Comenzaba un nuevo curso en la preparatoria Seirin. Hacia allí caminaba una chica de metro ochenta, pelo castaño, recogido en una cola que le llegaba a la altura de los hombros y con los ojos marrón chocolate. Una vez que estuvo en la entrada de la preparatoria se sorprendió de la cantidad de clubs que buscaban nuevos integrantes, sin embargo ella tenía muy claro a cual se apuntaría antes de que empezaran las clases. Se acercó a un tablero en el que señalaban las mesas de los clubs. La joven buscó el de baloncesto, que encontró enseguida, así que se encaminó hacia aquel lugar.
Al llegar vio como de la mesa se alejaba un chico pelirrojo, de metro noventa, y por lo que había podido sentir desde donde se encontraba tenía un aura muy fuerte, tanto como la de un tigre. La chica movió la cabeza de un lado a otro para dejar de pensar en aquello y siguió el camino que le quedaba hacia la mesa. En ella una chica y un chico, integrantes del club, veían un formulario sorprendidos.
-Ohaiyo Riko-san, Hyuga-san- Saludó la chica sacando a los jóvenes de sus pensamientos.
-¿Te conocemos?- Preguntó el chico con gafas.
-Soy yo Yumi.- Contestó con una pequeña gota en la cabeza.
-¡Yumi! –Se sorprendió la chica y se levantó a darle un abrazo- Te has dejado flequillo y el pelo más largo, así no hay quien te reconozca- Dijo al mismo que la soltaba y el pelinegro le entregaba el formulario.
-La verdad es que quería un pequeño cambio para dejar atrás Teiko.
-Yumi-chan ¿conoces a Kuroko Tetsuya?- Volvió a preguntar el chico.
-Hai, es mi mejor amigo y además era miembro del primer equipo.
La chica terminó de rellenar el formulario y se despidió de la pareja, alegando que llegaría tarde si no se marchaba ya, aunque lo cierto era que no quería que le preguntaran más cosas sobre su amigo, pues quería sorprenderlos. No tardó en llegar a la que sería su clase durante todo ese curso. Al fondo de esta, solo y mirando por la ventana había un chico de metro sesenta, y pelo celeste. La joven se acercó en silencio y una vez que estuvo a su lado se sentó encima de una mesa.
-No me has esperado.-Le recriminó la chica.
-Si no fueras tan lenta desayunando…
-¡No soy lenta!-Alzó la voz y todos los compañeros allí presentes se giraron a verla. Justo en aquel momento entró el chico pelirrojo que la joven había visto hacía un rato.-Tetsu-kun fíjate en el chico que acaba de entrar ¿No tiene un aura que se te hace familiar?
-¿Familiar?
-Sí, a la de los chicos antes de que sucediera aquello.
-Puede ser, pero yo no me haría ilusiones, quizás se apunte en otro club, que no sea el de baloncesto.
El tiempo pasó y las clases terminaron rápidamente y ambos amigos se dirigieron al gimnasio para el primer entrenamiento. Nada más llegar la castaña fue el centro de atención de todos los presentes. Riko se acercó a ella y le brindó una sonrisa para que se tranquilizara, pues sabía que su amiga se ponía muy nerviosa cuando notaba que todos los ojos se posaban en ella.
-Yumi-chan tranquila esto sólo será hoy, además nos conoces a la mayoría.
-Lo intentaré.- Dijo la oji-marrón y justo en ese momento todos los chicos de segundo se acercaron.
-Yumi-chan no alegramos de verte.- La saludó Izuki, un chico con el pelo negro y ojos grisáceos.
-Yo también me alegro de verlos a todos.
-Mitobe-kun dice que ese nuevo peinado te queda de maravilla.-Habló Koganei.
-Chicos déjense de charlas con Yumi-chan y comencemos-Irrumpió la otra chica.
-La entrenadora tiene razón, después hablamos.
Todos los de primer año se sorprendieron al saber que la chica con el pelo corto era la entrenadora. Ésta les ordenó a todos que se quitaran la camiseta y los fue evaluando uno por uno. Cuando llegó a al chico pelirrojo se quedó impresionada por sus cualidades físicas.
-Entrenadora ¿Cuánto tiempo te vas a quedar mirando?-Le llamó el capitán.
-¡Gomen! Um…
-Ya has visto a todos. Kagami era el último.
-Falta Tetsuya–kun.-Advirtió la peli castaña sonriendo divertida.
-Ah ese chico de Teiko y amigo tuyo…-Recordó el chico con gafas, el resto de compañeros empezaron a murmullar.
-¿Está aquí Kuroko-kun?...Parece que él no está aquí hoy. Muy bien empecemos…
-Um, disculpe, yo soy Kuroko.-Se presentó el chico, la castaña que tenía delante no pudo evitar pegar un grito.
-¿Desde cuándo estás aquí?
-He estado aquí todo el tiempo.
La entrenadora se giró hacia su amiga y empezó a preguntarle si él realmente era un jugador de Teiko y si había formado parte de la conocida "Generación de los Milagros". Yumi lo único que podía hacer era asentir con la cabeza con una gran sonrisa. Tal fue la insistencia y la incredibilidad de sus compañeros tuvo que sacar una foto que tenía en la bolsa, en la que salía ella con el uniforme de Teiko y Kuroko con el uniforme de baloncesto del primer equipo, para que la creyeran. Aun enseñándoles la foto les costaba creerla.
Finalmente la entrenadora reconoció al peli-celeste y dio comienzo en entrenamiento. Mientras que los chicos hacían los ejercicios, las dos amigas que estaban en el banquillo comenzaron a charlar sin quitar la vista de la cancha.
- Yumi-chan tú has sido mánager de Teiko ¿no es cierto?- La menor simplemente contestó afirmativamente- ¿Mantienes contacto con alguno de los miembros de la "Generación de los Milagros"?
-Directamente no, pero si con otras tres de las managers. ¿Por qué lo preguntas?
-Me gustaría que tener un partido de práctica con alguno de ellos, para que el equipo se mentalice.
-De acuerdo déjalo en mis manos-Le contestó con una sonrisa.
-Yumi-chan ¿qué tipo de habilidades tiene Kuroko-kun?
-Viéndolo así en el entrenamiento se podría decir que no debería jugar al baloncesto, pues no tiene ningún punto fuerte, pero a la hora de un partido es una gran baza para ganar.
-Me estas sugiriendo que haga un partido.
-Sí, aunque creo que lo mejor es que sea mañana, los de primero contra los de segundo.
La castaña con el pelo corto, dio por finalizado el entrenamiento y los chicos se dirigieron a la ducha. Yumi aviso a su amigo de que se iba adelantando, pues quería pasarse antes a comprar algo para la cena. La chica salió de aquel lugar y se dirigió al supermercado. Allí compró lo que necesitaba y además un polo de fresa, que abrió nada más terminar de pagar. Al salir de la tienda se chocó con un chico de metro noventa aproximadamente, con el pelo y los ojos de color azul oscuros.
-Gomen…-se disculpó el joven- ¡Oh! Si eres tú.
-Oni…-la chica sacudió la cabeza- ¿Qué haces aquí?
-Vengo de ver a mi madre, sé que era su día libre. Por lo que veo sigues con la costumbre- dijo mirando el helado-¿te acompaña Kuroko?
-No, he venido sola-contestó cortante.
-Sigues tratándome así- comentó en voz baja, pero no lo suficiente como para que su antigua compañera no se enterara.
-Te lo dije en su momento, te dejaré de tratar así cuando vuelvas a ser el de siempre y dejes esa estúpida idea de que sólo tú puedes vencerte.
-No es una estúpida idea, nadie me ha ganado por lo que…
-Sabes Aomine-kun, déjalo no quiero malgastar el tiempo hablando contigo. Nos vemos- se despidió.
La chica llegó a su casa y sentados en el salón se encontraban su madre y Kuroko, los saludó y se dirigió a su habitación a cambiarse. Al entrar se acercó a la pequeña cadena que tenía y la encendió. No tardó mucho en cambiarse, pero en ese momento no tenía ganas de salir y actuar como si no hubiese visto a aquella persona. De repente llamaron a la puerta, cuando la abrió se encontró con su amigo.
-¿Yu-chan pasa algo? Has puesto la música bastante alta.
-No es nada Kuroko, supongo que la habré subido sin darme cuenta- le respondió sonriente. Mientras su amigo apagaba el reproducto.
-La cena ya está servida.
-Ok, ahora mismo bajo, antes tengo que hacer una llamada.
Ese mismo día en otro lugar:
Una chica con el cabello marrón y los ojos verdosos acababa de llegar a la puerta de la preparatoria donde había quedado con su mejor amigo, pero éste no había llegado, por lo que le tocó esperarlo. A los pocos minutos una limusina negra apareció en la puerta y de ella bajó un chico de metro ochenta y tanto y ojos ámbares. Las chicas nada más verlo lo rodearon pidiéndole un autógrafo, éste como pudo salió de aquel grupo de chicas y llegó junto a la que esperaba a su amigo.
-Siento el retraso Miyucchi, pero la sesión se alargó y se me olvidó cargar el móvil anoche-Se disculpó.
-No pasa nada, tampoco llevo tanto tiempo esperándote- le dijo entrando en la preparatoria-¿Vas a buscar ya la sede del club de baloncesto?
-Pues sí, tu volverás a apuntarte al club de dibujo ¿no?
-No, este año no tenía pensado apuntarme al club de dibujo.
- ¿Entonces al club de lectura?
-No, no creo que lo adivines.
-¿Porque no lo iba a adivinar?
-Porque se trata del club de baloncesto.
-El club de baloncesto...¿¡Cómo!? ¿Desde cuándo te interesa a ti el baloncesto?
-Desde las vacaciones.
-¿Esto no tendrá que ver con Yumicchi y...?
-Lo siento Ryo-chan, pero prometí no decírtelo- lo interrumpió a la vez que agachaba la cabeza.
-Supongo que tendré que averiguarlo por mi cuenta, así que no te preocupes no pienso enfadarme contigo- dijo el chico mientras le ponía una mano en la cabeza.
Ambos amigos se inscribieron en el club de baloncesto y fueron a clases. Durante toda la mañana el rubio estuvo rodeado de chicas, que le pedían un autógrafo,una foto o cualquier otra cosa, mientras que la peli-marrón se encontraba en su mesa mirando la escena divertida. Las clases acabaron y los dos se fueron al primer entrenamiento del curso. Aquel día lo único que hicieron fue las presentaciones y fijar los que harían durante todo ese mes en los entrenamientos.
Después de aquella sesión, Ryota invitó a Miyu a tomar algo en la cafetería que estaba al lado de la casa de la chica, y ésta encantada aceptó. Mientras hablaban de la locura de día que había sido, la oji-verde recibió una llamada.
-¿Mochi, mochi?
-Miyu-chan soy Yumi.
-¡Yumi! ¿Qué tal te ha ido?
-Bien, aunque el final del día a podido ser mejorable, pero bueno ¿y tú qué tal? Seguro que con Kise-kun no has podido parar de reírte.
-Pues no, no han faltado las risas, ya sabes como se ponen las chicas cuando llega a un sitio por primera vez jajaja.
-Me alegro que las cosas te hayan ido bien. Lo cierto es que te llamaba para pedirte un favor, creo que ya sabes por donde pueden ir las cosas ¿no?
-¿Tan pronto?
-Sí, yo tampoco lo esperaba, sin embargo la entrenadora me lo ha pedido. Díselo a tu entrenador para que se ponga en contacto con la mía y organicen todo.
-Ok, yo lo aviso- en ese momento el ojiámbar le pidió el móvil a su amiga- Yu-chan espera un segundo que hay alguien que quiere hablar contigo.
-Hola Yumicchi ¿qué tal todo?
-Nada mal Kise-kun.
-Por lo que veo sigues llamándome así.
-Ya os lo dije cuando dejéis de pensar de esa manera y me demostréis que realmente os gusta el baloncesto volveré a ser la de siempre con todos vosotros. Ahora si no te importa me voy a cenar.
-Un segundo, ¿porque Miyucchi se ha apuntado al club de baloncesto?
-¿Todavía no te has dado cuenta?...Sólo voy a decirte que para ella eres una persona muy importante y como se te ocurra hacerle algo malo pienso acabar contigo. Ya lo sabes , despídeme de Miyu-chan, Bye.
-De parte de Yumicchi adiós- le trasladó el chico a su amiga.
-¿Qué te ha dicho para que pongas esa cara tan seria?- le preguntó la chica.
-Nada, ya sabes ahora me llama Kise y eso me molesta.
-No le des vueltas a eso. Me terminó el batido y nos vamos a casa ¿te parece?
-Sí, estoy muerto después de estar todo el día rodeado de fans acosándome.
-Seguro que dentro de poco se acostumbrarán a ti.
Voy a reescribir la historia desde el principio, pues las ideas que se me han ido ocurriendo no concuerdan con lo que llevaba escrito por ahora. Este primer capítulo no ha cambiado mucho pero en los siguientes si habrá más cambios, si habéis leído los anteriores. Es`pero que os haya gustado y espero reviews.
