"NAVIDAD FELIZ… Y EN FAMILIA"
CAPITULO 1 "NO SIEMPRE LAS COSAS SALEN CÓMO UNO QUIERE"
Esa mañana Severus se había despertado muy temprano.
-hoy va a ser un día muy especial para mí, será mi primera Navidad Feliz, sí hoy la pasaré en familia, que auque no es la mía, me han invitado, hoy pasaré mi navidad feliz con los Potter…
-¡ni tú te lo crees! –le dijo Albus Dumbledor, al escucharlo.
-¡Cállese director!, ¡no sea aguafiestas!, no ve que estoy practicando, estoy tratando de lanzarme un hechizo de auto convencimiento, ya que por su culpa tengo que ir a la casa del marcado.
-Severus hijo mío, si en el fondo tu lo aprecias a Harry.
-¡No lo nombre! ¡No lo nombre!, no ve que me sale salpullido, es un trato: yo voy a la fiesta, pero usted no me lo nombra jamás en lo que resta del año.
-pero Sevy –se quejaba Albus, quien al ver la cara fruncida del profesor prefirió cambiar de tema.
-tal vez en Navidad encuentres a tu alma gemela.
-¡Qué! –gritó Snape. Yo no tengo ni tendré alma gemela.
-por Merlín muchacho, ni que fueras tan fiero.
Snape gruñó. –por supuesto que no soy feo.
-bueno a decir verdad, deberías lavarte ese pelo, y cortarlo un poco.
-¡jamás! Tocaré mi cabello.
-pero escucha muchacho, esta es una buena ocasión, si te embellecieras un poco, tal vez te vistieras de algún color
-¡NO!
-o si te quitaras esos zapatos.
-¡NO!
Albus se tomó toda esa mañana, pero para la tarde ya había logrado ir con Snape a un salón de belleza que quedaba en el centro del callejón Diagon.
-entra muchacho, entra –insistía Albus al ver que al llegar Snape empezaba a dudar en entrar…
-¡mejor no! director, yo voy a lavar mi cabello cómo siempre.
-¡NO, Severus! No entiendes que es espantoso "como siempre" más bien parece "como nunca".
-¡ya!!! Albus no voy a entrar…
Snape estaba muy equivocado si pensaba que el directo no se iba a salir con la suya…
A los pocos segundos la dueña del establecimiento los estaba saludando…
-¡querido Director Dumbledor! Que honor tenerlo nuevamente en nuestro salón de belleza.
Snape se atragantó, esa vieja le resultaba conocida…
-querida tía Muriel. –Dijo Albus- sabes que siempre vengo a buscar la excelencia de su servició. Pero en este caso es a Severus a quien hay que embellecer.
-otro día se me hace tarde –dijo Snape tratando de irse.
-nada de tarde muchacho, tenemos mucho tiempo.
Albus lo agarró de la túnica impidiéndole salir
-sabes Muriel, festejaremos la Navidad, en la casa de Molly, fuimos invitados por Harry Potter.
-claro yo también iré, -siéntate. Ordenó la mujer sentando al profesor en una lavadora de cabello.
Snape trató de irse, pero la bruja lo amarró bien a la lavadora.
-Ven Maru, tienes un cliente para embellecer. –gritó la madama.
De inmediato llegó una bruja un tanto más joven, que cayó rendida a los pies del profesor…
-pero si es el gran brujo Severus Snape – casi gritó la mujer tomándose de los pelos.
El profesor la miró temeroso, conocía bien a las brujas jóvenes, y también conocía el efecto que su arrogante personalidad causaba en ellas.
-tranquila Maru, solo tienes que lavarle el cabello, con proteínas de ceda y miel, para que brille como nunca.
Ante este comentario el profesor se tranquilizó, dejando a la mujer que le tomara y sumergiera en agua su abultada cabellera.
-¡AUCHÍ! Gritó Snape.
-¿qué pasa? Preguntaron de inmediato Muriel y Dumbledor.
-¡quema, esta agua quema!
-¡Lo siento! ¡Lo siento! –gritaba Maru.
-perdónala Severus –suplicaba Muriel- es que Maru es nueva eres su primer cliente.
-Merlín quiero irme, todavía me quema –se quejaba Snape.
-no volverá a pasar… -prometía la empleada.
-ni que fuera para tanto Sevy, solo es agua –burlaba Dumbledor.
-déjeme ponerle el shampoo – espetó Maru tomando un frasquito de la estantería.
-vas a quedar divino –dijo Muriel.
-yo soy divino –afirmó Snape.
-lo se, dijo la vieja bruja, en realidad hace mucho que te he echado el ojo.
-por Merlín ¿Qué cosa dice? ¿Usted es toda una señora mayor? –bufó Severus escupiendo jabón.
-¿Me estas llamando vieja? –pegó el grito Muriel.
-¿estás llamando vieja a la tía Muriel? –Burló Albus.
-no fue esa mi intención – alegó Snape sin saber como librarse de la bruja.
Maru entre los gritos de los tres seguía agregando Shampoo. Luego de un rato envolvió el pelo en una toalla.
-esperemos cinco minutos, le he puesto un baño de crema para el brillo- dijo la peluquera cohibida.
Snape estaba furioso, iba a tratar de irse cuando ve que la muchacha le toma las manos y le empieza a hacer maniquiur.
-¡NO!! ¡DE NINGUNA MANERA! nunca me he arreglado las manos eso es de mujer –se quejó a los gritos Snape.
-claro que no, todos los brujos que aprecian su aspecto se cuidan las manos –dijo Albus divertido.
-¡me voy de este loquero! –gritó Snape.
-mi salón de belleza es lo más top del callejón –espetaba la tía, con furia.
-no puede marcharse, decía Maru mientras se aferraba a su trabajo en las manos de Snape.
¡Agrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr.! Gruñía Snape resignado.
-ya están las manos, dijo la manicura luego de pasarle brillo en las uñas.
-por Merlín ¡todo esto por pasar la NAVIDAD CON POTTER! – seguía gruñendo.
-tranquilo muchacho te secan el pelo y nos vamos.
Maru empezó a sacarle la toalla…
-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! –gritó Snape al comprobar que su cabello lucía de un rubio platinado muy parecido al de Lucius Malfoy…
