Ciego en la Oscuridad

Hipnofobia: El Miedo a Dormir
¿Acaso es mi amor odio distorsionado?

"Ibiki, tengo que pedirte un favor..."

El hombre se encontraba transcribiendo interrogaciones a nuevos archivos, largo trabajo que no podía dejar en manos de cualquiera, mucha de la información siendo sensible a la aldea y por ende solo disponible a unos pocos. Era realmente un trabajo aburrido, tedioso y que tomaba mucho más tiempo del que desearía, pero necesario.

Eso no quitaba que pudiera ser interrumpido por la misma Hokage.

"Hokage-sama." Asintió respetuoso, pero no había forma que un signo de respeto de sus labios sonara como nada más que ironía. "¿En que puedo ayudar?"

"Haruno Sakura, no sé si has estado hablando con Inoichi en estos días." La rubia mujer no se molestó por pedir permiso, dejándose caer frente al escritorio y cruzando los brazos bajo sus senos en un gesto pensativo, a su vez podría interpretarse como un gesto de autoprotección, aunque de momento no sabía de que estaba tratando de protegerse.

"Ha mencionado algunas cosas preocupantes sobre la genin, pero no sé que podría hacer con ello."

"Sakura es mi aprendiz, también el único miembro del equipo genin número siete. Como sabrás, Uchiha abandonó la aldea dos meses atrás, Naruto se fue a entrenar con Jiraiya y Kakashi se escusó en su rango como antiguo capitán ANBU para volver a unirse dejándome a la chica en mis manos." No hubo respuesta del hombre que seguía esperando que le diera una razón por la cual esto debería importarle, así que buscó entre su ropa un pergamino de sellado para invocar de él un archivo médico y mostrárselo. "Hace dos meses la encontraste inconsciente en el sendero que va a la única salida de la aldea, a partir de allí sus capacidades cognitivas comenzaron a sufrir, mejor dicho, no sufrir en lo que es el registro de información nueva, si no en el proceso emocional. Su reacción a la partida de Uchiha a quien varios han atestiguado tenía un apego sentimental fue neutral, como si no lo hubiera registrado siquiera, tuve que enviarla con Inoichi, ¿sabes que descubrió?"

"¿Que estaba en shock?" Preguntó el hombre restándole importancia, lo cual pareció molestar a la mujer que dio un golpe seco en el escritorio.

"¡Que es incapaz de procesar emociones negativas!" Restregó en su rostro como si se tratara de un mal chiste. "Sakura por alguna extraña razón es incapaz de retener memorias negativas, emociones negativas, es como una niña de dos años en muchos sentidos, incluso memorias enteras ha perdido, ni siquiera sabe quien es Uchiha. Y no es por falta de intentar... le dije que sus padres murieron, que ya no podría ser mi aprendiz, cada vez entró en un estado de shock que solo duraba un máximo treinta segundos, luego todo se disolvía... no está entumecida ni incapaz de mostrar emociones, solo no las procesa, su mente se detiene esperando procesarlas y luego pareciera no tener la respuesta esperada."

"Eso podría ser un arma de doble filo." Procesó el hombre tratando de pensar en las consecuencias de tener a alguien así en manos ajenas. "Debería darle de baja como shinobi." Agregó mirando a los ojos a la mujer. "Tienes a una niña de 2 años atrapada en el cuerpo de una pre-adolescente, sin la capacidad de analizar las consecuencias negativas no sirve para campo."

"Shimura no opinaría lo mismo." Objetó la mujer, recargándose pesadamente en el respaldo de la silla. "Si la convierto en civil, Shimura aprovechará para llevarla. Aunque su proceso emocional está 'comprometido', su capacidad de absorber conocimiento no ha disminuido, todo lo contrario, su proceso intelectual parece haber aumentado equivalente a lo perdido, tenemos una niña genio entre manos."

"Una niña genio sin capacidad de reconocer el odio, dolor, rencor, culpa, asco, miedo..." Suspiró el hombre, entrelazando sus manos sobre el escritorio en un intento de ocultar su rostro. "Lo que quieres es que la una a Interrogación y Tortura. Sabía que no eras tan buena como te querían pintar, pero esto es un poco... rastrero." Como respuesta, la mujer solo pudo fruncir el ceño, mordiendo su labio inferior para controlar emociones reprimidas.

"Si debo elegir entre dos males, elegiré el que me convenga a mi y a mi aldea. No seas hipócrita, sé que ya debes estar pensando en lo conveniente de alguien así en la parte de tortura. Alguien a quien no le afecte lo más oscuro de ese ámbito, alguien a quien puedas amoldar a tu placer sin que sea afectada por el trabajo sucio. Alguien que no necesitará terapia constante, siempre y cuando tenga una guía..."

No necesitó seguir, la media sonrisa en el hombre lo decía todo, realmente estaba pensando tomar a la chica como parte de su trabajo.

"Me será útil."

"Aun no sé que es lo que estuvo causando la degeneración, pero pudimos detenerlo con unos sellos con ayuda de Inoichi y Jiraiya. Aun estamos trabajando con Shizune, pero no estamos teniendo suficiente tiempo, deberá volver a aprender algunos comportamientos pero lo mejor que podemos hacer para protegerla de Danzo es unirla de forma oficial a Interrogación y Tortura. De momento es mejor que los miembros de su equipo no sepan nada."

"¿Sobre su rango?" Preguntó él interesado.

"Tenla por un año contigo y cambiaré su status a 'Chunin' como ascenso de campo, si trabaja bien consideraré un ascenso a tokujo. Casi todos en su año son genin, no confío en exponerla tan pronto sin que reconozca a varios de ellos."

"¿Sabes a quienes recuerda?" Preguntó curioso.

"Los que nunca le causaron molestia o dolor, sinceramente aun no entiendo del todo la situación. Aun esto es muy nuevo, pero hasta que sepamos bien que es lo que pasa, los que recuerda son Aburame, Hyuga, Akimichi, Inuzuka y creo que es todo."

"¿No recuerda a Nara?"

"El chico Nara parece que le causó algún tipo de conflicto cuando fue la búsqueda de Sasuke hace poco. Lo recuerda como compañero de academia, pero no lo recuerda a día presente."


"Oka-chan." Murmuró la pre-adolescente tomando entre sus manos las de la mujer rubia que se encontraba acostada.

Tan dulce, con sus grandes ojos verdes y su vestido corto de color rosado. Un vestido que había sido enterrado en lo más profundo de su placard, un juramento efímero el de no volver a usar ropas civiles en lo que le quedara de vida.

Porque ya era adulta, ya era una genin, e iba a demostrarle a Sasuke-kun que era la indicada, no se iba a dejar ganar por Ino-cerda.

Pero ahora ya no era nada de eso, ya no sabía quien era Sasuke, y usaba listones en el cabello recordando que una niña amable le había regalado uno, pero de momento no recordaba el nombre de la chica, ni donde había dejado su listón rojo, así que usó dos cintas verdes como el agua, parecidas a las de su vestido cuando era pequeña, le pidió a su madre que le hiciera dos coletas con ellas, pequeñas que acababan en su cuello.

"Oka-chan." Insistió la voz de tono infantil, causando que se levantara de la cama para ver a su hija arrodillada junto a esta.

"¿Que pasa, Sakura-chan? Baja la voz, que otou-chan duerme." Susurró, sin saber que hacer. Cuando era pequeña solía cargarla en brazos, pero ¿ahora? ¿que podía hacer?

Titubeó un momento al notar los ojos grandes llenos de ruego de la chica, hablaría con Hokage-sama si esto seguía así, quería cuidar de su hija sin lugar a dudas, pero no podría seguir cargándola en brazos como esto siguiera, aun estaban estudiando el progreso de Sakura, y ella estaba aterrada, era su hija, ¡necesitaba respuestas! ¡¿Por qué nadie parecía hacer nada?!

"No puedo dormir." Murmuró la chica, permitiendo que la mujer se inclinara un poco y tirara de sus brazos, haciendo que las piernas de la joven de cabello rosa rodearan su cadera como si de una niña pequeña se tratara, los brazos en el cuello, el rostro escondido en el hombro, sin notar el esfuerzo que implicaba para la mujer llevar su peso a la otra habitación, recostarla en la cama y colocarse a su lado también.

A pesar del esfuerzo le sorprendía que estuviera tan liviana, como si no comiera realmente. Recordaba llegar a la casa en días anteriores solo para encontrar para su horror la casa sucia de harina y unas galletas quemándose en el horno. Sakura antes no era buena cocinando, pero parecía que ahora tenía una capacidad infantil para cuidar de si misma, eso era desesperante.

Tan desesperante como la primera vez que había ido a ella a la mitad de la noche hacía casi un mes. Recordaba haberla echado de la habitación creyendo que se trataba de una broma, el susto y la angustia al notar que su hija había pasado toda la noche en vela, levantándose de la cama con la primer luz y andando de una punta a la otra de la sala inquieta. ¿Como una madre puede estar tranquila cuando su única hija sufre?

Y es que aunque Sakura no lo pudiera SENTIR, su cuerpo lo sentía, las ojeras físicas demostraban su cansancio a pesar de que su mente a veces deliraba perdida en juegos y diversión por la falta de reposo. Su cerebro no procesaba lo que vivía día a día...

"¿Has soñado algo últimamente?" Preguntó apartando algunos cabellos rebeldes de la frente de la niña que cerraba los ojos en intentos infantiles de lograr dormir, como si al cerrarlos mágicamente pudiera conciliar el sueño. Al no lograr el efecto mágico que esperaba, abrió nuevamente los ojos para encontrarse con la mirada verde de Haruno Mebuki que la observaba con intensidad incómoda, asintiendo y mirando a los pies de la cama como si esperara ver algo allí. "Cuéntame."

"No sé, Oka-chan. Solo recuerdo que estaba oscuro." Admitió curiosa, sin saber que era lo que significaba la oscuridad, pero quedándose quieta un momento antes de empezar a mover los pies bajo las sábanas para distraerse. "Estaba oscuro y había algo... parecía, creo que era un gato negro, de grandes ojos rojos, y me bufaba, estaba molesto por algo pero no sé porque. Y de repente llegaba un zorro naranja, era pequeño, así." Mostró sus manos indicando unos 20 centímetros. "El zorro le mordió una de las patas al gato y el gato se enojó y empezó a bufar y gruñir persiguiendo al zorro. Fue divertido." Comentó sin terminar de entender. "También había otro, pero era un perro de esos de nariz chata de color gris a manchas que los miraba."

"Que imaginación tienes, cariño. Mejor cierra los ojos a ver si puedes descansar." Comentó la mujer pero notó la forma en que la chica comenzaba a sudar frío ante la idea de dormir. "Mañana será un nuevo día."


"Hokage-sama. Vengo a pedir ayuda." Admitió la mujer de vestido qipao blanco, adornado por el símbolo familiar que con el tiempo se resumió en círculos que se dibujaban en su falda.

"Haruno-san... iba a mandar a llamarla durante el día, creo que esto funcionará de todas formas. Dime que necesita." Comentó la mujer tras el escritorio, uniendo las manos y recargándose en sus codos para observarla.

Haruno Mebuki era conocida cercana, quizá la única otra mujer además de Shizune que comprendió su partida ya que la ahora dama Haruno fue en su momento la alumna de Katō Dan y una de las razones para que accediera en primer lugar a enseñar a Sakura.

Recordaba en tiempos de guerra, la niña de cabello rubio hasta el hombro, su carácter demandante y algo violento con tanto potencial en el manejo de genjutsu que si hubiera seguido practicando sería igual o mejor que la misma Yuhi Kurenai, pero era tan pequeña entonces... Recordaba el orgullo con el que Dan había contado que sus alumnos de 11 años de edad habían llegado los tres juntos a Chunin. También recordaba regresar de esa misión fatídica, como lo último que vio antes de encerrarse en si misma fueron los ojos desesperados verdes de Mebuki y el ruego.

Ese día la chica había perdido todo...

Por la guerra había perdido a sus dos hermanos y su padre, luego su maestro y dos compañeros. A veces creía que se parecía a la historia de Kakashi, pero el otro hombre no había nacido aún. Y contrario a él que creció con la estricta creencia de su padre de que debía ser un buen ninja, Mebuki fue criada por una madre desesperada por verla feliz. Así fue como descubrió la felicidad en los brazos de un mercader, Haruno Hizashi, y prefirió pasar su vida como una mercader civil, cambiando el intimidante Ouroboros de su ropa por un simple círculo para recordar sus orígenes, lista para defenderse pero sin ninguna aspiración bélica hasta el nacimiento de su hija.

Hija que estaba segura sería el tema de conversación aquí.

"Vamos a la sala a sentarnos, Mebuki-chan. Creo que tenemos mucho de que hablar." Admitió la rubia, buscando en su cajón una botella de sake que traía escondida, aprovechando que Shizune se había marchado al hospital para sacarla. Caminaron por un pasillo en un silencio algo incómodo hasta entrar en una recámara con sillones donde varias veces había recibido a los ancianos, la mujer más joven tomando la botella y dos sakazuki, sirviendo para Tsunade a la espera de que ella le indicara que podían hablar con libertad.

"Estoy arreglando todo para poder cuidar de la mejor manera posible de Sakura, pero las cosas no están siendo fáciles." Admitió la Hokage, llevando el platillo delante de sus labios mientras hablaba, en un gesto pensativo antes de consumir todo de un trago. "Para alejarla de Shimura tuve que arreglar un trabajo y nuevo maestro, pero hay cosas que aun no comprendo y que creo que tu puedes responder." Agregó con una mirada afilada para clavar a la mujer en su lugar sin siquiera tocarla.

"Creo que sé lo que ha ocurrido con ella, solo no sé el como. Esta información no puede ser expuesta a nadie más, aunque ya no tengo clan, fue un secreto de los Eien por mucho tiempo." Admitió la mujer, la Hokage sirviendo más sake, esta vez para ambas.

"Comienza del principio..."

"En el clan, históricamente todos los miembros poseemos una doble personalidad." La mujer se cruzó de brazos con un gesto serio. "Está siempre con nosotros, solo los Yamanaka y otros Eien pueden llegar a interactuar con esa 'otra parte', pero a su vez, no es una entidad completamente separada. Es por lo general la que absorbe todo nuestro lado negativo, nuestros miedos, odio, inseguridad, todo lo toma y lo convierte en nuestro lado positivo. Sin embargo, nuestra personalidad está constituida por las dos partes. Por las memorias buenas y las malas, la efusividad de una y la timidez de la otra hacen un balance y ese balance somos nosotros en un todo." La mujer tomó aire pensando como seguir. "Calculo que todas las personas tienen algo así, solo que no son entidades separadas. La cuestión es que no he estado sintiendo la presencia de la 'otra' Sakura, y ella tampoco parece poder sentir a mi 'gemela', algo está bloqueándola."

La mujer Senju se pasó la mano por el rostro de forma pensativa.

"Me dices que una característica de tu clan está dejando a tu hija lisiada, casi sin poder interpretar el mundo de forma correcta." Trató de no sonar irónica, pero incluso para ella lo sonaba. "Ahora tenemos a una puberta de 13 años, con mentalidad de una niña de 3 con el conocimiento de un adulto de 30 años."

"Sobre eso... sé que eres la más adecuada, ¿puedes disminuir las hormonas de crecimiento?" Ante el pedido la mujer rubia alzó la cabeza exasperada y ofendida ante el concepto de hacer algo así antes de que la mujer alzara las manos, solo para llevarlas a su propia cabeza desesperada. "Lo sé, lo sé, es muy egoísta de mi parte pedir algo así. Ni siquiera lo hago por Sakura, es difícil... viene todas las noches sin poder dormir y tengo que cargarla y pasear con ella en brazos. Estoy cansada, Tsunade-san." Lo dijo con congoja real, su cuerpo le estaba reclamando la falta de sueño y la espalda dolía de cargar con el peso de la chica... podía volver a entrenar, lo haría, se juró a si misma que volvería a correr y entrenar para que no fuera tan difícil cargar entre brazos a su hija cuando lo necesitara, pero si seguía creciendo así...

"Mebuki, sabes que si hago eso, es posible que ella nunca llegue a desarrollarse físicamente como otros, ¿verdad?"

La mujer asintió sin poder mirarle de frente. Sakura si no recuperaba su 'otro lado' no volvería a ser la misma, debían enseñarle desde principio los conceptos emocionales. Realmente creía que era lo mejor, si tenía razón solo el tiempo lo diría.

"Espero ella pueda perdonarme..."

"Las mujeres Haruno son un grupo egoísta, pero tampoco puedo negar la lógica." Admitió la mujer. Técnicamente era la madre la que había tomado la decisión y por ende aceptado el llevar a cabo un procedimiento muy delicado en su hija. "Luego hablaremos los detalles, no será fácil, y no significa que dejará de crecer, solo que lo hará más lentamente. Quitar toda la hormona de crecimiento implicaría su muerte, algo que no deseamos, ¿verdad?"

"¡Claro que no!" Gritó la mujer ofendida ante la idea que implicara que deseaba matar a su propia hija. "¡Sakura necesita confort que solo yo como su madre le puedo dar! ¡Solo estoy pensando en la mejor forma de que ella pueda recibir lo que necesita de mi!" No respondió de forma directa, sabía que iban a discutir lo mejor para Sakura varias veces, eso se solía hacer en conjunto con el jonin a cargo del genin, sin embargo, Kakashi había huido asustado de su propio fallo como sensei por la deserción del Uchiha.

"El nuevo sensei de Sakura será Morino Ibiki." La mujer de cabello corto se detuvo en seco ante la idea de Morino trabajando con una Sakura tan ¿frágil? "Sé todos los conceptos que puedas tener de él y he escuchado de primera mano los rumores, él ya ha aceptado."

"¿Es buena idea?" Preguntó de repente Mebuki. "Morino-san es un hombre intimidante..."

"Precisamente eso es lo que necesitamos a nuestro favor. Morino se encargará de 'asustar' a todo el que intente acercarse a ella. Soy consciente de ciertas personas que si se enteran de su estado actual tratarían de usarlo a su favor, así que necesitamos darle una utilidad y una unidad de contención fuerte. Así que quería saber si deseabas volver a actividad."

"Pero... Sakura, ¿que pasará con ella?"

"Seamos sinceras, Mebuki." Comentó la Hokage recargándose en sus rodillas mientras volvía a servir sake para ambas al ver la sorpresa en la cara de la otra mujer. "Nunca llegarás a jonin. Podrías haberlo hecho, pero dejaste de estar activa a la edad de 20 años, en estos momentos, aunque tengo tu archivo guardado, ni siquiera eres chunin, en estos momentos si un anciano llega a tu casa y demanda la presencia de tu hija, la única con derecho a réplica es precisamente Sakura que si bien no es tonta, aun debemos ponerla al día con su propio proceso mental. Tu hija con deficiencia en el razonamiento emocional es la única 'adulta-shinobi' en tu casa. Para corregir esto hasta que ella se recupere tengo dos opciones, esa o quitarte los derechos de paternidad y anotarla bajo mi cargo como mi aprendiz. Aunque no tengo problema en hacerlo, si estás aquí es que quieres ser parte de su vida, eres su madre."

"Kizashi va a ponerse loco con esto..." Admitió la mujer, cruzándose de brazos para ver por la ventana, la boca en una curvatura estricta.

"Mejor loco que perder a Sakura por no poder hacer un sacrificio. Eres la última Eien, probablemente seas también la única que pueda 'reparar' a Sakura si es como tu dices una herida mental. Eso me recuerda que has mencionado que Sakura no está durmiendo."

"Miedo... su cuerpo lo reconoce, pero su mente no. Tiene miedo a quedarse dormida y aun no logro descubrir la raíz del terror. Lo bueno es que si se le enseña esto demuestra que puede aprender a crear una personalidad compuesta a pesar de no tener su otra personalidad. Pero tomará tiempo, y no sé si las memorias se podrán recuperar. Cuando esté mejor trataré de usar la técnica de mente colmena, desde la muerte de mis hermanos no lo he intentado realmente."

La mayor de las mujeres dejó una pequeña sonrisa. Era egoísta pensarlo, pero... era un genial comienzo.


"Más fuerte, mocosa, no te puedo escuchar si no hablas claro."

El hombre era intimidante, o al menos eso es lo primero que pensaban los chunin normales, algunos de los cuales habían mirado con lástima a la niña de 12 años de cabello rosa, una pequeña genin menuda de brazos que apenas parecían dos pequeños hashi al igual que sus piernas, que se había parado frente a la puerta del hombre más aterrador de todo el edificio, asombrados cuando la vieron entrar en ese lugar prohibido con una deslumbrante sonrisa.

Esa mañana su madre la había preparado más temprano de lo habitual, diciendo que no podría usar su vestido rosa para el nuevo trabajo ya que era una genin y debía trabajar. Eso le trajo confusión al principio antes de recordar la alegría de haber conseguido graduarse, rápido buscando entre sus cosas el hitai-ate con el símbolo que era una hoja con una espiral en el centro, y atándolo en su frente.

Así que su madre le había atado el cabello en dos coletas para sacarlo de sus ojos y le había vestido con un uniforme gris, que eran unos pantalones de vestir anchos y una camisa holgada que parecía tragarla entre sus pliegues, atando todo con un cinto. Los muchos bolsillos de la camisa fueron llenados por su madre con armas escondidas para su curiosidad, no creía necesitarlos donde iba, pero si a su madre le hacía feliz, no se quejaría.

Y así, caminó de la mano de la mujer que se veía rara con su clásico vestido adornado por un chaleco táctico y una banda de Konoha en su frente, entrando a un edificio donde fue indicada a una oficina donde su madre no podría acompañarla. Al frente había un cartel: Morino Ibiki.

Nada más entrar, el hombre no le había visto siquiera pero le pidió presentarse.

"¡Soy Haruno Sakura!" Dijo por segunda vez al pedido del hombre, su sonrisa sin desaparecer. De hecho, el hombre se veía asombrado: Nadie sonríe con sinceridad en Interrogación y tortura, mucho menos a él.

"Vamos a ser claros, mocosa. Seré tu segundo maestro y tu único compañero hasta que llegues a Jonin. Por las mañanas irás a la mansión Hokage para entrenamiento con Tsunade-sama, al salir vendrás directo aquí para interrogación. Te encargarás de curar a los retenidos hasta que tengas más conocimiento. ¿Alguna duda?"

"Si... ¿puedo tener un perrito?"

Por alguna razón tenía miedo de responder esa pregunta.


Nota de Autora:

Es raro que deje notas, lo sé, pero... era necesario.
Solo quedan 2 capítulos para que termine 'La Fragilidad de la Flor Lunar', y efectivamente aunque no es una continuación este fic estará enlazado al otro.
Como siempre: ¿Para que hacerla fácil si podemos hacerla difícil? Será una pareja no convencional, parte 2 de 4 que estoy pensando a estos mundos entrelazados, sin embargo, cada historia puede ser leída por separado, primer capítulo de drama, pero ya en el próximo no será tan serio.

Esta historia comenzarán a aparecer la discordia de los mundos alternativos y cosas que en el otro fic aparecieron pero no terminaron de explicarse. A lo largo del fic aparecerán indicios de Shikamaru/Sakura, pero como el mismo Shikamaru explicará, es algo que en este mundo no 'corresponde'.
Sin más, saludos!