Disclaimer: "Card Captor Sakura" y sus respectivos personajes corresponden a CLAMP y empresas asociadas a su producción y distribución. No tengo fines de lucro con este fic ni pretendo tenerlos, así que no me demanden.

¡Disfruten del fic!.

El bebé lloraba desconsolado dentro de su cuna. Sus pequeños pulmones parecían no dar abasto para que entrara el aire en ellos.

-Deja, voy yo- dijo Syaoran, detendiendo a su mujer cuando estaba por levantarse-. Tú descanza, no dormiste nada ayer.

Sakura sonrió agradecida, dándole un casto beso en los labios.

Li se levantó rápido y se perdió en la oscuridad de la amplia habitación que compartían con su hijo.

Logró escuchar una nana que solía cantarle en mandarín a su hijo, y que parecía ser la única cosa que lo calmaba. Un hipido más, y supo que Higen estaba dormido.

A pesar de que su esposo se había sacrificado por ella a causa del desvelo de la noche anterior, se sintió culpable. Él siempre le daba tiempo para descanzar y sentía que a ratos, él se responsabilizaba más por el pequeño que ella misma. A pesar de que él trabajaba, volvía tarde y estaba cansado.

Se levantó tratando de no emitir ruido, quería ver qué tanto estaban haciendo los dos amores de su vida. Se suponía que ya había logrado dormir al pequeño. ¿Por qué no volvía con ella a dormir?.

Cuando logró dar con su paradero- cerca de un gran ventanal que dejaba ver la iluminación incandecente de la Torre de Tokyo-, se sorprendió al ver a Syaoran mesiéndose de pie con el niño apoyado en su hombro izquierdo, palmeándole la espaldita pequeña. Juntos, el pequeño Higen lucía como el fiel reflejo de su padre. Cabellos caramelo, de mechones rebeldes, tez morena. Sus ojos, cerrados ahora, eran su gran diferencia, porque había heredado sus esmeraldas oscuras.

Se mordió el labio inferior, tentada de acercársele por la espalda a su marido, abrazarlo y apoyarse en su amplia espalda. Pero no quería romper la magia del momento.

-Me parece que dijo su primera palabra antes de terminar de llorar- susurró Syaoran.

Siempre astuto.

-¿Y cuál fue?- sentía pena habersela perdido.

-Papás.

Sakura sonrió, y unas lágrimas pequeñas se agolparon en sus ojos, emocionada.

Syaoran también se rio, y le tendió su brazo libre, atrayéndola contra sí.

-¿Sabes que soy el hombre más feliz del mundo?.

-Y yo soy la mujer más feliz del universo.

Se miraron significatibamente, para después besarse.

Todo el odio del pasado, la recolección de cartas y sus propios miedos no eran nada comparado con el futuro.

Y el futuro estaba construído con este presente, donde los tres eran al fin la familia que siempre habían buscando.