempre le resultaban desconocidos e insignificantes, aunque sospechaba que estaban de alguna forma relacionados con el poco tiempo que pasaba fuera de la computadora.

Tan agobiado se sentía que comenzó a considerar la posibilidad de ceder y tomarse esas pastillas que su medico le recomendó, aprovechado que no había nadie mas en la casa para que lo atestiguara, cuando escuchó a alguien golpeando la puerta. Le costaba pensar en quien podría ser, los únicos que venían a visitarlo eran amigos de Mitsuki lo cual era imposible al ser un día de escuela. Con gesto de agotamiento fue a atender llegando a la conclusión de que su editora finalmente había ido a buscarlo personalmente y si llegó tan lejos significaba que no se iría hasta que hablaran, si tenía que derribar la puerta para lograrlo estaba seguro de que ella lo haría.

En su lugar se encontró con alguien que podía llegar incluso aun más terca y temible, Yumiko Ichijouji. Ciertamente fue el aturdimiento al verla lo que le permitió a la chica que, tras hacerle una rápida seña a su Poromon que llevaba puesto el sombrero de su compañera para que vigilara, fue capaz de empujarlo al interior de su apartamento sin mucho esfuerzo.

– Siéntese, debemos de hablar de negocios de gran importancia e inaplazables – Indicó tirándolo de la mano y haciéndolo sentar en un sillón de su sala mientras que ella se sentaba en el sofá justo enfrente. Siempre manteniendo un aspecto sereno y lleno de autocontrol. – He venido en representación de todas las lectoras de sus libros para solicitar una explicación sobre la cancelación de Tri. Se trata de un comportamiento irracional que exige de alguna explicación explicita y lógica.

– ¿No deberías de estar en clase?

Fue todo lo que pudo preguntar Takeru algo cohibido por el tono que Yumiko había usado para hablarle, era el mismo de Mitsuki cuando le interrogaba e incluso la elección de las palabras podría atribuírselas a su hijo. Miyako siempre aclamó que su hija poseía un don para imitar a otras personas y a eso ahora podía añadirle la habilidad de elegir a quien imitar.

– Diferencia horaria señor Takaishi – Dijo ahora imitando la actitud cortante y directa de la hija de Iori cuando se impacientaba, incluso llegando a sujetarse las manos a la altura del estomago como ella haría – En Japón es la hora del almuerzo y aproveché para hacer esta rápida visita.

– Sabes que no es bueno usar las puertas del Digimundo para este tipo de viajes – Respondió Takeru tras sacudir la cabeza para despejársela y frunciendo el ceño para enfocarse en su visitante tras hacer un rápido cálculo mental – Además deberías estar en tu última hora de clase, no en la del almuerzo. ¡Te has escapado! Debo llamar a Miyako antes de que crea que soy cómplice en esto.

– ¡No! – Gritó Yumiko levantándose de un salto y apretando los puños a ambos lados de su cuerpo. – Esto es mucho mas importante que una tonta clase de deporte. ¿Por qué nos ilusiona con una trilogía para arrepentirse en el último momento? ¡¿Cómo puede ser tan cruel para jugar con nuestros sentimientos de esa manera?!

Cualquier duda de que Yumiko hubiera dejado a lado sus actuaciones quedó borrada ante lo aguda que se volvió su voz en su última pregunta. Ante ello Takeru tuvo que taparse las manos sin poder evitar soltar una pequeña risa ante su cara de disgusto, esa misma que hacía que todos concluyeran que lo único que heredó de su padre fue el color de cabello.

– Me escapé de clase, rompí una regla dimensional no escrita, me perdí durante horas tratando de llegar a esta casa y únicamente encontré la dirección tras meterme en una fuerte discusión con Mitsuki. – Listó Yumiko todavía molesta para luego señalarlo con una mano mientras que la otra permanecía en su cadera – Voy a estar castigada durante mucho tiempo en cuanto esto se sepa y lo único que le pido es que me diga porque canceló el libro.

– ¿Por qué quieres saberlo? Eso no cambiara nada.

Su voz sonó mucho más agotada de lo que pretendía algo que Yumiko se percató porque su comportamiento se suavizó para luego volver a fruncir el ceño en señal de determinación y silbar llamando a Poromon quien entró en el apartamento. La chica le hizo señas con la mano a su digimon el cual respondió llevando una de sus alas a su frente en un rápido gesto militar para luego cerrar la puerta y volar a la cocina. El cambio de los acontecimientos le resultó confuso haciendo que, cuando escuchó el sonido de algo de vidrio quebrándose, intentara ver que sucedía siendo detenido por Yumiko quien tomándolo de los hombros lo obligó a sentarse.

– Puedo lidiar con una retraso, puedo esperar años de ser necesario, pero no puedo permitir una cancelación – Dijo ella con firmeza mirándolo directamente a los ojos – Puede que sean publicados como libros de ficción, algo que me fastidia enormemente, sin embargo esos libros narran un punto importante de la historia del Digimundo el cual nadie mas parece tomarse la molestia de contar. ¡Todos tienen derecho a saber que sucedió! Tri fue anunciado como la respuesta a las preguntas que muchos de nosotros, los que nacimos después de los hechos, hemos tenido que convivir y yo no pienso tolerarlo por mas tiempo.

– No es tan simple. – Murmuró Takeru desviando la mirada ante el peso de las palabras no dichas por Yumiko. En algún punto todos sus amigos confiaron en que sería él quien por medio de sus libros le dijera a sus hijos lo sucedido, sobre todo para aquellos acontecimientos que ahora les daba vergüenza contar pero sabían que debían hacerlo o los mas complicados que requerían ser detallados cuidadosamente para entenderlos. – Es simplemente que no importa cuanto lo intente no puedo escribir.

– Un bloqueo. Debí suponer que se trataba de eso – Chasqueó los dedos enderezándose con los ojos cerrados y luego cruzar los brazos sobre su pecho sonriendo como si la respuesta fuera tan simple, algo de que Takeru podría discrepar – Un bloqueo de escritor producido por el estrés sin duda justifica que no haya podido escribir pero eso no significa que será de esa forma por siempre. Estoy segura de que un leve descanso es todo lo que se necesita y mientras tanto, como estaré castigada por lo que resta del año, podemos hablar. Mi mamá dice que eso es un buen truco cuando esta atascada en algo.

En ese momento Poromon ingresó a la sala a lo cual Yumiko sonrió más ampliamente y nuevamente arrastró a Takeru siendo en esta ocasión para obligarlo a beber una taza de té en su propia cocina. La charla fue en su mayoría llevada a cabo por Yumiko narrando apasionadamente todos los puntos buenos sobre sus libros y criticado los malos con un nivel de seriedad y mordacidad que no se esperaría a su edad. Entre los gestos exagerados de sus manos y las caras que usaba para complementar su narración fue capaz de robarle una sonrisa.

Poromon simplemente contemplaba la conversación recogiendo los trozos de un plato que había destruido accidentalmente y luego comenzar a comerse unas frambuesas que encontró en la nevera. Por mucho que quisiera ayudar a Yumiko con su plan, esa fruta era su debilidad haciendo que se olvidara de su entorno conforme probaba aquel delicioso manjar.

- Entonces... – Le escuchó decir a su compañera cuando terminó de comer – ¿Qué le parece mi idea de publicar en línea capítulos semanales? De esa forma cumple el plazo estipulado y es un método que muchos escritores contemporáneos usan. Puedo encargarme de todo lo relacionado a la publicación, tendría que preguntarle antes a mi mamá pero sin duda sé que soy la indicada para el trabajo.

Poromon sabía por su sonrisa entre dientes que Yumiko estaba haciendo un esfuerzo por no lanzarse sobre él y agitarlo con todas sus fuerzas hasta tener en sus propias manos completa Tri. Por mucho que dijera que estaba dispuesta a esperar, la conocía lo suficientemente bien para saber que su paciencia se había agotado desde hace varias semanas. Lo que estaba dando más que una ayuda se trataba de una excusa para tener de primicia los capítulos de la misma forma que hacía que Mitsuki y su madre se los pasaran incluso antes de que el proceso de edición comenzara.

– Fue muy agradable escucharte – Respondió Takeru sin poder evitar pensar que difícilmente podría decirse que tuvieron una conversación cuando apenas fue capaz de articular dos o tres palabras – Sin embargo creo que debo prescindir de la idea porque una vez que tu madre se enteré que te escapaste no te dejará cerca de una computadora de nuevo.

– ¡Pero no tiene que enterarse de ello! – Gritó recordando su muy seguro y duro castigo para luego reclinarse sobre el mesón y picando un ojo agregar – Este podría ser nuestro secreto.

Takeru se quedó en silencio un momento. Ahora que estaba mas calmado sabía que su decisión de cancelar el libro fue apresurada y producto de todo el estrés acumulado que había estado pasando durante los últimos tiempos. Estaba convencido de ser capaz de publicar algo, incluso con el aval de su editora, antes de que la primavera terminara y todo eso se lo debía a la imprudente aparición de Yumiko.

– Me metería en serios problemas con tu madre por lo que mejor quédate quieta mientras le aviso.

Por mucho que estuviera agradecido con ella, Takeru no quería convertirse en el blanco de la ira de Miyako si cree que ayudó a su hija a ser tan irresponsable. Recordaba claramente lo sucedido con el ultimo ser que intentó meterse con alguno de sus hijos y hasta donde estaba enterado ese desafortunado seguía intentando recuperarse del ataque que recibió.

….


EN EL PRÓXIMO CAPITULO: Yumiko en un intento de que su madre le cuente más sobre su pasado, el motivo por el cual todos parecen mantenerlo en secreto y disminuir su castigo le muestra las opiniones y teorías de otros fanáticos que esperan ansiosos por la llegada de Tri. Simplemente algo aterrador.