Título: Vivir, simplemente.
Clasificación: PG
Género: Drama.
Personaje: Harry.
Resumen: Todos tenemos un mal día. El problema es que a veces, y sin darnos cuenta, el mal día se transforma en semanas, y las semanas en meses.

Vivir, simplemente.

Todos tenemos un mal día. Y es normal tenerlo.

Despertarse mal, levantarse peor, y seguir el día como si no importara nada y como si tuvieras una nube negra sobre la cabeza.

Sientes todo gris, tienes un nudo en la garganta y algo te aprieta en el pecho. Estás ansioso y no sabes por qué.
Los ojos te arden y tiene ganas de llorar, pero no lo haces porque no tienes motivos.

Y como es sólo un día, lo dejas pasar.

Todos tenemos un mal día. Es normal.

Sabes que deberías estar feliz... ser feliz. Estás vivo; la gente piensa que has logrado cosas importantes, que has sabido sobreponerte a los malos momentos y seguir adelante. Que has logrado cosas que muy pocos pueden lograr.

No estás de acuerdo.

Te miras al espejo, ¿qué ves? Nada de lo que querrías ver. Sólo años, sólo dudas e inseguridades.

Piensas en tus logros, ¿y qué hay? Estás vivo, piensas que con eso debería bastarte, pero no lo hace.

Eres. Estás. Has logrado lo que se suponía debías lograr. ¿Qué esperas? No lo sabes.

Todos tenemos un mal día. Todos nos angustiamos y nos sentimos ansiosos alguna vez. Todos lloramos.

Está bien.

Pero, a veces y sin darnos cuenta, a ese día le sigue otro, y otro; y otro más. Los días se convierten en semanas y las semanas en meses.

Y te das cuenta que ya no puedes más. Que estás hundido en tus consideraciones y en tu vida monótona y carente del sentido que a ti te gustaría.

Estás harto de vivir así, pero no sabes qué hacer. Te quedas inmóvil en aquella situación, esperando que algo te saque del estado en el que estás.

Recién, después de acostumbrarte al gris, piensas en pedir ayuda.

La pides. El medimago, luego de escucharte media hora hablar sobre tus problemas existenciales, te mira y dice: tienes depresión.

¿Cuál es la solución? Llenarte de pociones antidepresivas y para dormir.

¿Qué piensas tú? Que quizás el medimago no tiene idea de lo que te pasa, que es imposible que después de media hora él pueda dar con la solución al problema que lleva meses contigo.

Pero le haces caso. ¿Qué más vas a hacer?

No quieres rendirte.

Sólo quieres que los días tengan color. Que tus ojos no ardan a cada minuto.

Quieres vivir y disfrutar de la vida.

Vivir, simplemente.