SAILOR MOON NO ME PERTENECE, SOLO TOMO SUS PERSONAJES POR DIVERSIÓN Y SIN ANIMO DE LUCRO

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Este fic participa en el RETO PROM 2016 del grupo Ladies Kou Oficial en facebook

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VARIABLES OBLIGATORIAS: alternativo, irónico, pasajeramente.

Canción Obligatoria: Forever Young de Alphaville

Personaje de otra serie incluido: Ranma, de Ranma !/2 , propiedad de Rumiko Takahashi

WARNING: MINAKO X SEIYA

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AQUEL VERANO DE 1995

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Acto 1

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Minako Aino nunca tuvo miedo a ningún desafío en su vida como maestra de inglés. Nunca habia rechazado trabajos aunque estos estuvieran lejos o en sitios remotos.

Justamente por ese motivo, fue que el director de la secundaria Juuban se habia comunicado con ella, de forma urgente a los efectos de que tomara la cátedra de inglés para los alumnos del último año, y lo habia hecho de forma desesperada ya que faltando apenas dos meses para el termino del curso, el maestro anterior habia renunciado al puesto de forma intempestiva. A esas alturas hubiese sido imposible encontrar un maestro de reemplazo, que además tenía por encima un trabajo casi imposible, como es la de capitular todas las clases para elaborar los temarios de examen. O sea que hiciera el trabajo de 1 año en 1 mes.

Además con chicos a punto de egresar del colegio. Muy complicado. Pero el director de la legendaria escuela obtuvo los datos de la profesora Aino gracias a una libreta de contactos de maestros matriculados. Pero lo que más le agradó al director es que la maestra resultó ser ex alumna del mismo colegio. Eso sonaba fabuloso. Él se tomaría de eso, para ganarse a la docente.

Fue así que Minako, recién llegada de Nerima, regresaba a la gran ciudad luego de varios años de ejercer en otros sitios. Además no negaba que lo que más le llamó la atención fue la perspectiva de volver a ver su antiguo colegio.

La mujer rubia sonrió, con su maletín a cuestas al ver la reconocible fachada de colores, aunque bastante cambiada, pero definitivamente con la misma arquitectura, que al solo verlo, un dejo de nostalgia intenso se apoderó de Minako.

Pero definitivamente, esa sensación fue mayor cuando entró al salón de clases.

Y eso que Minako tenía mucha experiencia en alumnos de secundaria , pero era la primera vez que tenía estos recuerdos tan aunados a ella.

Luego de que el director hiciera las presentaciones de rigor, al cual, Minako prestó la mínima atención, más atenta en notar que el aula habia sido la misma que ella habia ocupado hace 20 veinte años atrás, aunque claro de color y refacción diferente, pero sin duda la misma.

Solo cuando el director se retiró, y Minako empezó a escribir algo en el pizarrón, hablando de forma pausada, como típica primera clase, tuvo un ligero escalofrío que vino a sumarse a su tierna nostalgia, al oír una voz de fondo que parecía hablar con alguien.

Akane… ¿Cómo pudiste olvidar el almuerzo?, no tienes remedio…niña boba…

Minako tragó saliva, y no pudo evitar darse vuelta para ver eso. Porque si empezaba a alucinar, era mejor ir a arrojar agua fría a su rostro.

Pero ahí fue lo que vió. Y definitivamente fue allí que se sintió de vuelta en 1995.

Era la misma persona, la misma tersura de esa juventud olvidada, la risa fácil, los mismos ojos y hasta el mismo tono de pelo, y hasta con una coleta.

A Minako se le cayó la tiza de las manos de la impresión ¿Qué broma era ésta?

¿Seiya Kou? ¿Eres tú?

Solo cuando el mismo chico y otros se dieron cuenta de la turbación de la maestra fue que se recuperó un poco.

― ¿Pasa algo malo, maestra?

Y fue ahí que Minako se dio cuenta de las diferencias, aunque ese chico fuese igual a un recuerdo que tenía. El muchachito que la miraba extrañada tenía el flequillo un tanto diferente, y también su coleta era baja, y lo llevaba trenzado.

―! Mira lo que hiciste, Ranma!, tu cara horrible asustó a la maestra―apuntó una adolescente de cabellos cortos que estaba sentada junto a él, y a quien, el joven le devolvió una mirada terrible―. ¡Mejor cierra la boca, Akane!―aunque ambos se quedaron viendo extrañados a la mujer que pareció recobrar un poco el sentido, por el ridículo, y se incorporó enseguida para seguir las clases.

Solo en los asientos, el joven llamado Ranma susurró a su compañera, la chica que él llamaba Akane―. ¿No te hace algo rara la nueva maestra?

Aunque exteriormente parecía haber recuperado pasajeramente la prestancia típica de una educadora, la verdad es que por dentro, Minako sí que habia quedado transportada a muchos años atrás, a esos dorados 1995, cuando ella también finalizaba el colegio.

Verano de 1995. Preparatoria Juuban.

Con el uniforme alternativo de dos piezas y ese eterno moño rojo en los cabellos.

! Minako!, ¿crees que tu madre nos prestará el coche para ir a ver vestidos en el centro. Vi en una revista, un anuncio muy interesante, además que me robé un cupón de descuento―gritaba alegre una chica vestida con el uniforme de esa época . Una joven muy linda, y mejor amiga de Minako. Rei Hino, que aunque estaba en un colegio diferente a Minako siempre hacían cosas juntas.

Y buscar vestidos para la graduación que sería en pocos meses, pues no era la excepción.

Mi madre apenas me da permiso para ir sola a los picnics, menos me dará el coche una tarde completa. Además hoy tengo clase especial a la tarde―argumentó Minako.

¿Por qué una clase especial?―se extrañó al tiempo que caminaba a su lado.

Quiere que hagamos una fusión con la clase A, para hacer juntos un trabajo, y supongo que nos asignará compañeros de allí para hacerla.

Rei hizo una mueca de desagrado―. Con lo insoportables que son los chicos de la clase A.

! Y a mí me lo dices!, somos de la clase B, por algo no estamos en el mismo grupo ¿Qué demonios se le metió en la cabeza al maestro?, esos chicos son unos engreídos―añadió Minako, con otra mueca.

Porque en aquel tiempo, habían dos clases de último año, una de solo chicos y otra de chicas, a quienes solo se les permitía unificar sus clases, luego de la típica reunión donde se les asignaba trabajos juntos, ya como antesala de la próxima graduación y al hecho que tuvieran que convivir todos como compañeros de clase durante los meses que faltaban para terminar el año lectivo.

Pobre de ti, Minako….esos chicos son de lo peor. Pero al menos, ya todo terminará pronto ¿no crees?―le palmeó Rei, como consuelo.

Las niñas de su edad no estaban muy acostumbradas a departir con chicos de su misma edad. Consecuencia lógica de la estúpida separación de las clases por sexos, y la más ilógica cosa de querer juntarlos a finalizar el año.

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Minako y sus compañeras de la clase B, estaban en sus asientos mirando con recelo a los chicos de la clase de varones que se prestaban burlones, ya que una actividad obligatoria de ellos era molestar jovencitas como esas.

Como una de las notorias cabecillas sobresalía un chico, un poco más alto que el resto, que además era más notorio que los otros, por sus ojos azules muy notables, pero por sobre todo, por la cabellera que llevaba en coleta.

Eso y su sonrisa sardónica y descarada.

Si, ese era Seiya Kou. El muchacho terco y egocéntrico. El guapo. El que tenía ínfulas de playboy. Y que para variar tocaba la guitarra, dándole frente a las niñas un aire bohemio que el jovencito no dudaba en explotar causando suspiros y enojos porque como todo adolescente criado en un ambiente donde solo socializaba con otros chicos en la escuela, era algo tímido para dar verdaderos pasos con la muchachas que lo perseguían. Igual eso no detenía a su boca. Su gran boca. Porque Seiya Kou era un bocazas, un verdadero bocazas.

Minako lo detestaba. Porque siempre se burlaba de ella, ya sea para reírse de su cabello, de sus pocos desarrollados senos o que tenía las caderas tan grandes como Brasil.

Será interesante mientras ese engendro no me toque―decía Minako a sus compañeras, en las probables ideas de quien le tocaría como compañero.

Y pensar que tendremos que estar con estos niños después de esto―decía otra muchacha, ya vislumbrando el momento cuando ambas aulas debieran fusionarse.

¡Touché!, si Minako no quería con Seiya le tocara como compañero, pues pensó y deseó mal, ya que los bolilleros del sorteo y el destino fueron locuaces al destinarle al chico como compañero del trabajo conjunto de literatura que debían realizar.

Cuando Minako vió su nombre, casi se muere de la impresión. Pero la indignación no fue más hasta que lo vió acercarse con su humanidad de 1.80 hacia ella y esa sonrisilla pegada al rostro que Minako odiaba.

Vaya, Aino. Estamos predestinados a estar juntos―bromeó el joven, aunque al rato agregó ―. Aunque no niego que me hubiera gustado que me toque tu compañera, ya sabes, la morena sexi.

Minako se acercó al chico con sus brazos en jarras, desafiante.

Que quede claro, Kou, que no intentes ninguna bobería. Así que, dame el estúpido número de tu casa, te llamaré en cuanto llegue a la mía, así vemos el trabajo.

¿Pero para que llamarnos?, podemos trabajar en la biblioteca a nuestras anchas a la tarde, o puedes venir a casa―apuntó Seiya con lógica.

! Ni hablar!, no pienso estar contigo, sola en un lugar. Lo haremos por teléfono―insistió Minako.

A ver, geniecita….descontando la tremenda cuenta telefónica que le vendrá a tus padres, recuerda que hay que hacer resúmenes. Mira, ni creas que me muero por estar contigo en un sitio a solas, pero el sentido común así lo dicta, ¿no te parece?―apuntó Seiya enarcando una ceja―. Además, ¿Cómo crees que pretendería acercarme a una chiquilla como tú?, no sueñes.

Ya quisieras, Seiya Kou ¿ como si yo quisiera que un atrevido y desaliñado como tú se me acerque?.

! Oye! ¿ A quién llamas desaliñado?―se enfadó Seiya, peinando su perfecta coleta con sus dedos.

Te esperaré hoy a las 18 en la biblioteca. Sé puntual o comenzaré sin ti. Estas advertido―lanzó Minako antes de darse la vuelta y dejarlo allí.

Seiya la miraba marchar, divertido.

Le gustaba molestarla desde que estaban en la escuela, aunque nunca compartieron clase, por la tontería del colegio de tener separados por géneros a los alumnos. Por eso, a pesar de que se comportaba muy galán con otras chicas, con Minako no podía, ya que con ella estaba acostumbrado a tenerse de ese modo. Y se veía raro que ahora cambiase, aunque en su fuero interno, sabía que Minako no era ninguna chica que podría acercarse mínimamente a los malvados calificativos que él le ponía.

Igual quiso la providencia que las cosas no salieran como esperaban, porque resultó que la oficina de la biblioteca cerró más temprano de lo acostumbrado porque la encargada estaba enferma.

Ley de Murphy para el dúo dinámico.

Al final Seiya tuvo que llamar a casa de Minako y avisarle que deberían cambiar de sitio.

Luego de algunos regañadientes, y porque no habia otro plan alternativo a éste, Minako aceptó ir a casa del muchacho y más que nada porque el chico tenía un ordenador, y tenerlo, pues era la gloria, ya que muy pocas personas podían permitirse tener un computador en la casa, y ayudaría mucho para hacer notas e ir archivando lo que investigarían.

La casa de Seiya Kou no quedaba muy lejos. Como a 10 minutos de caminata de su casa, en un lindo barrio residencial. Y era una casa muy bonita, ya que la familia Kou eran gente de dinero, y Seiya era el único hijo.

Por eso se entendía tanta egolatría por parte del chico. Acostumbrado a ser mimado desde la cuna.

Cuando Minako tocó la campanilla de entrada, esperaba que alguna criada abriera o la madre de Seiya, pero sus ojos azules quedaron ensanchados cuando vió que el propio Seiya le abría, que apenas lo hizo, esbozó una de sus sonrisas mas escudriñadoras, y se atrevió a hacerle un guiño con un ojo.

Vaya, Minako….no recuerdo haberte visto nunca con una ropa diferente al uniforme del colegio. Siempre pensé que no usabas otra cosa porque no te quedaban. Ya sabes, las chicas con caderas anchas tienen dificultad para conseguir ropa―bromeó Seiya.

! Eres un bobo!, no vine aquí a jugar, así que es mejor, me enseñes donde trabajaremos, porque a diferencia de ti, que eres un flojo, yo debo regresar a casa―contestó la jovencita rubia.

Que caractercito te mandas―apuntó Seiya, pero le hizo un gesto para que pasara―. Vaya, pasa y ponte cómoda. Iremos a la biblioteca de mi padre.

¿Dónde están tus padres?

Mi padre está en el trabajo y mamá fue de compras ¿tienes un problema con eso?―pero al ver que ella no avanzaba fue por la yugular―. Vamos, entra, no te comeré. No eres mi tipo.

Al final, pasaron a la enorme biblioteca del padre de Seiya y fue allí que Minako quedó impresionada por la cantidad de volúmenes que habia.

Cuando pasaron a la mesa, y sacaron sus libretas y lápices, y Seiya encendía el ordenador, se encontraron con un problema más o menos grande: no tenían idea de que libro usar para la reseña del trabajo.

Aquí hay tantos libros que podríamos usar―apuntó Minako

Seiya no respondió, pero pestañeó, y luego fue como si algo se le viniera a la mente y se levantó rumbo al tocadiscos ante la mirada de Minako. Ella lo vió buscar algo entre las cajas de vinilo, hasta que al final por su rostro, pareció detectar que habia encontrado lo que buscaba y lo puso en el aparato.

La preciosa melodía salió y fue muy fácil de reconocer por Minako. En realidad cualquier persona podría reconocerla. La canción ya era algo vieja, porque ya databa de los 80, pero era hermosa.

Forever Young―asimiló Minako

Sí, de Alphaville. Este disco me lo regaló mi padre hace 10 años, yo era un niño, pero mi padre quiso que lo tuviera apenas se lanzó al mercado.

¿De qué época es el disco?―preguntó Minako.

De 1984. Mi padre me lo dio en aquel entonces. Adoro esta canción―contestó Seiya―. Son mi mayor influencia.

Por un rato parecía que las rencillas y las pequeñas peleas habían quedado olvidadas. Tal era el poder de la música.

Oír este disco nos ayudará a saber sobre que querremos escribir el trabajo―volvió a decir Seiya.

Y fue cierto, bajo las alegres notas del new wave fue que decidieron que la obra que usarían seria "Rojo y Negro " de Stendhal, un clásico de la literatura.

Cosa rara. No pelearon ni discutieron. Trabajaron en armonía durante casi dos horas.

Y hasta Seiya le convidó unas galletas y una taza de chocolate cuando hubieron finalizado.

Espero te hayas lavado las manos para hacer este chocolate―apuntó Mina, entre riendo.

¿Por quién me tomas?...pequeña boba―respondió Seiya al tiempo que él bebía su propia taza.

Fue un instante de complicidad que daba la brecha a un ambiente más confiado y calmado de cuando Minako llegó.

Oye, Seiya ¿tu padre fue un peleador de artes marciales? ¿Eso es verdad?

Cuando joven. Me han contado, pero mi abuelo no quiso que siguiera con eso y fue por eso que se metió a ser médico―habló el chico tragando una galleta.

Y pensar que pronto también nosotros tendremos que decidir lo que haremos―dijo Minako

¿Eh?, acaso, ¿tú ya sabes lo que quieres?

Si―fue tajante la chica―. Quiero ser modelo y actriz. Una muy famosa. ¿Y tú?―musitó la rubia.

Seiya suspiró un poco y sonrió.

Tienes grandes planes, pequeña Minako. Aunque te advierto que si quieres ser modelo o actriz deberías empezar a bajar de peso ¿no crees?―bromeó Seiya

! Eres un bobo!, pero al final no me has dicho que es lo quieres hacer tu.

Músico, y eso que tengo un talento innato para la guitarra―informó el chico, aunque luego puso su rostro serio―. Aunque de mi padre aprendí que no siempre podemos hacer lo que nos gusta como un trabajo. Probablemente sea medico como mi padre―aunque luego miró a Minako y añadió―. La verdad yo te veía a ti como una maestra, tipo ya sabes, de matemáticas o inglés, que se te dan muy bien. No digo de literatura, porque eres mala en eso.

! Oye!―se quejó Minako ante la risa de Seiya por su escabroso comentario.

Estuvieron así por un rato, hasta que se fijaron en la hora que marcaba el enorme reloj de la biblioteca. ¡Ya eran casi las 8!, y la madre de Minako se enfadaría muchísimo si ella no llegaba a cenar.

! Mira lo que me pasa por hablar tonterías contigo!¿cuándo es posible sacar algo bueno de ti?―gritaba Minako al tiempo que recogía sus cuadernos para marcharse.

Seiya solo sonrió y solo cuando ya estaban en la puerta se permitió seguir bromeando.

Ya sabes, pequeña Minako, puedes venir cuando gustes…el hecho que todos te vean venir a casa de un chico guapo como yo, puede darte una mano para encontrar un chico que quiera salir contigo durante la fiesta de graduación.

! Cierra la boca, Seiya!, y no olvides llevar mañana la tarea―fue lo último que gritó Minako antes de perderse por las calles.

En ese momento, un sonido muy conocido pero a la vez más actual fue lo que la despertó de su ensoñación de veinte años en el pasado.

Unas notas de Forever Young, aquella bella canción ochentera, que salía como ring tone de algún celular de la clase.

Minako miró de donde venía el sonido. Tendría que empezar a prohibir el uso de esos aparatos en clase, al menos en los de ella.

Y se turbó ligeramente cuando vió que el dueño del celular que despedía esa melodía no era otro que el chico de coleta trenzada que habia oído que llamaban Ranma.

El jovencito de ojos que le había dado harto nostalgia y provocado que soñara por un rato con su pasado.

Igual, sentimentalismo de recuerdos fuera.

―Oye, el celular está prohibido usarlo en clase―infirió Minako con autoridad

―Vaya…es que mi padre insiste en que lo traiga―se rascó la cabeza el chico

―Dígame su nombre. Voy a tomar apunte y tenga por seguro, jovencito, que voy a preguntarle a su padre si eso es cierto―fue estricta Minako.

El chico se incorporó de su asiento, e hizo una pequeña reverencia.

―Ranma…Ranma Kou, pero la mayoría me conoce como Ranma Saotome, el mejor artista juvenil marcial de Tokio.

Si un fantasma hubiera asustado a Minako no hubiera sido menos a lo que sintió.

Montón de piezas se le encajaron en la mente cuando oyó ese nombre. Esos apellidos.

Kou….Saotome….

Minako tragó saliva. Tanto parecido. Los mismos ojos. La misma tenacidad juvenil. La misma impetuosidad.

¿Acaso este Ranma tenía algo que ver con el Seiya de sus recuerdos de hace 20 años?

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CONTINUARÁ.


Notas finales.

Espero les guste esta propuesta que participa en el reto junio/julio de Ladies Kou oficial. Ya arriba dejé los requisitos que me pedia el reto con excepcion del pairing, que confieso si ya es locura mia.

Adoro esa pareja.

Este mini fic tendrá 3 episodios en total, y un requisito importante era la inclusión de un personaje de otra serie, y yo escogí a Ranma, porque estoy enamorada de ese chico hasta los tuétanos. XD

Les agradezco mucho por venir a leer, y el sigte episodio ya esta cocinándose.

Besos a todos y si me dejas un comentario con tu parecer, te voy a querer aún más.

Les quiere.

Paola.