Título: A base de inseguridades

Fandom: Codename: Kids Next Door [aka Los chicos del barrio]

Rating: T

Categoría: slash

Capítulo: 1/4

Pareja: 1x4, 1x2 (aka Nigel/Wally, Nigel/Hoagie. Básicamente la primera y claras menciones de la segunda, pero la primera es la importante)

Resumen: La adolescencia es una etapa difícil y llegar a ella siendo un KND es aún peor. Aún peor si descubres cosas que no deberías saber. O no quieres saber. O no pensaste alguna vez que podrías saber y ahora no sabes qué hacer con ellas.

Disclaimer: Lo públicamente reconocido no me pertenece y para mi desgracia financiera, no me están pagando. Lo demás sí es mío porque escribo por placer. El dibujo tampoco me pertenece, no sé a quién le pertenece, pero no a mí, sólo lo vi y lo usé de inspiración. ¿¡Y es que no se ven tan jodidamente bien!?

Notas: Ok. Tengo no sé cuánto con esto pero DEBE haber más slash en los KND porque vi un montón de fem!slash y what? NECESITO esto.

Advierto desde ya un poco de contenido hetero y que creo que esto es angst, CREO, porque tengo el final y no luce algo que denominaría como feliz.

Se ubica en la adolescencia, un poco dentro y un poco después de lo de los KND, ya más o menos se explica al principio. No, no tengo idea de qué pasa con el título.

Y un millón de gracias a Caín. CAÍN, ¿ESTÁS AHÍ? ¿QUÉ HARÍA YO SIN TI? Que probablemente sea la única persona que lea esto y me ayudó a betearlo ¿qué haría yo sin ti? .

La verdad es que no sé exactamente de dónde salió. Vi esa imagen (y algunas más) y empecé a especular sobre #2 porque, hey, mejor amigo de #4 y segundo oficial de #1 (sólo porque Abi rulez). Me dije que si hubiera slash de esto debería ser 2x4, pero algo no me cuadraba, la forma en la que no creo que #4 se pudiera "enamorar" de él o viceversa, quizá no soy capaz de verlo como algo más que una BrOTP, pero entonces vi a Nigel, y a Wally, y los dos con su cara de fuck, y entonces los recorté y los puse juntos en una imagen, y se veía tan bien. ¡No pueden culparme! Tuve una idea que no parecía tan incoherente y antes de darme cuenta ya estaba escribiendo y esto son casi 4000 palabras, así que sí, va en serio, necesito esto.

Lo publiqué en mi LJ pero ahora lo traigo aquí porque ya lo terminé. Pondré el primer capítulo pero espero tener tiempo el fin de semana para subir el resto.

A base de inseguridades

La adolescencia es una etapa difícil. Y contrario a lo que es para muchos otros, Wally sabe que para ellos es aún más difícil; no son sólo los cambios, es tener que vivirla bajo constante vigilancia y amenaza, todo para poder quedarte con aquello que por derecho te pertenece como persona que eres.

Wally no es muy listo, jamás lo fue y lo sabe, pero siempre ha sido un rebelde, y como tal es alguien que conoce sus derechos de pies a cabeza, sabe que su memoria le pertenece, que no tendría por qué estar luchando por sus recuerdos de la infancia, que no tendría por qué guardar más secretos que los que no le dice ya a sus padres, pero es el precio a pagar y ya lo ha aceptado.

El monitoreo constante para asegurarse que ninguno de ellos se ha unido a los adolescentes, que la casa del árbol no cuente ya con ningún sistema de protección salvo lo poco que Hoagie puede conseguir con su mesada y trabajo a medio turno en una cafetería, y pensar que el simple permitirles quedarse con ella es ya por sí mismo un privilegio que no se le concede a cualquiera.

Crecer no es un privilegio, crecer es algo que todos hacen, excepto los que se mueren antes de, ahora Wally lo sabe, y no porque creyera que nunca le iba a pasar, sabe que debería considerarse afortunado, pero es difícil cuando también sabe que lo que tiene debería tenerlo por derecho y no porque alguien se lo conceda. También ahora es capaz de darse cuenta, aunque se muerde la lengua y se patea mentalmente cada vez que vuelve a caer en ello, pero el mundo de los Chicos del barrio no es muy diferente al de los adultos, con todas esas reglas y afán de poder y destrucción.

La adolescencia es una etapa difícil porque hay más reglas y menos privilegios, o quizá cada quien en su propia situación piensa lo mismo, que es difícil porque te das cuenta de cosas del mundo que no habías notado antes; aunque la escuela siempre fue un fastidio, ahora ya no es lo que era, porque conoces la diferencia entre "Hey, Lola, ¿cómo estás?" a "Heeey Lola, cómo estás".

Básicamente es como haber cambiado de planeta, de pronto ya no respiras en la misma atmósfera ni hablas el mismo idioma ni piensas de la misma forma, como un parásito en tu cerebro o algo así, y prefieres gastar algo de tu dinero de vez en cuando en algún CD o ir al cine en lugar de comprar golosinas. Porque el sabor del alcohol dejó de ser repulsivo, el tabaco ya no huele tan mal y hay una tentación latente cada segundo sobre todo lo que se supone que no deberías hacer, y ahora ya no es sólo curiosidad, como cuando niño que te hubiera bastado saber el porqué, ahora necesitas hacerlo simplemente porque alguien dice que no, ¿quiénes son ellos para decirte qué es lo que no puedes hacer?

Wally sabe que no es el único que lo piensa, pero también sabe que ahora hay muchas cosas que no le dices a nadie, y aquellas veces en que no se pueden mirar a los ojos los unos a los otros es porque han estado pensando en cosas que no les gusta pensar, comparando inevitablemente lo que era con lo que ahora es, sabiendo que no todos los chicos a los que conocieron cuando tenían diez tuvieron los mismos privilegios, muchos fueron dejados atrás, muchos simplemente quedaron fuera, muchos otros se cambiaron de bando, algunos otros simplemente se mantienen al margen, con las ventajas de haber sido un equipo que valiera el sacrificio de guardar grandes secretos que primero morir que revelar, porque soltarlos sabes que significa perder la niñez que alguna vez tuviste.

La adolescencia es una etapa difícil, está llena de cambios. Pero Wally sabe que jamás como cuando vio algo que no debió ver. Jamás como después de ver a Nigel besando a Hoagie mientras dormía.

No debía, porque él simplemente pasaba a su pieza en la casa del árbol, Hoagie se había quedado dormido en el sillón de la estancia y se suponía que Nigel estaba estudiando para un examen final, pero lo encontró inclinado sobre el sillón, labios contra labios y los ojos apretados.

Supo que la cosa más sabía que había hecho en toda su vida fue taparse la boca en lugar de soltar el grito ahogado que le quedó atorado en la garganta, y salir de ahí de rápido como si no hubiera un mañana.

Cuando llegó a su habitación se quedó parado mirando la puerta por diez minutos enteros, como si el infierno se desatara ahí afuera. ¿Qué acababa de ver?

Las siguientes dos semanas sí fueron como estar en prisión. Él tenía un tío que estuvo en prisión, y definitivamente debió ser algo así.

Salía sin desayunar para no encontrarse con nadie en la cocina, mayormente porque Nigel era el primero en levantarse y lo primero que hacía era parar por una malteada a la que ponía dos cucharadas de café pretendiendo que nadie se diera cuenta. Por las tardes comía en su habitación, con la música muy alta como no solía hacer cuando estaba en la casa del árbol; pasaba largos minutos en el baño, mirando a la nada, porque ese era siempre el lugar en el que se sentía más a salvo, entre paredes pequeñas. Demonios, que hasta se ponía a hacer su tarea sólo para poder decir que estaba ocupado, ¡le había ayudado a su madre a lavar los platos! Y sobre todo, lo más importante de su prisión personal, evitar a Nigel como si tuviera la peste.

No buenos días, no hola, no hey, no me pasas la tarea, no sentémonos juntos en el descanso, no préstame tus CD's, no nada. Wally no hablaba a Nigel para nada, y podría no haber sido extraño porque después de todo estaba en la adolescencia, ¿quién en la adolescencia no pretende ignorar a todo el mundo?

Podría no haber sido extraño si no fuera porque era lo suficientemente estúpido para desviarle la mirada cada vez que Nigel le preguntaba o comentaba algo, tan estúpido para ser evidente, porque Wally jamás había podido lidiar con situaciones bajo presión, sobre todo si se trataba de guardar secretos.

Podría no haber sido extraño si no hubiera chillado como niña cuando Nigel le jaló de la muñeca para que no se cayera por las escaleras, o si no se hubiera puesto a sudar, completamente rígido en su asiento cuando Nigel le puso la mano en el hombro y le pidió que le pasara la mostaza.

Podría no haber sido extraño y obvio, si Nigel no fuera un chico listo, quizá. Sólo quizá, si Nigel fuera un poquito menos listo y él fuera un poquito menos estúpido, pero lo suyo era la fuerza bruta no el cerebro, por eso Abigail era la mano derecha de la casa del árbol y no él; por eso Nigel era Número Uno.

Lo atrapó en la puerta de su habitación cuando se giraba para ponerse los auriculares. Lo acorraló y después preguntó porqués y por un momento sintió que había regresado a tener diez años, cuando hacía algo malo y Uno no tenía más remedio que golpearle la cabeza y regañarlo, y por un segundo de lucidez se preguntó si no fueron todos esos golpes los que no lo dejaban ahora hacer su tarea de física.

Lo sacude y lo amenaza y luego intenta preguntando por las buenas, pero Wally tiene los ojos cerrados con fuerza y los labios fruncidos y es sólo en medio del discurso del que no forma parte, cuando el otro chico empieza a hablar de todo lo que han pasado juntos para que ahora lo ignore sin decirle nada, y qué va a ser ahora, ¿no van a volver a hablarse nunca? Porque le recuerda que está viviendo en la casa del árbol que está sobre "su" casa, y remarca propiedad, y va a seguir hablando, con esa voz molesta de acento extraño, como si tuviera media lengua en Inglaterra, y se patea mentalmente por haber pensado en su lengua. Y entonces qué va a ser, como una bomba de tiempo, tres, dos, uno, Wally explota, le sujeta las solapas de su ridícula camisa roja y le grita que lo vio "¡Te vi! ¡Te vi besándolo!" y de verdad, de verdad que espera que sepa de quién está hablando, porque si le pregunta que a quién, a cuál de todos, Wally podría tener un infarto o soltarse a llorar de frustración.

Ahora es Nigel el que está intimidado, mitad porque Wally es obviamente más fuerte y sabe que no tendría oportunidad de ganarle al campeón de lucha de la escuela, mitad por saberse descubierto. Finge, porque siempre se le dio bien "¿De qué...?" "¡A Hoagie, maldita sea! ¡Te vi besando a Hoagie! ¡Jesucristo!" Nigel sabe que está jodido, porque Wally no maldice y dice Jesucristo al mismo tiempo jamás, su mamá lo mataría. Sabe que está jodido porque Wally lo vio besando a su mejor amigo. El mejor amigo de los dos. Y si no usara lentes oscuros, el rubio podría darse cuenta de todo ese pánico congelado en su mirada, así como él se da cuenta de ese remolino de confusión y tormento en esos inocentes ojos azules. "No le digas. Por favor no le digas", se le escapa antes de que pueda decir otra cosa, tartamudea un par de "yo" y "puedo explicarlo, sólo no le digas" antes de ponerle las manos en el pecho para hacer espacio y escaparse de la habitación, y a Wally le duele el escalofrío que lo recorre de pies a cabeza con el tacto vulnerable de esas manos, no sabe si porque ahora las ve de forma diferente o porque ha sido un toque tan débil que podría decir que a Nigel se le ha roto una mano.

Lo ve salir de la habitación, tropezando con sus propios pies, y se sostiene a la pared para dejar salir el aire que no sabía que había vuelto a contener después de gritarle como en susurros. Si no fuera muy de chicas, Wally podría pensar que se ha ido a llorar al baño, y se golpea la frente cuando recuerda que es el chico al que hace unos días vio besando a su mejor amigo, y hasta donde él sabía hacia unos días, besar chicos era cosa de chicas (mayormente), así que ya no sabe nada y se siente estúpido, porque creyó que ya era lo suficientemente bobo como para ahora darse cuenta que sabe menos de lo que creía que sabía.

Tal vez Nigel sí está llorando en el baño. ¿Qué va a hacer si Nigel está llorando en el baño? Nadie va a saber que está llorando en el baño porque estará encerrado; peor aún, es su culpa que Nigel esté llorando encerrado en el baño como una chica cuando le rompen su peluche favorito. ¿Qué debería hacer? Nigel está llorando y seguro que es su culpa, por supuesto, ¿quién en su sano juicio le reclama a alguien haber besado a alguien más después de que se tomó toda la molestia de esperar a que se quedara dormido para que no se diera cuenta?, será idiota, el idiota más grande el mundo, joder.

Y antes de darse cuenta ya dejó la habitación, se sabe el camino de memoria porque conoce mejor los pasillos de esa casa que los cumpleaños de los miembros de su familia. Nigel no está llorando en el baño, está sentado en un sillón, mirando al techo con el ceño fruncido y Wally piensa "típico, claro, ¿cómo pude pensar que estaría llorando en el baño?" y luego se asusta con el ruido de un enorme suspiro, "deja de espiar desde la puerta, si vas a entrar, entra" y Wally entra, porque darse la vuelta ahí no le parece que tenga mucho sentido, en realidad ni siquiera lo piensa, sólo entra a la habitación, arrastra una silla y se sienta frente a él con las piernas abiertas. No dice nada; Nigel vuelve a suspirar con fuerza y sin motivo le dice "lo siento", se pone de pie y le arroja una soda, y se siente bien que ahora ya no tenga que beberla a escondidas, pero le sigue pareciendo estúpido que alguna vez haya tenido que hacerlo. Está pensando en eso cuando Nigel le dice que no debió haberlo hecho, y piensa que habla de él, de haberlo visto, pero sabe que no cuando le dice que no debió haberlo besado, mucho menos si estaba dormido. Que no debió haberlo besado y punto, y se quita los lentes para sobarse el puente de la nariz como si estuviera cansado. Es mi amigo y no debí haberlo besado. "Y por qué lo hiciste", le dice, como si fuera la cosa más lógica para decir en ese momento.

—Porque él me gusta, Wally.

Y la realidad se desmorona sobre ellos como un balde de agua fría detrás de la puerta en el día de los inocentes.

A Nigel le gusta Hoagie, y ya no sabe desde cuándo. Seguro que desde que dio el estirón, seguro que fue entonces, maldita adolescencia complicada, pero Nigel se ríe y le dice que no, que está casi seguro que fue desde antes. Que está casi seguro que fue cuando Hoagie empezó a coquetearle a las chicas como si de verdad fuera un galán, que quizá Lizzy lo sepa mejor; Lizzy lo sabe, Lizzy era la única que lo sabía.

Wally se sienta en la orilla de la cama y Nigel suspira; ya sabe que el güero no se va a ir de ahí sin saber de qué va todo ese rollo, más que por entrometido por curioso, porque no le gustan las verdades a medias y si ya lo sabe, mejor saberlo entero, y así es más difícil meterse en problemas por cosas que medio pinta medio no. "Si la vas a cagar, cágala entera, sino mejor ni metas la pata", eso era lo que a veces se decía.

Se sienta en la orilla de la cama y, contrario a lo que esperaba dentro de sí, Nigel le cuenta toda la verdad, desde el día en que Lizzy le dijo que le gustaba hasta el momento en que se convirtieron en algo así como mejores amigos porque ella no quería rendirse y él no tenía nadie más con quien hablar.

No es que Wally no la conociera, pero la palabra "gay" seguía siendo alguna especie de tabú para él, y escucharla de labios de Nigel le ponía nervioso, le llenaba las manos de sudor y le hacía sentir extraño en el estómago, como si fuera a vomitar el desayuno.

Nigel le había dicho a Lizzy que no podía salir con ella porque él era gay. Que no importaba cuánto se esforzara, él no la iba a querer como ella esperaba, pero Lizzy no se rindió, Lizzy se quedó ahí porque Nigel se estaba ahogando con sus propias verdades que no decía a nadie más por puro orgullo; y tenían algo en común: los dos estaban enamorados de alguien que no iba a corresponderles.

—Por eso es que a veces ella es tan agresiva. Tiene no sé cuánto tiempo fingiendo que salimos para protegerme, o algo así quiere que crea.

Nigel frunce el ceño y Wally puede sentir la incomodidad entrando en sus pulmones a base de los suspiros que el otro chico suelta; se le revuelve dentro y decide mandar todo a la mierda, porque no es la clase de chico que está hecho para lidiar con pesadez ajena, mucho menos si pica son agujas de lástima. Wally no siente lástima, y si Nigel está esperando o pensando que lo que hay en el aire es lástima, entonces no es ni la mitad de listo de lo que el rubio creía. Wally no siente lástima, la lástima es para los estúpidos, y Wally podrá ser un poco idiota, pero está seguro de que no es estúpido, porque hay una diferencia.

Se pone de pie, se rasca la nuca, se estira y le dice que bien. "Bien", dice, "¿bien qué?"

—Bien, también yo puedo guardar el secreto, está bien. A mí qué carajo tendría que importarme que seas gay; pero eso sí, si esperas que Hoagie no se dé cuenta, entonces deberías dejar de hacer eso... —Se sonroja—. Porque no tiene nada de, ¿qué palabra de mierda era? Discreto, eso. No tiene nada de discreto. Y si no piensas ser discreto entonces deberías decírselo, no seas idiota.

—Sí, así como tú se los has dicho a Kuki. —Nigel se ríe y Wally lo manda a la mierda porque "sabes qué, jódete, voy a ir a decirle a todo el mundo que eres marica", pero Nigel le pega en el hombro y lo abraza, como cuando está feliz y se deja querer un poquito, deja de ser un parco de mierda que sigue órdenes y al que sólo le importan las misiones y que todo esté a la perfección. Es raro, porque no lo hace prácticamente nunca. Es un contacto raro porque, aunque no quiere creerlo porque sabe que no es lástima, hay algo diferente en el aire que los separa, como si Nigel hubiera derrumbado un muro y todo hubiera quedado lleno de humo, humo bueno, humo que huele a caramelos pero humo al fin y al cabo y que no te deja ver nada. De pronto parece incierto; se siente bien (extraño pero bien), se siente bien pero le pone nervioso porque no sabe si el piso de pronto se ha puesto blando y podría caerse si sigue avanzando.

—Bueno ya, no te pongas mariquita conmigo. —Nigel lo suelta, pero tras los lentes oscuros sigue sonriendo cuando le pone el gorro de la sudadera sobre la cabeza y lo echa de su cuarto.

A Wally no le gustan mucho las cosas nuevas. No porque le molesten o le asusten, sino simplemente porque siempre ha sido un poco lento para entender las cosas, entonces cuando cambian él tiene que volver a adaptarse y pasa un muy mal rato, es algo que le fastidia un poco. No se lo ha dicho a nadie, pero es una de las razones por las que no le dice nada a Kuki, le mortifica tener que adaptarse a algo diferente, le pone en un estado de letargo en el que no sabe qué hacer y se siente incómodo, y cuando está incómodo, se frustra. Y si se frustra durante demasiado tiempo, entonces terminará molesto y hará alguna estupidez.

Cuando la salvó del perdedor del castillo de arena en la playa nadie le creyó que lo había hecho porque le debía dinero, pero él lo creía, porque era más fácil que decir que lo hacía porque no iba a dejar que otro idiota la hiciera feliz con fantasías absurdas, si algún idiota tenía que hacerla feliz, ese era él. Pero no podía decir eso porque entonces ella hubiera querido que la llenara de fantasías felices y la verdad era que no tenía muchas para dar y le abrumaba pensar en cómo sería ella después de que él le dijera que era él quien quería hacerla feliz. Era mucho más fácil decir que le debía dinero y que no podía casarse en un castillo de arena con un príncipe ridículo porque sólo tenía diez años.

Las siguientes semanas, por alguna extraña razón, no las pasa ni abrumado ni fastidiado, ni mucho menos molesto. Lo que pasa las siguientes semanas es que Nigel está en alguna especie de nube de buen humor, y es un cambio, pero un cambio que trae arcoíris y sonrisas y buenas respuestas a bromas estúpidas y Wally está más confundido que abrumado, y ni siquiera confundido en el mal sentido, porque ver a alguien de buen humor siempre le relaja, como si antes de eso hubiera estado en un perpetuo estado defensivo y de pronto el humo de la pared que se cayó se disipara un poco y dejara ver algo bueno. No sabe qué es, pero brilla y le hace cosquillas, y lo confunde pero se siente bien.

Lo siguiente que sabe es que Nigel lo ha invitado a tomar un helado.

No en plan premiarlo por algo, como suele ser, sino en plan "hey, ¿quieres ir a tomar un helado conmigo...?" Y, hey, helado, claro que quiere.

Si fuera más listo se hubiera detenido a pensar en ese largo y estrangulado "conmigo".

No es más listo.