¿Amor?¿Odio?¿Alegría?¿Tristeza?¿Confusión?¿Claridad?
No entiendo..
No entiendo nada.
¿Compasión?¿Pena?¿Lástima?¿Piedad?¿Verguenza?¿Enojo?
Miles de sentimientos asaltaban mi mente...Ninguno tenía sentido, ninguno me identificaba. No sabía como me sentía; tampoco me imporaaba mucho, pero de pronto me comenzó a llamar la atención mi estado anímico.
¿Por qué? Ni yo lo se.
¿Emoción? ¿Ansiedad?
No. Esto se sentía extraño, muy lejano... Era realmente raro. Más raro aún, era que recién ahora me percatara de que estaba sintiendo algo fuera de lo común.
¿...envidia?
No, tampoco sentía envidia. Qué irónico, ¿no creen? Ni siquieron siento lo que soy, lo que represento... Debo apestar como criatura existente (se nota que tampoco represento a Soberbia, ¿o no?)
Probemos con algo más.
¿Ira? No, no estaba enojado. Estaba demasiado cansado como para sentir ira.
¿Gula? Ni hablar.
¿Lujuria?
Creo que ya estoy delirando...
¿Codicia?
Me sonreí ante esta idea, al darme cuenta de que en realidad no codiciaba nada en esta vida.
¿Es posible sentirse lejano? Porque no encuentro forma de explciarlo.
¡Ah! Ya sé: soledad.
¡No, no es eso! Es más profundo.
Mi sonrisa desapareció lentamente, muy lentamente. Mi estómago estaba encogiéndose, pero, lamentablemente mi corazón no me decía nada. Nada de nada...
Levanté mi cabeza y abrí los ojos. No había estado soñando, pero había entrado en una especie de trance en el cual había estado, creo yo, por horas.
¿Vacío?
Vacío... Sentía vacío.
Estaba...vacío.
-Envidia, vamonos- llamó Lujuria -Debemos encontrar a Acero, apúrate.
Me levanté del suelo con cierta pesadez.
Me sentía...vacío...
