Aquí traigo un pequeño drabble sobre una de mis parejas favoritas de PoT, AkutsuxSengoku. Espero que lo disfruten.

Aclaración obvia de siempre: Prince of Tennis es de Konomi-sensei, ya que, de ser mío, la Yamabuki tendría más participación y Sengoku sería novio oficial de Akutsu.

De chico bueno a chico malo

A Sengoku siempre le gustaron las mujeres. Rubias, morenas, altas, bajas… Cualquiera estaba bien para él. En su salón de clases y en el club de tenis era reconocido como una especie de gigoló, haciéndolo sentir halagado. Sin embargo, siempre intentaba ser un "buen chico". Trataba a las jovencitas con respeto y, por lo general, era muy responsable. Aún así, habían días en los que deseaba "portarse mal", exceder los límites y hacer alguna locura pero, al final, todo quedaba como simple deseo. Por esto, cuando un nuevo y llamativo joven llegó tanto a su salón como al club de tenis no podía despegar los ojos de él. "Es muy problemático, Banji nunca debería haberlo traído. Tiene inquieto a todos los del club" comentaba Minami, a lo que Sengoku asentía falsamente. En su cabeza lo admiraba de manera irracional. Ese chico sí hacía lo que quería: gritaba, fumaba, se escapaba de las clases y, por ahí, se comentaba que hasta tenía relaciones con chicas en los baños. ¡Eso sí que era libertad!

A Sengoku siempre le gustaron las mujeres. Tanto que se había metido en más de un problema por ellas, pero siempre salía airoso. No obstante, un día de esos en que deseó llevar a cabo una de sus anheladas locuras, coqueteó con la novia del capitán de otra escuela… Hasta llegar a un nivel más adulto. El acto trajo como consecuencia cinco jóvenes esperándolo camino a casa. Ya se estaba imaginando a si mismo arrastrándose hasta su hogar cuando apareció su "ídolo" de los últimos días para salvarlo. Tumbó a los cinco en cuestión de minutos, sin siquiera ensuciarse. "Muchas gracias, me has salvado de una buena" fue todo lo que pudo decir, impresionado y entusiasmado por tener una posibilidad para dirigirle la palabra al rebelde. Su salvador se acercó a él, quedando frente a frente, lo miró arqueando una ceja y, a los pocos segundos, se largo a reír. "Debería darte vergüenza. Si quieres meterte en problemas, por lo menos asegúrate de poder salir con orgullo". Vergüenza… quizá por eso sentía sus mejillas arder. O, tal vez, por la cercanía entre ambos. El fumador lo miró por última vez, esbozó una sonrisita burlona y dio media vuelta para retirarse. "Termina de una vez con las mujeres y búscate un novio".

A Sengoku siempre le gustaron las mujeres. Pero entre gustar y amar la diferencia era demasiado amplia y, desde ese momento, supo que lo segundo estaba reservado únicamente para Jin Akutsu. Por lejos, su mayor locura.