1.- Tiempo
Antiguo Cuartel de Ahooi.
Región #140 Sur. Capital del Oeste.
30 años antes.
Las detonaciones eran ensordecedoras. Con toda la fuerza de sus piernas dada por la desesperación, el agente y su compañera corrían por los oscuros y largos pasillos. Por momentos el aliento les faltaba, pero por nada debían detenerse. Se encontraban desprotegidos, pues sus municiones se habían agotado, obligándoles a desechar las armas de sus manos metros atrás.
-¡Que no salgan del cuartel! ¡Cierren todas las salidas! –ordenaban sus persecutores por medio de las radios. La alarma había movilizado a cada soldado, haciéndolos acercarse peligrosamente a los agentes por cada paso que aquellos daban.
-¡No tiene caso! –dijo la joven con angustia a su compañero- ¡Nos tienen rodeados!
-¡Calla, no digas eso! ¡En esta área del cuartel hay túneles subterráneos! ¡Iremos por ahí!
Cuando los pasos de los soldados aminoraron por la distancia, la pareja hizo un alto. El agente trató de orientarse nuevamente y al reconocer su localización exacta, continuaron su apresurada marcha. Los persecutores se percataron de esa pausa, advertidos por las cámaras de seguridad nocturnas y sus radios, avanzaron deprisa para darles alcance mientras daban la señal a otro grupo cercano situado delante. Sin embargo, pese a la distancia y la escasa visión, abrieron fuego.
Justo los agentes habían comenzado a andar cuando la ráfaga de balas sonó a sus espaldas, rozando dos de ellas la mejilla izquierda y el brazo derecho del agente, haciéndolo aminorar la velocidad y soltar un grito de dolor. Su compañera lo tomó del brazo izquierdo y continuaron su escape.
Metros más adelante, giraron hacia la izquierda por una indicación de él y al adelantar un par de pasos más, localizaron y entraron por una compuerta situada en el suelo metálico. Cuando estaban en ello, las luces de todos los pasillos se encendieron, cegándolos. Ambos abrieron los ojos segundos después del resplandor y sus miradas se fijaron en el piso; el rastro de sangre era contundente, siendo inevitable que los siguieran.
Luego de cerrar la compuerta tras ellos, la joven sacó un pañuelo de tela de entre su ropa, haciéndole un rápido vendaje a su compañero. Las heridas habían sido profundas, pues el agente había perdido ya la movilidad de su brazo y la sensibilidad en su rostro. La sangre no dejaba de fluir, empapando inmediatamente la cinta.
-Esto detendrá la hemorragia, por el momento…-dijo ella, apretando el pedazo de tela lo más que pudo para detener el sangrado.
Luego, continuaron la huida por los estrechos túneles, cubiertos en una semioscuridad debido a las ventilaciones que daban al exterior de ese día gris. Bajo sus pies se sentía una corriente de agua que hacía sonar sus pasos con un chapoteo breve. Llevaban cerca de cinco minutos andando cuando escucharon las pisadas de varios individuos detrás de ellos y en diversas direcciones, transmitidas por el eco hasta sus oídos con claridad.
-¡Apresurémonos! –dijo él. El mapa mental que había trazado sufría numerosos cambios. Tratar de mantener la mente fría y concentrada era la única manera para que ambos salieran con vida.
El laberíntico recorrido terminó cuando giraron a la derecha en un recodo. Era el final del acueducto. El agua, ya convertida en una corriente un tanto violenta, caía estrepitosamente a por lo menos, ocho metros de altura sobre un lago, cuyas profundidades no eran vistas por los ojos de ambos. Al lado sur de la acentuación acuífera, continuaba un río de agresiva corriente que atravesaba las montañas.
-¡Salta! –ordenó el agente a su compañera.
-¡Estás loco! ¡No sabemos si en el fondo de la cascada haya rocas o sea lo suficientemente profundo para…!
-¡No hay tiempo! ¡Salta si no quieres morir en manos de esos malnacidos!
-¡No lo haré! ¡Tú estás herido! ¡No podrás nadar! ¡Si saltamos, la corriente nos matará!
Los pasos por detrás de ellos se oían más cerca. Los gritos de alarma y las detonaciones comenzaron.
-¡Entonces, lo haremos juntos! –dijo el agente, rodeado la cintura de su compañera con su brazo bueno.
Un grito de ella se dejó oír mientras caían, para que luego, nada más que el ruido del agua se escuchara por el tupido bosque que rodeaba el cuartel, desapareciendo ambos instantáneamente de la vista de los soldados.
-General Blue… ellos… saltaron… -comunicó uno de los soldados a su superior por la radio, algo sorprendido por lo que acababa de ver.
-Entonces están muertos. En el fondo de esa cascada hay rocas –respondió una voz por el aparato.
-¿Procedemos con el rescate de los cuerpos, señor?
-No. Déjalo así. La corriente y los animales carroñeros que abundan en la montaña terminarán el trabajo. Regresen.
El soldado transmitió la orden al resto de sus compañeros, pero al darse la vuelta para retirarse, algo enganchado en la orilla del túnel de metal había llamado su atención.
-Señor, parece que el espía dejó algo…-comunicó en seguida al General.
-Sea lo que sea, tráelo.
-¡Si, señor!
Época actual.
Un año y medio después de que se conocieran de una manera "inusual" en la Isla Papaya, y de cumplir su promesa de volver a verse en el Torneo de las Artes Marciales del año siguiente, la renombrada fotógrafa artística Milk estaba por contraer nupcias con el joven Goku quien, luego de su retorno a la A.I.T. además de que gracias a Bulma (y por haber demostrado su desempeño estratégico) llevaba el puesto de Agente de movilización y organización de escuadrones en la Agencia.
Por mutuo acuerdo, la pareja celebró su boda en la Montaña Flypan, donde Goku había estado frecuentando a su prometida los últimos meses, antes de que la Agencia considerara fuera de peligro la zona, pero no por ello se retirara la vigilancia del todo.
Luego de muchos preparativos, por fin, una tarde de octubre y rodeados por sus amigos y seres más allegados, la boda se celebró en un gran y majestuoso salón, cercano a la mansión antigua de la familia de la novia.
Ella, radiante, espléndida, bella. Sonreía y transmitía con su presencia a todos una felicidad pura.
Él la observaba. Con la misma alegría que ella emanaba, parte de su mente no creía que fuera verdad que ahora estuvieran juntos. Ambos se debían la vida, ambos admiraban la fortaleza del otro y aunque no lo dijeran en voz alta todo esto, sabían que el destino de ese modo los había presentado y unido por siempre.
Nada más que alegría les deseaban todos desde que se corrió la voz del futuro matrimonio. Si bien ambos recibieron opiniones sobre que era algo precipitado dar un paso tan importante, la felicidad de la pareja alejó todas esas negativas especulaciones.
Además, más allá del afecto, la unión era necesaria: no todos sabían que ella era la poseedora de un don milenario y que con ese matrimonio, añadiendo además el profundo amor que crecía en ambos, el futuro marido tendría a su disposición el mover cielo, mar y tierra de ser necesario y ante cualquier inminencia por muy leve que fuera para procurar el bienestar de su mujer. Pero el joven deseaba con su alma no llegar nunca a explotar esos recursos, pues la tranquilidad y la compañía de la muchacha le confirmaban la realidad de un porvenir repleto de la tan necesaria paz.
Por entonces, los más sonados nombres de la Red Ribbon se encontraban en prisiones de alta seguridad, donde pasarían hasta el último día de sus vidas. El resto de los hombres habían muerto en persecuciones o suicidios con tal de evadir a la justicia, además de quienes tuvieron que enfrentar la pena de muerte luego de su captura.
O-O
Una de la mañana. La recepción de la boda estaba por culminar.
La pareja abandonó la fiesta casi media hora antes. Desde la Montaña Flypan, tenían que hacer un recorrido en auto hasta las afueras del pueblo, donde, en un pintoresco lugar, se encontraba un lujoso hotel, en el cual pasarían su primera noche juntos. Luego, tomarían un vuelo al día siguiente, con destino a su luna de miel de dos semanas completas en una paradisiaca y exclusiva isla.
La boda y el viaje habían sido regalos de Bulma. Sin embargo, había sido ella la gran ausente en toda la ceremonia debido a su muy demandante cargo en la Agencia y la Corporación. Los novios se vieron tentados a retrasar la fecha para que asistiera su protectora, pero Bulma les insistió en que no se preocuparan y que continuaran adelante. Aun sin estar del todo convencidos por la petición, Milk y Goku así lo hicieron.
El frío de la madrugada comenzaba a sentirse en el exterior. Con rápidos pasos y acompañada de alguna amistades, la novia salió del salón por una de las puertas traseras, donde un auto y su marido la esperaban.
-Listo. Ya me despedí de todos. Vámonos, Goku.
-Bien. El chofer ya nos está esperando. Sube al auto.
Goku abrió una puerta trasera mientras su ahora mujer subía. Luego, él hizo lo propio por el otro lado del vehículo. Cuando estuvieron listos, partieron.
-Este es el día más feliz de mi vida. Todo me parece un sueño hecho realidad. Ahora estaremos juntos siempre.
Él escuchaba a Milk atentamente, sonriendo. Por toda respuesta, tomó su mano sin retirar sus ojos de los de ella.
-Si. Esto es tan increíble… nadie nos creería por lo que hemos pasado…
El viaje iba a ser largo. Llegarían al hotel en casi cuarenta minutos. Pese a la oscuridad de la carretera, el chofer se movía hábilmente por la sinuosa autopista.
Milk cerró los ojos. Llevaban cerca de quince minutos de camino. La joven acomodó su cabeza en el pecho de su marido. Era una suerte que se hubiera despojado del vestido de novia cambiándolo por un conjunto de falda, blusa y saco de color beige. Ropa elegante y cómoda.
Él aun conservaba su esmoquin negro de la ceremonia. En cuanto llegaran al hotel, lo cambiaría por otro conjunto de los que solía usar. No había perdido su preferencia a la ropa que como ella lo había conocido.
Goku puso una mano en el hombro de su mujer, acariciando luego con sus dedos el delicado cuello de ella, quien aun tenía sus ojos cerrados, mezcla de tranquilidad y cansancio. Ambos iban en silencio. Ya habría tiempo de conversar y decirse lo que quisieran por el resto de sus vidas.
Goku, que había cerrado sus ojos también, un rato después pero los abrió de nuevo de pronto. Con su mirada hizo un signo de extrañeza y de inmediato le dijo al chofer:
-Oye, ¿por qué bajas la velocidad? A ese paso jamás llegaremos.
-Lo siento, señor –respondió con voz pausada aquel hombre luego de un momento -, es que el camino se está cubriendo de niebla. Es precaución, pero procuraré ir deprisa.
-No, no. En ese caso, déjalo así –luego, Goku añadió para sus adentros-. Es extraño que haya niebla. No ha llovido en estos días…
-¿Qué pasa, Goku? –preguntó Milk, mirándolo.
-Nada. Un imprevisto cambio del clima hará que nos retrasemos un poco, pero quédate tranquila.
Le dedicó una amplia sonrisa tranquilizadora y ella correspondió el gesto con un beso.
O-O
La noche había pasado deprisa y la pareja, que aprovecharon todo ese tiempo y hasta el último segundo en consolidar su unión de una manera delicada pero no exenta de pasión, tenían todo preparado para ir de camino al aeropuerto.
Eran las nueve de la mañana y según lo estipulado, el chofer que la noche anterior los había llevado al hotel, sería el encargado de transportarlos nuevamente. Sin embargo, aquel hombre simplemente no se presentó sin dar ninguna justificación. Y antes de que los recién casados pudieran quejarse, el hotel les dispuso un vehículo, llevándolos a tiempo a abordar su vuelo.
Marido y mujer olvidaron el incidente cuando vieron con satisfacción que la repentina desaparición de su chofer no detendría sus proyectos.
El vuelo en primera clase llegó a su destino cinco horas después y cuando a la pareja se les entregó el auto asignado para rentar durante su estadía, se dirigieron al lujoso hotel. Una vez instalados, y desde el balcón de su suite que les ofrecía una espectacular vista del mar, Milk y Goku por fin se vieron tranquilos nuevamente, felices.
-Y finalmente… ya estamos aquí –dijo él, con una sonrisa, mientras rodeaba con sus brazos a su esposa.
-¡Es hermoso! Jamás dejaré de agradecerle a Bulma por este magnífico regalo de bodas –exclamó la joven con franca gratitud en sus palabras.
-Y yo le agradeceré toda la vida que me permita estar contigo…
Por las mañanas, la pareja daba paseos por la playa, además de sumergirse en las claras aguas del océano. Y por las noches, cuando terminaban de conversar sobre lo maravilloso del lugar y alrededores, retomaban sus sesiones de amor ininterrumpido, todas y cada una tan románticas y apasionantes. Sutilmente, Goku se mostró más impetuoso que las primeras veces. A ella le sorprendió un poco este leve cambio, pero después de todo, habría más noches como esas, en las que él la tomara tan fervientemente, llevándola a otro mundo donde nadie mas que ellos reconocieran sus placeres y deseos mutuos.
Y nuevamente, los recién casados percibieron la brevedad del tiempo durante los días en la isla.
Al día siguiente de la última noche, salieron al aeropuerto con destino a la Capital del Este y de ahí, a su nuevo hogar: la Montaña Paoz. Un lugar pacífico y apartado del mundo, donde pasarían sus días rodeados de la naturaleza y sus hermosos alrededores. Goku, que en ese lugar guardaba los mejores recuerdos de su infancia y parte de su adolescencia, quería recuperar esos años y compartirlos con su esposa y en el futuro, también con sus hijos.
¡Hola!
Pues debido a algunas peticiones y a que me gustó la idea de la historia, aquí está la segunda parte de La Luz del Dragón. (Ya desde hace tiempo lo venia contemplando, e incluso ya tenia hechos algunos avances, pero tuve temores sobre cómo plantearla.)
Este fic será un poco más extenso, porque contendrá saltos de tiempo tipo flashback -como el principio- además de la historia principal, por algunos (muchos :S) puntos que se quedaron pendientes en la primera parte y claro, Milk y Goku enfrentarán algo más reservado por la Red Ribbon.
Goku me ha dado dolores de cabeza en todo esto, porque no es esta su manera de ser habitual, pero fue necesario describir a un Goku experimentado y estratégico, no al infantil, como pudieron apreciar en la primera parte. Una disculpa de antemano si el personaje les parece de pronto "fuera de lugar" pero en el fondo, no dejará de ser quien todos conocemos. Tratare de mantener lo mas posible el mundo de Dragon Ball (nombres, lugares, objetos, etc.) pero claro, desde el punto de vista de un Universo Alterno.
Gracias de nuevo por sus comentarios, likes y favoritos en el anterior fic (y por supuesto, el apoyo que recibió para el concurso) y ojalá sea de su mismo agrado esta continuación que iré actualizando lo más rápido posible. Tendré en cuenta todos sus comentarios :D
¡Saludos!
