Disclaimer: Hetalia no es mío es de alguien llamado Hidekaz Himaruya. ¿Lo conocen?
Advertencia: Posible OoC, uso de nombres humanos y un intento raro de Ameripan.
Black tears (Kuroi Namida)
Una lágrima negra rodó por su mejilla, otra lágrima suicida, que al final no importaba. Una tras otra, más lágrimas negras se unieron a aquella.
Y bien ¿qué se siente ser sólo una muñeca de porcelana? ¿Qué se siente no poseer sentimiento alguno? Ojalá él lo supiera, sólo sabía que la gente a su alrededor estaba toda muerta, sólo sabía que tenía la piel hecha jirones, pero en sí, parecía una muñeca, una destrozada y llena de ceniza.
Caminó entre los cuerpos, entre aquellas cosas irreconocibles, que alguna vez fueron seres humanos, que alguna vez fueron su pueblo.
Ah, qué idiota fue al creer que podía ganar luego de que sus aliados se rindieran.
La guerra los cambia a todos. Es la voluntad de su pueblo y de nadie más. Por eso, es comprensible que entre naciones se hieran unos a otros, pero ese dolor indescriptible era muy diferente a todo lo que había experimentado antes. Se quemaba por dentro, en un calor envolvente y desgarrador, mientras escuchaba los gritos de su gente alrededor.
Más lágrimas rodaron por sus mejillas, manchándose de negro en su recorrido. Más y más lágrimas negras, que no pararon hasta que cayó a inconsciente. Despertó poco después en un hospital, para sentir esa horrible sensación otra vez. Gritó y gritó hasta destrozarse las cuerdas vocales. Gritó a la par de aquellos que perecían. Con desesperación, con dolor, sintiendo morir una parte de él.
Gritó y gritó...
Y se sintió envolver por un par de brazos. Abrió con cuidado sus ojos para toparse con esa mirada pura y deslumbrante. Sintió sus manos limpiar aquellas lágrimas negras, no, no son negras, ahora no. Sus mejillas ardieron al recordar que está entre los brazos de esa persona.
–¿Estás bien?–murmuró adormilado.
–Sí–susurró, tratando de disimular el mal sueño, ojalá hubiera sido sólo eso, un mal sueño. Pero su pesadilla fue real, en algún momento.
–Yo te protegeré siempre.
–Lo sé.
–Eso es porque yo soy tu héroe y te amo–. Se sonrojo furiosamente, su héroe eso es, pero también es quien más le ha herido. Y otra lágrima negra tiene la necesidad de rodar por su mejilla, a pesar de que ya lo ha perdonado, no puede evitar de vez en cuando, sentir la necesidad de botar otra lágrima negra, en memoria de aquellos días en que era una muñeca destrozada y llena de ceniza.
N/A: Vale este drabble ya tiene un buen, pero recién publico porque se me jodió la PC y por ende todo lo que tenía y bueno, me desaparecí literalmente de estos lares; y eso, espero no desaparecer de nuevo. Espero se entienda un poco lo que quise transmitir con esto. Oh, casi lo olvido un agradecimiento enorme a Junjou-Panic quien me sugirió el título del fic y me brindó su hermosa opinión y a mi Yil que fue la primera en leerlo y animarme a publicarlo.
¡Gracias por leer!
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