¡Bueno! Lo prometido es deuda… ¡aquí tienen el primer capítulo (que más bien es una introducción para entrar en materia) de mi nueva historia ! Espero que les guste y que me dejen muchos comentarios. Sepan que estoy escribiendo ya el cuarto capítulo de Amor Peligroso por lo que no hay que preocuparse por la velocidad de las actualizaciones (por el momento XD).

ADVERTENCIA: Esta historia es SLASH (relación entre dos hombres), si no te gusta este tipo de temas te invito amablemente a salir de aquí. Además, contendrá violación, violencia, y situaciones de angustia, pero no sufran: saben que no soy dada a los finales tristes .

Disclaimer: Los personajes son propiedad de J.K. Rowling. Escribo esto sin ánimo de lucro.

Resumen: Tras una pelea entre los dos mayores rivales de Hogwarts, Harry y Draco, ambos son castigados por Dumbledore en una habitación encerrados y sin varitas, con la finalidad de que arreglen sus diferencias. Pero Dumbledore sabe que Draco ha guardado un secreto sobre él mismo desde que entrara en Hogwarts en su primer año. Lo que ignora el viejo director, es que ese secreto puede poner en serio peligro a Harry, quien se ve de pronto sólo, con un Malfoy capaz de hacer cualquier cosa por conseguir lo que quiere y sin ninguna defensa. El moreno luchará con todas sus fuerzas para evitar sufrir la peor experiencia de su vida por culpa de Malfoy... La cuestión es… ¿Lo conseguirá?

AMOR PELIGROSO

Cap 1. Castigo

Un día. Tan solo un día faltaba para que llegara la noche más esperada por los alumnos de quinto, sexto y séptimo curso del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. La noche del treinta y uno de octubre, en otras palabras, la tan esperada noche de Halloween.

Desde que en el primer día de curso, Albus Dumbledore, el director de la escuela, había anunciado que en la noche de Halloween se celebraría el acostumbrado banquete en el que participarían todos los cursos y, a continuación, tendría lugar un baile de disfraces, en el que solo podrían participar de quinto curso en adelante, no se hablaba prácticamente de otra cosa.

El director había hecho hincapié en que, para poder asistir, era estrictamente obligatorio disfrazarse de algo, cosa que hacía aún más emocionante el baile, pues, así se pondría a prueba la originalidad de cada persona. Además de que, dentro de ese grupo de personas obligadas a disfrazarse, se encontraban también los profesores, algo que alegraba en sobremanera al alumnado.

0oººo0oº0ºo0ºo0ºo0oº0o0ººo0º0oºo0ºo0oº00oº0º0oºo0ºo0ºo0ºo0ºo0ºo0ºo0ºo0ºo0ºo0ºo0ºº

Harry acababa de terminar la última clase de ese día. Dos horas interminables metido en las mazmorras junto al profesor Snape y los insoportables Slytherins. ¡Por Merlín! ¡Cómo odiaba las clases de pociones! Si esa asignatura la impartiera otro profesor que no fuera Severus Snape, probablemente, se sentiría mucho más cómodo y las clases le gustarían infinitamente más. En fin, no podía hacer nada.

Al salir de la clase de Pociones, Harry se dirigió charlando efusivamente junto a sus dos mejores amigos, Ron y Hermione, hacia la sala común de Gryffindor. Ron tenía su brazo derecho colocado amistosamente alrededor de los hombros de Harry mientras hablaba sobre quidditch, cuando, a medio camino de su destino, en el pecho del pelirrojo impactó un hechizo tan potente que lo arrojó contra el suelo, tirando fuertemente de los hombros de Harry, quien por poco se cae también.

Hermione ayudó a Ron a ponerse en pie mientras que Harry levantaba su mirada y buscaba con ella al causante de la caída de su mejor amigo. Su búsqueda no duró mucho tiempo, de hecho, no duró ni un segundo. Allí, a unos pocos metros de distancia, frente a los Gryffindors, había un grupo de Slytherins partiéndose de risa.

El líder del grupo era, sin lugar a dudas, un rubio platinado, situado al centro de sus compañeros, que era el único de todos que no reía. Al contrario. En sus ojos grises parecía que se había formado una terrible tormenta.

Furia. Ese era el sentimiento que reflejaban esos ojos, algo que confundió a Harry ¿Por qué estaría tan cabreado el Slytherin? Lo normal en él era carcajearse cada vez que fastidiaba a cualquier miembro del "trío dorado", justo como estaban haciendo los dos armarios que tenía por "amigos" y el resto de compañeros de Slytherin que tenía a su alrededor. En su mano derecha, tenía su varita apuntando hacia el frente, indicando que la había usado hacía tan solo unos momentos.

Así que había sido él ¿Eh? Ese estúpido arrogante era el que se había atrevido a maldecir a su mejor amigo. Pues estaba muy equivocado si creía que Harry iba a pasarlo por alto (aunque, Harry sospechaba que, ni mucho menos, el rubio creía que el moreno iba a pasarlo por alto.).

- ¿Qué coño te pasa, Malfoy? – gritó Harry después de haberse acercado al rubio y haberle dado un fuerte empujón.

- ¡Tú a mí no me toques, Potter! – con una mirada de profundo asco devolvió el empujón al moreno. Pero éste fue dado con tanta intensidad que arrojó al desprevenido Gryffindor contra el suelo. Harry nunca se hubiera esperado que el bajito y flacucho (aunque arrebatadoramente atractivo) Slytherin tuviera tanta fuerza en los brazos.

Entonces, Harry intentó sacar su varita y hechizar a ese estúpido arrogante, pero el rubio, ya que tenía la varita fuera, se le adelantó y lo maldijo de manera que la cabeza del niño-que-vivió golpeara irremediablemente contra el suelo, haciéndolo gemir de dolor. Suerte que Harry ya no llevaba gafas gracias a una poción que había comprado en el verano (la cual, había sido extraordinariamente cara), porque si no hubiera sido así, probablemente, a esas alturas, se las habría roto.

Ron trató de acercarse al rubio y maldecir al que había hecho daño a su mejor amigo, pero Harry, habiendo captado sus intenciones, y viendo que Crabbe y Goyle se ponían delante del rubio haciendo crujir sus nudillos amenazadoramente hacia el pelirrojo, gritó a Ron que se detuviera, que eso era cosa de él y que no quería que el otro lo ayudara.

A regañadientes, el pelirrojo aceptó la petición de Harry y se fue nuevamente junto a Hermione mientras el moreno se levantaba de suelo, y esta vez, con la varita alzada firmemente en su mano derecha, apuntando directamente a los dos "armarios" que protegían a Malfoy.

.- ¿Qué pasa, Malfoy? ¿Me tienes miedo? ¿Por qué no eres tú el que da la cara? ¿Necesitas que sean tus niñeras las que te protejan?– habló el moreno con sorna, intentando acertar a dañar el orgullo del rubio Y lo consiguió.

Harry había supuesto, correctamente, que el Slytherin no querría quedar como un cobarde frente a la mitad de Hogwarts. Aunque, en cursos anteriores, ya había demostrado que la valentía no era precisamente su fuerte. Pero ahora era distinto porque ya contaba con dieciséis años de edad, es decir, casi era un adulto, y, además, tenía un apellido importante al que honrar (Aunque, por momentos, profundamente dañado desde que Harry había enviado a Lucius Malfoy a Azkaban).

A esas alturas, una gran piña de alumnos, provenientes de todas las casas, se agolpaba alrededor de la pelea, y a cada segundo que pasaba se iba incorporando otro alumno más a disfrutar de tan espléndido espectáculo.

- ¡Crabbe! ¡Goyle! ¡Quítense de en medio! Voy a darle una lección al estúpido San Potter cara-rajada.

- ¿Ah sí? ¿Tú una lección a mí? ¡JA! ¡Habrá que verlo! – contestó Harry orgullosamente.

Cuando los dos enormes Slytherins se colocaron detrás de Malfoy, Harry y Draco gritaron a la vez un potente Desmaius, que ambos afortunadamente consiguieron esquivar.

¡PLAF!

O, quizá, no tan afortunadamente.

Un grito ahogado por parte de los allí presentes y…

- Mierda – maldijeron los dos muchachos simultáneamente al percatarse de en quiénes habían golpeado sus hechizos.

Detrás de Draco, en el suelo, inconsciente y boca arriba, se encontraba la profesora McGonagall, la cual, se había intentado acercar para disuadir la pelea entre los dos mayores enemigos que habían pisado alguna vez Hogwarts, pero en el momento en el que Draco se había agachado esquivando el hechizo de Harry, éste había ido a parar sobre la mujer.

También, detrás de Harry, se encontraba desmayado sobre el piso, el profesor Snape, que había tenido la misma intención que McGonagall (claro que, incluyendo cincuenta puntos menos para Gryffindor).

.- ¿Qué ha pasado aquí? ¿Qué alboroto es este? – los dos chicos pegaron un salto cuando una anciana voz, terriblemente familiar, sonó muy cerca de ellos, intentando abrirse paso entre la multitud.

Los ojos azules, habitualmente risueños tras las gafas de media luna, se abrieron asombrados al comprobar el estado en el que se encontraban dos de los profesores de Hogwarts. Rápidamente, su vista cambió una y otra vez de la dirección del el-niño-que-vivió al joven Malfoy.

.- ¿Qué ha ocurrido aquí? – preguntó el hombre con la voz más potente y fría de lo que Harry recordaba haberla escuchado nunca.

.- Malfoy, como siempre, vino con intención de fastidiarnos - señaló a Hermione y Ron - y yo lo único que hice fue defenderme – contestó el moreno de carrerilla.

.- ¡¡No es verdad!! ¡¡Él empezó la pelea!! – mintió gritando Malfoy en protesta.

Hermione y Ron aseguraron que era Harry quien decía la verdad, pero era inútil, ya que, los colegas de Draco, también le daban la razón al rubio.

.- ¡¡Silencio!! – Gritó Dumbledore cuando el ruido de muchas voces a la vez intentando explicar lo que había sucedido fue insoportable – quiero saber exactamente – siguió hablando calmadamente – qué hechizos han alcanzado a ambos profesores y cómo ha ocurrido.

.- Desmaius – dijeron Harry y Draco al mismo tiempo. A continuación, Harry siguió explicando – nos agachamos tratando de esquivar las maldiciones, sin darnos cuenta de que los profesores estaban detrás de nosotros, y terminaron impactando sobre ellos, señor - terminó Harry, Draco simplemente asentía a todo lo que había dicho el moreno.

.- De acuerdo – habló finalmente Dumbledore tras unos minutos de silencio, soltando aire por la boca, intentando controlar su temperamento (y eso era algo de lo que asustarse, conociendo la paciencia que siempre había tenido Dumbledore) – estoy HARTO de estas peleas tan frecuentes entre ustedes dos, así que, he decidido bajarles veinte puntos a cada uno, y además, como castigo, no podrán asistir al baile…

.- ¡¡QUE!! – gritaron los dos muchachos horrorizados abriendo los ojos tanto que parecía que se les iban a salir de las órbitas.

.- ¡¡NO HE TERMINADO!! – Prosiguió Dumbledore, olvidándose de hablar calmadamente – además, tendrán que pasar desde hoy a las – miró su reloj – ocho de la noche encerrados en una habitación que yo elija. Pero no se crean que va a ser por separado, no… van a estar los dos JUNTOS y, por supuesto, sin varita- paró un momento para coger aire - por mí, como si primero se tienen que matar para llegar a arreglar sus diferencias, pero lo que yo no quiero es otra pelea de tal magnitud como la que han protagonizado hoy, que incluso ha llegado al punto de herir a dos de los profesores. Y den gracias a que no los expulse de Hogwarts de inmediato.

.- pero, pero… - intentó replicar Malfoy.

.- ¡¡SIN "PEROS" QUE VALGAN!! A no ser que deseen otros veinte puntos menos para sus respectivas casas y un viajecito de regreso a casa – y, entonces, sonrió sarcásticamente, algo que Harry jamás le había visto hacer, y dijo como si se tratara de los más normal del mundo - ¡Oh! Por cierto, la duración de su castigo es indefinida. Cuando yo considere que han decidido dejar de comportarse como animales y pasar a tratarse como personas civilizadas, les iré a buscar personalmente a la habitación.

.- ¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿QUE?????!!!!!!! – gritaron los dos jóvenes, incrédulos, de una forma en la que parecía que les hubieran dicho que tendrían que besar al profesor Snape… Mejor pensado, tal vez besar al profesor Snape sería incluso más agradable.

.- Lo que han oído – dijo Dumbledore tranquilamente de nuevo.

.- P- pero ¿Cómo sabrá usted cuándo deberá levantarnos el castigo? – preguntó Harry, casi llorando de la frustración.

.- Oh… no se preocupen… créanme…. Lo sabré – entonces, despertó a Snape y McGonagall con su varita y les dijo que lo acompañaran a su despacho para explicarles lo sucedido, y cuando ya había empezado a caminar junto a los dos confusos profesores, se dio la vuelta y añadió – a las ocho, frente a mi despacho, esta noche - y se fue, dejando a todos los alumnos de Hogwarts con la boca y los ojos completamente abiertos, sin poderse terminar de creer a lo que acababan de sentenciar a dos de sus compañeros.

0ºo0ºoo0º0ºoo0ºº0o0oºo0º0oo0ºo0ººo0ºo0ºo0º0oº0oº0oº0o0oº0oºo0ºo0ºo0º0oº0o0oº0oºo

FIN DEL CAPÍTULO

Bueno… sólo me queda esperar que les haya gustado esta pequeña introducción y, por supuesto, si es así, tengan la amabilidad de dejarme algún review… no me importa si tan solo escribe una palabra en él … lo importante es saber si lo han leído.

Un besote manolote

OlgaxTomFelton1