El último Horcrux.
¿No lo entiendes , verdad? – Le dijo Hermione al que durante tantos años había sido su amigo. – Dumbledore te lo dijo. Hace muchos años.
No puedes hacerlo, Hermione. – Iba a apartar la varita de la chica que apuntaba firmemente a su corazón pero ella hizo más fuerte su agarre.
No dejare al mundo mágico sufrir, Harry. Ni siquiera por ti. No dejare morir a Ron en una pelea que sé de antemano que está perdida.
Pero no puedes pensar que yo soy... – Su voz tituteaba mientras veía a Ron inconsciente en el suelo de aquella fría cueva.
El sexto, Horcrux. – Aseveró ella. – Recuerda. Dumbledore te lo dijo. Hace muchos años. Voldemort te dio una parte de si. Él día que te dio esa cicatriz. Por eso puedes hablar parsel, por eso puedes meterte en su mente. Tienes parte de él.
Pero la profecía ... – Intentó convencerla ya que la ya mujer empezaba a murmurar la maldición asesina.
Dumbledore también te dijo que las profecías no debían regir la vida de las personas.- Le dio esa sonrisa que Harry conocía desde hace muchos años. Aquella que le decía que ella sabía algo que él no. – No lo entiendes verdad. Con tu muerte el mundo mágico podrá eliminarle. Solo tendría una parte de su alma. La última. Sería mortal. Tan mortal como cualquiera de nosotros.
Pero soy tu amigo, Herm. Tú mejor amigo.
Y siempre lo serás. Adiós, Harry. "Avada Kedavra".
