Mi maligna otra mitad
-Sabes de que color es la sangre?-
La oscuridad poseía aquel terrorífico lugar, aunque la inocente alma que habitaba ahí veía absorto aquellos ojos carmesí.
Había enmudecido; sólo se dispuso a verlo, aunque sabia muy bien que aquellas palabras resonaban a cada instante en su mente. Conocía perfectamente aquel color rojizo que posee todo ser humano.
Un largo silencio domino el ambiente; agacho la mirada y solo vio el vacío que se desprendía debajo de Él.
Yugi Motou era el nombre de aquel niño de ojos peculiar, su mirada siempre llevaba consigo depresión, los párpados siempre se veían hinchados del llanto, y sus pequeñas ojeras daban a notar un poco de pavor dentro del salón de clases.
Poseía diez años de edad, y su soledad marcada desde la infancia lo llevo a contener un resentimiento profundo desde su niñez.
Su familia era adinerada, sobretodo avara; Yugi no entendía a esa corta edad aquellas palabras que le decían los profesores. Era el peor alumno de la clase, y sus padre no sabían que mas hacer para que ponga mas interés en sus notas, pero todo fue en vano, aquel poco interés en su hijo se fue desvaneciendo; a los nueve años dejaron de poseer algún interés en su único hijo.
Se lo veía solo en clases, solo en los recesos, solo en su casa, jamas nadie se acerco a preguntarle algo.
-Siempre se lo ve solo- Decían los de otro salón.
-No sabes de Él?- Menciono una niña de ojos azules.
-No, que sucede con Él?-
-Se dice que todo aquel que se acerca a Él, muere de una forma inexplicable-
-Se ve tan normal...-
-Sí- Menciono tímidamente.
-Normal?- Menciono otra niña.
-Porque lo preguntas?- Dijo aquel niño.
-Era sarcasmo, bobo. Él, jamas seria normal, siempre se lo ve hablando solo, dicen algunos alumnos de su salón que da tanto miedo.
-Miedo?, a mi me da lastima-
La niña le tapo la boca con su mano como si fuera una reacción hacia aquellas palabras.
-Acaso eres boba?- Si dices algo en frente de Él, te sucederán cosas espeluznante.
-Pero... No creo que nos escuche- Se excusó.
-El rumor no acaba ahí- cerro sus ojos y vio con mucho temor a Yugi Motou.
-Yugi, era un niño normal, como todos nosotros, pero, de pronto comenzó a ver cosas que nadie mas podía-
-Que cosas?- Dijeron al unísono, aquel grupo de estudiantes.
-Se dice que a los nueve años, interpretaba la muerte de las personas mediante los sueños, y todo aquel que se burlaba de Él, murió agonizando y pronunciando su nombre-
-Eso es posible...?-
-Para Yugi Motou todo es posible-
-Hay algo mas- Mencionó.
El timbre sonó, y sabían que el receso había llegado a su fin.
Yugi paso alado de muchas personas, pero todos se hicieron a un lado, no vio de frente a nadie, su mirada estaba concentrada en aquel suelo árido. Pequeñas lagrimas se asomaron a sus indescriptibles ojos púrpuras. Se preguntaba incesante veces: Por que?, se mordía los labios, miraba al suelo, lloraba, pero todo el mundo le tenia un horrorizante miedo al solo verlo.
Yugi entro a su salón de clases, alado de Él no se sentaba nadie, toda la clase se dividía en dos asiento juntos, de tres filas. Yugi era el único que no tenia acompañante, o eso pensaban todos.
-Yugi... Yugi... Yugi...!- Gritaba. Pero Yugi intentaba no prestarle atención.
-Hey Yugi!, acaso ya no quieres jugar conmigo?, no te hago feliz Yugi?- Dijo una voz juguetona.
-Yugi soy tu mejor amigo, porque ya no quieres jugar conmigo?- Preguntaba confundido.
-Yugi, estas enojado conmigo?- Pronunció.- Acaso debo de matar a alguien más para que vuelvas a jugar conmigo?
Yugi abrió sus ojos de la impresión, y una escalofriante electricidad recorrió su cuerpo entero, se quedo estupefacto, y todos sus músculos se pusieron rigidez.
-Yugi, te ves muy gracioso- Rio.- Sólo pídemelo y me voy deshacer de los que te molestan.
-Dejame...-Menciono.- DEJAME EN PAZ!- comenzó a gritar en plena clases.
-DEJAME EN PAZ!- Lloró, se tapó los oídos con las dos manos, y no paró de llorar. - NO TE QUIERO ESCUCHAR, CALLATE! DEJAME EN PAZ!-
Todos miraron a Yugi, con horror, pero en ese momento Yugi no miró a nadie, sólo deseaba dejar de escuchar a aquella voz que resonaba en su cabeza.
A los pocos minutos Yugi perdió el conocimiento, y los niños de su salón huyeron a los pasillos.
Los profesores de otros salones lo ayudaron a llevarlo a la enfermería, se había puesto muy pálido y su condición medica era muy delicada.
-Yugi por que dijiste esas cosas tan crueles?- Mencionaron unos ojos rojizos.
No habitaba nada en su mente, mas que aquellos ojos de color carmesí, que lo veían a Él.
-No puedes huir de mí-
Poco a poco miles de ojos carmesí se abrieron en la oscuridad.
-Yo soy parte de ti-
Yugi miró por todos lados y no sintió ninguna clase de miedo.
-Por que?- Preguntó Yugi.- Por que me haces esto?-
-Por que eres mi otra mitad Yugi, no dejaría que nadie te haga daño-
-Te odio...-Mencionó.- TE ODIO!-
-Yugi, tu no me puedes odiar-
-TE ODIO!, TE ODIOO! ALEJATE DE MI-
Todo lo que parecía ser oscuridad se fue desvaneciendo.
-Si no me amas, haré que todos los que quieres desaparezcan así solo me amaras a mi-
Fue lo último que escucho Yugi antes de despertar. Vio todo borroso, como pequeñas manchas de diferentes formas y colores, hasta que poco a poco su vista se fue acomodando al ambiente, y logró visualizar a sus padres. Yugi se sintió feliz, al ver a sus padres, pero no olvidó lo que dijo su otra mitad.
SayoriSakura: Esta es una pequeña introducción de este fic. Espero y les haya gustado. Por cierto a todos lo que siguen una Navidad Sangrienta no lo voy a dejar, simplemente se me vino esta idea, y no la quise dejar ir y la escribí, se que es muy corto, pero me pareció bien dejarlo hasta ahí, por esta vez.
Sayonara!
