La Pelea
Cerró la puerta justo a tiempo, pues pudo escuchar el sonido de la cerámica rompiéndose al estrellarse donde él había estado momentos antes. Suspiró tratando de recuperar la paciencia y comenzó a caminar lo más rápido que le daban las piernas. Afuera, el sol le dio una cálida bienvenida y el viento le revolvió suavemente el cabello.
Mientras caminaba por el pueblo, pensó en lo mucho que amaba ese lugar. La gente le miraba con cariño y él les respondía de la misma manera ¿Por qué con ella las cosas no podían ser así? Pensó en lo mucho que la amaba. Sin duda, mucho más que a aldea; cuando se dio cuenta de ello, toda la pelea le pareció tonta.
Regresó sobre sus pasos mucho más rápido de lo que iba antes. Sí, la amaba demasiado y le dolía estar de esa manera con ella. Estaba seguro que la encontraría llorando y es que últimamente su humor iba de mal en peor. Tsunade, la médico, le había dicho que eso era perfectamente normal en los primeros meses. Abrió la puerta de golpe.
- ¡Así que volviste…! –No pudo terminar la frase porque un beso la calló. Mientras se besaban, sonreían contra la boca del otro. Se amaban de verdad.
- ¡Volvería por ti mil veces si es necesario! –Dijo él, abrazándola contra su pecho. Su corazón latía a mil por hora. En el rostro de ella, una pequeña sonrisa de dibujó.
- El que hayas regresado romántico no cambiará las cosas, Minato. Tienes que sacar la basura. Y no vale que llames a Kakashi para que lo haga.
Minato suspiró, amaba a Kushina ¡Pero qué manía la suya de hacerle sacar la basura!
