Hola, es un placer escribir nuevamente para ustedes, este es un fic creado en momentos alegres y de desocupe por el grupo de las mejores amigas: LAS 5
Alejandra
Ányela
Mariana
Valeria
Melissa (yo)
Mis lágrimas se confundían con las del cielo, pero mi dolor y desesperación eran tan grandes que ni siquiera me daba cuenta de aquello, no me importaba que estuviera totalmente cubierta por un manto de agua, no importaba que estuviera totalmente perdida, no importaba nada, de lo único de lo que estaba enterada era que estaba destrozada y que ya no había ningún tipo de cura para mi inminente sufrimiento…
Tiempo antes…
Parecía que todo era perfecto, un nuevo día, un nuevo comienzo, una nueva oportunidad para mejorar, y sabia que ese era mi día, un nuevo punto de partida en el instituto y también el comienzo de una nueva etapa en mi vida… por fin después de muchos años esperando a que él tenga la iniciativa, le iba a confesar todos mis sentimientos al amor de mi vida… Kouga.
Ya iba un poco tarde así que empecé a correr, y por ahí a unos 10 metros de la escuela pude divisar a mi mejor amiga, que para quienes no la conocen, su nombre es Sango, una de las chicas más agresivas y lindas de la escuela
—¡hola, ¿Cómo estás?—grité aún estando tan separadas
Seguí corriendo hasta llegar a su lado e intentar calmar mi respiración
—Hola— empezó ella con una agradable sonrisa para después golpearme fuertemente en la cabeza mostrando una extraña mueca entre enojada y divertida
—¡estás loca!— empecé a gritar con unas diminutas lagrimas en mis ojos mientras sostenía fuertemente la parte golpeada de mi cabeza
—¡kagome eres una idiota!—gritó a los cuatro vientos levantando su mano para darme otro calvazo que yo obviamente predije y esquive ágilmente, soy bastante buena en deportes, pero lastimosamente Sango también.
Ella al verme esquivar su golpe, me sonrió aceptando el ¨reto¨, yo inmediatamente me di cuenta que no íbamos por un buen camino y empecé a correr a mi máxima velocidad, logre oír una fuerte carcajada, y al voltear pude ver como Sango empezaba a correr detrás de mí, estaba perdida, pero la esperanza es lo último que se pierde, seguí corriendo y veía como todos los estudiantes nuevos me veían con extrañeza, al menos los antiguos ya estaban familiarizados con estas situaciones, y sé que pronto los nuevos también, me distraje un segundo, y al mirar a sango ella ya estaba casi tocando mis talones, intente sacar más fuerza de mi pero había llegado cansada de mi corrida a la escuela y esta es por decirlo así, la energía de repuesto que me quedaba, estaba al limite así que gire un poco para ver a Sango, pero no, no vi nada mas, de hecho ya no tengo algún otro recuerdo de ese momento…
Unas dos horas después desperté, estaba en la enfermería de la escuela, como no asimilaba las cosas, y vi que Doris, la enfermera estaba organizando las otras camillas aproveche para preguntarle tranquilamente que me había sucedido
—¡¿QUÉ DIABLOS PASÓ?—le grité
—¿¡DONDE ESTA ESA ESTUPIDA!—continué gritando mucho mas fuerte mientras buscaba con la mirada a Sango
Doris, me sonrió y me golpeó fuertemente en la cabeza, ya van dos veces en un día, que agradable bienvenida
—Kagome, pensé que este año ibas a cambiar, creí que ibas a ser mas delicada, apenas es el primer día instituto y ya estás aquí—gritó para luego recuperar la compostura — por favor te lo ruego, no me des tanto trabajo como el año pasado—suplicó la pobre mujer
Yo apenas estaba recuperándome del fuerte golpe de esa mujer, pero cuando me di cuenta de lo que me estaba hablando, reaccione y salí corriendo sin despedirme para ver en que salón iba a quedar este año, ya había perdido las 2 primeras horas, y no podía permitirme perder más.
Encontré las listas de las clases y busque mi nombre, estaba con Sango, una noticia más o menos buena, pero… pero no encontraba a Kouga, no estaba en ninguna de las listas, pero le reste importancia, tal vez fue un error de impresión y me dirigí a mi salón, toqué la puerta y me abrió un estudiante nuevo, un joven muy atractivo con cabello cobrizo y ojos azules
—Hola hermosura, ¿eres nueva?— empezó a decir y yo a sentir como mi desayuno quería volver a la vida, lo ignore olímpicamente y lo empujé para que me diera paso, pues tenía que entrar al salón
Seguí mi camino y oí como ese estúpido maldecía a mis espaldas, busque a Sango y cuando la encontré vi que estaba al lado de un puesto totalmente vacío, al menos me guardo lugar, pero eso no perdona que me haya tacleado como si estuviéramos jugando futbol americano.
Me dirigí a la silla vacía mientras intentaba no mirarla, pero me fue inevitable y cuando la mire ella mostraba una sonrisa de oreja a oreja, yo sentí como las carcajadas amenazaban con salir, pero mi fuerza de voluntad me hizo mantener la compostura, pero después imagine como me había tacleado y ahí la bendita carcajada salió para mi disgusto, menos mal el profesor no había llegado porque estábamos en cambio de hora, porque sino ya estaríamos en la oficina del director por todo el ruido que hacíamos de la risa
—¡Eres una estúpida!— empecé a decir mientras me sentaba en mi nuevo lugar
—pero no tanto como tu—continuo ella aun en las carcajadas, pero luego puso un rostro totalmente serio, mostrándome que tal vez había una mala noticia
—¿Qué sucede Sango?—pregunte preocupada
—Kagome ¿Dónde está Kouga?—respondió ella con otra pregunta
Yo reaccioné y empecé a buscar con la mirada por todo el salón, vi muchas caras nuevas, pero ninguna era la de él
—Kagome, él se fue, se fue de intercambio—continuo Sango mostrando su lástima
Yo hice silencio mientras trataba de comprender la situación, pero luego otro gran distractor entró por la puerta
—muy buenos días jóvenes, soy su nuevo profesor— dijo mi nuevo tormento en la puerta…
Calvazo: fuerte golpe en la cabeza, casi siempre causado porque alguien dijo o hizo alguna tontería y alguna otra persona de confianza le está enseñando una lección, un calvazo
