La causa
La biblioteca había estado cerrada todo el último fin de semana, por alguna extraña razón a los profesores se les había metido la idea en la cabeza que todos los libros debían ser inventariados, Snape propuso que lo hicieran aquellos con castigos recientes y no dejó escapar la oportunidad de castigar a Harry y Ron, sólo para que participaran, el inventariado sería a mano y sin magia. Hermione, Ginny y Luna procuraban no aparecerse demasiado tiempo por la biblioteca, era mejor que no les vieran con los chicos o seguramente les castigarían, Neville se ocupaba por petición de ellas, de apoyarlos en lo que podía.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes que fuera necesaria toda la ayuda posible para completar el trabajo, enorme fue la sorpresa, cuando Dumbledore anunció la donación de un sin numero de libros nuevos que serian agregados, al poco tiempo, más del 70 del alumnado, fuera por castigos o de forma voluntaria, trabajaba por las tardes y tiempos libres en la biblioteca, quedando sólo nuestras tres amigas.
-No entiendo, si la profesora McGonagall me dejara ayudar yo...-Hermione llevaba los ojos tan brillantes como estrellas.
-Te volverías insoportablemente loca. –Condenó Luna sin inmutarse por las llamas de los ojos marrones de Hermione.
-Si no te dejaron participar en el inventariado es por que según la profesora, conoces ya demasiado bien la biblioteca...según sé, conoces incluso los rincones que ella olvida. –Ginny le miraba con sorpresa y algo así como miedo.
-Bueno...no soy tan mala estudiante como creí. –Hermione caminó frente a las dos contoneando las caderas abrazada de un libro.
-¿Alguna vez has pensado que es insufrible? –Preguntó Ginny a Luna en un susurro para que su amiga no la fuera a escuchar.
-Creo que está loca por el estudio. –Indicó Luna sin bajar en lo más mínimo la voz, mientras hacia girar el amuleto nuevo de su cuello. –Y sí, es insufrible.
-¿Qué es insufrible? –Preguntó Hermione que se había sentado en el césped cerca de un abeto.
-Tu...¡hay!...mmmm. –Luna recibió un fuerte golpe en la boca, Ginny se la cubría sonriendo.
-Tú situación Hermione...es decir la situación del Colegio, esto de la biblioteca es realmente molesto...¿no crees? –Ginny soltó a Luna haciendo señas de que no dijera eso.
-Es verdad...todo se siente tan solo, apenas y vemos a los chicos en la comida y la cena...las clases son terribles, todos están tan cansados que no quieren hacer nada. –Hermione miraba el lago negro con nostalgia. –No sé por que pero...he recordado a Víktor.
-¿Y eso? –Ginny se sentó a su lado, Luna se puso a arrojar piedritas al agua.
-Quizá sea que todos están tan callados que me lo recuerdan. –Sonrió Hermione tristemente.
-Claro, te entiendo, yo extraño a Harry...y eso que, ya sabes...no me falta con quien pasar un buen ratito. –Sonrió la pelirroja maliciosamente.
-¡Ginny! –Hermione se sonrojó ante la alusión. -¿Qué dices?
-¿Qué?...no hay nada de malo en impedir que se empolven las cosas, ¿o sí? –Ginny cortó una ramita y se la puso entre los dientes, tirándose sobre el césped húmedo que dejó saltar el rocío.
-Miren...ahí va Cho. –Luna las llamó haciendo un movimiento con la cabeza hacia la lechucería. –Me han contado que sale con alguien nuevo.
-¿Bromeas? –Ginny se irguió rápidamente. –Sería... –Lo pensó un poco. –...el cuarto en lo que va del mes...y hoy es 7.
-Con esas estadísticas... –Hermione se puso a sacar cuentas en un trocito de pergamino. -...supera a Pansy por uno y a ti por dos. –Dijo mirando de reojo a Ginny.
-Te equivocas. –Murmuró Ginny. –Sé de buena fuente que ayer Pansy paseó por el bosque de la mano de Willis de Hufflepuff. –Dijo arqueando las cejas. –Y yo, tengo mis pininos, aún estoy en juego.
-¿Debes estar bromeando?...¿Willis?, tiene los dedos más horriblemente largos que he visto. –Criticó Hermione pálida del susto.
-Ese es el punto, Hermione. –Sonrió Ginny subiendo y bajando las cejas.
-¡Oh por Merlín! –Hermione se puso colorada como un tomate y se cubrió el rostro con el libro.
-Pansy está saliendo del Castillo. –Murmuró Luna sentándose al lado de Hermione a mirar el libro que se había abierto.
-Parece que sale con alguien...y vienen para acá... –Ginny miraba a la pareja interesada, Hermione miraba al suelo todavía turbada por la revelación anterior.
-Es Malfoy. –Concluyó Luna sin siquiera mirar a la pareja.
-Debí suponerlo...las ratas sólo se juntan con ratas. –Soltó Ginny sagazmente cuando los dos pasaron junto a ellas.
-Vaya, vaya...así que por eso están todas aquí juntas eh... –Malfoy les miró con desprecio, Luna ni siquiera le prestó atención, Ginny se puso de pie de un golpe, Hermione lo hizo lentamente.
-Cállate Malfoy. –Pidió Hermione, no tenía la más mínima intención de ponerse a discutir con él.
-Pero si es la más golfa de Griffindor y las menos atractiva de la misma casa... –Pansy carcajeó, Crabbe y Goyle aparecieron detrás de los dos. -...y por supuesto, su amiga loca. –Pansy levantó una ceja mientras miraba a Luna, que la ignoró por completo.
-Somos del mismo sindicato, Pansy...¡cuidado!, no te muerdas la lengua. –Exclamó Ginny sacando la varita.
-¡Estúpida! –Pansy sacó su varita dispuesta a atacar.
-¡Ni siquiera lo pienses Parkinson! –Gritó Hermione sacando la suya, cuando se dio cuanta, Crabbe, Goyle y Malfoy les apuntaban a las dos, Luna recostada en la hierba leía.
-Yo que tú, Granger, lo pensaría dos veces antes de amenazar a mi chica. –Sonrió Malfoy.
-Tú chica. –Rió Ginny, Hermione oraba por que no dijera nada. –Pero si Pansy está más vista que muñeca de aparador.
-¡Maldita! –Pansy no se pudo contener ante el comentario. -¡Diffindo! –El rayo impactó en la mejilla de Ginny que apenas había logrado moverse para esquivarlo.
-¡Everte Statum! –Hermione hizo lo posible por derribar a Crabbe antes que actuara.
-¡Flipendo! –Gritó Ginny sangrando profusamente de la mejilla, Pansy saltó a otro lado esquivándolo.
-¡Estúpida! –Gritó Malfoy apuntando a Hermione por la espalda.
-¡Incendio! –Hermione le lanzó unas llamas grandes y azules a Goyle para entretenerle.
-¡Levicorpus! –Luna hizo que Malfoy volara por los cielos tras Hermione, que se volvió a mirarlo. –No se debe atacar por la espalda, Malfoy.
-¡Bájame!...¡Maldita lunática! –Draco se sacudía, mientras su túnica le cubría el rostro.
-Cielos... –Hermione vio a Draco sobre sí. -...gracias Luna, creo que de no ser por ti.
-Cobarde...¡Detente! –Ginny se fue persiguiendo a Pansy bosque a dentro.
-Iré con ella, puede cometer una locura. –Dijo Luna siguiéndola.
-Está bien... –Hermione buscó con la mirada a Crabbe y Goyle, huían hacia el castillo, era obvio, llamarían a Snape y si la encontraba allí seguramente la castigaría, intentó verle el lado bueno, pero si le quitaba puntos no lo habría. -...me voy...
-¡Granger! –Malfoy la llamó ahogadamente, la sangre se le iba a la cabeza.
-¿Malfoy? –Preguntó Hermione sin darle importancia a su posición.
-Bájame de aquí, asquerosa sangre sucia. –Malfoy lucía extrañamente sonrosado.
-Ese no es el modo de pedirlo Malfoy. –Dijo Hermione disfrutando de un par de segundos de placer.
-¡Bájame!...maldita sea... –Draco sabía que aquello era demasiado humillante, y que no estaba para ponerse sus moños, un grupo de chicos de primer curso de Gryffindor salían del castillo. -¡Maldita sea!...¡Por favor asquerosa sangre sucia!
-Así está mejor. –Hermione sonrió malamente y exclamó. -¡Liberacorpus! –Malfoy cayó al suelo, pero tan de mala suerte que al caer rodó y se llevó a Hermione de camino, quedando boca a bajo sobre ella, pecho con pecho.
-Podría acostumbrarme a esta posición. –Malfoy sujetó las manos de Hermione a cada lado de su cara, sobre ella, sentado sobre sus piernas, sonreía.
-¡Suéltame! –Gritó Hermione, aquello no le gustaba nada.
-Quien lo diría Granger, estás muy bien dada...-Malfoy estiró los brazos de Hermione sobre su cabeza para poder sujetar las dos muñecas sólo con la mano izquierda contra el piso, Hermione sentía pánico.
-Malfoy, no te atrevas...-Dijo al punto de ponerse a llorar, pero las lágrimas no salían, era como si esperara algo.
-Vaya, vaya...-Dijo Malfoy pasando el dorso de su mano por la barbilla tersa y suave de Hermione. -...quien diría que tendrías una piel tan linda...y un cuerpo tan bien formado. –Bajo la mano hasta la cintura de Hermione, solo para tocarle el abdomen plano.
-Mal...Malfoy...-Tartamudeó Hermione nerviosa, sentía un raro escalofrío y un extraño espasmo en el bajo vientre, sentía que temblaba de pies a cabeza.
-Es una verdadera lastima... –Malfoy se agachó hasta terminar recostado sobre ella, y le susurró al oído. -...que no seas igual de, accesible que Pansy o Ginny...me sentiría realmente...seducido por eso...
-Yo...yo...-Hermione se sonrojó hasta ponerse como tomate, aquello la estaba poniendo muy nerviosa, demasiado, tanto que no podía controlar su respiración.
-Pero era de suponerse...eres Granger y esto simplemente no es lo tuyo. –Concluyó Malfoy pasando sus labios tan cerca del cuello de Hermione, que ésta cerró los ojos, aquello le era nuevo y excitante.
-¡Señor Malfoy! –Snape se acercaba a paso veloz.
-¿Profesor? –Preguntó Malfoy mirándolo con una sonrisa, pero sin quitarse de encima de Hermione, que miraba el nudo de su corbata demasiado turbada para prestar atención a Snape.
-¿Qué pasa aquí? –Preguntó Snape seguido de Crabbe y Goyle con una sonrisa irónica.
-Tropecé sobre Granger. –Contestó Draco levantándose, sin saber por que, le tendió la mano a Hermione y ella la tomó para levantarse.
-Espero que no un tropezón como los que acostumbra con la señorita Parkinson. –Comentó secamente Snape.
-Claro que no profesor...es Granger. –Indicó Malfoy sonriéndoles a sus amigotes que hicieron lo propio.
-Cierto...pues bien...vayan al castillo...y tú Granger, sacúdete el uniforme. –Dijo fríamente dándose la vuelta.
-Adiós...Granger...y gracias. –Exclamó Draco carcajeando camino al Castillo.
Hermione se quedó allí, plantada sin poder moverse, no podía pensar en nada sino en las sensaciones anteriores, Luna y Ginny llegaron entonces, las dos polveadas y sudorosas.
-La he alcanzado...tardará unos minutos en quitarse todo el fango y volver...debiste ver su cara de humillación. –Ginny sonreía emocionada, aún sangraba pero no le importaba. –Mira que atreverse a lesionar mi rostro.
-¿Estás bien Hermione? –Luna pareció más atenta a su amiga.
-Sí...estoy bien... –Dijo ahogadamente. -¡Episkey! –Ginny dejó de sangrar y ya que el corte era poco profundo, sanó de inmediato.
-Pues no luces bien. –Ginny se le acercó despistadamente.
-Estás sonrojada y agitada. –Luna hizo lo mismo. -¿Corriste?
-¡No! –Dijo sonrojándose más, pero como un golpe en las sienes recordó "...es Granger...es una verdadera lástima que no seas como Ginny o Pansy...esto no es lo tuyo...". –No, sí me ocurre algo. –Dijo cerrando los puños hasta que las manos se le pusieron blancas.
-Hermione... –Ginny se le acercó, algo no andaba bien, nunca había visto esa mirada en Hermione, como si tuviera una gran ira dentro de sí.
-Pareces, enfurecida con alguien...¿qué te han hecho? –Luna le puso la mano en el hombro, sólo para percatarse de que estaba más tiesa que una roca.
-Me las va a pagar todas, me las va a pagar. –Susurró Hermione emprendiendo la carrera hacia el castillo, sin mirar a ninguna de las dos.
-¿Qué demonios? –Ginny la miró alejarse como una loca hacia las enormes puertas del colegio.
-Sea lo que sea... –Luna levantó el libro del suelo, Hermione lo había olvidado, era un ejemplar de Historia de Hogwarts. -...es muy muy malo.
