POR TUS OJOS
Capitulo I
Hacia un gran día en Konoha, calido y soleado, muy fresco.
El equipo 7 entrenaba, lo cual no era muy común, bajo la supuesta vigilancia de kakashi-sensei, quien realmente se dedicaba a leer "icha icha paradise", mientras Naruto y Sasuke peleaban tratando de demostrar quien era el más fuerte y Sakura moldeaba algo de chakra.
Hinata decidió dar un pequeño paseo, por el bosque, sabia que el equipo 7 había salido a entrenar y ver a Naruto la animaba. Caminaba felizmente, hasta que encontró el lugar donde dos ninjas peleaban y uno moldeaba chakra, se escondió tras unos arbustos para disfrutar el combate donde su querido Naruto participaba.
¡Mírame Sakura! Le estoy ganando a Sasuke – grito Naruto, al tiempo en que esquivaba un kunai lanzado por el chico que poseía el sharingan.
¡ Naruto! Deja que me concentre.
Pero Sakura, ¡estoy ganando! – repitió el enérgico chico.
¡Ya me hartaste! – lanzo varios kunai en dirección a los dos chicos.
¡Naruto-kun! – murmuro Hinata, y a pesar de que solo lo dijo para ella, Sasuke escucho su pequeño murmullo y volteo.
Busco en los arbustos, no encontró nada, pero un movimiento nervoso delato a su anónima espectadora, y creyendo que esa mirada suave y tierna era para él, Sasuke se sonrojo.
Los kunai fueron perfectamente evitados por los dos ninjas, una vez en el suelo y sin nada de que ocuparse Sasuke busco de nuevo a su discreta animadora, pero no encontró nada, realmente no sabía quien era.
¡eh! Sasuke estas raro, no pareces tu mismo ¿será que te sientes mal por que te iba a ganar? – argumento el chico rubio
No, yo solo… - confusión, eso era lo que albergaba en él.
OK, chicos gran entrenamiento ahora descansemos, estoy exhausto – comento kakashi-sensei, quien había terminado su lectura.
¡Pero si tu no hiciste nada Kakashi-sensei! – protesto Naruto.
Les invitare una ronda de ramen – invito su profesor.
¡genial! Kakashi-sensei eres genial – afirmo enérgicamente el poseedor del kyuubi
Todos marcharon a la tienda de Ramen, escuchando la gran hazaña de Naruto.
Llegaron y se sentaron en la barra, su sensei pidió una ronda para todos.
Evite medir lo mió, yo me voy – comento sasuke, dejando al cocinero con el plato en las manos y dejando el establecimiento.
¡Yo comeré su parte! – afirmo su eterno rival.
El aire fresco le sentaría bien, después de todo comenzaba a oscurecer y el atardecer se veía realmente espectacular.
Mientras caminaba, tres ninjas en una plática muy animada, se acercaban a él.
¿Quién lo pensaría? Sasuke que hacer por aquí tan solo – le pregunto el chico con marcas rojas en la cara.
Sasuke levanto la mirada y no pudo evitar ver esos ojos nuevamente, tan suaves, el estomago se le revolvió y el corazón le dio un vuelco.
Hinata observaba al compañero de Naruto, realmente no sabia quien era, que hacia, su nombre ni siquiera podía recordarlo, la mirada del mismo chico al que observaba la puso nerviosa y decidió mirar a Kiba.
Era la chica de los ojos blancos, los mismos ojos que Neji tenía, pero con una expresión totalmente diferente, ella era la que había estado detrás de los arbustos. Y su nombre, su nombre, algo tan simple y no lo podía recordar.
Solo camino – respondió, después de un largo silencio.
Kiba rió y se fue con Shino y Hinata. Dejando a Sasuke solo nuevamente.
Sasuke volteo y no pudo evitar contemplar a la chica poseedora de la mirada más dulce que había sido capaz de contemplar.
Hinata miro hacia atrás, vio como el chico de camisa azul la miraba detenidamente, ella no pudo evitar que sus mejillas se colorearan, y en un movimiento nervioso, atropello a Kiba.
¡Hinata! Fíjate por donde vas.
¡Hinata! Ese era su nombre, Hinata Hyuuga, jamás lo hubiera imaginado, era tan pequeña e indefensa, tan desprotegida, era demasiado reservada y él había caído, presa de su tierna mirada, como una mosca en una telaraña.
