Hey hey hey c: Se me ocurrió otra historia para Death note e.e Ahora, Imagínense que están caminando por la calle hasta que de repente te encuentras con una libretita negra *o* o shi, esta historia es de un personaje que invente (para que se la imaginen mejor es aquella que está en la foto de este fic), que adquiere una de estas pequeñas amiguitas mortales :3 Espero que les guste ;3 Bueno empezamos…

My Death Note

Chapter 1

Prólogo


Era de noche. La lluvia no cesaba. Una chica de cabellos castaños claros y cenizos miraba por la ventana. Sus ojos dorados tenían una expresión dulce. Su piel era suave y tersa, pero era muy pálida. Siempre tenía las mejillas un poco sonrojadas. Sus pestañas eran pobladas. Sus labios de color rosa tenue. Miraba por la ventana seriamente. Desde la mañana no paraba de llover. Si bien es cierto a ella le encantaba la lluvia a sus padres no le gustaba que ella salga, ya que temían que se fuera a resfriar o algo peor. Ella era la hija mayor. Su nombre era Katherine. Una chica de la secundaria que acaba de cumplir los 18 años.

La joven frunció el ceño por la impotencia de no poder salir. Fue a su escritorio y se dispuso a terminar sus deberes. Para ella, la secundaría no era un reto totalmente. Era una de las primeras de su clase. Cuando logro terminar sus deberes encendió la televisión para ver las noticias. Últimamente había un caso que le llamaba la atención. Se trataba de una persona que se hacía llamar Kira. Mataba criminales. Si bien es cierto había disminuido así la delincuencia, matarlos también te convierte en un asesino. No puedes tomar la vida de alguien de esa forma. Lo más curioso es que los mataba de un ataque al corazón. Era prácticamente imposible controlar un infarto a una persona, pero él lo había logrado así convirtiéndose en un asesino en serie.

-Kate, hora de cenar.- le llamó su madre.

-Ahora voy.- dijo la chica apagando la televisión.

KKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKK

Mientras tanto en otra dimensión, para ser más precisos, en el mundo de los Shinigamis. Uno de estos dioses de la muerte observaba a aquella chica. Desde pequeña la observaba sin parar, se podría decir que ya hasta le agarró afecto.

Sabía lo que sucedía con el caso de Kira. A decir verdad, como a ella le llamaba la atención el decidió investigar acerca de este. Sabia, que esto era obra de un humano con una Death Note. Y sospechaba que el Shimigami que lo acompañaba era Ryuk, ya que él había sido el último en ir a la tierra. Desde que había perdido su libreta, las muertes habían comenzado. Uno de los deseos de la castaña era averiguar como él mataba. Aquél Shinigami se llamaba Domán, cuyo significado era niebla.

Domán había preparado un plan para conocerla en persona. Engañó al rey de los Shinigamis para obtener otra libreta. El la tiraría cerca de ella y así podría conocerla. Después de todo ese era el deseo de Domán y el de ella al querer saber cómo Kira mataba. Al día siguiente, ellos dos por fin podrían conocerse. Aunque, su apariencia la asustaría un poco. Para su suerte se veía casi humano. Podría pasar como humano, a excepción de que tenía ojos rojos, piel de un color pálido y medio celeste con verde, sin contar su cabello azul profundo. Pero sin contar esas peculiaridades, tenía forma humana. Así que la humana no se asustaría tanto con su apariencia. Este shinigami vestía algo que vendría ser un jean negro, un polo suelto de color gris y algo en su cintura que era donde guardaba su Death Note.

Siguió observando a la castaña, al día siguiente ella se encontraría la Death Note.

KKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKK

A la mañana siguiente la lluvia había parado. Katherine se levantó temprano y prosiguió a su rutina. Se cambió a su uniforme habitual que consistía en una blusa blanca, una falda negra, corbata roja, medias hasta la rodilla blancas, pero por el frío las sustituyó por unas mayas negras que la cubrían toda, sus zapatos negros y una chompa negra para abrigarse. La chica bajó las escaleras, tomó una manzana de la refrigeradora para comerla como desayuno, tomó su paraguas, su mochila y salió de su casa. Si bien es cierto que había dejado de llover, en esa zona el clima era muy cambiante. Las calles estaban empapadas y una gruesa capa de neblina cubría la zona.

A ella le encantaba eso. Abrió su paraguas aun sin la lluvia. Se podía escuchar como goteaba agua en algunos lugares. Ella suspiró encantada por esto. A muchos le gustaban el sol, la primavera, entre otras cosas. Pero a ella le fascinaba el invierno y el otoño. Si debía escoger entre un bosque y una playa, ella iría sin pensarlo dos veces al bosque.

Comenzó a caminar despreocupada por las solitarias calles. Era temprano así que no debía preocuparse por llegar tarde a clases. Estaba distraída viendo a través de la neblina cuando un sonido de algo cayéndose detrás de ella la asustó. Volteó lentamente solo para ver en el suelo un cuaderno negro. Delicadamente lo levantó. Miro a los alrededores viendo a quien se le podría haber caído. Pero ella estaba completamente sola en esas calles. Ella notó que el cuaderno estaba totalmente seco, a pesar de que había caído en una zona mojada. Extrañada leyó lo que decía en la portada. "Death Note". Abrió cuidadosamente el cuaderno y leyó algo que debían ser las instrucciones.

"El nombre del humano que sea escrito en este cuaderno morirá."

Ella frunció el ceño. ¿Qué clase de broma enfermiza era esta? Pensó ella. Quiso dejar el cuaderno pero, cierto impulso de curiosidad hizo suspire resignada, guardo el cuadernillo en su mochila. Caminó más rápido para poder llegar a clases. Debo estar loca por tan solo considerar llevármelo, esto sin dudas es una atrocidad. Se decía a ella misma una y otra vez.

Más tarde en la clase de matemáticas. Ella ya había terminado lo que el profesor había mandado. Estaba totalmente aburrida. Decidió sacar aquel cuadernito. Un poco insegura lo puso en su carpeta. Para su ventaja se sentaba al último así que nadie la miraba. No es real. Se convenció a sí misma y abrió el cuadernito para leer las instrucciones.

*-El nombre del humano que sea escrito en este cuaderno morirá.

*-Este cuaderno no hará efecto si el propietario no tiene en mente la cara
de la persona a la que va a matar mientras escribe el nombre. De este modo, la gente con el mismo nombre no se verá afectada.

*-Una vez escrito el nombre, si la causa de la muerte es escrita en los 40 segundos siguientes, esa muerte ocurrirá.

*-Si no se especifica la causa de la muerte, la persona morirá de un ataque
cardiaco.

*-Después de escribir la causa de la muerte, los detalles de la muerte deberán ser escritos en los próximos 6 minutos y 40 segundos.

Tremenda farsa. Pensó la castaña. Aunque una pequeña regla hizo que ella dudara. La cuarta hablaba de si no se especificaba la muerte, solo moriría de ataque cardiaco. Era así como el famoso Kira mataba. ¿Será cierto? Ella dudaba. No quería arriesgarse, pero sí lo era, ella podría ayudar a atrapar a Kira. Ya que sabía su secretito. Pero, ¿Cómo probarlo? Tendría que escribir un nombre para verificarlo. Sin saber porque, la castaña observó al profesor de matemática. Escribiré el nombre y no sucederá nada. Se dijo a sí misma. Agarró su lápiz y temblorosamente escribió el nombre de su profesor. Desde que escribió el nombre, contó mentalmente los cuarenta segundos. Parecía una eternidad. Cada segundo que pasaba era una tortura. 38, 39… 40. Termino ella de contar mentalmente, no sucedió nada. Ella aliviada suspiró, pero un gritó hizo que abra los ojos del miedo.

-¡Profesor!- gritó uno de los alumnos.

Aquel hombre se agarraba el pecho con sumo dolor. Poco a poco su vida se fue apagando. Katherine no podía creerlo, estaba aterrada y en estado de shock. Soy una asesina. Se repetía una y otra vez. No es posible. Aquel hombre cayó al suelo muerto.

-¡Ayuda por favor!- comenzó a gritar una alumna.

Pero ya era tarde, el profesor había muerto. Katherine lo había matado. Confirmó que la Death Note era real, y ella asesinó por primera vez con esta.

KKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKK

Las clases habían terminado, Katherine regresaba rápidamente a su casa. La neblina seguía. Se estaba tornando oscuro y la visión se dificultaba cada vez más. La castaña llego a su casa y sin decir ninguna palabra se encerró en su habitación

PUNTO DE VISTA DE KATHERINE

No, no, no. Esto no puede estar pasando, esto es una abominación una atrocidad, esta libreta está maldita. Saqué la libreta y borré el nombre del profesor en ella, podre borrar su nombre pero esto no lo devolverá de la muerte. Yo lo mate. Soy una asesina. Debí dejar la libreta. No debí guiarme por la curiosidad. Esta mató al gato, en este caso a mi profesor. Arrojé la libreta al piso por la ventana que estaba abierta. Le di la espalda me puse en posición fetal ocultando mi rostro llorando del miedo y la culpa.

-Nunca pensé que te afectaría tanto.- dijo una voz masculina detrás de mí.

Asustada me voltee a ver el dueño de aquella voz. Era un joven será un poco mayor que yo, tenía ojos rojos, piel pálida media celeste, cabello azul oscuro como la noche, parecía humano, pero era evidente que no lo era, ya que estaba levitando. Comencé a temblar de terror.

-¡¿Q-quien eres?!- pregunté con la voz entre contada.

-Me llamo Domán, soy un Shimigami antiguo propietario de esa Death Note.- respondió presentándose.

-¿Esa es tuya? Escribí en ella, ¿Qué me vas a hacer? ¿Me vas a matar?- pregunte paranoica y aterrada-

-No, esta Death Note ahora te pertenece.- dijo amablemente.- Desde que tocó el suelo y tú la tomaste, a adueñaste de ella.- me explicó.- No me juzgues rápido, no te voy a hacer daño, sé que no tengo la mejor apariencia pero te aseguro que no te haré nada.- me dijo con una sonrisa.

-Lo lamento, yo no quería.- comencé a decir.

-No te preocupes.- dijo amablemente.

-¿Sabes? Eres muy amable para ser un Shinigami, ¿qué no los dioses de la muerte son terroríficos y crueles?- pregunte agarrando confianza.

-Muchos lo son, yo en cambio no.- dijo.- Digamos que, no todos somos iguales.

-Es bueno saberlo.- dije con una sonrisa.

Unos golpes en mi puerta me distrajeron.

-Anda abre, no hay problema.- dijo Domán.

Yo le hice caso. Me levanté y abrí la puerta.

-¿Mamá?

-Hola, hija, me enteré lo de tu profesor, ¿estás bien?- me pregunto preocupada.

-Hummmm sí no te preocupes.- le respondí.

-Bueno, te traje tus golosinas favoritas.- dijo entregándome unos ositos de goma, mis favoritos.

-Gracias Mamá.- le agradecí.

-Bueno, no te interrumpo más, debo preparar la cena.- dijo bajando las escaleras.

Cerré la puerta cuidadosamente.

-¿Qué es eso?- me preguntó Domán.

-Ositos de goma, ¿quieres?- le pregunté.

El miró curioso los ositos y comió uno. A la hora de comerlo se le abrieron los ojos de emoción.

-Son deliciosos, definitivamente el viaje vale esto.- dijo con una sonrisa.

-Ten quédate con todos.- le dije dándole la bolsita entera de ositos.

-¡Gracias!- dijo y prosiguió a comerse todos los ositos de goma.

Aún no podía creer lo que ocurría. Instantáneamente Domán se había devorado todos los ositos de goma. Me senté en mi cama. Era mucha información que procesar. Pero algo bueno salía de todo esto. Ya sabía cómo era que Kira mataba. Podía decirle eso a quienes lo querían atrapar. Pero ¿Cómo iría hasta Japón? ¿Y cómo me ponía en contacto con L? El famoso detective que lo quería detener. Nadie sabe quién es. Esto sería un reto, pero… no podía quedarme sin hacer nada. Detendría a Kira y la justicia se haría.


Chan chaan chaaaan ¿Qué les parece? Espero que les guste, pronto lo continuare *0* Bueno, hasta el próximo capi *w*