El milenio de plata Capítulo 1: La Luna y la Tierra.

Era el baile de presentación en sociedad de la Princesa Serenity. La princesa era una joven de apenas catorce años, de largo cabello rubio que arrastraba en el suelo. Tenía la piel más pálida de lo normal, era la palidez característica de los hijos de la Luna. Ella era la única hija de la Reina Serenity de quién había heredado, además de su nombre, su misión, la de ser la heredera al trono de la Luna y como tal la única con derecho a utilizar el Cristal de Plata para proteger la Tierra y la Luna.

Mientras todos bailaban alegremente, la princesa se acercó al balcón a observar el cielo; y un joven príncipe que la había estado mirando sin que ella se diera cuenta la siguió hasta allí.

– Muchas felicidades Princesa Serenity, soy Endymion, Príncipe de la Tierra. – Endymion hizo una reverencia mientras saludaba a la princesa.

– Gusto en conocerlo Príncipe Endymion. – respondió ella un poco sorprendida ya que estaba tan concentrada en el cielo que no se había percatado de su presencia hasta ese momento.

– ¿Está observando la Tierra?, escuche que le agrada mucho contemplarla.

– Sí, ¿ve aquel balcón? – dijo señalándolo– es el de mi habitación, paso horas observándola desde allí.

– Cuando guste ir a visitarla yo podré ser su guía.

– Muchas gracias Endymion – dijo Serenity sonriendo, al darse cuenta de su atrevimiento al haberse dirigido a él sin usar títulos agregó – … oh disculpe.

– Está bien puedes llamarme Endymion, ¿puedo llamarte Serenity?

– Claro.

"Así fue como conocí a Endymion" pensó Serenity mientras esquivaba a los guardias del castillo para escabullirse a la Tierra.

En un bello jardín del palacio de la Tierra, paseaban Endymion y uno de sus guardias.

–…y eso fue lo que paso ¿Usted qué opina? – concluyo Kunzite.

– Estoy de acuerdo contigo. – respondió Endymion sin siquiera saber que era con lo que estaba de acuerdo, ya que estaba más atento a los alrededores y entradas del jardín. Hasta que vio una figura blanca en el otro extremo del mismo.

– Kunzite, ¿podrías hacerme un favor?, necesito un libro de tapas verdes con piedras doradas, ¿podrías traérmelo?

– Por supuesto.

– Debe estar en mi habitación– cuando su ayudante volteo para irse agregó– pero si no lo encuentras ahí, pregúntale a Zoisite si lo tiene, o tal vez mi madre lo tomó, no estoy seguro.

– No se preocupe, yo lo buscaré.

Y después de decir esto se encamino hacia el palacio. Entonces Serenity salió de su escondite.

– ¿Hace mucho que estás esperando?- le dijo sonriendo.

– No, acabo de llegar.

Viendo que Serenity miraba hacia el palacio la tranquilizo diciendo – No te preocupes el libro que le mande a buscar no existe, demorará bastante hasta que se dé cuenta.

– No debería haber venido aquí, el amor entre la gente de la Luna y la Tierra es contra las normas… no podemos enamorarnos… pero ya es muy tarde.

Serenity y Endymion se besaron sin percatarse de que alguien los estaba observando…