NOTA: Ninguno de los personajes de Naruto me pertenecen. Hago esto sin fines de lucro.

Llegaste entre las sombras

Estaba en medio de la oscuridad. Solo sentía esa soledad. Sentía mucho frío. Unas lágrimas solitarias rodaban por mis mejillas. Me sentía tan sola. Y todo por ti, porque dabas la impresión de que no te importaba la relación. Que no te importaba yo. Que ya no me amabas.

-Hipócrita – murmuré de pronto.

Sí, hipócrita por todo lo que me dijiste antes de ese maldito y desgraciado día en el cual me enseñaste lo que era sentir dolor. Pero no dolor físico, sino dolor en el alma.

-Nunca te dejaré, te lo prometo.

Me dejaste... aunque ahora estamos juntos otra vez.

-Nunca te haré sentir dolor.

Me hiciste sentir un gran dolor.

-Nadie te reemplazará.

Entonces… ¿por qué me dejaste?

-Pero ahora estoy contigo.

Pero ya son tantas las promesas que rompes… sólo quedan dos que espero que cumplas, aunque… una incluye a la de "Nunca dejarme".

-Mentiroso – murmuré.

Por no cumplir esas promesas. No sabes cuánto dolor sentí. No sabes qué tan sola me sentí. Ahora ya todo está mejor. Pero sigo esperando paciente a que vuelvas a amarme, porque, dices que hay un punto de equilibrio entre en "cariño" y "amor". Sigo esperando paciente a que vuelvas a sentir esa palabrita que empieza por la letra "A".

-¿Por qué? – murmuré, a la vez que nuevamente las lágrimas volvían a salir de mis ojos –Aún siento mucho dolor cuando me acuerdo de todo.

Pegué un respingo al escuchar tu voz. Yo estaba en mi habitación, sentada en mi cama. ¿Cómo lograste entrar ahí?

-¿Y porqué sigues abriéndote la herida?

¿Yo? ¿¡Qué yo me la abro?!

-Yo no me la abro – te dije -, eres tú quien me la volvió a abrir y la mantiene abierta. Tú me has clavado más a fondo ese puñal.

-Pero – siento tus brazos rodearme – ya no es así, tú eres ahora la única. La única.

-Pero ya no sientes lo mismo –intenté mantenerme fría, pero fallé mucho.

-Has tenido paciencia para que me aclare – me dijiste -, ten paciencia para que vuelva a sentir lo mismo.

-He esperado tanto y con mucha angustia y dolor – ya estaba llorando -, no sé cómo pude esperar…

No me contestaste, y si lo hiciste, no recuerdo qué fue lo que me dijiste. Solo recuerdo que me abrazaste con más fuerza. Sé que sentías las sacudidas que provocaba mi llanto. Me diste la vuelta e intentaste mirarme a los ojos. No quería que me vieras llorando. Me tiré en la cama y me tapé con la almohada. Luego de que tú me la arrebataras, me volteé y me tapé el rostro con las manos.

Recuerdo que hubo un momento de forcejeo, y terminaste sujetándome ambas muñecas y me mirabas de forma fija. Miré para otro lado justo cuando tú te agachabas.

-Sakura, mírame – murmuraste.

Aunque tampoco quería, te miré. Sentí calor sobre mis labios. Cerré los ojos. Lo que pasó a continuación recuerdo que fue confuso. Tus manos recorrían mi cuerpo sin inhibiciones y tus labios dejaron mis labios para empezar a besar mi cuello. Recuerdo que me arrancabas suspiros. Recuerdo que una de tus manos empezó a colarse por entre mi polo y empezaba a subir.

Luego de un revoltijo de abrazos y besos apasionados, yo estaba con lencería, nada más, igual que tú, que estabas solo con una parte de tu ropa. ¿Cómo llegamos a eso? Por parte mía, amor. Por parte tuya… sé que era amor, sé que sientes lo mismo. No dejabas de besarme, y yo te correspondía casi de forma desesperada, y sólo parábamos cuando nos faltaba el aire.

Con facilidad, me desabrochaste de mi parte superior de lencería. No sentí casi nada de vergüenza, ya que antes me habías visto así, aunque nunca llegamos a más. No habíamos llegado a más de besos y estar de esa forma. Pero sentí temor y empecé a temblar un poco.

Recuerdo… que esa noche, ninguno de los dos durmió.

-- -- --

No sé que tal me haya quedado para ser mi primer one shot, pero… ¿un review? Onegai.