Lo complejo de los lirios.

Nota de la autora:

Hola queridos lectores. Mi nombre es Tania y es mi primer fanfiction publicado aquí. Lo siento por mi tonta introducción pero espero que me disculpen por ser mi primera vez. De verdad espero que le den una oportunidad a esta historia, les puedo asegurar por un 89% que no se van a arrepentir. 'Lo complejo de los lirios' es una historia romántica que se centra en diversas parejas de la tercera generación. Tengo pensado crear un tumblr donde suba algunas imágenes y descripciones de los personajes pero no tengo nada concreto aun. Woah, siento que estoy usando palabras muy sofisticadas. Bueno, creo que eso es debido a los nervios. Gracias por leer y espero sus reviews (no importa si son para decirme que apesto en esto, igual los acepto bue)

Capítulo 1: Mi perfume es de vainilla.

I.

– Vamos Lorcan, levántate – Hugo gruño, tratando de despertar a su rubio amigo que se encontraba con unas copas de más.

Corrección: bastantes copas de más.

Ambos se alejaban de la sala de menesteres donde se había ofrecido una fiesta en honor al primer viernes de un nuevo curso. Hugo nunca había cargado con un borracho, (siempre lo cargaban a él) así que esta nueva experiencia le resultaba un tanto frustrante. No, Hugo no es un borracho, esa no es la razón por la que siempre lo cargaban. ¡Hugo tiene 15 años, por Merlín!, no pasa de tomar cervezas de mantequilla. Lo que pasa es que Hugo tiene un límite de sueño, no puede quedarse despierto después de las dos. Así que cuando las reuniones se alargaban hasta más de esa hora Hugo se quedaba dormido... Y Hugo es de esos chicos que no se despiertan ni aunque un Troll estuviera dando saltos por su habitación. Por lo tanto cuando esto ocurría, su primo James era el que tenía que cargar con la obligación de llevarlo hasta su sala común sano y salvo. Por desgracia su primo más cool se había graduado el año pasado dejando que esta importante tarea quedará asignada a absolutamente nadie. (Y que Hugo tratara por todos los medios estar antes de las dos en su sala común.)

– Hugo, ¿Sabías que me gusta tu cabello? – Dijo Lorcan mientras se apoyaba pesadamente en él. Por Merlín, ¿Cuánto faltaba para llegar a la sala común de Slytherin? Nunca se hubiera imaginado que cargar con Lorcan sería tan complicado.

– No digas tonterías – El pelirrojo negó con la cabeza.

Nunca había visto a Lorcan en ese estado de ebriedad. El hecho de que empezara a encontrarlo atractivo era algo de lo que preocuparse.

– Es verdad. Me encanta el cabello pelirrojo y aún más si viene acompañado de un intenso olor a lirios – Lorcan se detuvo tropezando y enterró su nariz en el cabello del Hugo.

– Puaj – Salto Hugo mirando a su amigo atemorizado. – Por favor, dime que no estás enamorado de mí.

Lorcan se rió.

– Tu no hueles a lirios – Fue su única explicación.

– ¿Eso qué significa exactamente? – Preguntó Hugo a medio camino de las mazmorras, gracias a Merlín.

– Estoy diciendo que no eres mi tipo – Hugo suspiro aliviado haciendo reír a Lorcan. Un Lorcan borracho al parecer se reía de cualquier cosa.

– Wow, nunca pensé en alegrarme por oír eso.

– Si tuvieras los ojos más oscuros... el cabello largo, liso y sedoso, y un olor a…

– Lirios, lo sé. No me restriegues en la cara mis defectos – Hugo lo interrumpió dejándolo caer en la entrada de la sala común de Slytherin. El rubio se apresuró a decir la contraseña y Hugo cargó con él hasta dejarlo en uno de los sillones de cuero negro.

– Lo siento, simplemente no puedo dejar de hablar. Quiero cantar incluso… que loco ¿no?

– Amigo, a eso se le llama estar borracho.

Hugo se dirigía hacia la salida cuando Lorcan lo agarró del brazo y lo detuvo.

– ¿Tú crees que los nargles me ayuden a conquistar a Lily? O tal vez ... ¿Los leyns? ¿Los nachps? Debería haber prestado más atención a mi madre – Suspiro Lorcan sin darse cuenta de lo pálido que Hugo se había puesto.

– Espera ¿Qué? – Pregunto el pelirrojo.

– Que si tal vez eran los leyns o los nachps…

– Eso no, lo anterior: LILY, LILY, LILY.

Fue entonces cuando Lorcan se dio cuenta de lo que había dicho y abrió enormemente sus ojos azul oscuro, pareciéndose mucho a su madre Luna.

– Yo-yo... n-no dije nada de Lily – tartamudeo.

Hugo se rasco la cabeza ¿Quién era esa persona que había tomado el cuerpo de su amigo? Ese definitivamente no era Lorcan. Lorcan el arrogante chico de Slytherin que jamás hablaba sobre nargles y esas cosas. Jamás lo había escuchado tartamudear. Jamás lo había visto nervioso y jamás se hubiera imaginado que todo era debido a varias copas de whisky de fuego y a Lily Luna Potter, su prima y mejor amiga.

– Oh por Merlín, nadie está a salvo del encanto de Lily ¿cierto? Ni siquiera Lorcan Scamander. – Hugo suspiro resignado y se dirigió a la sala común de Gryffindor dejando a Lorcan roncando alegremente.

Cuando Hugo entró a su sala común lo primero que hizo fue derrumbarse en uno de los sillones, se sentía tan agotado para siquiera subir a su habitación. Unos minutos después, Lily llegó acompañada de un grupo de chicos. Ella le rodó los ojos cuando lo vio. Lily siempre se quejaba con él acerca del constante acoso que sufría de los chicos. Al parecer todos estaban enamorados de ella, lo que ella detestaba totalmente. '' Solo les gusta mi cabello, por Merlín'' ''Solo he cruzado dos palabras con ellos y me dicen que soy la mejor chica que han conocido'' ''Al parecer es ardiente coquetear con la hija del elegido'' ''Todos insisten en ver mi cicatriz con forma de rayo, no se quien les dijo que con eso van a conseguir meterse en mis pantalones'' Hugo sonrió al pensar en lo histérica que se pondría Lily al enterarse que también estaban enamorados de ella por su increíble aroma a lirios ''Lirios ¿Estas bromeando? Mi perfume es de vainilla''

– ¿No piensas ir a dormir? – Le pregunto ella sentándose a su lado.

– Supongo que en un rato iré – Contestó Hugo encogiéndose de hombros.

Lily sonrió, espero que los dejaran solos en la sala común y le contó todo acerca de los chicos que se encontraban con ella ese día. Al parecer los chicos se habían multiplicado ahora que su hermano sobreprotector de Hogwarts se había graduado. Nunca tantos chicos habían coqueteado con ella en una sola noche.

– ¿Y tú? Te estaba buscando para librarme de los idiotas pero no te encontré.

– Estaba con Lorcan – El cual, por cierto, me confesó que está perdidamente enamorado de ti. Bueno, tal vez estoy exagerando.

– Oh, así que sigues frecuentando a las serpientes – Dijo ella con una media sonrisa.

La verdad era que Hugo no sabía mucho acerca de la relación que llevaban Lorcan y Lily, mejor dicho; nunca le había prestado atención. Era claro que no se veían en clases ya que Lorcan estaba en sexto y, Lily y él, estaban en quinto. Sabía que tenían que ser amigos... aunque ahora que lo pensaba jamás los había visto juntos a excepción de aquellas ocasiones en las que Lorcan se les unía a ambos para jugar un partido de quidditch, en los paseos a Hogsmeade o en la madriguera.

– Solo si son de la familia – Le respondió Hugo con un guiño levantándose del sofá y alejándose a su habitación ya que eran las 1:40 y Hugo no quería quedarse dormido en la sala común.

II.

Rose nunca se había llevado bien con Scorpius y ciertamente ni siquiera estaba segura del porqué. La razón que le parecía más convincente era que se debía a que Scorpius era un rubio demasiado estúpido para funcionar... pero eso no era verdad: Scorpius era un chico increíblemente inteligente, tan inteligente como ella. La segunda razón más convincente era que el rubio solía ser un arrogante, vanidoso, que se creía el más guapo del mundo… y si, ciertamente Scorpius era el más guapo del mundo y el hecho de que lo supiera no lo hacía una mala persona. Así que la tercera razón más convincente era debido a que este le robaba a Albus de su lado... pero eso tampoco era verdad: Scorpius no tenía la culpa de que Albus haya quedado en Slytherin. Por lo que nos quedaba la cuarta razón, en la que Rose no quería pensar y había tratado de olvidar por completo... esta era que a ella le gustaba Scorpius Malfoy y lo detestaba por eso.

– Weasley.

– Malfoy – Y esas serían las únicas palabras que se dirigirían en todo el día. Oh, horrible y detestable rubio.

III.

James sonrió tristemente mientras pateaba una piedra en su camino de regreso a la casa de sus padres en Londres - y no estoy hablando del Número 12 de Grimmauld Place - Había ido un rato a caminar por la ciudad tratando de olvidar que sus primos estaban en Hogwarts y él no. El chico nunca había imaginado que se sentiría tan 'nadie' lejos de Hogwarts. Ahí en Londres él solo era otro chico con anteojos caminando por ahí, en Hogwarts él era el hijo del elegido, él era el chico más guapo del lugar (eso le gustaba creer) y él era el alma de las fiestas, las bromas y todo lo que ahí rodeado de muggles no era.

James nunca se había preocupado por su vida después de Hogwarts, él era de ese tipo de personas que vivían en el presente. Sin embargo ahora él estaba ahí sin nada a lo que dedicarse, ni nada que le apeteciera a hacer. Su primo Fred había decidido ser medimago y ahora se encontraba preparándose para desempeñar ese puesto… James, bien, él seguía sin tener ni idea de que le gustaba hacer. Así que el chico se había visto en la necesidad de hospedarse en la casa de sus padres en Londres y pensar un poco en el futuro. Aunque James no entendía porque sus padres habían decidido mudarse a Londres por él, bien podrían los tres haberse quedado en el Valle de Godric, o él se podría haber quedado con sus abuelos en la madriguera.

James cerró los ojos un momento y casi pudo ver a Louis y a Molly peleando en el gran comedor, a Rose sentada en la biblioteca con su cabello rojo despeinado, a su hermano Albus paseándose con la serpiente de Malfoy, a Lily siendo acosada por todos los chicos de Hogwarts y rodando los ojos más de lo que James creía posible… y a la chica de cabello castaño dorado con la que acababa de tropezar que se encontraba debajo de él en aquel momento y que parecía gruñir.

– Deberias tener mas cuidado – Le dijo la muggle desconocida con el ceño fruncido. James le dio una sonrisa de medio lado.

– ¿No piensas levantarte? – Volvió a preguntar ella pero James parecía no escuchar. Estaba incrédulo ante lo que veía: la chica más hermosa que había visto en todos sus 18 años de vida. Ojos oscuros, cabello castaño un tanto ondulado, unos labios rosados y unas cuantas pecas que adornaban sus mejillas.

– ¿Qué carajos te pasa? – Susurro la chica confundida ante la no-reacción del mayor de los Potter.

– Tu eres hermosa. – Le respondió James antes de unir sus labios con los de la chica en un beso corto que se vio interrumpido por el jalón de cabello que la chica le propinó a James.

– ¿Pero qué? – Interrogó el chico levantándose confundido llevándose la mano a la cabeza.

– Tú eres un idiota – Fue lo último que le dijo la chica antes de darse la vuelta y alejarse.

Wow, eso solo le había dejado bien claro una cosa: Ya no estaba en Hogwarts.

IV.

Albus se dirigió rumbo a la mesa de gryffindor como la mayoría del tiempo. Casi nunca desayunaba en la mesa de slytherin. El mediano de los Potter reservaba las comidas para la familia, era una tradición que no podía romper. Además que las comidas con su familia le divertían muchísimo, estaba seguro que en la mesa de slytherin no encontraría tal diversión.

– ¡Cuidado, se acerca una serpiente! – Dijo su hermana cuando lo vio.

– Buenos días para ti también, hermanita – Respondió Albus sentándose entre Lily y Louis.

– No me digas hermanita – Lily le gruño.

– De acuerdo ¿Me pasas el zumo de naranja, hermanita?

Hugo ignoraba a todos mientras se dedicaba a devorar su delicioso desayuno, hasta que Lily le dio un golpe con su codo.

– ¿Qué te pasa? – Dijo el pelirrojo, o bueno, una aproximación de eso -ya saben cómo hablan las personas con la boca llena.

– Te preguntábamos por Lorcan, ayer estaba totalmente fuera de sí – Le contesto su prima que usaba el tenedor y el cuchillo para comer su comida como si fuera miembro de la realeza o algo.

– Él… necesito un poco de mi ayuda, debo admitir – Contesto el pelirrojo encogiéndose de hombros.

– Lorcan Scamander no necesita la ayuda de nadie – Dijo un recién llegado Lorcan sentándose junto a ellos en la mesa de gryffindor.

– Adoro la manera en que hablas de ti en tercera persona – Hugo le sonrió a Lorcan mientras decía aquello.

– Es justo por eso que lo hago – Lorcan le guiño el ojo de vuelta.

– Wow chicos, es increíble la tensión sexual que desprenden – Comentó Lily sin alejar la mirada de su comida.

– No creo que sea correcto que sepas ese tipo de palabras Lily ¡Tienes 15 años! ¡Merlín! – Albus comentó provocando que Lily rodara los ojos en respuesta. Creo que sería buena idea contar las veces que la pelirroja hacia ese gesto.

– Albus, yo también tengo 15 años y créeme que me se esa... y otras palabras – Comentó Louis con una sonrisa en su bello rostro.

– A nadie le interesa las 'palabras' que sepas – Replicó una Molly molesta frunciendo el ceño.

– Y es ahora donde la prima amargada abre la boca – Louis respondió al instante recibiendo una patata frita directo a su rostro.

– ¿En serio? ¿Estás almorzando patatas fritas? Con razón tu peso esta como esta, mi querida Molly – Dijo Louis ganándose una mirada furiosa de la primogénita de Percy y Aubrey.

– No es necesario ser tan grosero, Louis – Intervino de inmediato Albus antes de que las cosas se salieran de control entre el rubio y la pelirroja.

– Bueno... y ¿Cómo estas Lorcan? – Pregunto Lily tratando de iniciar una conversación un poco más amistosa que la de sus primos

– Él está bien, aunque se siente un poco preocupado porque ayer reveló uno que otro secreto oscuro – Dijo Hugo con superioridad mirando al rubio de slytherin.

Lorcan en ese momento sintió como se desinfló toda esperanza de que hubiera sido solo una pesadilla aquel momento en el que le confesó a Hugo que sentía algo por la menor de los Potter.

Aquella mañana Lorcan se había despertado en su sala común sin tener recuerdo alguno de lo que había pasado la noche anterior. Pero en el momento en que tomó asiento y les sonrió a un par chicas slytherin de cuarto o quinto que pasaban por ahí, todo vino de golpe para él: Hugo, Lily, él diciéndole a Hugo una tontería sobre lirios, él confesando que le gustaba Lily, él siendo un estúpido borracho.

El rubio no podía creer lo que había hecho: le había dicho al mejor amigo de Lily que sentía algo por la pelirroja. Y puede que Hugo fuera su amigo, pero estaba claro que él era mucho más amigo de Lily y que este le iba a contar todo a la chica. Una imagen poco agradable se le vino a la mente. Se imaginó a Hugo rodeado de sus primos en la madriguera gritandole a todo el mundo lo idiota que era Lorcan por ser un admirador más de Lily. Se imaginó a Lily riéndose en su cara. Lorcan sintió como se le revolvió el estómago y a punto estuvo de irse a encerrar en su habitación y no volver a salir jamás. Luego recordó que él era un slytherin y que él jamás huiría de nada. Así que subió a su habitación, se duchó y se dirigió al gran comedor con una leve esperanza de que todo hubiera sido una pesadilla y de que jamás había abierto la boca.

Aunque, también cabía la posibilidad de que Hugo hubiera tomado sus palabras a broma y de que poco caso les haría. Lorcan se aferraba a eso mientras se sentaba en la mesa de gryffindor y su esperanza fue creciendo ya que Hugo no mostraba ningún signo de que supiera su secreto. Todo era normal hasta que Hugo escupió esas palabras con absoluta satisfacción dejando a Lorcan por un momento pasmado, pero rápidamente se recuperó, sonrió mostrándose despreocupado y respondió:

– Tonterias, cuando estoy borracho suelo decir muchas.

– No creo que haya sido una tontería – Hugo replicó de inmediato.

– Oh vamos ¡Yo quiero oírlo! Me encantan los secretos – Lorcan oyó a Lily decir y por el rabillo del ojo vio la sonrisa de suficiencia de Hugo.

Oh no, si el pelirrojo creía que Lorcan se iba a intimidar por algo como eso estaba muy equivocado. Él era Lorcan Scamander por merlín, y por más enamorado que estuviera de Lily, ella no lo intimidaba. (Tal vez solo un poquito)

– Tienes suerte pelirroja, yo conozco varios. Si quieres más tarde te puedo invitar algun lado y bien, yo podría decirte algunos – Lorcan respondió dándole a Lily su mejor sonrisa coqueta, para su sorpresa Lily no rodó los ojos como lo hacía ante cualquier insinuación o coqueteo.

– ¿Podrías hacer eso? ¿Desocupar un poco tu agenda para atenderme? – Lily le sonrió y por un momento su mente se quedo en blanco observándola. Era la chica más bella que había visto y Lorcan no estaba exagerando. – Las demás chicas se pondrán celosas

– Mí tiempo siempre está disponible para ti – Dijo Lorcan y espero que aquella frase no sonara tan tonta y cliché. Lo dudaba.

– Tú. Deja de coquetear con mi hermana – Albus dijo molesto haciendo que ambos, Lorcan y Lily, rieran.

– Y yo que pensé que James ya se había graduado…

– Muy gracioso, Lily.