Quiero, primero que todo, dedicarle unas palabras de agradecimiento a todo el mundo que me ha apoyado en "Hasta que mi corazón deje de latir". Os quiero con toda mi alma.
Luego quisiera anunciar que lo más probable es que tarde en escribir el segundo capítulo xD Bueno, el primero en realidad, ya que este es el Prefacio :D
Bueno, en realidad no pensaba actualizar tan rápido O.O Incluso yo me quedé sorprendida conmigo misma porque he estado un mes friéndome la cabeza con Crepúsculo y he dejado medio abandonado Hetalia- Axis Powers... No me inspiro para escribir de ese anime y toda mi inspiración al parecer va hacia aquí xD
Crepúsculo es de Stephanie Meyer :3 Ahora que lo he dicho, dudo que me acuerde en todo el fic de ponerlo. Siempre se me olvida xDD
Música que me ha inspirado: "Boats and Birds"- Gregory and the Hawk
Recomiendo escucharla en este mini-cap/prefacio. De verdad. Es más, aquí pongo el link: http: / www .youtube. com/ watch?v=Pz5H3iVjAlw (quitad los espacios :3)
Prefacio
A veces me pregunto por qué las cosas ocurren. Sobre todo ahora lo hago.
Tal vez sea porque sí o tal vez porque, aunque no te des cuenta, es tu culpa que todo terminó así.
Me atrevería a decir que puede que haya alguien allí arriba que, rabioso por ver que todo te va bien, decide mandar a alguien o algo que te lo arruine todo. Sí, probablemente esa sería la explicación que le doy a esto. Porque esto no puede tenerla por sí sola, no podía ser mi culpa.
¿O sí?
"Quién sabe", pensé cuando no me fijé que había comenzado a llover cuando hace nada había un sol precioso en el cielo azul, un cielo que ya era gris oscuro de unas nubes opacas y cargadas de agua.
Miré a la persona que tenía delante, mi persona más querida. ¿Por qué me haces esto? ¿Es que las promesas no sirvieron para nada? ¿El tiempo que pasamos juntos nunca significó nada para ti?
Todo eso quise preguntarle, pero estaba segura de que nunca sabría las respuestas.
Nunca había creído que oír su voz aterciopelada me hiriera tanto, que las palabras que pronunciase no fueran música para mis oídos.
Esto no me puede estar pasando, no después de que yo había encontrado mi felicidad eterna.
Eternidad... También pensé en esa palabra y en todo lo que ello significa. ¿Podría ser que volviera a adquirir un significado negativo? ¿Justo ahora, que veía un futuro lleno de felicidad?
Sentí que mi visión se volvía negra unos momentos y me asusté. ¡No! Fue mi respuesta automática ante el acontecimiento. Tenía que mantener mis ojos abiertos y permanecer consciente para mirarle, quizá por última vez... ¿La última? Sí, puede ser...
Intenté decir un par de palabras. En realidad no sé que dije entre balbuceos, si fueron palabras de disculpa o para rogar por perdón o yo que sé; lo único que podía pensar era en lo hermoso que él era y lo mucho que lo amaba, no podía apartar mis ojos de su rostro.
Creo que eso era lo único que me mantenía con los pies en la tierra, consciente y viva... Bueno, puede que muy viva no esté. Ni lo estaré.
Sonreí para mis adentros con ironía. Estaba muriendo.
Porque sabía que me estaba muriendo, perfectamente. Puedo afrontarlo sin problemas, ya lo he hecho numerosas veces, pero sabía que todo tenía que tener alguna explicación lógica o algo que me avisara que no había alguien allí arriba, si es que existe, que pensaba "Oye, voy a divertirme un ratito haciendo la existencia un infierno a esta persona" y ya está. Cualquier cosa me servía, lo que sea, pero por favor sacadme de esta pesadilla. Que alguien me ayude. O que me mate.
Es lo mismo.
— Por eso... yo... lo siento- susurró él bajando la cabeza, arrepentido, mientras se quitaba la alianza de su dedo- No puedo, Bella...
Miré inmóvil cómo él venía hacia a mí y yo, tonta como siempre, esperaba a que me mirase mientras reía diciendo que era una broma o que había recapacitado.
Pero no, lo único que hizo fue levantar mi mano fría y blanca como el papel, abrir mis dedos engarrotados sin que yo me hubiera dado cuenta, y colocar allí el precioso anillo que yo le ponía cuando nos casábamos, el mismo que yo le puse la primera vez que casamos.
Parecía que habían pasado milenios de eso.
Lo seguía mirando fijamente sin parpadear para nada, sin respirar y sólo usando mi poder para verificar si decía la verdad; pero yo no quería reconocer que todas esas señales de "es cierto, es cierto" fueran verdaderas, tenía que haber un error...
Esto no podía estarme pasando. No ahora.
Debo añadir que fui valiente ese momento, no grité de rabia ni lloré ni pataleé cuando me besó la frente por última vez y se fue bosque adentro. No fue como la primera vez que se fue de mi lado, que lo intenté perseguir (sabía dónde estaba exactamente, pero respeté su decisión), que grité su nombre y lloriqueaba que se había ido.
Primero, no estábamos en los bosques de Forks. Segundo, no estábamos solos. Tercero, yo no era humana.
Cuarto, él no mentía.
Seguí mirando el lugar por donde él se fue corriendo, sin fijarme que había llegado más gente o que llovía con mucha más fuerza. No sentía nada más que el vacío creciente en mi pecho o el dolor, que tanta nostalgia me daba, que comenzaba a salir de mi corazón como si fuera sangre corriendo por mis venas vacías. Mis rodillas temblaron justo cuando comencé a sentir que rompían mi piel en pedazos, que el músculo se separaba del hueso y que sentía como éstos se desintegraban antes de que el proceso comenzara de nuevo.
Bajé la cabeza sonriendo y solté una carcajada llena de sarcasmo. Suspiré más por inercia que cualquier otra cosa y me dejé llevar por el dolor y el vacío, tal y como aquella vez. De nuevo sentía mi cabello acariciarme las mejillas frías, sin lágrimas, e inconscientemente mis brazos rodearon mi pecho para que los trozos no se cayeran al suelo.
¿Podría yo ser feliz en algún momento? Quién sabe, quizá todo esto pasaba por mi culpa, porque había abusado de mi suerte y porque fui ambiciosa.
Sentí mi corazón palpitar un par de veces de forma indecisa e imperceptible, como si supiera que quizás no era un buen momento para molestarme, pero no le di importancia. Como si me interesara escuchar cómo se rompía de nuevo en pedazos.
Abrí mis ojos (vaya, no sabía que los había cerrado) y no sé por qué no me sorprendí cuando vi todo rojo. Rojo como la sangre, como mis ojos. Pero era extraño porque no veía sangre, más bien eran... mis lágrimas. Maldita sea, pensé.
No me di cuenta tampoco cuando comencé a temblar ni cuando mi mano se cerraba de forma un tanto dolorosa en torno al anillo que todavía olía a él. No era consciente de nada. Permití que mis ojos se cerraran de nuevo a la vez que cerraba el resto de mis sentidos. Nada de este mundo merecía la pena, porque sabía que lo único que me anclaba aquí ya no está.
Se ha ido. Para siempre.
Lo que también sabía con seguridad era que estaba muriéndome. Veía en medio de la oscuridad que era mi vista otra vez cómo mis energías me abandonaban y el túnel de luz volvía a aparecer cerca, esperando pacientemente por mí para que fuera a donde sea que llevase. Comprendía que ese era mi destino y yo sólo estaba huyendo de él desde que nací, crecí y me mudé a Forks. Desde el día que fui por vez primera al instituto de aquel pueblo, desde que crucé una mirada por primera vez con él... Con Edward Cullen. El hombre del que me enamoré, y el vampiro que me había matado. Otra vez.
Escuché un crujido ensordecedor en medio de mi oscuridad, pero no pude clasificarlo porque sonaba como si estuviera al final de un túnel. Bueno, supongo que era yo, muriéndome de una manera que merecía por haber sido tan tonta y por haberme atrevido a meterme donde no me llamaban, por enamorarme de quien no debía y por haber intentado mantener conmigo a alguien que no me quería.
Escuché un grito en mi oscuridad, aunque sonaba más bien a un aullido de un animal herido. Pobrecito…, pensé, debe estar sufriendo mucho para hacer eso.
Y sentí mi consciencia irse como el fluir de un río, aunque para mí fue como la ayuda que necesitaba…
… Adiós…
...Edward…
Ale, No os podéis quejar, ¿eh? He tardado poquito...
Total, que yo ordeno que dejéis Reviews (con mayúscula)
