Copyright y todo eso... : Ninguno de los personajes son míos, que quede claro.

Línea temporal del décimo Doctor - Ocurre antes de Compañeros en el Crimen y después de El Viaje de los Malditos.

Línea temporal de Amy, Rory y el undécimo Doctor - Antes de cuando quiera que les haya hablado de la regeneración.

No considero ni he intentado que parezca canónico, lo que provoca muchas paradojas locas que no tienen sentido en la historia principal. Tampoco nadie lo hubiera hecho, pero me siento realizada al decirlo xD.


Capítulo 1

12:04 AM, 26 de Marzo de 2011, Londres.

Una veinteañera vestida de policía sexy y un romano con una sartén en la mano corrían calle abajo mientras una manada de lobos asesinos extraterrestres les perseguían, ¡y por si fuera poco, Amy tenía las piernas llenas de carreras! ¡Maldición! ¡Eso era lo peor de todo!

"¡Atrás, bestias inmundas!" Dijo Rory mientras les amenazaba con la sartén.

"¡¿Dónde demonios está el Doctor?" Amy preguntó.

"¡Yo que se! ¡Dijo que tenía cosas importantes que hacer!"


A cinco horas (literalmente) de allí, en un supermercado búlgaro...

"¡¿Cómo que no tienen galletas de mermelada? Exclamó el Doctor.

"Lo siento, Señor, pero no se de lo que me está usted hablando." Declaró la cajera.

"¡Debería daros vergüenza! ¡En Tesco hay cuarenta y seis tipos de pastas! Es uno de esos sitios... correctos... y británicos."

"¿Y por qué no va a "Tesco" y ya está?" La trabajadora frunció el ceño.

"Es complicado, tengo a Marilyn Manson metido en el armario de mi nave espacial, y digamos que se pone un poco furioso cuando paso por delante. Creo que no es una buena idea entrar en la TARDIS por ahora."

De vuelta a Londres, al sur de Londres para ser más exactos, Amy y Rory llegaron hasta una gran plaza. La gente había huido por el extraño incidente que estaba ocurriendo en ese momento, y el aire soplaba como una brisa un tanto intimidante. Sólo se oía el silencio.

Y justo allí, al final de todos los kilometros de cemento pulido y baldosillas, al lado del edificio, una cabina de policía relucía (no tanto porque estaba toda llena de pegotes de chicle y firmas canis con rotulador plateado) a la sombra.

"¡Allí está!" Exclamó Rory. "¿A qué esperamos? ¡Venga!"

Corrieron por su vida. Esos fueron quizás, los ciento cincuenta metros más largos y estresantes del año, pero extrañamente, estaban felices de sentir esa sensación impotente (Pobres, pobres masocas...).

Entonces accionaron la manilla (Todo esto mientras sonaba la canción de We are the champions desde el más allá), y, a cámara lenta, un paso después de otro, entraron dentro de la nave y cerraron la puerta, apoyándose sobre ella y mirando con las fosas nasales abiertas, como habían salido del gran y amenazante peligro.

Ahora sólo se oían los jadeos de la pareja acompañados de los gorgojos de la TARDIS.

"¿Por qué has cambiado el diseño?" Dijo Amy esperando a que alguien le respondiera. Sin embargo, parecía que nadie excepto ellos estaba a bordo.

"Em... ¿Doctor?" Amy se estaba cansando de la inactividad del otro participante, asi que, de impaciencia, se acercó a la sala de control mientras oía el ruido metálico de las rejas al caminar.

Rory la siguió por detrás, advirtiéndole de que tuviera cuidado.

"Rory, conociendo como es el pobre, seguro que se ha escondido detrás de un biombo asiático para asustarnos y decir "sorpresa". La última vez que lo hizo, las tostadoras se vovieron locas y empezaron a atacarnos, creo que ya tengo un poco de experiencia cuando salen tostadas quemadas volando a más de 130km/h"

Rory pasó de largo, aún con su utensilio de cocina muy respetable en la mano. Sin embargo, no se dio cuenta de que un hombre con un extrapolador magnético y mantequilla había pasado a su lado inconscientemente.

El hombre estaba tan absorto en su trabajo que tampoco notó su presencia y entonces, al oir un ruido que venía desde la consola, digamos que se cagó un poco de miedo. ¿Y si era otra novia loca y rabiosa en medio de su nave? Oh, Dios mío, nadie podría lidiar con una como esas dos veces. Tenía que averiguar quién o qué era.

A zancadas, fue inevitable que su presencia se escuchara y entonces Amy empezó a imaginarse cosas raras.

¿Rory? No, no sonaba como si fuera Rory, más bien como un maníaco esquizofrénico y asesino acechándola de entre las sombras. Asi que fue lista y empezó a recordar aquellas películas cutres en las que la chica se ponía a preguntarle al homicida si había alguien ahí y en la que después era ella la primera en ser comida de todo el grupo adolescente. Un escalofrío recorrrió todo su cuerpo al darse cuenta de que eso no la estaba ayudando. No, no soy como la pedorra de esas películas cutres. Le empezaron a entrar sudores extraños al oir que los pasos eran cada vez más y más acompasados, y juraría haberse imaginado en su cabeza la canción de Psicosis. ¡Dios mío, juraría haberme imaginado en mi cabeza la canción de Psicosis!

El hombre de la mantequilla también comenzó a pensar en cosas tenebrosas, asi que cogió la fregona que tenía para alcanzar los plátanos más altos del árbol, y así tener algo con lo que defenderse (su destornillador estaba casualmente "indispuesto" [1])

Amy estaba ya desesperada, ¡los ruidos no venían de ningún lugar en concreto! ¡Rebotaban a través de todas las paredes!

Su mirada se volvía loca buscando la figura que originaba el sonido, y como un flash, dislumbró una forma que se asemejaba a su concepto de "persona o algo".

"¡AAAHHHH!" Gritó Amy.

El hombre se sobresaltó y después empezó también a gritar.

"¡AAAHHHH!"

"¡AAAHHHH!"

"¡AAAHHHH!"

Bueno, esto fue así durante más o menos treinta y tres segundos y medio. Rory se había alejado demasiado, y era el único que podía detener este horrible y prolongado sufrimiento.

"¡Ya voy, mi rechonchita!" Gritó con un grito de guerra.

Sus músculos ahora se concentraban en mover las piernas (tres en total, de las que estaba muy orgulloso, por cierto, jejeje) y en prepararse para colisionar la sartén con la cabeza de aquel desconocido.

"¡IAAAAAAGG!" (Grito ninja)

El hombre se dio la vuelta para ver quien estaba gritando como una chica, pero lo único que pudo reconocer antes de desmayarse sobre ese elefante rosa fue una bestia inmunda con los ojos estrujados para afuera mientras le golpeaba con una cosa redonda y con purpurina.

Lentejuelas... ¡y brillan...! Esos fueron los últimos pensamientos del ser más poderoso del universo antes de ver un fundido negro con estrellitas.

"¡Lo he golpeado!" Exclamó Rory. "¡Nunca había golpeado a nadie!"

No, espera, eso es de un capítulo diferente. Rebobinemos.

"!eidan a odaeplog aíbah acnun!..." "¡Y eso por asustar a mi mujer! Jum." Dijo mientras enfrentaba las cejas.

"Rory, ¿cuántas veces te he dicho que no me llames rechonchita?"


[1] Misteriosamente terminó en al cena de apios de Jack y acabó introducido (no me preguntes cómo) a través de todo su tubo digestivo. Actualmente, el Doctor espera a que sea expulsado con éxito.