ÁNGEL DE LA GUARDA
PREFACIO
Me llamo Isabella Marie Swan, aunque todos me llaman Bella, tengo dieciocho años, mis hermanos y yo vamos a mudarnos desde la soleada ciudad de Phoenix al lluvioso Forks, un pequeño pueblo en el estado de Washington, al oeste de los .
Somos cuatro hermanos, la traviesa Michelle de cinco años que con una sonrisa suya podría conquistar un mundo entero. Marianella de diecisiete, mi hermana menor y mi mejor amiga, la más sensata de la familia. Simon, mi hermano gemelo, mi dulce hermano mayor, ya que biológicamente hablando nació tres minutos antes que yo, por tanto eso le convertía en mi hermano mayor a efectos prácticos. Todos tenemos una relación muy estrecha, no sólo son mis hermanos, son mi vida, ellos me completan.
Mis padres llevan divorciados unos tres años, mi madre se ha vuelto a casar con Phil, jugador profesional de baseball, llevan juntos un maravilloso año y todo en su vida parece ser una continúa luna de miel. Eso no es que me moleste, en absoluto, más bien todo lo contrario, adoraba ver a mi madre sonreír, la manera en que Phil nos despertaba por las mañanas para ir a la escuela, pasar los domingos de verano en el jardín preparando la barbacoa y jugando a baseball todos juntos y me encanta Phoenix, la vida allí, pero por motivos del trabajo de Phil, mi madre y él debían viajar y yo y mis hermanos no podíamos acompañarles ya que teníamos que terminar nuestros estudios en Forks, donde mi padre siguió viviendo después del divorcio.
Mi padre es Charlie Swan, el jefe de policía del pueblo, un hombre tranquilo, sociable, con sus costumbres y sus manías. Pasábamos con él un mes cada verano pero desde que nos fuimos me preocupaba el hombre solitario en el que se había convertido, así que nuestro regreso sería para él como un soplo de aire fresco.
Estaba tan ilusionado por nuestro regreso que nos había re decorado nuestros cuartos a modo de regalo de bienvenida. Mi hermana Michelle dormiría en la habitación contigua a la de mi padre, en el segundo piso, Simon en la habitación que había justo en frente mientras que Mar y yo compartiríamos la bohardilla, ya que nuestra antigua habitación se nos haría demasiado pequeña para una larga temporada así que mi padre así lo decidió, y nosotras no teníamos ninguna queja al respecto, ya que la bohardilla era la mejor parte de la casa.
Era el comienzo de una nueva vida, echábamos de menos a Charlie pero me preocupaba que mi hermana Michelle extrañase demasiado a mamá o no lograse adaptarse a la nueva situación en Forks, era demasiado pequeña para tantos cambios.
