Capítulo 1:

Era una tarde soleada, tranquila en todos los aspectos, no había tráfico, gente corriendo porque llegan tarde, una tarde inusual para una ciudad como Tokio. A las afueras de la ciudad había un templo, con unos jardines enormes en los que se podía respirar auténtica paz, menos en el interior de la casa Higurashi……

¡¡¡Mama!!! ¿Dónde pusiste mi maleta?

Está en tu habitación, debajo de tu cama

No la veo……… ¡A ya!…… ¡gracias mama!

No pasa nada

¡¡¡Mama!!! ¿Dónde está mi mochila del colegio?

Debajo de la mesa del ordenador

¡Gracias mama!

Y ahora que………decía en un susurro

¡¡¡Mama!!! No encuentro mi gorra de la suerte, ni mi cepillo de dientes, ni mi uniforme de la escuela ¡¡¡QUIERES SUBIR A AYUDARME!!!

Esta hija mía es un desastre…… subiendo tranquilamente las escaletas para encontrarse con su hija…

¡¡¡SUBE YA!!! Estoy muy nerviosaaaaa…... gritaba la muchacha que estaba desordenando toda su habitación para encontrar todas las cosas.

Ya voy hija……

Sakura llegó al cuarto de su hija y encontró todo hecho un desastre, la ropa tirada en la cama, los libros por el suelo, sus senseres para el aseo personal todos desordenados sobre la mesa del tocador, a su hija dando vueltas por la habitación intentando guardar más ropa de la que entraba en la maleta.

Hija, ¿no ves que no te cabe todo eso?

Tiene que entrar…… necesito toda mi ropa

Pero hija, se un poca más practica, llévate ahora la ropa de verano y dentro de dos meses la de invierno.

Tienes razón…… ¿Qué haría yo sin ti?

Pues posiblemente morirte de estrés.

Estoy totalmente de acuerdo

Madre e hija empezaron de nuevo con los preparativos, tenían que dejar todo listo para mañana por la mañana, cuando su hija pequeña cogiese un avión, para irse muy lejos a estudiar en una escuela reconocida por todo el mundo, la escuela Shicon, en la que solo gente con mucho dinero o chicos que habían aprobado un durísimo examen podían entrar.

En la otra punta del mundo un chico con el pelo tan rubio que a la luz del sol parecía plata y unos ojos del color de la miel paseaba por las calles de su ciudad con su amigo de toda la vida, hablando sobre lo que les esperaba en la escuela.

Y dime Inu, ¿este año seguirás en el equipo de fútbol?

Creo que si, aun no lo se

Pues ya lo podías ir pensando, solo queda una semana para que se terminen las vacaciones, además, no creo que a tu novia le haga mucha gracia que dejes el equipo, eso te quitaría popularidad

Y a mí que me importa Koga, mientras tenga a mis amigos, el resto me da lo mismo

¿Incluso tu novia?

Incluso ella, si no quiere estar conmigo, pues siempre habrá otra, la variedad es infinita.

Si, y creo que van a entrar chicas muy interesantes este año, tengo entendido que hay cuatro en especial que podrían hacerle la competencia a tu novia y sus amigas. Son japonesas y ya sabes lo que se dice, la belleza oriental…… decía Koga con los ojos entrecerrados y con cara de deseo

¿Quién te lo dijo?

Pues Miroku, ¿Quién va a ser? Que chico en su sano juicio se metería en los archivos del colegio para ver únicamente las fotografías de las nuevas integrantes de nuestra prestigiosa institución.

Tienes razón, ya podía haber mirado los exámenes, pero no, en su mente solo podía caber una cosa, chicas.

Los chicos siguieron caminando, hablando sobre los problemas que tenían en su vida sentimental, sobre los estudios, lo que harían en un futuro. Sin duda una conversación demasiado madura para unos chicos de dieciocho años.

La noche pasó en Tokio y un nuevo día amenazaba con salir, mientras una chica de cuerpo menudo se desperezaba en la cama, tapándose hasta la cabeza y colocando la almohada encima de esta. Era demasiado temprano como para despertar. El sol comenzó a colarse por las rendijas de la ventana y dieron a parar sobre cuatro rostros que dormían placidamente sobre el suelo. Había sido su última noche de chicas en su querida ciudad ya que serían enviadas a una cárcel estudiantil o llamado de otra forma un internado.

Poco a poco las cuatro chicas fueron despertando haciendo un gran alboroto

¡¡¡No me quiero ir!!! Dijo Rin con cara de desesperación

¡¡¡Yo tampoco!!! Decía Sango haciendo un puchero.

¡¡¡No me pienso mover de aquí!!! Decía Kagome mientras se tapaba aun más con su colcha

Apoyo la moción. Decía Ayame imitando la reacción de su amiga.

Las cuatro chicas llevaban una vida muy tranquila en su colegio, eran populares y queridas por todos ya que eran amables y simpáticas con todos, desde los cerebritos y feos hasta los deportistas guapísimos. En su colegio nadie quería creerse que esto iba a pasar, pensaban que era una mala pesadilla de la cual ya quería despertarse.

La madre de Kagome entro al cuarto y se encontró a las cuatro chicas haciendo pucheros sin quererse levantar. Todo estaba preparado gracias a dios ya que la mujer sabía que le costaría horrores levantar de la cama a esos monstruitos. Después de un rato de negociaciones entre la parte positiva (Sakura) y la negativa (Kagome, Sango, Rin y Ayame) la parte positiva ganó la batalla, como era de esperar y las chicas no tuvieron de otra y terminaron levantándose. Mientras una se duchaba las otras dos desayunaban, era una manera de ahorrar tiempo ya que llegaban con el tiempo justo para coger el avión, eso si no lo perdían claro.

Cuando las cuatro chicas ya estaban preparadas para irse, el hermano de Kagome, Sota, se puso a llorar inconsolablemente.

¡No quiero que te vayas!

Yo tampoco me quiero ir, Sota, pero es por mi bien, por mi futuro.

Pues estudia aquí, en tu escuela de siempre, no creo que la otra escuela sea mejor, shif shif

Verás como nos vemos pronto, no llores más, si no me eré muy triste y me harás llorar a mí también

Está bien……… pero te voy a echar mucho de menos.

Kagome le dio un beso en la frente a su hermano y salió por la puerta con una lágrima cayéndole por la mejilla. Era duro despedirse de su familia y no volverla a ver en meses, menos mal que sus amigas viajaban con ella si no se moriría de pena

Las cuatro chicas se habían vestido cómodamente ya que el viaje sería largo y no quería estar incomodas. Kagome se puso unos vaqueros de color negro y una camisa de tirantes ajustada de color rojo, en la parte de atrás había una flecha señalando su culo y una frase encima que decía kiss my baby, nadie mas que ella se pondría esas cosas. Sango por su parte se puso unos pantalones de deporte de color azul y una camisa sin mangas de color blanco. Ayame se puso unas mayas de color azul oscuro y una camisa sin mangas de color azul claro. Rin se puso unos pantalones piratas de color blanco y una camisa de tirantes de color negro.

No tenían ningunas ganas de ir a ese colegio, ¿Qué pasaría con sus coches de carreras? No podrían correr con ellos, su vida se estaba viendo muy negra. La madre de Kagome las había prometido mandar esos coches a su escuela para que se pudiesen moverse por la ciudad. Sus pobres madres no entendían de coches y no sabían que debajo de los capos de esas maravillas existían verdaderas máquinas. Sus hijas habían echo algunos arreglos para que estos fuesen mas potentes.

Kagome poseía un BMV M6 con 507 caballos de potencia de color negro con signos chinos de color plata en los lados del coche y en el capo había un dragón chino del mismo color que las letras.

Sango tenía un Mercedes CLS 63 AMG con 650 caballos de potencia de color rojo con llamas de color amarillas pintadas por todo el coche. Era una preciosidad, un lujo de coche

Ayame tenía un BMV M5 con 507 caballos de potencia al igual que el de Kagome de color verde decorado con letras chinas a los lados de color negro y un dragón chino del mismo color en el capo

Rin tenía un audi S8 con 450 caballos de potencia de color azul decorado con llamas de color rojo y amarillo que inundaban el capo y seguían hasta el final de los lados del coche.

Eran coches muy llamativos, no solo por las marcas y modelos, sino por los retoques que tenían y por la decoración que presentaban. Normalmente los coches de competición eran un poco más feos pero tratándose de coches preparados no solo para carreras, si no que también para exhibiciones tuning los hacían espectaculares. Los motores escondían nitro y alguno que otro arreglo para subir la potencia del motor como si no fuese suficiente la cantidad de caballos que tenían. Los cuatro coches viajarían por el mar, en barco, por lo que tardarían un poco más en llegar al colegio de las chicas.

Las cuatro habían entrado gracias a sus esfuerzos ya que sus familias así lo habían querido, no es que no tuviesen dinero suficiente para pagar un colegio así, si no que querían que consiguiesen las cosas con el sudor de su frente, no por el nombre o dinero que pudiesen poseer sus familiares. Lo malo era que en esa institución, a los becados los tenían un poco aislados ya que todos creían que era debido al poco nivel adquisitivo que poseían, por lo que eran carne de cañón para los niños ricos. Lo peor sería que esta vez darían con cuatro chicas que no se parecían en nada a lo que ellos estaban acostumbrados. En su antiguo colegio no se hacía de menos a nadie, estaban acostumbradas a tratar con todo el mundo, sin excepción, por lo que al llegar a esta institución se darían una desagradable sorpresa. Pero a ellas que las importaba eso si tenían sus coches con los que poder practicar su deporte favorito, solo esperaban una cosa, que en Nueva York se practicara.

En Japón la practica del drifting era ilegal, carreras clandestinas donde el piloto demostraba el dominio sobre su coche a altas velocidades, cuantos mas giros, mas cambios de dirección vertiginosos y mas velocidad, mejor era el piloto, muy pocos sabían como hacer de este deporte un arte y en esas pocas personas estaban esas cuatro chicas, las cuales tenían un clan formado, se hacían llamar los dragones. Muy pocos sabían que se trataba de mujeres, solo la gente que estaba metida en ese mundo, aun así eran muy respetadas, eran las reinas del drifting. ¿Se encontrarían buenos contrincantes en Nueva York? Ya tenían ganas de salir a la calle con sus coches, en busca de las zonas donde pudiesen practicar, no se querían quedar oxidadas.

Las chicas estuvieron casi todo el viaje durmiendo ya que este era muy largo, vieron televisión, comieron, hablaron sobre su desdicha al tener que cambiar de ciudad, de amigos y de colegio, jugaron, se gastaron bromas e hicieron planes para encajar en ese nuevo mundo donde aun no sabían que les esperaba, y la verdad es que si tenían miedo, pero juntas lo afrontarían todo, siempre había sido así y ahora más que nunca se necesitaban las unas a las otras.

Continuará………………………………

Espero que les guste esta nueva historia, yo estoy muy emocionada con ella. Se que aun tengo dos sin terminar pero llevo mucho tiempo queriendo publicar esta…… ya no me aguantaba mas, si no os gusta solo tenéis que decírmelo.

Espero que me dejéis muchos reviews en esta historia ya que en las otras no os animáis mucho.

Una aclaración: si no sabéis de que va el drifting solo tenéis que ver la película de a todo gas 3

Un beso para todos y gracias de antemano por los mensajes que me dejeis.