Sugar Cube Corner es uno de los lugares más populares de Poniville, con postres variados y de excelente calidad, un ambiente familiar y servicio de primera. No es raro que sea la sede de las fiestas más divertidas del pueblo, prácticamente una cada semana, y este día se llevaba a cabo un cumpleaños. La potrilla Scootaloo celebraba, en medio de serpentinas y confeti, 10 años de su nacimiento. Ella y sus amigos comían pastel, abrían regalos, hacían juegos diversos y se podría decir que era la fiesta perfecta… o casi perfecta, ya que la cumpleañera sentía que faltaba algo, o mejor dicho alguien.
Scootaloo tenía una vida feliz, buenas amigas, grandes sueños, incluso una hermana mayor honoraria, que además era nada más y nada menos que Rainbow Dash, su ídolo. A pesar de eso, cada año en este día recordaba lo único que le hacía falta, cada año se preguntaba el por qué no lo tenía, y cada año lo pedía como deseo secreto al soplar las velas de su pastel. Scootaloo anhelaba una familia con un padre, una madre y un hogar junto a ellos.
No lo demostraba pero sentía envidia de sus amigos al final de la fiesta, cuando se iban cada uno con su mamá, o su papá, o ambos. Estaba en eso cuando una pegaso cian la interrumpió de sus pensamientos.
-Vamos niña, te ayudaré a llevar estas cosas a casa. Dijo Rainbow mientras llevaba los regalos de Scootaloo en su lomo y sin notar el nerviosismo de la pequeña.
-Eh?...oh, si claro, gracias Rainbow Dash. Reaccionó y dejó atrás su melancolía. Después agarró su casco y scooter nuevos. Vamos, te apuesto a que llego antes que tú.
- ¡Ja! ¿Una carrera? Parece que olvidas a quien retas niña. Y no creas que te lo dejaré fácil solo por ser tu cumpleaños. Extendió sus alas y comenzó a volar.
Ambas se fueron a toda velocidad sin notar que eran observadas desde la entrada de Sugar Cube Corner por una pony, una pegaso amarilla con melena y cola rosas –Feliz cumpleaños… mi pequeña. Susurró.
Después de la fiesta, Fluttershy se había quedado en Sugar Cube Corner ayudando a Pinkie Pie con la limpieza del lugar.
-Gracias Flutershy, no tenías que quedarte a ayudarme. Dijo la pony rosada mientras barría el piso con su propia melena.
-No es molestia Pinkie, es lo menos que puedo hacer por la fiesta tan dulce que le organizaste a Scootaloo. Contestó después de quitar algunos adornos que colgaban del techo.
-Bueno, Scoot es mi amiga también y claro, no-podía-dejarla-sin-una-fiesta-de-cumpleaños-en-su-cumpleaños-porque-¿qué-clase-de-cumplaños-seria-sin-una-fiesta?-o-sea-un-cumpleaños-muy-muy-muy-aburrido-¿te-imaginas-algo-asi?-pasar-el-día-que-naciste-sin-celebrarlo-aunque-si-nunca-naciste-no-tendrias-razón-para-celebrarlo-porque-bueno-nunca-naciste-y-si-no-naciste-no-existes-y…-¿podrias-decirle-al-narrador-que-me-deje-de-hacer-hablar-asi?-empiezo-a-quedarme-sin-aire. Dijo Pinkie extremadamente rápido. (Y volteándome a ver algo molesta).
-¿…que? Preguntó Fluttershy mirándola extrañada.
-Oh nada, creo que ya pasó. Recupera el aliento y muestra sus blancos dientes con una gran sonrisa.
-Oh, bien… "Solo Pinkie Pie siendo Pinkie Pie".Pensó Flutershyregresando a su quehacer.
Seguían limpiando tranquilamente cuando Fluttershy notó que la yegua fiestera la veía fijamente, pero cuando volteaba a verla, rápidamente giraba su cabeza hacia otro lado como disimulando. El mismo comportamiento ocurrió varias veces a lo largo de la tarde hasta que la pegaso se animó a preguntar.
-Este… yo… ¿te sucede algo Pinkie? Dijo tímidamente.
Pinkie sacudió su cabeza para quitarse toda la basura que llevaba en su melena, la cual curiosamente ahora estaba reluciente y arreglada. Miro a Fluttershy, después al suelo, luego al techo y finalmente a los a los lados como buscando algo. Finalmente contestó.
-Es que tengo un par de dudas, pero-no-se-si-preguntarte-porque-creo-que-no-es-mi-asunto-y-yo-aprendí-que-no-debo-ser-tan-entrometida-después-de-lo-que-sucedió-con-mi-amigo-Rebuznon-y-yo-también-entiendo-que-es-algo-de-lo-que-prefieres-no-hablar-pero-es-que-al-fin-sí-es-asunto-mio-porque-tengo-que-guardar-el-secreto-tu-hija-y… Se tapó la boca con sus cascos al decir lo último y volteo a ver a su alrededor una vez más, asegurándose de que nadie estuviera ahí escuchando. Luego suspiró de alivio y me reclamó -¿Otra vez, señor narrador?
La pony tímida parpadeo un par de veces, no había entendido del todo por la velocidad en que había hablado su amiga, ni tampoco a quien se dirigió al final, pero una cosa si estaba clara, Pinkie Pie quería saber más sobre el asunto de su hija, Scootaloo.
Ese mismo día, más temprano, Fluttershy había comprado un par de regalos para el cumpleaños de Scootaloo y mientras los dejaba junto a los demás empezó a sollozar mientras decía en voz alta: -Perdón por no estar allí para ti… mi…mi pobre bebé. No se percató que la anfitriona de la fiesta había sido testigo de toda la escena, descubriendo sin querer la relación entre ella y la joven pegaso naranja. Después, durante la fiesta, Pinkie prometió que no le diría a nadie.
Fluttershy no estaba segura si quería hablar al respecto, pero sabía que tendría que encarar esta situación para que la curiosidad de Pinkie Pie no se convirtiera en un problema mas adelante. Así que debía aprovechar la oportunidad.
-Creo que puedo responder algunas preguntas Pinkie, pero… no sobre cómo sucedió ni el por qué. ¿Si no te importa? Quiso empezar la conversación aun insegura.
-No, no, no se trata de lo que ya pasó. Sino de ahora.
-Ok… entonces adelante.
-Bueno… La pony rosa se sentó en el piso y empezó a golpear sus cascos delanteros uno con otro, haciendo parecer ahora que ella era la tímida. -Quería saber si alguien más lo sabe, a parte de ti y de mí, claro.
Fluttershy también se sentó, pensó un momento, y luego habló. –Mi padre sabe que tuve una hija y que la di en adopción, y también lo sabe Rainbow Dash.
-AHHHHH! ¿DASHIE LO SABE? Gritó Pinkie, sólo para otra vez taparse la boca rápidamente.
Nerviosa por el repentino chillido de la pony terrestre, Fluttershy continuó con una voz más baja y temblorosa. –Ssi… Rainbow y yo nos conocemos desde que tenemos nuestras Cutie Marks. Recordaba como obtuvieron sus marcas el mismo día gracias una carrera. Recuperando su voz normal siguió diciendo -Hemos sido buenas amigas desde entonces, es casi como la hermana que nunca tuve. Ella prácticamente vivió todo el asunto conmigo y cuando nos mudamos a Poniville me prometió nunca hablar de esto con nadie.
-Guau… si que es una gran amiga. Digo ya sabía que lo era pero… guau. Nunca creí que supiera guardar tan bien un secreto.
-Si… Sonrio levemente la pegaso. –¿Quieres preguntarme otra cosa?
-Entonces… tú… no se… nunca… has pensado… en recuperarla. Expresó dudosa la rosada. Porque yo creo que serías una excelente madre Fluttershy.
La tímida pegaso suspiro y después de un momento de silencio respondió. -No podría hacerle eso a su familia adoptiva. Si de repente apareciera la verdadera madre queriendo reclamar a su pequeña, solo les causaría molestias, confusión, y si ella me odia al saber la verdad yo… no quiero ni pensarlo. Sus ojos empezaban a humedecerse mientras veía hacia el piso.
Por su parte Pinkie la miró muy confundida con una ceja levantada.
-Fluttershy, ¿si sabes que Scootaloo sigue viviendo en el orfanato verdad?
-¿Qué dijiste? Levantó la mirada.
-Que Scootaloo no ha sido adoptada todavía.
Fluttershy abría bien grande sus ojos mientras que sus pupilas se encogían. Después de unos segundos de silencio, se escuchó un grito que llegó incluso hasta Sweet Apple Acres.
-¿QUEEEEEEEE?
Rainbow Dash había dejado a Scooltaloo en el orfanato y se encontraba volando tranquila rumbo a su casa. Era raro ver a la dinámica pegaso arcoíris volar tan despacio, pero eso se debía a que venía perdida en sus pensamientos, reflexionando sobre la situación de su hermana adoptiva.
-"No lo entiendo, a pesar de su pequeño problema, Scoot es una niña asombrosa. No más que yo cuando tenía su edad pero aun así, me preguntó ¿por qué ningún pony la ha adoptado todavía? Debería comentarlo alguna vez con Fluttershy, pero ella me pidió no hablar al respecto. Se que ella ni pensaría en recuperarla pero a veces… no se…" Volteo su atención hacia el pueblo. –"Por cierto, hace rato me pareció escuchar su voz, pero debió haber sido mi imaginación".
De repente como un rayo, alguien tacleo a la pegaso y ésta ni siquiera pudo reaccionar. Se encontraba tendida en el suelo con sus ojos girando mientras veía pequeñas mariposas revoloteando en su mente. Sacudió la cabeza y con el ceño fruncido reclamó.
-Muy bien, ¿quién se cree lo suficientemente rudo como para tratarme como muñeco de prác…ti…ca…? Su ira se congelo en un instante ante la visión que estaba frente a ella. Algo que sólo había visto una vez durante la Gran Gala del Galope, y nunca esperó volver a ver ni en un millón de años.
Se trataba de una agitada y enfadada Fluttershy, con una mirada entre furiosa y confusa, una melena desliñada y sus alas bien extendidas como un ave en posición ofensiva. La imagen era incluso peor que en la gala y Rainbow sentía como que su melena multicolor se tornaba blanca, y un escalofrío le recorría por todo el cuerpo solo de ver a su amiga en tales condiciones.
-¿Flu..Flu..tter..ttershy? ¿Qué sucede? Preguntó aterrada la aspirante a Wonderbolt.
-TU LO SABÍAS, ¿NO ES CIERTO? YA LO SABÍAS Y NUNCA ME LO DIJISTE.
-¿Dde… de que hablas?
-DE MI PEQUEÑA, DE SCOOTALOO ¿POR QUÉ NUNCA ME DIJISTE QUE SEGUÍA VIVIENDO EN ESE HORRIBLE ORFANATO?
Ahora confundida Rainbow Dash apenas se animó a contestar -¿Qué… no lo sabías…?
-¡POR SUPUESTO QUE NO! DE HABERLO SABIDO YO… yo… Fluttershy empezó calmarse. Su furia se quedó atrás solo para dar paso a la angustia y el remordimiento. Cerró fuertemente los ojos para luego derramar grandes lágrimas que poco a poco se abrían paso por sus mejillas. –Soy una tonta, ¡una tonta! Todo este tiempo que pude estar con mi niña y… y… la volví a abandonar. Sus labios comenzaron a temblar, se tiró al suelo y siguió llorando y lamentado desconsoladamente.
Rainbow se levantó muy despacio intentando recuperarse de la impresión, luego miró preocupada a su amiga y se acercó. –Fluttershy… ¿tu querías… tu quieres… recuperar a Scoot?
-Yo nunca quise dejarla en primer lugar… pero no tenía… no tenía otra opción y lo sabes. Contestó entre sollozos, pero luego empezó a hablar más claro. -No podía cuidarla en aquel entonces y cuando ya estaba en condiciones, creí que ya era tarde, creí que ya tenía una familia.
-Pero ¿de donde sacaste esa idea?
Intentando secarse inútilmente la cara explicó. -Algunas veces la veía en el mercado junto con una yegua haciendo las compras, y una vez, cuando pasaba cerca de la escuela a la hora de la salida, vi a la misma pony recogiéndola. Solo asumí que era su madre adoptiva.
-Uh uh uh ¿esta pony tiene el pelaje azul, melena marrón, cola esponjada y una Cutie Mark en forma de casita? Preguntó una pony que salió de la nada.
-Ahhh! Pinkie Pie. La pegaso azul dio un salto por la sorpresa. ¿Desde cuando estas aquí?
-Acabo de llegar, pero eso no importa ahora. Contestó Pinkie mirando a la pegaso amarilla repreguntó. ¿Es ella o no la que viste con Scootaloo?
Fluttershy no mostró mucha sorpresa por la repentina aparición de su amiga rosada. Sólo reflexionó un momento la descripción que escuchó antes, y asintió.
-Pues esa es la señora Shelter, la encargada del orfanato. Scootaloo a veces le ayuda con las compras. Pero también es su guardiana legal, por eso tiene que ir de vez en cuando a la escuela a firmar permisos, boletas y esas cosas. Explicó en tono medio serio.
-Y tú ¿Cómo sabes eso Pinkie? Cuestionó Rainbow.
-No olvides que yo conozco los nombres y ocupaciones de todos los ponis del pueblo tontita. Afirmó orgullosa.
-Es cierto, no me acordaba. Dijo pensativa la yegua azul pero luego miro asombrada a Pinkie. Espera ¿Sabes de la relación entre Fluttershy y Scootaloo?
-Se enteró hoy accidentalmente, antes de la fiesta. Interrumpió Fluttershy. Fue ella quien me dijo que Scootaloo no ha sido adoptada.
–Ya veo. Comentó Rainbow Dash, se sientó frente a la otra pegaso y en tono triste comienza a decirle.- Lo siento Fluttershy, de verdad lo lamento. Yo creí que ya lo sabías y por la promesa que hicimos nunca cuestione nada, pero siempre me pregunté el por qué no ibas a visitarla. Tan sólo di por hecho que tú no querías recuperarla. Perdóname, como tu amiga debí insistir en hablar del asunto en lugar sacar conclusiones.
Fluttershy se levanta y le da un abrazo. –No, tú perdóname a mí, no debí gritarte de esa manera. Todo es culpa mía, fui yo quién te pidió no decirle nada a nadie. En todo caso, si yo me hubiera acercado más a ella, me habría enterado hace mucho tiempo de su situación. Pensé que si me mantenía a cierta distancia de su vida, nunca me sentiría tentada a decirle la verdad, porque si se enteraba de la verdad sólo le traería dolor. Fui una cobarde y ahora estoy pagando el precio por mi error. Se separa de la peliarcoiris para verla cara a cara y con un intento de sonrisa termina diciendo. -Lo siento Rainbow.
Una vez terminadas las disculpas y las explicaciones, Pinkie se acerca a ambas pegasos.
-Entonces, ¿Qué harás ahora Fluttershy? Pregunta Rainbow. –Ahora que tienes la oportunidad de reclamar a tu hija, irás por ella ¿cierto?
-Si, si. Debes ir. Animó Pinkie.
-Pero… ¿Y si no me acepta? ¿Y si la razón por que no ha sido adoptada es porque no quiere tener padres? Dijo Fluttershy con gran inseguridad.
-Pero Scoot SÍ quiere tener una familia. Contradijo la fiestera.
-¿Cómo lo sabes? Discutió la tímida con ojos llorosos.
-Porque lo leí en el segundo párrafo de la historia tontilla. Contestó la yegua sonriente mientras me guiñaba un ojo.
-Vamos Fluttershy, tu misma dijiste que fue un error acobardarte y no decir nada. Empezó Rainbow a decir ya con su actitud normal. –Y para corregirlo, ése es el primer paso. Debes contarle todo a la niña.
La pegaso retraída pensó un poco y luego con sus cascos se secó las lágrimas que aun adornaban su cara. Ahora con rostro cambiado que reflejaba confianza, abrió sus alas para elevarse un poco y declaró. -Tienes razón, si quiero recobrarla debo ser valiente y decirle la verdad. Y con Celestia, Luna y ustedes como mis testigas ¡Voy a recuperar a mi hija! Dijo lo último en tono triunfante levantando un casco al aire. Pero después agacho la cabeza para ver a sus compañeras y les susurró. –Pero ¿podrían ayudarme un poco?… si no les incomoda.
CONTINUARÁ…
