Disclaimer: Naruto le pertenece a Masashi Kishimoto. La idea del fic me pertenece y bueno, estoy en contra del plagio.
Pareja: ItaHina
Advertencia: UA
Notas iniciales: Hola! Este fic participa del topic 'Escuela Shinobi: creación de fics del foro de La Aldea Oculta entre Las Hojas, el cual fue creado para cumplir la petición de Blacklady Hyuuga. En las notas finales pondré el pedido que ella hizo, para que la gente que no quiera saberlo, no se spolee.
Disfruten la lectura.
~~~ Aoi ~~~
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Capítulo 1. Hospitales
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El carro avanzaba por las calles de la ciudad de Kohona. Las tres personas que viajaban en aquel automóvil iban en un lúgubre silencio opacado a momentos por los débiles sollozos del pequeño rubio que viajaba en la parte trasera.
— Vamos, Bolt… tranquilo, estoy segura de que todo estará bien — Una bella pelirrosada le dijo desde el asiento del copiloto.
La noche anterior, Sakura recibió una llamada por parte de lHinata, donde le había pedido que cuidara de Bolt esa noche, pues Himawari no se había sentido bien y la había llevado al hospital de urgencias. Sakura aceptó de inmediato y le dijo que no se preocupara por el pequeño rubio, así que llamó a su esposo Sasuke para decirle que cuando terminara su entrenamiento con Bolt, lo llevara a casa con ellos.
En esos momentos llevaban al pequeño rubio de regreso a su casa, pues más temprano habían dado de alta a la niña y ambas ya estaban en su hogar.
— Tsk, no deberías llorar, debes ser fuerte para proteger a tu madre y a tu hermana — Dijo Sasuke mientras maniobraba para estacionarse frente al edificio donde vivía la familia de su difunto amigo.
— Lo sé, Sasuke-sensei — Respondió el niño, pero es que no quería que nada malo le pasara a su hermana.
— Llegamos — Exclamó Sakura mientras abría la puerta del automóvil. Bolt se apresuró a quitarse el cinturón de seguridad y corrió para llegar a la puerta de su casa.
— Muchas gracias por cuidar de Bolt anoche — Hinata les hizo una pequeña reverencia cuando los tres entraron a la casa.
— ¿Cómo está Hima? — Preguntó Bolt un poco ansioso.
— Esta mejor, ahora duerme en su cama — Respondió Hinata con una pequeña sonrisa.
— Ve a verla — Le sugirió Sakura, a lo que el niño asintió y se dio prisa en subir por las escaleras.
Una vez que desapareció la mirada tranquilizadora de Sakura se esfumó y dio paso a una expresión seria.
— ¿Qué sucedió esta vez? — Preguntó la pelirrosa mientras se sentaba en el sofá junto a su esposo.
Hinata se sentó en el sofá frente a ellos y entonces pudieron notar las dos ojeras que adornaban sus ojos.
— Cuando volvíamos del supermercado se desmayó — Dijo mientras estrujaba sus manos. — Por suerte iba llegando Lee, el vecino de al lado y nos pudo llevar de inmediato al hospital.
— ¿Qué dijeron los doctores? — Preguntó Sasuke.
— Tiene bajos niveles de hemoglobina, eso la hace estar cansada todo el tiempo. Tiene mareos y poca energía… — La pálida piel de la peliazul perdió el poco color que tenía — Aún falta hacer más estudios, pero los doctores creen que podría tener una falla cardíaca, o leucemia…
Los tres adultos guardaron silencio.
Sasuke apretó los puños. Cuando murió Naruto, hace seis años, se juró velar por la familia de su mejor amigo, pero esta situación lo estaba poniendo a prueba. Sabía de los problemas económicos que tenía Hinata, pues en el accidente donde murió el rubio, bolt y ella salieron lastimados y su pequeña fortuna se fue en los gastos médicos. Ahora ella trabajaba como profesora en la universidad de Konoha, pero no tenía un gran salario. Si ahora debía lidiar con una enfermedad como la leucemia, iban a estar en serios problemas.
— Dame el recibo del hospital — Ordenó Sasuke, a pesar de sus buenas intenciones, no podía evitar ser un poco grosero.
— No es necesario, Sasuke-san, pero se lo agradezco mucho. — Respondió amablemente. — Han sido de gran ayuda al cuidar a Bolt.
— Tsk — Sasuke se molestó un poco, pero sabía que esa chica era muy orgullosa, no iba a aceptar fácilmente su ayuda. Miró a Sakura para saber qué decir.
— Hinata-chan, en ese caso déjanos pagar los estudios, Himawari es nuestra querida sobrina y queremos apoyarte en estos momentos. — Sakura se levantó y se sentó al lado de la peliazul. — Queremos ayudar a la familia de nuestro mejor amigo… ¿Qué dices? — La tomó de las manos.
Hinata se mordió el labio. Por supuesto que necesitaba ayuda, pero no quería causarles más molestias, Sasuke había acogido a Bolt como su alumno de artes marciales, sin cobrarle ni un yen a pesar de ser el actual campeón de artes marciales en Japón. Sakura también la ayudaba, pues cuando tenía tiempo libre de su trabajo, solía llevar a pasear a los niños, lo cual ella no podía hacer porque a veces debía tomar trabajos de medio tiempo para conseguir un poco de dinero extra. Sin olvidar que, en todas las fechas especiales como sus cumpleaños, Navidad, Acción de gracias, reyes y en vacaciones de verano llenaban a los niños de regalos como ropa y juguetes que ella no podría darles.
Hinata negó con la cabeza.
— No puedo, no es justo poner sobre ustedes una carga que no les corresponde. — Sus ojos se humedecieron. — Ya hacen mucho por nosotros.
— Naruto me golpearía si supiera que estaba en mis manos ayudar a sus hijos y no lo hice. — Sasuke respondió y sacó su billetera. — Sakura y yo estaremos fuera de la ciudad un tiempo considerable, ya que iremos a Pekin al torneo internacional de artes marciales. Así que toma este dinero para que nos vayamos tranquilos.
El recuerdo de Naruto entristeció a la mujer, quien de nuevo declinó lo más sutilmente la ayuda.
Sakura entendía el dilema de Hinata pero también quería ayudarla, de la manera que fuera posible… Entonces una idea llegó a su mente.
— Ya sé, Sasuke-kun, ¿Podríamos hablar un segundo?
Entonces Hinata se excusó diciendo que iría a ver a los niños para darles un poco de privacidad.
— Se me ocurrió algo — Sasuke alzó una ceja para darle a entender que tenía su atención. — Podrías pedirle a Itachi que atienda a Hima-chan, de esa manera podemos pagarle directamente a él. Además, sabes que es un buen médico.
— No. — Dijo cortantemente. Sakura ya esperaba algo así. — No pienso pedirle nada a él.
— No es momento de ser orgulloso, Sasuke. Hazlo por Naruto.
— Tu sabes perfectamente que él y yo terminamos con cualquier clase de relación, no pienso que eso cambie ahora…
— Sasuke, sé lo que pasó, pero ya pasaron muchos años, sólo piénsalo por un momento…
— No y punto. — Concluyó el moreno y la chica se desanimó, pero decidió jugar una última carta.
— Está bien, entonces ya vámonos — Se puso de pie. — Pero primero vamos a despedirnos de los chicos.
Sasuke asintió con el ceño aún fruncido.
Pedirle un favor a Itachi… nada en el mundo lo valía, pensó mientras subían las escaleras.
Pronto entraron a la habitación y se encontraron con una escena muy conmovedora. Himawari estaba acostada en la cama, mirando el techo mientras Boruto le acariciaba el cabello y le decía que todo estaría bien. Hinata estaba sentada en la silla mecedora observando con tristeza a la niña y con la mente perdida, al punto de que no los oyó entrar a la habitación.
Sakura carraspeó.
— Sakura-oba-san, Sasuke-oji-san — Murmuró la pequeña mientras se sentaba en la cama.
— Hola Hima-chan, venimos a verte ¿Cómo te sientes?
— Mucho mejor, mamá prometió que me dejaría ayudarla a preparar ramen para la cena — Respondió la niña muy contenta.
— ¡Sí! El ramen es lo mejor del mundo — Aclamó Bolt y el matrimonio Uchiha vio por un segundo el espíritu de Naruto acompañando a los niños. — Vamos Hima — El niño ayudó a su hermana a ponerse de pie.
Hinata sonrió, quizás vio lo mismo que sus visitantes.
Himawari comenzó a caminar, pero cuando estaba cerca de llegar a sus queridos tíos, tropezó y estuvo a punto de caer si no fuera por los buenos reflejos de Sasuke quien la sostuvo a tiempo.
— Gomenasai, soy un poco torpe — Murmuró la niña un poco avergonzada, pero el rostro de Hinata volvió a descomponerse, los médicos le habían dicho que la falta de coordinación era un síntoma de la leucemia.
— No te preocupes, te llevaré cargando — Le dijo Sasuke y la llevó en brazos hasta la cocina. Ahí la sentó en una siila. — Ya nos vamos, pórtate bien — Le dijo.
— Hai oji-san — Y le dio un abrazo., fue entonces, al separarse, que pudo observar los moretones que le quedaron a la niña por los sueros y medicamentos intravenosos que le suministraron en el hospital y aquello le dolió. Recordó a Naruto llegar corriendo a su casa y gritarle desde afuera "Voy a ser papá de una niña". Vio a Himawari y suspiró.
Pronto llegaron las dos mujeres a la cocina y justo cuando Sakura abrazaba a Hinata para despedirse e indicarle la fecha de su regreso, Sasuke habló.
— Hinata — La aludida volteó y vio al Uchiha sacar un bolígrafo y empezar a escribir en una servilleta. — Toma este número, es de mi hermano, es médico y sin duda podrá ayudar a Himawari — Le extendió el teléfono a la mujer.
— Es de los mejores de Konoha, y no cobra mucho — Le dijo Sakura con una gran sonrisa.
— Gracias, Sasuke-san — Dijo Hinata tomando la servilleta.
— Promete que irás con él. — Dijo Sakura tomándola de las manos — Nunca está de más una segunda opinión.
Hinata lo pensó, aquello era cierto.
— Hai, sería bueno consultar a otro médico — Y les sonrió.
— Genial, entonces nos iremos tranquilos a Pekin. — Sasuke se despidió de Hinata y salió de la cocina en busca a Bolt para despedirse.
— También cuídate tú Hinata — Sakura le dio un último abrazo. — Esos dos estarán bien si tú lo estás.
— Hai, muchas gracias por todo — Hinata acarició el cabello de Himawari.
— Te traeremos muchos regalos de China.
— Muchas gracias oba-san.
— Listo — Dijo Sasuke mientras se dirigía hasta la puerta.
— Nos vemos — Se despidió Sakura y ambos marcharon.
Pronto llegó Bolt a la cocina y juntos comenzaron a cocinar.
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Unos días después Hinata dejó a Bolt en la escuela y pidió un permiso para faltar para Himawari, pues ese día tenían cita con el doctor Itachi Uchiha en el hospital central de Konoha.
— Mamá — Decía Himawari mientras viajaban en tren de camino al hospital. Habían tenido que vender el auto para pagar la escuela de los niños. — Chou Chou-chan me dijo que, si besas un sapo, este se convierte en un príncipe azul, ¿Es cierto?
— Bueno, los príncipes pueden estar en cualquier parte, aunque dudo que sea muy agradable besar a un sapo. — Hinata miró por la ventana.
— Si… — Se quedaron un momento en silencio. — Mamá, ¿Papá era un príncipe?
Hinata sonrió.
— Tu padre era el príncipe más guapo y amable del mundo.
— ¿Y de qué color era?
— Mmm… Naranja, era un príncipe naranja — Hinata le sonrió. — Bajamos en la siguiente estación.
— Yo quisiera encontrar un príncipe azul. — Declaró la niña con mucha inocencia.
— ¿Y qué harías si tuvieras un príncipe azul? — Preguntó su madre muy divertida de las ocurrencias de su hija.
— Bueno, iríamos a comer helado, jugaríamos en el parque… — Mientras salían de la estación del tren, Himawari comenzó a ver varias familias caminar tomadas de la mano. — Me subiría en su espala y le pediría que me llevara a la escuela.
— Pero yo te llevo a la escuela — Hinata la miró un poco sorprendida.
La niña se sonrojó.
— Es que mamá se ve muy cansada en las mañanas, me gustaría que tuvieras más tiempo para estar en cama.
Hinata besó a la niña en la cabeza.
— Mamá no está cansada, en realidad me gusta mucho llevarlos a la escuela y recogerlos.
Himawari asintió, pero insistió.
— Aun así, haríamos muchas cosas juntos — Alzó sus manitas.
— Ya casi llegamos — Anunció la mujer, mientras continuaban caminando.
— ¿A dónde vamos?
Cierto, Hinata olvidó contarle a la pequeña que tenía cita con un nuevo doctor.
— Vamos a conocer a un nuevo doctor. — Hinata notó que el rostro de su pequeña se ponía azul.
— No me gustan los hospitales, duelen mucho — Sobó sus brazos, aún recordaba los piquetes que le hicieron la semana pasada.
— Lo sé, pero debemos hacerlo para que tengas más energías.
— No me gustan los hospitales — Volvió a decir cuando dieron la vuelta en la esquina y el gran edificio blanco se mostró frente a ellas. — No quiero ir, mamá. — Se detuvo.
Himawari solía ser muy obediente y aunque Hinata comprendía su miedo, era necesario que se atendiera. Ya tenían los estudios de sangre y más, pero ahora era necesario que un médico la diagnosticara.
Se agachó para quedar a su altura y le acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja.
— ¿Recuerdas que te dije que hay príncipes azules en todos lados? — La pequeña asintió. — ¿Por qué no empiezas buscando en el hospital? Una nunca sabe, yo encontré a tu padre en el supermercado. Hanabi-oji encontró a Konohamaru-kun en la estación de policía. Sakura-san conoció a Sasuke-san en un parque.
Himawari negó.
— Tengo miedo, los hospitales duelen.
— Estaré a tu lado en cada momento. No te preocupes. — Y le sonrió a su hija.
No muy convencida, Himawari asintió y juntas caminaron de la mano hasta llegar al hospital.
Mientras tanto en el hospital Itachi Uchiha se encontraba saliendo de consulta.
— Tiene una cita en media hora — Le informó su secretaria.
— Gracias, iré por un café y regresaré a tiempo. — Indicó mientras salía de su consultorio.
Si era honesto, se encontraba un poco intrigado por lo que sucedería pronto. No era normal que luego de diez años, su hermano pequeño, quien le dijo que no quería volver a saber nada más de él, le llamara pidiendo un favor.
Itachi, necesito que atiendas a la hija de Naruto, pero no les cobres, dame a mí las facturas, yo me haré cargo del costo, habían sido las palabras de su ototo. Se sintió tentado a preguntar por qué, pero prefirió no desperdiciar aquella oportunidad y le dijo que sí, pero que solo le entregaría las facturas en persona. Sasuke maldijo, pero aceptó, aquello hacía todo el asunto más raro.
— Pero es una buena oportunidad para volver a ver a Sasuke — Se dijo así mismo de buen humor.
Aún recordaba al rubio andar de un lado a otro gritando que Sasuke era su mejor amigo, le alegraba que Sasuke se preocupara por la hija de su amigo, aquello le decía que su amargado hermano tenía personas valiosas por las que se preocupaba. Debía darle las gracias a Naruto por todo lo que había hecho por Sasuke cuando lo viera. Lo último que supo de él era que se había casado y que esperaban un niño, aquello fue hace cosa de 10 años, en la época en que su hermano se marchó de su vida después de aquel incidente.
Mientras bebía en la cafetería su amarga bebida, vio entrar a una hermosa mujer de largo cabello azul, pero no pudo contemplarla mucho tiempo porque una chica se atravesó.
— Buenos días Uchiha-sensei, — Era la pasante de medicina que lo había asistido ayer en una operación. — Me preguntaba si usted quisiera salir a cenar esta noche…
Itachi suspiró. Realmente odiaba lastimar a las chicas, pero sabía que era mejor cortarles las alas antes de que se ilusionaran más.
— Lo siento Yamada-san, me temo que a mi novia no le gustaría que aceptara — Dijo lo más educadamente posible. Era mentira que tuviera novia, pero quizás así el personal femenino lo dejaría en paz por un rato.
— Hai, lo lamento Uchiha-sensei. — Y se marchó triste.
Itachi miró su reloj y se apuró a beber su café. Buscó con la mirada a la bella mujer, pero no la encontró por ningún lado. Pronto emprendió el camino de regreso a su consultorio y descubriría que había detrás de la petición de su hermano, debía ser algo grave para que acudiera a él.
Una vez llegó a su consultorio, se sentó a esperar mientras observaba el cielo a través de su ventana. Unos golpes lo devolvieron a la realidad.
— Sensei, su cita de las diez está aquí.
— Hágalos pasar, por favor.
Su asistente asintió y unos momentos después la puerta de abrió dejando pasar primero a una pequeña niña de cabello azul y tras de ella la mujer de largo cabello que vio en la cafetería.
— Buenos días, soy Hinata Hyuuga y ella es Himawari Uzumaki — Habló la mujer.
— Pasen y tomen asiento… yo soy Itachi Uchiha…
La niña abrió grandes los ojos.
— ¿Es hermano de Sasuke-oji? — Preguntó pues la curiosidad pudo más al miedo que le infundían los médicos. Ese hombre de largo cabello negro y sujeto en una coleta se parecía mucho a su tío favorito.
— Así es, tú debes ser hija de Naruto-kun — Le sonrió.
Los ojos de la niña se iluminaron.
— ¿Usted conoció a mi papá?
— Así es, desde que era pequeño visitaba seguido la casa al ser amigo de Sasuke. En realidad, hace muchos años que no lo veo, esperaba verlo hoy, pero por favor dele mis saludos. — Se dirigió a Hinata quien desvió la mirada.
— En realidad Naruto falleció hace unos años, poco después de que naciera Himawari — Respondió la mujer como si se tratara de un mantra. La gente a veces se mostraba escéptica de conocer a una mujer joven viuda, pues Hinata a sus 32 años se veía joven y mantenía una figura envidiable.
Itachi sintió un golpe en el pecho. Debió ser un golpe duro para Sasuke perder a su mejor amigo… pero no solo para él, frente suyo tenía a una ojerosa mujer y una niña más pálida de lo normal.
— No lo sabía… lo lamento.
El pesado ambiente fue interrumpido por la inocencia de la pequeña.
— No importa, papá está en el cielo y nos cuida desde ahí.
— Eso es cierto — Asintió Itachi — ¿En qué puedo ayudarlas?
— Himawari ha estado sintiéndose mal, cansancio extremo, a veces le cuesta trabajo mantener el equilibrio, se ve más pálida que antes y cuando corre tiene problemas para respirar. Aquí tengo los estudios que su anterior médico le mandó — Le entregó el sobre con los papeles. Itachi los tomó.
— ¿Hay enfermedades en su familia?
— Sí, mi madre sufría de arritmias cardíacas y mi padre hipertensión. No sé sobre los padres de Naruto y él, bueno, no tenía ninguna enfermedad crónica. Yo tampoco.
— Entiendo… — Comenzó a leer los análisis. Después de revisarlos por un rato, Itachi las volvió a mirar. Himawari bostezaba, mientras notó que Hinata comenzó a cabecear un poco.
— Bien, creo que tengo una idea de lo que podría tener Himawari, pero antes de asegurar algo, me gustaría hacerle un par de pruebas más.
Hinata abrió los ojos y asintió.
— Debemos tomarle una muestra de líquido óseo — La mujer sintió que un escalofrío la recorría, sabía que eso era para afirmar o descartar la leucemia. — Y un ultrasonido para ver cómo está su estómago.
— ¿Me va a doler? — Preguntó la niña mientras se abrazaba a sí misma.
— El ultrasonido implica ponerte un poco de gel frío en el estómago — La niña suspiró. — Pero en el otro estudio debo hacerte un pequeño piquete en la espalda. — Himawari abrió los ojos asustada.
— ¿Duele mucho?
— Un poco, pero te prometo que tendré mucho cuidado. — Y le sonrió, cosa que reconfortó a su hija, lo notó al ver que destensaba el agarre de su ropa y sonreía.
Para ella era raro ver que su pequeña hija simpatizara en tan poco tiempo con un desconocido. Himawari había heredado su naturaleza tímida y retraída, así que verla sonreír con Itachi fue algo fuera de lo común.
— Entonces hoy podemos hacer el ultrasonido y puedo programar la toma de la muestra para el fin de semana —
Hinata miró a su hija y asintió. Sonaba a mucho dinero, pero si la salud de su hija lo necesitaba, lo haría.
— Se lo agradezco mucho, Uchiha-san — Hinata hizo una inclinación de cabeza.
Itachi llamó por intercomunicador a una enfermera.
— ¿Podría llevar a preparar a la pequeña Himawari para un ultrasonido?, iremos en unos minutos — Indicó Itachi.
— Hai — Respondió la mujer, tomó a la niña de la mano y salieron del consultorio.
— Bueno, ahora es su turno — Dijo Itachi y la peliazul parpadeó confundida.
— ¿Perdón? Creo que no entendí…
— Tu cabello está opaco y no tienes más color en tu rostro que tu hija. A primera vista debo decir que tienes una insuficiencia de Hierro, debes comer mejor y añadir un poco más de carne a tu dieta. — Un ligero sonrojo apareció en las mejillas de ella. — Te recetaré vitaminas y un poco de antibiótico para tu gripe.
Ella abrió los ojos sorprendida.
— ¿Cómo lo sabe? — Desde hace un par de día comenzaba a tener una ligera molestia en la garganta, pues a veces olvidaba bien abrigarse en las mañanas.
— Tienes un poco irritada la nariz y los ojos lagrimosos, era una posibilidad — Se alzó de hombros.
— Ahora entiendo por qué Sasuke-san nos recomendó venir con usted, es muy bueno — Y le sonrió. Ese gesto dejó perplejo a Itachi. Aquella mujer de ropa de segunda mano, nariz roja y nada de maquillaje lo desarmó con una simple sonrisa.
Él carraspeó y desvió la mirada.
— Sería bueno que fuéramos con Himawari-chan — Pero antes de que se pudiera poner de pie, la chica lo llamó.
— Etto... disculpe, ¿Cuanto va a ser de los estudios?
Itachi lo meditó un momento.
— Me temo que no será nada, ustedes son amigos de mi hermano — Itachi se daba una idea de por qué Sasuke le pidió las facturas.
La mujer se sonrojó.
— Insisto, no quisiera un trato diferente, estoy muy agradecida de que se encargue de mi hija...
— Seré honesto, la verdad es que el estudio de médula ósea es un poco caro, pero en el hospital hay un programa que se encarga de costear los estudios realizados a niños menores de 10 años, así que pensé en inscribir ahí a Himawari-chan.
Hinata sonrió.
— Es muy amable de su parte, sensei.
— Aunque si insistes, podría invitarlas a comer saliendo — Dijo antes de poder pensar en lo que estaba haciendo. Itachi Uchiha pocas veces en su vida había tenido que invitar a una mujer a salir, generalmente ellas siempre tomaban la incitativa y él solo decidía si le interesaba la mujer en cuestión o no, pero ahora se sentía tonto de estar invitando a comer a la que fuera esposa del mejor amigo de su hermano menor.
— Lo siento, saliendo de aquí debemos ir por Bolt a la escuela y de ahí tengo que ir al trabajo. — Respondió ella con un ligero sonrojo, al parecer su invitación la había tomado por sorpresa.
— No hay problema, será otro día... — Se puso de pie — ¿Vamos con Himawari-chan?
— Si...
Y salieron del consultorio.
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El cielo se pintaba de naranja e Itachi se disponía a salir del hospital. Seguía sin poder sacarse de la cabeza a la mujer de largo cabello oscuro que había conocido más temprano. Recordaba cuando se casó Naruto, pero él no fue invitado a la boda porque para entonces Sasuke ya lo había sacado de su vida.
Entró a su automóvil y condujo por la ciudad. Si era honesto, no tenía ganas de llegar a su solitario departamento, a sus 38 años continuaba soltero, no por falta de oportunidades, sino porque esperaba a conocer a una mujer que estuviera con él por lo que era como persona y no por sus pertenencias materiales.
Bien, ya era hora de la cena pero no tenía ganas de cocinar, así que se dirigió a un pequeño restaurante que había visto en una guía gastronómica hace unos días.
— ¿Mesa para uno? — Le preguntó el anfitrión que lo recibió en la entrada.
— Si, por favor.
El anfitrión lo guió por los pasillos y lo sentó en una pequeña mesa con una silla junto a la ventana.
— En un momento vendrán a tomar su orden — Y el hombre se retiró.
Itachi se quitó su abrigo y tomó asiento. Nunca había comido ahí antes, pero leyó que servían el mejor pay de queso de la ciudad y en lo personal quería comprobarlo. No solían gustarle las cosas dulces, pero ese día quería hacer una pequeña excepción.
— ¿Desea ordenar? — Una dulce voz le preguntó.
Itachi apartó la mirada del menú y su boca se quedó abierta sin saber qué decir. La joven madre que había atendido más temprano estaba frente suyo usando un modesto traje de mesera.
— ¿Hyuuga-san? — Preguntó con un poco de esfuerzo.
— Oh, Uchiha-san — Recién ella se percató de la persona que tenía frente suyo. — Es bueno verlo de nuevo — Sonrió ella. Itachi había sido muy gentil con Himawari, y Hinata estaba muy agradecida, no quería que su hija creciera con miedo hacía los médicos.
— ¿Trabajas aquí? — Le pareció una pregunta innecesaria dado que vestía el uniforme de las meseras del lugar, era la segunda vez que hablaba sin pensar en un día y con la misma persona.
— Bueno, en realidad doy clases de historia en la universidad de Konoha, este es solo un trabajo de medio tiempo — Dijo mientras acomodaba un mechón de su cabello.
— Entiendo... — Miró su reloj, eran las 6.45 de la noche. — ¿A qué hora terminas?
Hinata se sonrojó ligeramente.
— A... a las 8 de la noche — Respondió con voz bajita.
— Si quieres, podría llevarte a casa — Propuso Itachi.
Hinata lo pensó un momento, en automóvil podría hacer menos tiempo para llegar a casa, con sus hijos.
— Falta un poco más de una hora... — Respondió ella, tampoco le gustaba ocasionar molestias a las personas.
— Bueno, pensaba cenar con tranquilidad y probar el famoso pay de queso de éste lugar, pienso que no tengo prisa. — Y le sonrió. — Quizás podría llevar un poco de pay a Himawari y a su hermano.
Ella asintió. Era una gran idea que Itachi, siendo el médico de Himawari, la viera fuera del hospital, quizás de ese modo ella entendería que los médicos son personas y que no debía tenerles miedo.
— Sería un gran gesto de su parte, sensei... se lo agradezco mucho — Hizo una pequeña reverencia.
— Llámame Itachi.
— Hai, entonces tu dime Hinata — Respondió ella con una sonrisa. Entonces recordó que aún no había tomado su orden — Entonces, ¿Qué vas a ordenar, Itachi?
— Una sopa de pollo, un filete a termino medio y una ensalada. — Dijo mientras leía el menú.
— Y un pay de queso.
— Sí y otro para llevar al último.
Ambos sonrieron y Hinata marchó para pedir la orden.
Definitivamente esa mujer le gustaba y mucho a Itachi Uchiha.
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Cuando llegaron a la casa de Hinata, eran las 8:30 y las luces del hogar permanecían prendidas.
— Llegamos — Dijo ella mientras abría la puerta del auto.
— Bien — Contempló la modesta casa donde habían estacionado. — Si quieres ve primero, te alcanzo en un segundo.
Ella se sonrojó ligeramente y asintió. Se alegraba de que él le hubiera dicho aquello, así podía entrar primero a la casa y ver si estaba en condiciones de recibir una visita. Itachi pensó en lo mismo pero decidió solo fingir que buscaba su celular para que ella marchara con un poco de alivio.
Hinata abrió la puerta con sus llaves y encontró a Himawari coloreando sentada en el suelo y con sus colores desperdigados a su alrededor, mientras Bolt saltaba en los sillones mientras veía televisión.
— Niños, ya vine — Anunció su llegada.
Ambos pequeños corrieron a su encuentro.
— Llegaste temprano, mamá. — Dijo Bolt mientras se ponía zapatos y estaba un poco azorado de que su madre lo viera saltando en los sillones.
— Hai, he traído a una visita, así que recojan pronto la sala. — Les pidió amablemente y los niños corrieron a recoger su tiradero. En un par de minutos, su madre volvió a abrir la puerta, por la cual entró un desconocido para Boruto.
— Buenas noches — Saludó e hizo una reverencia.
— ¡Itachi-san! — Exclamó Himawari y se acercó corriendo a saludar.
— ¿Cómo estás Hima-chan?
— Bien, estaba haciendo un dibujo. — Y le mostró una hoja donde había dibujado a su mamá y a su hermano.
— Es un dibujo muy bonito.
— Gracias — Y se sonrojó.
— ¿Tú quien eres, viejo?
— Bolt, esa no es forma de hablar — Lo reprendió su madre, el niño solo se cruzó de brazos. No era normal que su mamá trajera visitas y menos que fueran hombres y a esa hora de la noche.
— Soy Itachi Uchiha, es un gusto conocerte Bolt, sé que eres el mejor estudiante de mi hermano Sasuke.
Bolt abrió los ojos sorprendido.
— ¿Tú eres el hermano mayor de Sasuke-sensei? — Preguntó en un volumen muy alto.
— Así es. —
Pero antes de que Bolt pudiera decir algo más, Himawari vio el pay en las manos del Uchiha.
— ¿Trajo pay?
— Si, es para ustedes dos.
Los ojos de la niña se abrieron grandes.
— Yeii! ¿Mamá podemos partirlo?
Hinata miró a Itachi con una sonrisa.
— Toma asiento, por favor, regresaremos en un minuto.
— Sí. — Respondió Itachi y las dos fueron a la cocina.
Bolt miró fijamente al hombre mientras este se sentaba en uno de los sillones.
— ¿Qué hace aquí?
Itachi lo miró divertido.
— Quería conocer al alumno favorito de mi hermano.
— Entonces ya puede irse.
— ¿Te molesta que esté aquí?
— Si, usted no es una buena persona.
— ¿Se puede saber por qué dices eso? — Fue entonces que Itachi se preocupó un poco. ¿Por qué el niño se veía enfadado con él? Apenas tenían unos segundos de conocerse.
— Sasuke-sensei dice que su hermano mayor no es una buena persona.
— ¿Sasuke te ha hablado de mi?
— Lo he oído hablar con la tía Sakura, además antes de irse me dijo que tuviera cuidado con usted, que le gusta traicionar a las personas.
Itachi se rascó la nuca.
— Sasuke y yo hemos tenido algunos problemas pero me gustaría que no pensaras así de mi. Solo quiero ayudar.
— ¿Ayudar a qué? ¿De dónde conoció a mi mamá?
— Él es el médico de Himawari-chan, Bolt — Dijo Hinata mientras regresaba a la sala, solo había escuchado la última pregunta de su hijo. — Y me lo encontré de nuevo en el restaurante. Itachi-san fue muy amable de traerme a casa y traer pay para ustedes.
— Pues a mi no me gusta el pay.
— ¿En serio? — Preguntó Hinata muy confundida. — El otro día Hima y tu pelearon por el último pedazo.
Itachi sonrió ante el sonrojo de Bolt y eso solo hizo enojar más al pequeño rubio.
— Pues ya no me gusta.
— Entonces es todo mío — Gritó Himawari desde la cocina.
Bolt comenzó a tener un tic en su ojo.
— Bueno, creo que debo irme, pero ha sido un placer conocer al hermano mayor de Hima-chan — Dijo Itachi.
— Muchas gracias por todo lo del día de hoy, Itachi-san — Dijo Hinata con una reverencia.
— No es nada, al contrario, me gustaría poder ayudar a que Hima-chan recupere su salud. — Se dirigió a la puerta. — Nos vemos el sábado. — y se marchó.
Bolt corrió a la ventana de la sala, desde donde podía ver al sujeto caminar hasta su lustroso auto negro y quedarse mirando por unos momentos hacía la casa. En ese momento la puerta se abrió y dejó ver a Hinata en el umbral y a Himawari correr hasta él.
— Itachi-san... — Decía ella mientras se detenía frente a él. — ¿Puedo pedirle algo? — Él la miró un poco sorprendido, pero aceptó con una sonrisa y agachándose a su altura.
— Sí, dime.
— ¿Usted... usted quisiera ser mi príncipe azul? — Comenzó a jugar con sus dedos, muy avergonzada. Él sonrió calidamente.
— Nunca nadie me había pedido eso antes... — Acarició su cabello. — Claro que si, pero en ese caso, ¿Tú quisieras ser mi pequeña princesa?
— ¡Hai! — Respondió alzando la mirada muy feliz y sonrojada.
— Ve a descansar, te veré más pronto de lo que crees —
Ella asintió y regresó corriendo hasta el regazo de su madre, quien se despidió con una sonrisa de Itachi y cerró la puerta.
El Uchiha sonrió, definitivamente esas dos chicas habían logrado colarse en su corazón en un solo día, tenían un aura muy especial rodeándolas. Tal vez volvería a cenar mañana en el mismo restaurante. Se iba a dar la vuelta para entrar a su carro, cuando Itachi vio que el niño estaba en la ventana y le sacaba la lengua.
Itachi se despidió con un gesto de la mano y entró a su auto.
Sí. Definitivamente si quería acercarse más a Hinata y Himawari, iba a encontrar en Bolt a un gran contrincante.
Bueno, él era un Uchiha después de todo. Bolt no podía ser muy distinto a Naruto... ¿No?
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¡Bienvenidos!
Bueno, es mi fic número 13 publicado. Serán aproximadamente tres capítulos, algo más corto de lo pensado pero la verdad tengo ya tres fics activos y la verdad no sé con que periodicidad publicaré esto, así que los invito a suscribirse para que sepan cuando hay nuevo capítulo jeje. Cabe la posibilidad de que haga más capítulos pero para ello depende la inspiración y si a los lectores les gusta.
La petición de Blacklady Hyuuga fue la siguiente:
Blacklady Hyuuga pidió un fic donde Hinata fuera una viuda joven y madre dedicada de Bolt y Himawari, donde la pequeña le pide a Itachi ser su príncipe y termine siendo el príncipe de las dos. Pero Bolt no está dispuesto a dejar que el "intruso" se acerque a su familia.
Ese va a ser el eje que guíe el fic pero los invito a seguir leyendo, pues diseñé una historia para llegar a lo que se describe en la petición. Va a haber buenos motivos para que Bolt sea un dolor de cabeza para Itachi, así como la manera en que el Uchiha se va a acercar a las dos mujeres.
Muchas gracias por darme una oportunidad y los invito a pasarse por mi perfil, donde en la sección de Avisos, tengo una lista de todos mis fics activos y fechas de actualización (incluido este fic).
Por último, los invito a seguirme en facebook, me pueden encontrar como Tamashitsumo y ahí podemos estar en contacto y enterarse en tiempo real de mis actualizaciones, comentarios, vídeos, noticias y todo lo que comparto.
Saludos!
domingo 22 de enero del 2017
