-Capitulo uno-

Hermione se encontraba dormida en el número 12 de Grimmauld Place, en la casa de Harry Potter donde vivían las dos nuevas familias: los Potter Weasley y los Weasley Granger. Ya los cuatro se habían casado, pero ninguno había tenido ningún hijo. Esa misma mañana Hermione se levantó más rápido que ninguno, se vistió muy deprisa y salió de la casa sin dejarle ninguna explicación a nadie.

La chica se había aparecido de repente en la mansión Malfoy, observaba la mansión con cierto temor, pero cuando vio a Malfoy salir de la puerta principal. Entre ellos se comenzaron a intercambiar pequeña sonrisas, pero sin ser demasiado atrevidos entre ellos. Cuando el joven Rubio llego hasta donde esperaba la castaña, ellos intercambiaron rápidamente palabras.

-Hola Malfoy- Dijo la chica con un tono de voz fuerte.

-Hermione Granger…- Dijo Malfoy sin su habitual tono de voz arrogante.

-Cumplí mi parte del trato, ahora te toca a ti - Dijo Hermione mientras se mostraba más tranquila y relajada.

-He hecho que nada pueda vincularnos, nadie sabrá sobre nosotros-Dijo Malfoy muy calmado e incluso orgulloso de lo que estaba contando- he quitado toda obstáculo que se nos pudiera presentar, tenemos el camino libre.

-Sí, es tiempo de actuar-Dijo Hermione mientras le dedicaba una gran sonrisa a el Rubio- has cambiado bastante, no he podido evitar darme cuenta. La forma tan leal con la que me ayudas, la forma en la que me tratas y la forma como te comportas.

-¿Qué insinúas?-Pregunto Malfoy quizás un poco más serio.

-Insinuó que cometí un error- Dijo Hermione mientras dejaba correr un par de lágrimas por su rostro- un error que estoy dispuesta arreglar, no puedo seguir fingiendo.

-Te casaste con Weasley-Dijo Malfoy sin hacer gesto alguno.

-Ya no siento nada por él, me siento atada y sin una vía de escape- Dijo Hermione mientras más lagrimas caían por su rostro- mi vida a su lado no fue lo esperaba…

-Dejemos este tema aun lado, mejor entremos- Dijo Malfoy tratando a toda costa evitar este tema de conversación- dentro estaremos mejor.

-Sí, será lo mejor - Dijo Hermione mientras limpia con la manga de su túnica negra las lágrimas de su cara- alguien podría avernos odio hablar.

Ambos entraron por la puerta de humo negra, caminaron sin decir ni una palabra. Cada uno iba pensando en algo, cada uno estaba sumergido en sus propios pensamientos pero cuando llegaron hasta la puerta de la casa, Hermione se puso delante de la puerta y pregunto:

-¿Has odio hablar de Romeo y Julieta?-Pregunto Hermione con una gran sonrisa.

-Para nada- Dijo Malfoy extrañado- creo que son magos.

-Para nada, son una pareja Muggle- Dijo Hermione mientras miraba a Draco con algo de vergüenza- eran amantes que no podía estar juntos, sus familias se odiaban mutuamente. Pero a pesar de todo hubo un momento, donde ellos dos se reunieron para ser felices, fue al morir cuando finalmente pudieron estar juntos.

Draco se quedó callado un momento, como si estuviera analizando información. Pero solo estaba pensando una excusa para evadir lo que estaba pasando, así pues cuando obtuvo la solución sonrió y tomo con ligereza la mano de la Castaña.

-Bastante interesante, la manera de amar de los Muggles- Dijo Malfoy tratando de hacerle creer a la muchacha que le interesaba su historia- pero debemos entrar, no es seguro hablar fuera, tu misma lo dijiste.

Entraron en la mansión, donde se encontraron con una sala cuadrada que daba inicio a unas escaleras frente a la puerta, en las escaleras había un elfo tieso como una estatua. Hermione se acordó de Dobby, al ver al elfo parado en la escalera esperando algún tipo de orden.

-Dile a madre que hay visita-Le ordeno Draco al elfo, quien desapareció en un instante.

-No pensé que tu madre estuviera aquí…-Dijo Hermione algo nerviosa.

-Es su casa, puede estar aquí siempre que quiera- Dijo Draco mostrándose algo respetuoso.

-Sí, es cierto, lo lamento- Dijo Hermione un poco avergonzada.

Luego de subir las escaleras, llegaron a un salón que Hermione recordaba muy bien y en ese momento un recuerdo le vino a la mente: «La castaña estaba tirada en el suelo, sobre ella estaba Bellatrix tratando de saber cómo habían obtenido la espada de Griffyndor y con una mano la bruja sostenía un puñal, con el cual escribía: "Sangre Sucia" en el brazo de Hermione" La Castaña no pudo evitar verse el brazo derecho, incluso se pasó la mano derecha por donde había quedado una pequeña marca de aquel día, entonces se dio cuenta de que Draco la observaba.

-¿No pudiste evitar recordar eso día?- Pregunto Draco con cierta seriedad.

-Las cosas siguen muy claras en mi cabeza…-Dijo Hermione mientras se desdibujaba su sonrisa- cada muerte y cada cosa que pasamos, no quiero olvidar.

-No debe de ser fácil- Fue lo único que el Rubio respondió.

-¿Bellatrix sigue viva?, nunca supe nada y no quise preguntar- Dijo Hermione siendo tan sincera como podía serlo.

-No tienes de que preocuparte, murió- Dijo Draco sin mostrar debilidad ante de la muerte de su familiar- ella al igual que mi padre merecían la muerte…

En ese preciso instante Narcissa irrumpió en la sala, Hermione fue la primera en verla y al hacerlo solo puedo quedarse tan inmóvil como una piedra. Draco se dio me día vuelta, este vio en el rostro de su madre el desprecio que sentía por Hermione, pero entonces Draco camino hasta a ella y la tomo de la mano. Pero su madre se soltó de inmediato, Hermione dio un paso atrás rápidamente, Draco se quedó donde esta y fue entonces cuando Narcissa hablo:

-Querido, ¿Tú trajiste a la Sangre sucia?- Pregunto Cissy con un tono elevado en su voz, como si quiera decirlo muy alto para que se escuchara mejor- ¿Vamos a matarla?

Hermione entro en pánico, metió la mano en su túnica y tomo su varita. No saco la mano ni soltó la varita, solo aguardo para ver como resultaban las cosas. Cissy saco su varita, Draco también saco la suya, aparentemente madre e hijo se iban a enfrentar.

-No pienso hacerte daño - Dijo Draco mirando a su madre apuntándolo con una varita.

-Yo si pienso hacerte daño- Dijo Cissy con cierta frialdad- me traicionaste a mí, traicionaste a tu padre y todos los que llevamos el apellido Malfoy. Debo arreglar esto, ahora.

Un hechizo salió de la varita de Cissy, pero Draco lo evito a toda costa. Luego muchos hechizos comenzaron a rebotar por todas partes, en pocos segundos tanto Draco como Narcissa estaban heridos por muchas partes, Hermione solo evitaba los hechizos y como podía intentaba ponerse a salvo. Pero harta de la batalla, saco su varita a toda prisa le lanzo varios a Cissy hasta que logro quitarle la varita.

-Se acabó, Señora Malfoy- Dijo Hermione con mucha rabia

-Si tu padre te viera, Draco- Dijo la señora Malfoy mientras lloraba- estaría tan avergonzado de ti, él te hubiera matado sin más. No soportaría tal vergüenza, él no te dejaría libre.

Hermione pensó que Cissy solo estaba usando un juego de palabras, para hacer que Draco se sintiera culpable. Pero entonces Draco contrataco con palabras hacia su madre, palabras que quizás le dolerían mucho más, que cualquier hechizo.

-Mi padre era un imbécil, se dejaba que otros lo controlaran y nunca lo quise, siempre lo odie- Grito Draco a su madre con todas sus fuerzas y con la frente en alto- Traicionaste a Voldemort pero parece que lo quieres de vuelta, finalmente te volviste como ellos y aunque no lo aceptes están mejor muertos.

-Nos vamos, Granger- Dijo Draco tomando de la mano a la Castaña.

Ambos caminaron hasta la puerta de humo negro, al llegar a ella ambos se miraron a los ojos. Entonces Hermione negó con la cabeza, Draco asintió era como si cada uno supiera lo que el otro iba a decir.

-No puedes venir conmigo-Dijo Hermione sintiéndose pésima-no podemos poner en riesgo nuestro plan, no ahora que todo va tan bien.

-Te comprendo completamente- Dijo Draco con toda la sinceridad posible- me iré a algún bar o dormiré en casa de algún conocido, no tienes de que preocuparte.

-¿Nos veremos mañana?- Pregunto Hermione con una sonrisa.

-Como quieras- Dijo Draco dibujando una sonrisa en sus labios-¡Adiós!

El Rubio desapareció tan rápido que a la Castaña no le dio tiempo de despedirse, la mujer desapareció sin más y apareció horas después en Número 12 de Grimmauld Place. Subió hasta la habitación que compartía con Ron, ella no podía mirarlo a la cara, no había hecho nada malo simplemente hace tiempo ya no sentía nada por él. Cuando entro en la habitación, Ron se levantó de la cama y salió corriendo hacia ella, pero ella puso sus manos en el pecho de este.

-¿No piensas saludar?- Pregunto Ron algo ofendido.

-Hola, Ron- Dijo Hermione con algo de tranquilidad la poca que le quedaba- ya está, ya te salude.

-Hermione, sé que nuestra relación no está pasando por la mejor etapa…- Dijo Ron casi a punto de llorar- pero te he amado siempre y te sigo amando.

-No sé si yo sienta lo mismo- Dijo Hermione saliendo de la habitación lo más rápido posible.

La muchacha camino por el pasillo hasta que se topó con Harry, este vio que Ron venia furioso detrás de Hermione entonces esta se dio media vuelta. Cuando se dio cuenta de que Ron estaba siguiéndola, ella se puso algo furiosa.

-No me sigas, te he dicho que tengo que pensar- Dijo Hermione mientras lloraba pero solo un poco- no sé si aún sienta algo por ti, antes parecías tan salido de un cuento y eso no es que estaba buscando, quiero algo más.

-No puedes acabar con nuestro matrimonio- Dijo Ron furioso mientras se metía sus manos en los bolsillos de su túnica- no puedo permitirte que te vallas, no después de todo lo que me costó conseguirte.

Ron tenía su varita en la mano, Ginny estaba detrás del pero segura no estaba dispuesta a hacer nada. Así que fue Harry quien actuó quien se puso delante de mí, intento quitarle la varita a Ron pero este no se dejó, así que Harry también saco su varita.

-Ron déjala ir, no hagas algo de lo que te vayas arrepentir- Dijo Harry mientras lo apuntaba con su varita- ella tiene derecho de salir y hacer lo que le parezca, si no quiere seguir a tu lado pues acéptalo.

-Ese es el problema, él no me quiere como una persona- Dijo Hermione entre lágrimas llorando sin parar- para el siempre he sido como un trofeo, el premio que siempre quiso y que en algún momento pensó que gano.

Ginny saco su varita, le hizo un hechizo a Ron por la espalda y este cayo inconsciente en el pasillo. Me sorprendí al ver que Ginny nos ayudó, antes de ayudar a su hermano pero luego sin pensarlo dos veces entre en la habitación tome un par de cosas las metí en una mochila y volví al pasillo.

-Harry, Ginny. Gracias por dejarme vivir aquí- Dijo Hermione con una pequeña sonrisa- pero no quiero darles problemas, así que debo irme. Muchas Gracias.

La muchacha desapareció tan rápido como pudo, había aparecido en un bosque el bosque en el que una vez estuvo con Harry ese día que le dijo que su varita estaba rota. Ella monto una pequeña tienda de acampar, puso un par de hechizos protectores por los alrededores y finalmente entro en la para acostarse a dormir. Estuvo casi una hora tirada en la cama con los ojos cerrados, pensado en Ron, pensando en las cosas que vivió con él durante los cinco años de su matrimonio. Hasta que finalmente se quedó profundamente dormida, en aquel lugar que por alguna razón la hacía tan feliz.