"Eternal Sunday"

Cuidado con lo que deseas.

Leo las últimas noticias online cuando miro el diminuto reloj de mi computador. Las doce y once minutos... ya es domingo. Me estremece un escalofrío al pensar en las últimas palabras de mi compañero: "deseo que no llegue el lunes".

No es que le de mucha importancia a las palabras descabelladas de una persona desesperada por terminar un informe que no tiene ni principio ni fin. Una de esas investigaciones que sólo él puede calificar como "caso" y atreverse a poner la I del FBI. Veo la cara de Skinner tratando de mantener la compostura y esperando con impaciencia que en algún momento Mulder le diga que es un mal chiste y que el informe no es otro más que el que está a punto de pasarle.

De sólo imaginarlo empiezo a desear lo mismo que Mulder. Pero me retracto al instante porque... es domingo. Y no quisiera quedarme atrapada en un domingo.

No un domingo lluvioso, con amenaza de tormenta y mucha agua por venir. Sin la esperanza de que alguien atraviese la ciudad sólo para tomar un chocolate caliente conmigo y ver la lluvia chocar contra el cristal de mi ventana. Alguien que haga que los minutos dominicales no sean tan eternos y soporíferos.

Sólo él podría lograr que un domingo no represente el vivo retrato de aquella canción. Así que si seré víctima de sus deseos precipitados, mejor que vaya arrastrando sus pies en esta dirección antes que la lluvia comience y me envuelva en las notas suicidas de un jazz que envenena con su amargura.

Sin saber cómo, el teléfono está en mis manos y la necesidad de llamarlo me invade como si yo fuera una adicta en abstinencia y él tuviera la droga en sus manos. Puedo ver sus labios curvados en una sonrisa un tanto burlona... esa serМa su reacción si le dijera lo que estoy pensando.

Necesito que devuelva sus palabras, que desee que llegue el lunes tanto como yo, porque el lunes es sinónimo de oficina, y él está en esa oficina y yo...

-¿Y si nunca llegara el lunes?