-Perla!... Vayan tras ellos! -gritó con ira y voz temeraria.
Hacer enfurecer a un diamante es un pecado brutal en homeworld. Todos lo saben, incluso aquella Perla azulada, antigua sirvienta de Diamante Azul. Ahora se encontraba en problemas graves, corriendo a toda prisa junto a un pequeño híbrido. Corrían por sus vidas ahora, huyeron de la audiencia de Steven, era obvio que sería castigado con la misma exterminación y esto no era del agrado de aquella Perla. Siempre había sido tan obediente y sumisa con su "dueña", por qué ahora rebelarse contra ella?.
-Entremos por aquí Steven -dijo Perla Azul con tono bajo y de preocupación.
El pequeño solo asintió, entraron a una habitación con varias naves. La azulada bloqueo la puerta y agarró fuertemente la mano de Steven, dirigiéndose con el a una de las naves del lugar.
-Por qué haces esto? -preguntó el pequeño confundido, mientras subía con ella al vehículo.
No respondió la gema, solo se vio algo a penada, a la vez de que todavía tenía su actitud calmada habitual. Prosiguió por poner el vehículo en marcha, fijo un destino y activo la velocidad de curvatura, y casi en cuestión de minutos se encontraban lejos y a salvo del peligro, pero solo por el momento. La Perla Azul suspiro del alivio, al saber que estaban a salvo. Pero no sin antes desactivar la señal que producía la nave. Al terminar de hacer esto, miro con un rubor a el pequeño confundido y ciertamente sorprendido de lo que acababa de pasar.
-Estamos a salvo -hablo en tono nervioso la gema.
-Muchas gracias, pero... Por qué lo hiciste? -preguntó Steven todavía en confusión.
Ella se sonrojó más y dirigió su vista a otro lugar, para que después se quedara en silencio. Era de extrañarse la verdad, ella siempre fue leal a su diamante y nunca mostró ni una pizca de rebeldía, al contrario simpre fue la obediente. Qué es lo que había pasado entonces?. Por qué hacer algo tan descabellado como tracionar a su Diamante Azul?.
-A donde iremos? -preguntó Steven, al darse cuenta que no le respondería a su pasada pregunta.
Ella respondió con un pequeño gesto de hombros, como si dijiera "no lo sé". Para que después hablara con un tono tímido.
-A donde tú quieras Steven...
-Está bien -respondió desconcertado el híbrido.
Tenía desconfianza en parte por la manera de actuar de Perla Azul. No se podría creer que ella hubiera hecho algo así. "Tal vez es una trampa" pensó Steven. "No puedo volver a la tierra, tal vez solo es un truco de ella para encontrar a las gemas de cristal. Para que puedan destruirlas", pensó con preocupación. Steven se encontraba alerta de esas posibilidades, por lo que quiso poner en acción un plan, un plan perfecto!. Oh al menos eso era lo que él creía...
-Bueno -dijo el pequeño en tono cansado, a la vez de que bostezaba -Estoy muy cansado, dormiré un poco, gracias por ayudarme -hablo mientras sonreía.
La gema se quedó callada y se sonrojó mucho al ver todo esto.
Fue una pésima actuación, pero era suficiente para que Perla Azul se lo creyera. Y Steven al darse cuenta de esto, prosiguió con ponerse a fingir que dormia, en el lugar más cómodo de la nave. Una banca extensa que se encontraba ahí. Mientras que la gema callada y ahora sonrojada, se limitó a observarlo con mucha atención.
Pasaron al rededor de una media hora, y Steven ahora cansado de fingir tanto. Comenzaba a dudar del resultado de su plan. Él pensó qué, ella al ver esto, se contactaría con alguna superior para informarle acerca de la situación, pero ciertamente no era así. Y el pequeño al ver esto, ya estaba desilusionado, a punto de abandonar su plan. Pero algo lo detuvo abruptamente en el último segundo. Escucho que aquella Perla azulada, caminaba con paso calmado y lento, la gema se comenzó a dirigir a el pequeño. Pero por qué?.
Ya una vez estando cercas de el. Ella puso delicadamente su mano en la cabellera del pequeño. Perla Azul, sonrió al sentir aquella sensación de cabello en sus dedos. Una vez hecho esa acción, de acariciar levemente la cabellara del chico, prosiguió con la cara levemente. Como si sintiera una gran curiosidad por aquel pequeño, pero a la vez. Por su rostro sonrojado y la delicadeza de sus caricias inocentes, se veía que se esforzara por no querer hacerle daño. No se podían ver sus ojos por el cabello que se los tapaba, pero bastaba por ver su sonrisa y sus cachetes ya en un tono azul fuerte. Pareciera que ella, ciertamente disfrutaba ver a el pequeño "dormido". Dejó las caricias y se acostó a un lado del pequeño, a la vez de que le daba un abrazo con cierta timidez.
"Que es lo que tramara?", pensó el pequeño ahora sonrojado por todas esas acciones. En lo que fingía estar dormido. Aquel abrazo le producía nostalgia. Ya hacía rato, que no recibía un abrazo. Comenzaba acordarse de su estancia en homeworld. En esa carcel fría y oscura que ocupó durante varios días, y de su única compañía en ese tiempo. Perla Azul se había acercado a el pequeño en esa soledad. Se escapaba de su labor y siempre se acercaba en silencio a la celda del híbrido. Casi nunca hablaba, pero por sus expresiones y la calidad de su compañía la cuál le proporcionaba. Se veía que le tenía cierto cariño y mucho interés por el. Ella lo observaba interactuar con las otras gemas "Rebeldes" y sonreía al ver la bondad de Steven con las otras. Su manera de fraternizar y su sonrisa. Especialmente su manera de sonreír, aún estando en una celda.
Cuando el pequeño se encontraba llorando en la soledad. Perla Azul se le acercaba con expresión triste y le hablaba. Cosa que nunca hacía. "Tranquilo Steven... por favor tranquilo... yo estoy aquí... No llores por favor" decía triste y tímidamente.
El pequeño lloraba al recordar esto. Le producía melancolía y la Perla azulada, que se encontraba abrazandolo, detectó esto y se alejó del abrazo asustada, y con voz tímida hablaba.
-Steven... Te e-encuentras bien? -preguntó la gema con tristeza.
Parece que solo quería ayudarlo, y al recordar todo esto se dio cuenta de eso. Desobedeció todo por salvarlo realmente, y había dudado de ella.
-Gracias Perla... gracias por todo, no sé cómo dude de ti -dijo el pequeño entre sollozos, mientras abrazaba a Perla Azul con fuerza.
-Ste-even... -respondió mientras correspondía a el abrazo y se sonrojaba fuertemente -Pero por qué lloras... hice algo malo? -preguntó triste, solo para añadir después -No me gusta que llores.
-Lo siento. Solo es que, ya extrañaba abrazar -dijo el pequeño mientras se secaba las lágrimas -Me gustan los abrazos.
Perla Azul se puso completamente sonrojada, y abrazo con mucha más dedicación a Steven. El pequeño sonrío al sentir esto.
-Entonces nu-unca dejare de abrazarte -dijo la gema nerviosa, todavía con su sonrojo fuerte.
Steven soltó una risita, y después de un rato de estar abrazados, se encaminaron a la tierra. Aquella Perla Azul, tan inexpresiva. Parecía completamente feliz y ansiosa, al saber que estaría con el pequeño híbrido Steven. Un sentimiento extraño la invadió, al ver por primera vez la esperanza de Steven. Y la primera vez que le regaló una sonrisa a ella. Ya no pudo sacárselo de la mente. Ahora solo existía Steven para ella y lo demás parecía importarle poco.
