Trama: Tenia bajo su poder de la seducción a la mayoría de las chicas de la preparatoria, pero desde que la conocía le intrigo tanto que no se percatara de él, ella, le tenía loco y duro.
Personajes principales: Alice y Jasper.
Titulo: Príncipe de la seducción.
Capítulo I.
Cuando pasaba por los pasillos de la preparatoria Forks, escuchaba los suspiros de las chicas, sonrió, mientras se acomodaba sus lentes negros que resaltaban su piel.
Sabía que la mayoría de ellas, ya habían pasado por su cama, en el pasillo, en el aula o simplemente en los baños. Había tenido sexo y duro con cada una de las que apenas recuerda su cara.
El un tipo de hombre, un tanto especial. Amante del sexo…odioso al amar.
Envidiado por el sexo masculino, y adorado por el club femenino.
El que amanecía con mujeres desconocidas.
Y el que esperaba a "la chica bonita" que le hiciera caso.
Se detuvo en seco al mirarla debajo del árbol como siempre, leyendo o simplemente dibujando bocetos de ropa. Le tenía intrigado desde el momento en el que la vio, ella no lo miraba, no miraba a nadie excepto a sus pocas amigas y eso le hacía ponerse loco.
Sintió como sus pantalones comenzaron a quedarle apretados.
Un par de chicas le sonrieron cuando pasaron a su lado, recordó a las gemelas, las dos se habían masturbado para él.
El aire soplo haciéndole mover el cabello negro y corto de la chica. Ella frunció el ceño y se concentro mas en lo que hacía.
-Solo ve y dile que quieres acostarte con ella- dijo a sus espaldas su leal amigo Edward Cullén.
Conocía a Edward desde pequeños, a los 15 años ambos habían perdido la virginidad por las chicas que en un tiempo fueron las populares de la preparatoria, ahora solamente quedaba el vago recuerdo de aquella noche, la noche de graduación de ellas.
-Es diferente- frunce el ceño.
-¿Sabías que el sexo es como el mus? Si no tienes una buena pareja, más vale que tengas una buena mano. Lo dijo porque tu amiguito se te nota.
-¡Cabron!- murmuro Jasper.
-Solo trato de ayudarte con tu problema, vete con ella y dile que la quieres coger.
-Iré, pero si voy, tu tendrás que ir con la come libros
Edward enarco una ceja -Entonces ve. Me cogeré a Isabela Swan, la come libros.
-¿De verdad?
-Claro, además es virgen y eso me hace ponerme duro de tan solo pensar como sus gritos se escucharan en toda la biblioteca.
-La única virgen es la virgen María.
Edward carcajeo.- Esa es buena amigo.
Jasper se acomodo su mochila y sus gafas de sol, le hizo mala cara a su amigo- Ve con la come libros, mientras yo iré con ella- dijo señalándola.
-El primero que tenga sexo gana todo pagado a la chica que escoja en las vegas.
-¿Las chicas que bailan desnudas?
-Claro.
-Entonces amigo mío, déjame decirte que estaré esperando que pagues por la chica que quiero.
-No sin antes yo me acuesto con la come libros- dijo mostrando sus dientes blancos.
-Trato hecho. Para saber que ninguno de los dos hemos hecho trampa, tendremos que traer su calzoncillo o lo que quieran que usen.
-Sera divertido, pero trato hecho.
Ambos estiraron su mano y la estrecharon.
-¿Reglas?
-Ninguna, la puedes enamorar, será divertido ver como lloran como las demás chicas que vienen detrás de nosotros, rogando que nos quedemos con ellas.
Jasper rio al recordar a María- Estupendo, estupendo, entonces que gane el mejor.
Nuevo en esto de la escritura, me anime a ver qué pasa.
Gael.
