Alice POV
Prólogo
Subí a toda velocidad por los escalones del autobús que recorría las principales calles de Nueva York, eran casi las 7:30 de la mañana lo que quiere decir que voy atrasada... otra vez. Soy la solista más joven del Ballet de la Ciudad de Nueva York y la verdad es que es un verdadero honor que me dieran esta oportunidad, quiero decir, tengo solo 19 años y es muy probable que logre ser primera bailarina antes de que cumpla los 28 años, solo si me esfuerzo en esto y le dedico mi vida completa para lograr mis sueños.
Era la primera vez que ensayaríamos "La Bayadera" sobre el escenario y yo ya estaba llegando tarde. La señorita Esme, la directora artística, iba a matarme y la verdad es que si me quitaba mi solo entonces no sería capaz de contener las lágrimas, porque con mucho esfuerzo me había ganado el solo más difícil: tenía que bailar con un jarrón sobre mi cabeza y si se caía iba a arruinarlo todo, además de otras coreografías con el cuerpo de la compañía. La verdad es que ensayaba a tal nivel que a veces la sangre de mis pies se notaba en la tela rosa suave de mis zapatillas de punta y es que no quiero perder esta gran oportunidad ni decepcionar a nadie.
Me senté en la última fila de asientos al lado de la ventana para sentir el aire frío sobre mis mejillas. A mi lado no iba ninguna persona lo que me hizo sonreír un momento y cerrar mis ojos por unos segundos para permitirme descansar. La noche anterior casi no había dormido por quedarme ensayando hasta tarde y ahora tuve que levantarme temprano para tomar algo de desayuno, hacerme un moño apretado con mi negro pelo y ordenar mi bolso con todas las cosas que necesitaría para el ensayo.
No sé en que momento me dormí, solo sé que de pronto una voz lejana me llamaba mientras alguien tocaba mi brazo. Abrí mis ojos lentamente, parpadeando un par de veces para recordar que estaba en el autobús que me llevaría a trabajar y, para mi total vergüenza, me había dormido sobre el hombro de alguien. Ese alguien era un chico de cabello rubio, linda sonrisa y ojos azules que me miraban con diversión; era tan guapo que parecía actor de cine y eso solo hacía que yo me sintiera aún más avergonzada.
-¡Lo siento mucho!- exclamé consciente de que mi cara estaba roja- ¡Que vergüenza!... Nunca me había quedado dormida en el autobús... Lo siento, de verdad.
-No te preocupes...- respondió sonriendo de tal forma que me hizo sentir aún más nerviosa- Es bueno sentirse útil desde temprano, aunque sea sirviendo como almohada.
-¡No quería usarte de almohada! Yo solo...
-Tranquila, no me estoy quejando- señaló-, de hecho sería un gusto seguir siendo tu almohada por otros 15 minutos, pero si te desperté es porque me bajo en la próxima parada.
-Lo siento mucho...
-No te disculpes tanto: fue un honor ser tu almohada, de verdad- nos sonreímos mutuamente un segundo mientras nos mirábamos en silencio-... Por cierto ¿cómo te llamas? - me ofreció su mano a la vez que me miraba directamente a los ojos- Yo soy Jasper.
-Alice...- respondí estrechando su mano.
-Alice...- repitió sonriendo- lindo nombre... ya debo irme, pero fue un gusto- me guiñó un ojo un segundo- . Espero que tengas un lindo día...
-Igualmente...
Sonreí un momento antes de asentir. Él se puso de pie, me sonrió de lado y me dijo adiós antes de bajar del autobús y perderse por las calles de la ciudad. Lucía bastante amable, de hecho no parecía para nada molesto con que me haya dormido sobre su hombro, lo que es muy bueno, ya que la gente en las ciudades grandes no suele ser nada agradable cuando estas cosas pasan...
Me quedé sonriendo un par de segundos y mirando por la ventana a aquel joven que se alejaba a paso lento y tranquilo. Entonces me di cuenta de que la fachada del teatro se alejaba cada vez más por lo que ahora sí era un hecho que iba a llegar tarde.
¡Era una idiota! 5 Minutos hablando con un chico y ya me había ganado un regaño de parte de la señorita Esme por irresponsable... La verdad es que ningún hombre merece ser una distracción, quiero decir, no me permito que nadie me distraiga de mis objetivos por lo que he optado por no tener relaciones románticas con nadie: mi sueño es ser bailarina y no dejaré que nadie me aleje de lo que es mi verdadero amor.
