Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de JK
Pareja: Queenie Goldstein y Jacob Kowalski
Palabras: 1000
Capítulo 1: Tarta de Melaza
Era lunes por la mañana y la gente corría apurada de un lado a otro, excepto Queenie Goldstein quien aún se encontraba acostada en su cama con el pijama puesta y las cortinas completamente cerradas, evitando así que la luz se colara por algún resquicio.
Su hermana Tina en tanto observaba el reloj de la sala mientras esperaba a Queenie para desayunar, pero al ver que los minutos pasaban y ella no bajaba decidió llevarle un poco de comida.
Cuando llegó a su cuarto, se preocupó mucho al ver el estado tan lamentable en el que se encontraba Queenie, pues se notaba que casi no había dormido y que había llorado mucho debido a las ojeras tan grandes que cubrían sus ojos.
Tina al verla así, se sintió mal consigo misma y se preguntó en que momento creyó que su hermana podría olvidar a Jacob tan fácilmente, si se notaba que lo que sentía por él no era una simple atracción. Por qué no se fijó que a pesar de que sonreía, su actitud no era la misma. Por qué no pensó que la tristeza y el llanto se los guardaba para las noches, cuando estaba sola en su cuarto y los recuerdos de aquellos días que paso con Jacob Kowalski regresaban a su mente con la fuerza de una avalancha; en especial los de aquella tarde, cuando pudo contemplar por última vez su sonrisa y tuvo el valor de alcanzarlo y besarlo por primera y única vez bajo aquella lluvia que se llevó sus recuerdos.
Sin embargo, Tina no estaba dispuesta a rendirse y se dijo a si misma que haría todo lo posible para animar a su hermana y ayudarla a salir de ese estado.
—¡Buenos días dormilona! Te traje el desayuno.
—Gracias, pero no tengo hambre.
—Pero tienes que comer algo
—No puedo, quizás al rato, pero ahorita no quiero nada.
—Queenie…
—No Tina. Agradezco mucho tu preocupación, pero no puedo seguir fingiendo que estoy bien. No puedo, simplemente no puedo.
—Queenie, no puedes estar así. ¿Crees que a Jacob le gustaría verte así?
—Dudo que le importe, ni siquiera se acuerda de que existo.
—Pero si estuviera aquí estaría tan preocupado como yo.
—Pero no está, y a estas alturas, probablemente ya está con alguien más.
—No lo creo, porque lo que hubo entre ustedes fue muy fuerte, si solo bastaba con ver la forma en la que te miraba para darse cuenta de lo mucho que te amaba.
—Tú lo has dicho, me amaba. Porque todo lo que sentía por mí, murió en el preciso instante en que esa lluvia lo tocó y borró todos los momentos que vivió con nosotros.
—Pues no estoy de acuerdo Queenie, porque hay cosas que no pueden desaparecer tan fácilmente y el amor es una de ellas. Creo que tú deberías buscarlo y hablar con él.
—¿Y que ganaría con eso? Que diga que no me conoce, que nunca me ha visto, o lo peor, que piense que estoy loca. No, eso no podría soportarlo Tina, no, no podría…
—Pero Queenie.
—Pero nada Tina, no iré a buscarlo.
—Está bien, no lo hagas. Pero lo que si vas a hacer es dar una vuelta conmigo por el callejón Eagle.
—¿Qué?
—Lo que oyes, vamos a pasear e ir de compras.
—Pues estás perdiendo tu tiempo porque no voy a ir.
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Dos horas más tarde, Tina estaba caminando con Queenie por el callejón Eagle observando todas las tiendas y haciendo comentarios de cada curiosidad que encontraban en el camino.
Queenie aunque apreciaba mucho sus esfuerzos, no se sentía con ánimos de nada. Pero eso cambió cuando Tina la arrastró a una tienda llena de artículos de broma donde percibió la combinación de fragancias más exquisita, dulce y sensual que había olido en su vida.
Instintivamente busco la fuente de dónde provenía aquella combinación de aromas tan atrayente y se sorprendió mucho al descubrir que el origen era una enorme fuente de Amortentia, porque aunque le gustaba mucho a lo que olía, era una combinación completamente diferente a la que siempre había percibido. Intrigada, se acercó a la fuente y se inclinó todo lo que pudo para poder captar mejor aquellos olores que en un instante atraparon sus sentidos.
El primer olor que captó no la sorprendió en lo absoluto, pues se trataba de la tarta de melaza que Tina le hacía cada cumpleaños y cada Navidad, misma que había aprendido de parte de su madre:
—¡Feliz cumpleaños Queenie!
—¡Tina, es tarta de melaza! ¿Cómo es que sabes hacerla?
—Mamá me enseñó a prepararla antes de, antes de aquello… Espero que te guste
—¡Claro que sí! ¡Muchas gracias! ¡Es el mejor regalo que me han dado hoy!
—Bueno, eso dices porque aún no la has probado.
—Tina ¿Por qué piensas eso? Si tú cocinas muy bien.
—Gracias Queenie, pero las dos sabemos que nadie cocinaba como mamá.
—Es cierto, pero tú no lo haces nada mal. Además, esta tarta huele delicioso.
—Ay gracias, pero, creo que la única forma que tenemos para averiguar si quedó bien es si la pruebas
—De acuerdo, pero antes contéstame una pregunta
—La que tú quieras.
—¿Tú crees que mamá pueda vernos desde dónde está?
—Por supuesto Queenie. Ella siempre nos mira y nos cuida aunque nosotras no podamos verla.—Contesto Tina con lágrimas en los ojos —Porque las personas que amamos nunca se van del todo y se quedan con nosotros para siempre, solo que de una manera diferente.
—¿Lo crees?
—Estoy segura. Pero, ¿No crees que ya es hora de partir la tarta?
—¡Si! Contestó mientras arrancaba un pedazo de tarta. Mmmm ¡Está riquísima!...
Si, definitivamente la Amortentia olía como esa tarta de melaza que Tina le hiciera aquel día, en su cumpleaños número seis. Era un olor exquisito, tan apetecible que hasta le daban ganas de probar un poco de aquel líquido rosado, pero de pronto el aroma cambió y el olor que percibieron sus sentidos era completamente diferente a lo que esperaba...
N/A: En mi defensa, quisiera decir que si vieron cosas en este fic que no coinciden para nada con lo que pasó en la película, ya sea personajes demasiado OoC o cosas que nunca sucedieron, es porque aún no he visto la película; esto por falta de tiempo y de dinero. Pero aún así quise arriesgarme a escribir una historia sobre Queenie y Jacob porque ellos me cautivaron desde la primera vez que los vi juntos en unos fanarts en Pinterest, pues se veían muy tiernos y adorables, tanto que de inmediato hicieron clic en mi cabeza y dije ¡Si, me encantan! ¡Los incluiré en mi lista de OTPs!
Desde entonces los shippeo y decidí escribir este fic como una forma de rendirles homenaje, ya que han sido los únicos personajes que han logrado robarme el corazón desde el primer momento y hacer que los shippeara antes de conocerlos oficialmente.
N/A2: El callejón Eagle (que quiere decir águila en español) no existe, es algo que yo inventé.
En cuanto pueda subiré el siguiente capítulo.
¡Arriba el Jakweenie! :DDD
