A river flows in you

A river flows in you

Disclaimer: Nada es mío, nada me pertenece. Si me plagias Jasper se enfadará mucho y Alice no hará nada por salvarte .

Summary: Bella iluminó la vida de Edward como si de una estrella se tratase. Ahora sus hermanos piensan sobre el meteorito que ha sido Bella Swan. Viñetas independientes.

1. El sofá de cara a la ventana.

Rosalie no era una cotilla. Nada en el universo era tan o más importante que la gente a la que ella quería, y a esos no necesitaba espiarlos o vigilarlos porque no guardaban secretos. Nadie sensato escondería las cosas en una familia en la que había alguien como Edward, a la escucha todo el tiempo, o como Alice, que veía todo. Incluso como Jasper, aunque a él le veía más como un dispensador emocional.

Rosalie no era como los demás miembros de su familia. No escuchaba, no veía, no sentía como lo hacían Edward, Alice o Jasper. No amaba con la tenacidad que tenía Esme, y tampoco tenía la compasión de Carlisle. Ni siquiera compartía la curiosidad de Emmett.

Y no era que no se preocupara por los demás, o que nadie le pareciera lo suficientemente importante como para prestarle atención. Ella sí se preocupaba, pero en la distancia, detrás de las preguntas de Alice y de los ofrecimientos de Edward. Rosalie prestaba atención, detrás de las risas explosivas de Emmett y de los movimientos de mano de Jasper cuando relajaba el ambiente. Detrás de los susurros a media voz de Carlisle y Esme.

Pero había algo en él que a veces la hacía desear más que nada en el mundo el poder escuchar. El poder ver. El querer sentir.

Por eso cuando se puso de puntillas y curioseó la puerta abierta del dormitorio de Edward, sólo pudo quedarse mirando, fascinada. La bella inmortal sabía de sobra que nunca se llegó a dar cuenta de cómo Bella había entrado en sus vidas e hizo algo que nunca había conseguido nadie: ganar su corazón. Ganarlo entero, y ganarle a él. En los setenta años que llevaba conviviendo con Edward, nunca le había visto tener ganas de vivir. Simplemente sobrevivía, como le había dicho una vez. Sobrevivir y esperar a que algo sucediera, a que llegara su final, porque a pesar de todo, ellos merecían un final, no importaba cómo fuera.

Y ahora vivía. Sólo mirándola respirar, sonreír, sonrojarse, ser como ella era, era suficiente para hacer que Edward fuera feliz. La mera idea era estúpida, ridícula, y tal y como era Edward, perfectamente adecuada a él.

Rosalie no era una cotilla, pero no estaba ciega. Sentados en el sofá que él había puesto de cara a la gigantesca ventana que había en su dormitorio, el sol se reflejaba en sus pieles sin mucha intensidad, haciendo que la piel de Edward pareciera adherida a millones de diamantes de todos los colores habidos y por haber, y Rosalie sintió una punzada en el estómago al saber que hacía eso porque era una de las cosas que hacía feliz a Bella. El sol, la ausencia de sombras, la vida al fin y al cabo.

Apoyando la cabeza en su regazo, Bella hablaba en voz baja, con la mirada clavada en el rostro de su prometido. Los dedos de él jugaban en su pelo, espeso, castaño, haciendo y deshaciendo los rizos que Alice le había hecho aquella mañana. Su mano derecha, en cambio, descansaba sobre la de ella, entrelazando los dedos mientras jugaba con el anillo de compromiso que por fin llevaba puesto.

Poco después comenzó a tararear en voz baja, apenas audible. Su nana. La pieza de música que él había escrito para ella. Rosalie tenía que admitir que el chico tenía talento cuando se trataba de música. Muchas veces se había preguntado por qué su hermano no intentaba vivir de ello, pero no era esa la manera en la que él estimaba sus composiciones. Y a pesar de intentar comprenderle, Rosalie nunca ha llegado a hacerlo. Ni siquiera en cien años ha podido descubrir quién era él realmente.

Incluso se preguntaba si Bella descubriría por sí misma quién era Edward. ¿Alguien podría, en realidad? Honestamente, ¿Podría alguien conocer al misterioso chico de ojos dorados y alma negra que era Edward Cullen?

Rosalie podía no entender a Edward ni oír sus pensamientos, pero sí que podía espiarles y así Bella le daría más detalles para conocer mejor a su hermano.

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Sé que estoy muy desaparecida. Tengo exámenes. He hecho limpieza de documentos y he encontrado estos drabbles en una carpeta así que he pensado en ir subiéndolos. Serán siete en total y ya los tengo escritos así que sólo tengo que subirlos.

Si os preguntáis cómo están los otros fics, prometo actualizarlos antes de irme de vacaciones. Palabra de wir.

Besitos a todas, y muchos ánimos a las que tengáis exámenes.