Importante: Aclaro algunas cositas:
1) Estas historias se ubican en alguna especie de Universo Alterno en el que no pasó todo lo de Aurora y eso…
2) Si ven algo raro, un hechicero lo hizo… (?
(Ok, no, cúlpenme a mi por fail OTL)
Finalmente, enjoy! …si pueden…
1.
No era un día fácil. San Valentín era demasiado complicado cuando tus padres conservan ese fervor juvenil y pasan un día mucho más apasionado y romántico que el de muchos jóvenes.
Y se volvía un día mucho más complicado para alguien cuyo amor ni siquiera era correspondido.
Pero él y su hermana habían acordado dejar a sus padres solos. Ya sabían cómo eran las cosas y eso le había dejado cierta sensación de incomodidad hacia San Valentín.
No sabía qué hacer, pero no podía permanecer en su casa, y Annya ya había encontrado una excusa para desaparecer de la casa hasta el día siguiente.
¿Tal vez podía ir a un cyber café? ¿A tomar algo? Pero… ¿Sólo? Y no tenía el valor como para proponerle a Jan salir con él JUSTAMENTE el 14 de febrero. No, demasiado obvio. Entonces tendría que conformarse con salir a pasear a Yang… Y todo el mundo lo miraría raro y los naturistas lo denunciarían de nuevo y tendría que molestar a su madre otra vez para recuperarlo. No, mejor no. Pobre panda, pero pasearlo no era nada fácil.
Preparó sus llaves y se abrigó, decidido a vagar solo, pero en el momento en que estaba por avisarle a sus padres que se ausentaría, sonó el teléfono. Y entonces lo oyó. Su madre hablaba con alguien y le decía "Sí, está en casa. Ya lo busco, aru"
Cuando escuchó a su madre gritar "¡Xue-aru! ¡Teléfono para ti, aru!", su cerebro ya había procesado todas las posibilidades y había adivinado de quién era la llamada…
"¡Hola Xue! ¿Cómo estás?" Jan. Xue reprimió un suspiro al responder "¡Jan! Bien, ¿tú?"
La conversación, como siempre, se alargó por horas. Jan había heredado, entre muchas otras, la costumbre de hablar mucho de cosas simples – casi podría decirse triviales- de su madre. Pero Xue podía rescatar de esas horas de charla algunas frases puntuales que lo hacían muy feliz: "¿Tienes algún plan para hoy?", y, cuando le respondió que no, "¿Quieres acompañarme al mall?"
Salir con Jan era caro. Le gustaba mucho la ropa de moda, primera marca, y siempre salían a comer algo después de comprar. En un restaurant muy lujoso, por supuesto. Pero había pocas cosas que Xue disfrutara más que la compañía de ese rubio loco. Claro que prefería jugar con él a algún videojuego adictivo o navegar juntos por internet. Sin embargo, le encantaba la manera en que Jan le preguntaba si algo le quedaba bien, y esas charlas en el restaurant…
Salió de su ensueño sólo cuando su madre le preguntó asombrado "¡Xue-aru! ¿A dónde vas tan lindo?"
Su rostro se tiñó de un tono carmesí a oírlo, y respondió tímidamente "A-a ninguna parte… Bueno, sí, o sea… Voy al mall con Jan. No sé a qué hora volveré, luego te aviso"
Yao lo miró con una sonrisa pícara, y le entregó una caja de chocolates "¡Buena suerte, aru! ¡Pásenla bien!"
Xue miró la caja de chocolates, luego a su madre y volvió la vista nuevamente a los dulces, sonrojándose aún más, si eso era posible "¡M-má! ¡No es lo que piensas…!"
Yao rió suavemente y lo miró divertido "¡Hey, a todos les gustan los chocolates, aru! Si pensara que tienes una cita te daría otra cosa. Así que, pásenla bien"
El chino se alejó riendo, dejando a un shockeado Xue con una caja de chocolates y una decisión por tomar: si era o no una cita.
Jan siempre tardaba un poco en llegar al lugar de encuentro, que casi siempre era un banco en la entrada del mall. Hacía frío, pero ya no nevaba, y el paisaje era hermoso para ser tan urbano. Prefería los cañaverales, sí, pero Varsovia tenía lo suyo. Y el tesoro más precioso de esa ciudad llegaba corriendo, sus mejillas coloreadas por el esfuerzo, su cabello rubio despeinado por el viento.
"Xue… Perdón por la tardanza, o sea… ¡No sé qué pasó, estaba hablando con mi madre y al rato, cuando me di cuenta, era como, super tarde…! ¿Esperaste mucho?"
Xue lo observó con ternura mientras recuperaba el aliento. ¿Cómo podía hablar tan rápido con tan poco aire en los pulmones? "No, está bien, llegué hace poco"
El rubio suspiró aliviado y le sonrió al ofrecerle "¿Y bien? ¿Entramos? ¡Debe estar totalmente tibiecito ahí dentro!"
La tarde pasó más rápido de lo que esperaban. Cuando salieron del mall ya había anochecido, y Xue recordó entonces que aún no había decidido qué hacer ni dónde pasar a noche.
"¿Qué sucede, Xue?" preguntó Jan, notando algo extraño. Sin embargo, comenzó a caminar hacia el restaurant de siempre, tomando a su amigo del brazo. Éste le respondió algo nervioso "Uhm, no es nada… Es que, todavía no sé qué decirle a mis padres… O sea, a qué hora vuelvo. Porque en realidad no se supone que vuelva… Pero si no pongo una excusa, se preocuparán. Especialmente mamá"
Jan rió y tiró de su brazo, acercándolo más a él "¡Ay Xue, eres totalmente divertido! ¡A veces me recuerdas a mi padres, son como, terriblemente preocupones!"
Xue frunció un poco el ceño y desvió la mirada, nervioso, al darse cuenta de lo cerca que estaba del rubio "No sé por qué o dices. Pero es que Annya y yo acordamos dejarlos solos por… San Valentín, ya sabes…"
Afortunadamente para Xue, Jan no notó lo nervioso que se puso al pronunciar las últimas palabras, y sólo respondió "Bueno, bueno, no te preocupes. Si quieres, puedes quedarte a dormir en mi casa. De paso podrías hacerme compañía, o sea… Mis padres se fueron a Lituania, y yo como que soy pésimo cocinando… O bah, ¡al menos en comparación contigo, Xue! ¡Y podríamos jugar juntos, y sería como totalmente divertido! ¡Así que deberías quedarte conmigo!"
La sonrisa del rubio desalentó cualquier negativa por parte del otro joven, que le devolvió el gesto y agregó con paciencia "Claro, Jan. No es mala idea, ¡me salvaste! Espera, le aviso a mis padres y vamos a tomar algo"
"Hey, nuestros padres se ponen totalmente raros para San Valentín, ¿no…?"
La voz de Jan llamó la atención del Xue tras largo rato en slencio. No era un silencio incómodo, no – era más bien un silencio reflexivo, uno observando el lugar como si no fuera una escena tan familiar para los dos, el otro perdido en los brillantes ojos verdes del objeto de su adoración, preguntándose que hacer.
Al oír al rubio, Xue analizó sus palabras y, tras pensar un poco, le respondió "… Puede ser… Pero no es tan raro, sólo se aman mucho"
"¿… Sí?" murmuró el rubio "'Amor', ¿eh…? Me pregunto cómo se sentirá…"
Xue sintió cómo su corazón se sacudía al oír esas palabras "Supongo que… raro"
"Uhm…" murmuró Jan asintiendo, y tras permanecer un momento hundido en sus pensamientos, se levantó y sugirió con una sonrisa "¿Vamos?"
Xue lo miró con ternura, se levantó y le ofreció su brazo "Vamos"
Xue en verdad no esperaba una noche así. En serio, de otra forma tal vez hubiera aceptado otro 'regalo' de su madre.
Todo era tan perfecto cuando simplemente jugaban videojuegos y no pensaban en la seriedad de la vida, la muerte, las naciones, los humanos, las emociones, sueños, frustraciones… el amor.
Todo era tan perfecto en momentos así…. Pero esa perfección nunca era eterna.
"Hey, Xue… Como que tengo hambre o algo así, ¿te importa si cenamos…?"
'Cenar' para Jan significaba poner la mesa y lavar algunas cosas mientras Xue cocinaba.
"¿Chop suey está bien? No tengo ganas de preparar algo muy elaborado y ya me harté del arroz frito…"
"¡Claro, tu chop suey es como, riquísimo! Pero el arroz frito tampoco está mal…" respondió el rubio.
"Jan…" Xue giró sus ojos exasperado "Mamá estuvo algo ocupado últimamente, Annya sólo sabe quemar estofados y recocinar guisos, y yo estoy poco inspirado últimamente… ¡No comí más que arroz frito durante los últimos 3 días!"
El rubio rió al oír la explicación de su amigo y sólo atinó a responder "Ok, ok, como digas… Mesa para dos y ya te ayudo un poco…"
A veces, Jan dejaba de ser un desastre en la cocina y lo asistía con algunas cosas. Cortaba verduras según sus indicaciones, medía las cantidades de los ingredientes o hasta condimentaba bastante bien algunas ensaladas. Xue se sentía un poco orgulloso de pensar que tal vez con su ayuda Jan podría hasta aprender a subsistir solo sin intoxicarse. Pero siempre fue mucho mejor para las cosas de estética.
Xue se quedó helado cuando salió de la cocina, platos en mano, y vio la decoración que había hecho Jan esta vez. Siempre se esmeraba mucho en poner la mesa, aunque él dijera que era sólo inspiración espontánea.
Esta vez, sin embargo, parecía inusualmente… ¿romántica?
"Ehm… ¿Jan?"
"¡Aw, no! ¡No me digas que ya lo viste!" le reprochó el rubio, apareciendo detrás suyo con una botella de algo que parecía alguna bebida cara y algo de hielo.
"Ups… ¿Perdón?" se disculpó Xue, mirando sin embargo con bastante cariño la bella escena ante sus ojos: la pequeña mesa cubierta por un mantel rojo , velas del mismo color en el mismo, dos copas con una servilleta elegantemente doblado, y los finos cubiertos. Ah, y los almohadones rojos sobre las sillas de madera. Toda una cena íntima…
Jan le restó al hecho de que su amigo arruinara la sorpresa con un suspiro, y caminó tranquilamente hacia la mesa donde dejó la botella (un espumante de fruta, aparentemente). Xue corrió amablemente su silla luego de dejar los platos sobre la mesa, y el rubio se sentó sonriéndole ante el gesto de caballerosidad.
"Eres tan tierno, Xue…" rió el rubio, prendiendo las velas "¿Podrías apagar la luz antes de sentarte?"
El joven hizo lo que le pedían y luego tomó asiento frente a su amigo, al que contempló mientras intentaba destapar la botella "¿Puedo?"
Jan lo miró confundido "¿Qué cosa?"
Xue se levantó un poco y tomó la botella de las delicadas manos del rubio. ¡Por Dios, a veces parecía una niña! Afortunadamente ese día al menos no estaba vestido como una… Y sin embargo estaba hermoso.
"¿Y qué es esto de nuevo?" preguntó Xue mientras servía un poco de la bebida en cada copa.
"Un espumante de fresa. Es bastante rico, y pensé que te gustaría…" respondió el rubio, tomando un sorbo de su copa con elegancia casi felina. Sólo por el bien de esa escena, obra de arte viviente, Xue tomó un trago de la suya "No está mal"
"¡Obvio que no! Yo lo elegí personalmente" sonrió el rubio de esa forma tan encantadora que lo caracterizaba. Xue no supo si era el alcohol o el hechizo natural de Jan lo que lo hizo comentar unos momentos después "Sabes… Trajo postre. Al menos para ti"
Jan lo miró de una forma indescifrable, pero parecía como si quisiera ocultar sorpresa "¿Ah, sí? Yo ya había preparado algo, pero bueno…"
Cuando los dos terminaron su cena, Xue se levantó a buscar los chocolates que le había entregado su madre. Así que finalmente sí había resultado ser una cita. Sí que era perceptivo, ese chino… Pero todo eso lo había impulsado a decidirse: le entregaría los chocolates, y si Jan aún no entendía… Entonces ni idea. Así que esperaba que comprendiera el simbolismo.
Xue se sintió sorprendido por segunda vez al ver a Jan apoyado en la puerta de la cocina de una manera bastante sugestiva, pero con una mirada tímida en sus ojos.
"Jan…" lo miró con sus ojos oscuros brillando intensamente "Feliz San Valentín, y gracias…"
Jan se acercó un poco más de lo necesario, tomó la caja que le ofrecía Xue y le entregó una hermosa cajita roja con un moño rosa. Cuando su amigo bajó la vista, la cabeza y la guardia, el rubio aprovechó para tocar los finos labios del morocho con los suyos de una manera extremadamente tierna.
"Feliz San Valentín, Xue… Y no es nada"
Momentos después, sin saber bien cómo ni cuándos (pero sí por qué), los dos se encontraban tirados en el sillón besándose apasionadamente.
Tal vez fuera por el vino, pero Xue pudo sentir un agradable gusto dulce en los labios de Jan. De todas formas, ya fuera por su gusto por los dulces o por su ternura natural, Xue imaginaba que los delicados labios del rubio tendrían ese sabor dulce, adictivo, más embriagador que el vodka de su padre.
Jan era más dulce y romántico de lo que pensaba. No sólo había preparado esa tierna trampa para atraparlo aún más en su hechizo – le murmuraba entre besos incontables 'te amo's. Era admirable, considerando que Xue sólo había podido decírselo una vez (luego de ese primer beso), totalmente rojo y tartamudeando.
"Obvio que ahora somos, como, novios, ¿no?" preguntó Jan, acurrucándose contra Xue en el sillón.
"Claro" le respondió sonriendo el otro. Pero no era suficiente.
"Y eres, como, totalmente mío y todo eso, ¿verdad?
"Ahm, sí"
"Y saldremos más seguido, y nos tomaremos de las manos, y nos besaremos con amor para saludarnos o porque sí…"
"Sí…"
"Y nos casaremos, y eventualmente…"
"¡Si, Jan, sí!" interrumpió Xue, adivinando lo que seguía. Su rostro estaba rojo como el sol del atardecer, pero él estaba feliz. Un día complicado había pasado a ser el más feliz de su vida.
Seguramente no tenía nada que envidiarle a Annya.
Ok, ya pueden matarme si quieren... *huye*
