Palabras rotas
Por Nochedeinvierno13
Disclaimer: Todo el universo de X-Men es compartido entre Fox y el estudio Marvel.
Este fic corresponde al primer día de "Gimnasio de la Torre: Área de duelo" del Foro "La Torre Stark".
I.
La voz del locutor es apenas un murmullo en la lejanía, un mero sonido de fondo que proviene del viejo radio que está sobre la mesa. Habla sobre la guerra que crece a pasos agigantados y sobre la aceptación popular que está teniendo el partido nacional socialista.
Los conocimientos de Erik sobre guerra son nulos, pero no tiene que poseer una basta idea para presentir que no son noticias beneficiosas. Cierra los ojos, sintiendo un sudor gélido corriendo por su frente, y un recuerdo se le atraviesa de frente, aquel que lleva grabada la muerte de su madre.
—Haz lo tuyo. —El hombre habla en alemán, con un acento que tiene la intención de ser autoritario. Él es el único culpable de que su madre no se encuentre a su lado; él se la llevó antes de tiempo, solamente para satisfacer un efímero capricho—. Controla los metales.
Su mente se abstrae en un mundo donde solamente existe su poder y él, ese poder que lo hace tan especial ante los ojos que le rodean. Piensa en los metales que se encuentran en la habitación, en todo lo que puede conseguir si logra perfeccionarse y ser más que su captor. De repente, su mirada se detiene en un cuchillo de un metal plateado como la luz de la luna, y una idea fugaz pasa por su mente.
—¿Quieres matarme? —pregunta con sorna—. Mira a tu alrededor, pequeño Erik.
Entonces, divisa a los dos hombres con ballestas, armas construidas a partir de una madera fresca que él no puede controlar. Se siente insignificante por caer en su provocación, en su trampa; quedando una vez más como el soldado inferior que debe doblegarse ante la voluntad de su oficial.
Sebastian Shaw tiene una sonrisa en el rostro, una mueca impasible de complacencia consigo mismo, y Erik detesta que sonría de ese modo, que sonría como diciendo conseguí mi propósito. Puede que sea solamente un infante, pero su vida es una suerte de obstáculos que día a día hay que sortear. Y Sebastian Shaw es un obstáculos que desarticulará lentamente, destruyendo cada una de las piezas de su mórbida personalidad hasta que solamente queden cenizas.
Esa noche, cuando aparecen las estrellas en el firmamento y lo contemplan como uno más a la distancia, Erik Lehnsherr promete por la memoria de su madre que se esforzará hasta destruir su objetivo por completo, del mismo modo que éste lo hizo con él, hasta que su nombre no sea más que un nefasto capítulo en su corrompida memoria.
